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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

sábado, 8 de marzo de 2025

"LUIS SEPÚLVEDA, UN RECUERDO ENTRE EL ARTE Y EL AMOR ETERNO" POR EL POETA Y CRÍTICO ANTONIO ARÉVALO

 


La primera vez que vi a Luis Sepúlveda no sabía quién era. Yo había llegado a Biarritz unas horas antes, desde Roma, en tren, con motivo del Festival Biarritz Amérique Latine. Francisco Smythe me había llamado desesperado para hacerme una petición, la de llevar todos los cuadros de su autoría que yo tuviese. Pues las obras que debía haber recibido desde Santiago para exhibirse en tan importante festival, cuyo país invitado aquel año (1993) precisamente era Chile —, nunca llegaron. Así pues, me tocó viajar durante toda la noche. Salí de Roma, hice transbordo en Niza y llegué a Biarritz tras horas de viaje y en compañía de aquellas obras de arte clandestinas.

Descolgué de las paredes de mi casa al menos siete cuadros de Smyhte. Eran obras que formaban y forman parte de mi propia historia. Su incursión en las montañas es extraordinariamente hermosa, mostrando una explosión de colores. Singular resulta la espontaneidad con la que se crea la puesta en escena, exhibiendo una belleza que invita a adentrarse en una especie de perspectiva o mirada de conexiones paradójicas entre el fu- turo y el pasado, en un tiempo ya desaparecido.

Para ese viaje pude llevar conmigo muy poca ropa y ningún equipaje, tan solo aquellos cuadros enfardados con extremo cuidado, ocultos, camuflados. Los puse bajo la litera. Afortunadamente nadie se dio cuenta del contenido y pasé sin problemas la frontera italo-francesa.

Me esperaba en la estación uno de los organizadores. Entregadas las obras, me facilitó las direcciones del hotel, del restaurante y del festival. A primera hora de la tarde me presenté en el festival, una gran sala llena de acogedores sofás. Fue toda una sorpresa encontrar allí tantos amigos. Mucha prensa, muchos escritores chilenos. Entre ellos, Jorge Edwards, Mario Vargas Llosa, estaba Roberto Matta exponiendo una muestra del título “Donqui”. Entre saludos, los flashes de los fotógrafos no cesaban.

Hasta que, de repente, todo paró. Apareció un hombre de riguroso negro, con barba, botas y camisa desabrochada a la altura del pecho. Era Luis. Inmediatamente toda la prensa abandonó al resto de los allí presentes y se lanzó en pos de aquel hombre de barba y gafas, el cual no parecía prestar atención a nadie más. Se puso a hablar de la revolución latinoamericana, del momento vivido, de la libertad en Chile. Expresó que no apoyaba la Concertación, lo cual era nadar a contracorriente, ni tampoco sus acuerdos con los fascistas, con quienes habían hecho la tan discutida Constitución de 1980. Pregunté quién era, pero nadie lo sabía. Se creó una especie de histeria por parte de las personalidades presentes. Un resentimiento aristocrático, diría yo, circunstancia que me divertía, pero no hice ademán de presentarme. Permanece en mí todavía aquella imagen suya tan irreverente.

La segunda vez que coincidimos fue cuando me tocó hacer de cicerone y enseñarle los encantos del estío romano. Me lo llevé al Bar della Pace. Bartolo, el legendario Bartolo, creador de aquel mítico local, hizo el resto. Pronto estuvimos en la mira de los paparazzi, con el precursor Rino Barillari, retratista de la dolce vita. El ambiente del bar era cautivador. Recuerdo que Benedetta Mazzini, la hija de Mina, pidió ser presentada.

Eran los años buenos de la noche romana, cuando a uno lo sorprendía el amanecer con facilidad. Aquella noche no fue diferente. Pasé los dos días siguientes en la cama con un buen resacón, prometiéndome dejar las bebidas de alta graduación de una vez por todas. Y así fue. Más tarde serví de intermediario entre Luis y periódico histórico de Roma, Il Messaggero. Luis Sepúlveda ya era muy famoso en todo el mundo. La primera columna que publicó no era sino el relato de un paseo nocturno por Roma, recién llegado a la ciudad. Conseguí que una trattoria estuviese abierta a las dos de la mañana, solo para él, al lado del Panteón. Un típico plato de pasta al olio, aglio e peperoncino (aceite, ajo y aji) sirvió para mantenerlo con fuerzas durante las horas siguientes.

Tenía 47 años y habían pasado siete desde la publicación de El viejo que leía novelas de amor, su libro más famoso. Luis Sepúlveda empezó a colaborar con una columna en Il Messaggero en 1996, tras la invitación de quien había sido nombrado director poco antes, Pietro Calabrese.

En el periódico tuvo lugar un gran encuentro con una importante crítica de teatro, Rita Sala. Rita abandonó a su gran amor, un director de orquesta de origen griego, por él. Nacida en Bolonia, había iniciado su carrera periodística en La Stampa, aunque muy pronto se mudó a Roma. En la capital italiana se convirtió en una de las voces más importantes del Messaggero. Luis solía pasarse por la redacción el domingo a primera hora de la tarde, cuentan los periodistas del Messaggero, momento en el que había menos concurrencia. Lo hacía siempre acompañado de su amiga Rita, la encargada de traducir sus columnas. Pero la historia terminó. Más tarde se supo que Luis había vuelto con su primera esposa, Carmen, el amor de su vida, una de las rosas de Atacama.

En 2018, Carmen y Luis vinieron a Roma. El embajador chileno en Italia, Fernando Ayala, presentó el libro de Carmen. Fue la última vez que los vi.

Luis Sepúlveda conoce a Carmen Yáñez en 1968. Carmen tenía 15 años. Tres años después, deciden casarse en Santiago de Chile. En 1970 se produce la elección de Salvador Allende como presidente del país. Tras el na- cimiento del primer hijo, el feroz golpe de Estado encabezado por Pinochet y los militares felones termina con la presidencia de Allende, instaurando un régimen dictatorial que va a durar 17 años. Para ambos es el comienzo de un periodo de clandestinidad, detenciones, torturas y represión. Sus vidas entonces toman caminos distintos.

Sepúlveda deja Chile en 1977, Carmen cuatro años después. Él se instala en Alemania, ella en Suecia. Pero el destino los vuelve a reunir en 1996. Poco después viajan a París. En 2004, ya en Gijón, en el norte de España, se vuelven a casar.

Unidos por un hilo inquebrantable que entrelaza sus destinos desde siempre. La historia de amor entre Luis Sepúlveda y Carmen Yáñez, poeta chilena, parece salida de una novela, tal y como confiesa un poema de Sepúlveda titulado La más bella historia de amor.

Sobrevivientes del régimen de Pinochet y de la inaudita violencia desatada por la dictadura y las torturas en la cárcel. Más tarde separados durante años y finalmente reencontrados.

Volvieron a luchar juntos contra un enemigo común: el coronavirus. Carmen, de nuevo, logró vencer y sobrevivir. Pero Luis, en cambio, esta vez no lo consiguió. El 16 de abril de 2020 el escritor chileno fue uno de los primeros en morir a causa del virus.

Se podría pensar que, ante semejante amor, ni siquiera la muerte representa el punto final. Como la poesía, los sentimientos saben sobrevivir.

A cinco años de su desaparición, el presente escrito quiere ser un sincero homenaje al amigo, a los poetas, Carmen y Luis, en definitiva, un homenaje a la historia de un gran amor. 

 

https://www.meer.com/it/87415-luis-sepulveda-un-ricordo-tra-arte-e-amore-eterno

 

miércoles, 5 de marzo de 2025

PRÓXIMA APARICIÓN DEL LIBRO "EL POEMA" DE ANDRÉS MORALES EN LA EDITORIAL ABRA CULTURAL DE LA PALMA, ISLAS CANARIAS, ESPAÑA




 

EXPOSICIÓN Y CONVERSATORIO: "JORGE TEILLIER, AMIGO INTEMPORAL" (SANTIAGO DE CHILE, 25 DE MARZO DE 2025)


 

LA PÁGINA DEL POETA YVAÍN ELTIT: ESPECIALISTA DE WHITMAN: PEPITA TURINA Y EL PADRE DEL VERSO LIBRE"


 

MÚLTIPLES ACTIVIDADES LITERARIAS EN VALENCIA, ESPAÑA (MARZO DE 2025)






 

LECTURA POÉTICA DEL ESCRITOR Y ACADÉMICO CHILENO TULIO MENDOZA (LOS ÁNEGELS, CHILE 7 DE MARZO DE 2025)


 

viernes, 28 de febrero de 2025

SELECCIÓN DE POEMAS DEL LIBRO "LOS REFLEJOS DEL AGUA" DEL POETA ESPAÑOL VICENTE BARBERÁ ALBALAT


 



A MODO DE ELEGÍA POR LA MUERTE DE JOAQUÍN RIÑÓN

 

Perdónanos,

Señor,

pero nuestros ojos se pierden en la noche

 y solo encuentran las sombras

que la piel de la luz deja en tus huesos.

Joaquín Riñón

 

Sí. Puedo comprender por qué estoy triste.
Me siento como parte de la nada
que atenaza mi negra singladura
en un mar cuyas olas,
las heridas del tiempo y de su huella

no cesan de azotar.

A menudo nos llegan sentimientos
que alteran las miradas más profundas
y entonces apareces, todo luz,
con un halo de enorme intensidad
que conmociona y hunde mi alegría.

Todo altera los bordes de mi calma
y hasta el cielo se impregna de silencio.

Los badajos no están en sus canciones
y ya nada es lo mismo que antes fuera.
Tu Malvarrosa entera se desploma
y llora largas lágrimas.
 

Sin olvido recorro caminos compartidos.

Ningún rezo me sirve de consuelo.

Atrás quedaron, todas, tus querencias:
el cariño a tus hijos,
tus versos, tus poemas y ese gesto jovial
que el dolor de tu muerte no ha apagado.

Sefa ya nos dejó y hoy estáis juntos
en el lecho profundo inamovible
que acoge indiferente nuestros sueños.

 

Tu ausencia no será definitiva,
amigo fiel y confidente,

siempre hallarás reposo en mi memoria,
en mi modo de ser roca y estío.

Interminables idas y venidas
por las limpias aceras
de la Avenida de Aragón,
de tu casa a la mía,
en Siete Aguas,

donde cielos e infiernos

fueron negados.

 

Mejor soñar en nada —escribiste una vez—

sin la negrura fría del misterio.

Hoy el misterio envuelve la espesura
de lo que fue y será, aunque no sea.
Pero mientras, amigo, del alma amigo,
nada podrá borrar nuestra amistad
y nunca morirá tu Malvarrosa.

Siempre en su playa quedarán
dicha y arena ardiente para encender tu luz.

 

Quién sabe si algún día
podremos conversar de nuevo
sobre tantas cuestiones que juntos compartimos.

 

ABISMO DE TINIEBLA

 

Piel del aire que ciñe las palabras
de dulce transparencia incomprensible
cuando amanece el alba entre las nubes
coloreadas de blanca primavera.

 

Aire que se diluye en nuestro pecho
y alienta las miradas de los pájaros
como una mariposa taciturna

que abraza la alborada con sus alas.

 

No hay soledad ni abismos imposibles,
los labios no conocen los secretos
que esconde el viento en su veloz partida.

 

Porque morir no es solo claudicar
más allá de la luz del horizonte
donde el mar es abismo de tiniebla.

 

 CHARLIE

 

Se dirigía ilusionado
a la Quinta Avenida de Manhattan.

Se cruzó en el camino con John Brown.

            —¿A dónde vas, amigo?

            —A ver a Dios.

            —¡A ver a dios!

            —Sí, en la esquina de St. Patrick
                        con la calle 50.

 

Pasaron muchos años. Más de cien.

Miles de pájaros murieron
y allí, con barba larga, estaba Charlie.

            —¿Aún no ha llegado Dios?

            —Querido John, tranquilo:

                        Yo sé que llegará mañana.

 

 HOY ME ALEJO INFELIZ DE LA TABERNA

El hervor de la plaza me conmueve
y veo que los jóvenes disfrutan.

 

Al dejarlos, recuerdo

las horas que pasaron

entre copas y risas.

Nada fue tan hermoso.

 

Hoy el vino no sabe como entonces
ni mis certezas son como debieran:

no me atraen las rimas becquerianas
ni los versos románticos de Keats
ni me mueve mi Dios para quererte

en este tiempo nuevo

que a mi lado camina.

 

La belleza del día ya ha pasado
y hoy me alejo infeliz de la taberna.

 

 KAIRÓS

 

Y quien habrá perdido seré yo.

César Vallejo

Tal vez

estés en el momento pertinente.

 

Como amapola, como sol,
como quien sabe
esa oportunidad que alguien le da.

Es el tiempo adecuado,
como una flor
consciente de su frágil consistencia
y en perfecto equilibrio, equidistante,
como funambulista experto.

 

Y con toda la carga y la justa retórica
que acomoda el momento a la intención
y liga el pensamiento a la conducta
y al intenso diamante
de tu carácter, ánimo y razón.

 

Es tu tiempo adecuado,

el que debes buscar,
no importa en dónde estés.

 

No dudes, aprovéchalo.

 

Después vendrá el silencio.

 

Y quien habrá ganado serás tú

 

 THE BLACK WIND

 

El viento negro viene del desierto,
viene cargado de intenciones sórdidas.

Es el maldito viento que nos mata,
nos mata o nos arrastra hacia la muerte.

Reseca las gargantas con su polvo,
y la lluvia lo posa sin clemencia
sobre los edificios de las urbes,
llenando el aire de una densa bruma
que esconde sin pudor la malbendita
intención controlada de su espada.

Entra en todas las casas sin permiso
y se sienta en las sillas del despacho.

En su seno transporta las peores
bacterias, entrenadas y dispuestas

a suplantar el orden de la luz.

Atraviesa la piel de las personas
y absorbe el contenido de la estancia.
De todo lo que toca se apodera
incluyendo la música del aire
y el sonido profundo del silencio.

 

 UN MISMO RÍO

 

Recuperar de nuevo la alegría,
vivir la misma piel,
sentir los dos en uno el mismo río…

De nuevo disfrutar,
y esta vez para siempre,

sobre horizontes llenos de grata lejanía
en una noche clara de nardos insumisos,
y en medio de las olas de un mar oscuro azul
vibrar con las estrellas en su angélico fuego.

Serán días de música de perfecta cadencia,

días para gozar con sorprendido amor

ni tan siquiera haciendo por merecerlo nada.

Sin perder cada uno su andadura emprendida,
sin prisa, lentamente, sin tener un horario,
hacia nuestro destino, esa cita que espera
y que siempre es final de lo que hemos vivido.

 

 Y SI NO FUERA ASÍ

 

Que yo fuera una luz que alumbrara la noche,

que pudiera gozar del calor que me falta.

Y la noche que fuera una brisa de viento,

 

Y si no fuera así,

            si no luz,

                        si no brisa,

            si no viento

ni noche inolvidable,

 

déjame que me aleje
            de la angustia que agobia
                        mi espera indefinida.

 

 Vicente Barberá Albalat (Ibarzos-Sierra Engarcerán) Castellón, 1937), es Maestro de Primera Enseñanza, Graduado Social, Licenciado en Filosofía y Letras (Sección de Pedagogía) por la Universidad de Valencia y Doctor por la Universidad Autónoma de Barcelona.

            Autor y coautor de más de 40 libros y de un centenar de artículos en la prensa especializada, destacamos sus libros (solo poesía):

 

A)    Poesía: De amor y sombras (Páginacero, 2014), Ensayo para un concierto y otros sonetos (Olélibros, 2016), Flor en el agua (Lastura, 2018), Después del Amor (Olélibros, 2018), Sonetos impares (Olélibros, 2018), Oscura y clara luz (Olélibros, 2020), Ese malbendito amor (Lastura, 2020), Cuaderno de soledades (Olélibros, 2021), Desde el andén (Olélibros, 2022), La vida que vivimos (Olélibros, 2023) y Los reflejos del agua (Olé Libros, 2024).

B)    Otras actividades y colaboraciones: Fundador del Club Poetas del Ateneo y cofundador de El Limonero de Homero con cuyo grupo ha participado en cinco antologías poéticas (2010, 2011, 2012, 2017 y 2021) ha organizado y participado en numerosos recitales. Coordinador de EL AULA I DE POESÍA del Ateneo de Valencia y creador y responsable del CICLO POETAS EN EL ATENEO. Ha participado en las siguientes antologías: Poesías y aparte (Creaciones literarias, 2008),  Alquimia de los sentidos (Hipálage, 2010), Arquitectura de la palabra (Alfons el Magnànim, 2012), Noche soñada (2013), Antología internacional de poesía contemporánea (Punto Didot, 2014), Antología pro derechos humanos II (Ateneo Blasco Ibáñez, 2016), Miradas para compartir la luz (Boreal, 2016), Ártemis II (Boreal, 2017), Poetas y realidad (Evohé, 2018), Épocas, (Joan Machirant, 2019), Poetas del Ateneo (Olélibros, 2018), Letras de porcelana (Mis escritos-Buenos Aires, 2021), El camino de las estrellas (Lastura, 2021), Torrent de paraules (Ajuntament de Torrent, 2021) y Anthologie Poétique & Artistique Mondiale (editura pim, 2021). Ha publicado en Pliegos de Ítaca, Hojas de abedul y en las revistas Sant’Ana, Amigos de la Poesía, Corondel, Valencia escribe y HLC.: Ha obtenido el segundo premio en el XIV Poesía de Otoño y sido finalista en los certámenes de Alfambra (en dos ocasiones), Ángel Ganivet y Premios de la Crítica Valenciana (en tres ocasiones).

 

EXPOSICIÓN Y GALA DE DANZA: "HUELLAS DE GABRIELA" EN SANTIAGO DE CHILE (14 DE MARZO DE 2025)


 

martes, 25 de febrero de 2025

PRÓLOGO DE LA ESCRITORA Y ENSAYISTA DRA. ZELJKA LOVRENCIC AL LIBRO "BITNO / ESENCIAL" DEL POETA CHILENO ANDRÉS MORALES


 

Andrés MORALES MILOHNIĆ: BitnoEsencial, Poemas seleccionados, Rama de Istria de DHK, Pula, 2025, 180 p. Traducido del español por: Željka Lovrenčić.

 

El poeta, profesor universitario y ensayista chileno de raíces croatas, el académico Andrés Morales Milohnić es considerado por la crítica como uno de los mejores poetas hispanoamericanos de la generación media. Su poesía ha sido publicada parcialmente en catorce idiomas.

En 2002, sus Poemas Seleccionados fueron publicados en Croacia por D.S.M. Grafika, traducidos por Jordan Jelić y por mí. En Santiago, por otro lado, se publicaron los libros bilingües español-croata Poems/Poemas (2011) y Escrito en glagolítico (2018), que también traduje al croata. También he traducido sus poemas para las revistas Forum y Reči.

Conozco a Andrés desde hace mucho tiempo. Cuando vivía en Chile, solíamos salir. Hemos publicado una traducción conjunta del libro Poesía croata contemporánea (1997) y El viento de las estrellas oscuras (2003) de Drago Štambuk. Escribió el prólogo del libro de Mladen Machiedo titulado El emigrante y otros poemas, publicado en Santiago en 2014. Como gran promotor de la cultura croata, publica noticias sobre nuestro país y mis traducciones de las obras de escritores croatas contemporáneos en su sitio web dedicado a Croacia.

Andrés Morales Milohnić (Milohnic, ed.) – junto a Antonio Skármeta, Juan Mihovilovich y Ramón Díaz Eterović – pertenece a un grupo de escritores chilenos con raíces croatas que representan lo más alto de la literatura de este país sudamericano. Afirma que la poesía es su "cadena perpetua" y dice: una vez que navegas por estas aguas, no hay vuelta atrás. La poesía exige cada vez más del hombre. Comenzó a escribir a la edad de trece años, publicando su primera colección a la edad de veinte. Su poesía es hermética, es decir, no cree que un poeta deba confesarse al lector, pero no debe cerrarse hasta el punto de la incomprensibilidad. La forma es importante para él, su ego no está en primer plano. Sus temas frecuentes son el dolor humano, el Mediterráneo, la soledad... En una entrevista, declaró: "Soy oscuro porque veo el futuro". Le gusta la literatura del palimpsesto (como decía Borges), es decir, Añade palabras de otros autores a un gran tablero literario. Le gustan los juegos de palabras, la rima oculta, la poesía libre, espontánea, pura. Su poesía es como el ruido, delata la desconfianza del poeta hacia la palabra y el mundo, su cautela. Andrés Morales Milohnić tampoco cree en la antipoesía, aunque aprecia mucho a Nicanor Parra. Continúa con éxito la línea poética de sus compatriotas Óscar Hahn, Gonzalo Rojas y Miguel Arteche, y sin duda de Pablo Neruda y Nicanor Parra, quienes demostraron al mundo entero que Chile es tierra de poetas. Está influenciado por T. S. Eliot, Rimbaud, Sor Juana Inés de la Cruz y Mallarmé. Por un lado, la poesía es una de las formas de acercarse a la realidad y dar una visión personal de la misma. Y por otro lado, es el mundo de lo imaginario, lo ficticio, el mundo de los sueños. Morales dice que siempre compara la poesía con la física, la astronomía, las partículas atómicas y las estrellas. Le proporciona un universo entero e interminable con multitud de estrellas y galaxias; Es como una caja china llena de sorpresas y posibilidades extraordinarias. No cree que la poesía vaya a desaparecer nunca porque sea ante todo el canto. Andrés Morales Milohnić es un poeta que rema de manera diferente a los demás. Su poesía no es fácil. No causa risa ni ironía. Tal vez haya un poco de amargura en ello. Implica reflexión y participación del lector. En su primera colección, Por ínsulas extrañas, rechaza casi todo. Esto es poesía nihilista. Más tarde, sus temas frecuentes fueron el amor, la muerte, el tiempo, el lenguaje, la incapacidad de comunicarse, la decadencia del mundo y la belleza. Se puede sentir su amor por la luz y la ligereza, pero también por la oscuridad y la soledad. En la colección Verbo reflexiona sobre el lenguaje, el hombre en general y los acontecimientos del mundo. Es una poesía que critica la realidad y al mismo tiempo se reconcilia con el imaginario. La colección Visión del oráculo contiene poesía profética en la que el poeta demuestra que el hombre no solo tiene cerebro sino también intuición, y el poeta es un gran visionario. Los temas de esta colección son: el destino, el sueño, lo profético, el lado oscuro del mundo... La segunda parte del libro se basa en la leyenda de amor entre la famosa reina fenicia Dido y Eneas, pero los versos son más reflexivos que el amor. Morales Milohnić ha afirmado en repetidas ocasiones que la poesía amorosa es la más complicada para él.

Sobre este poeta, Eduardo Milán en el periódico mexicano Vuelta afirma que este poeta "... Escribe con asombro y recelo, su poesía no es un acto operacional sino un murmullo, prevalece la cautela en sus palabras y en su trato con el mundo". Señala que la poesía de Morales "... Progresa un poco, luego se detiene, es cuestionable o afirmativo, se disuelve y luego se funde con su eco". Señala además que Andrés "... dudando de sí mismo, duda del mundo, y el mundo, a su vez, se refleja en un lenguaje roto y roto". La crítica Ana María Cúneo de la Universidad de Chile enfatiza la necesidad de unidad de este poeta, su deseo de una estructura poética que se materialice en una organización casi matemática de los poemas. Miguel Arteche escribe sobre su colección Escenas del derrumbe de Occidente que trata de la decadencia de Occidente y de los tiempos turbios envueltos en la muerte que se intentan tapar con el éxito, el poder o el dinero. También señala que no hay un título clásico del poema en esta colección, sino solo sus anuncios. Los reinos infernales que explora el poeta son festividades ardientes y diabólicas, pero también heladas. El poeta escribe sobre sueños llenos de pesadillas, sobre el demonio del reloj, sobre el dolor que se produce por la noche, amigos muertos en la puerta, filas de muertos amontonados unos encima de otros, sobre la espera en el puerto de un barco que nunca volverá a aparecer, sobre el vals de la despedida... De hecho, Morales Milohnić explora el infierno del presente. Pero, concluye Arteche, al final, con los versos, aparece el relámpago, la belleza aún no vista de la paz en islas moradas de belleza deslumbrante. La música del mar revela el tiempo y un largo aliento de silencio como único alimento. Es un viaje a través del infierno y el purgatorio, y a través de las ventanas abiertas se puede ver la playa de la infancia. Concluye que Andrés Morales utiliza hábilmente su habilidad y la fuerza de sus pinturas aquí y en otros libros, y en el temblor de la nostalgia encuentra el aliento perdido de la infancia, que para el poeta es como una nueva vida. El poemario Réquiem (2001), en palabras de Rolando Carrasco, "moraliza" desde el interior de un poema ritual de la más trágica modulación sobre el hombre, la muerte y la experiencia histórica. Escribe que "... anunciando el nuevo milenio y siguiendo su aliento destructivo, los versos de esta colección actualizan los latidos de la doble conciencia poética que, sobre todo, impregna la última obra de Andrés Morales". Y continúa: "Al practicar un pensamiento poético constante en la obra de Morales, los signos inevitables de la destrucción de los elementos de la naturaleza y del mundo se resistematizan en esta colección de versos, no solo para resaltar la experiencia cósmica del fin en una metáfora, Kairós – que garantizaría a los conversos un nivel suprahistórico – sino también porque es un anuncio profético que una vez más prepara el escenario para la hazaña excepcional del destino humano – en el tiempo y en la muerte. La polifonía de Mozart y la tragedia griega fingida representan la suma de siglos de muerte, en los que encontramos en la expresión dolorosa de la súplica y la súplica una pizca de culpa que haría posible un nuevo nacimiento". Sin embargo, al final de la introspección poética de Andrés Morales Milohnić, en la colección Réquiem, encontramos un atisbo de renovación: Lux Aeterna.

Cuando Andrés Morales Milohnić publicó su primer libro, el poeta chileno Gonzalo Rojas dijo que Milohnić estaba condenado a ser poeta, a vagar, vagar, vagar y hacer lo que quisiera, dando prioridad al éxtasis del sacrificio. También se dijo que este poeta, hoy grande y significativo, no se quedará en un libro, sino que crecerá, volará... Andrés lo confirmó muy bien. Así lo confirma esta selección, que, según sus deseos, incluye todos los poemas de la colección Esencial y una selección más corta de las colecciones Variaciones sobre "La Pantera" de Rainer María Rilke y Premoción del vacío.

 

Željka Lovrenčić

 

LANZAMIENTO DEL n. 13 DE LA REVISTA DE POESÍA CONTEMPORÁNEA "21VEINTIÚNVERSOS" (VALENCIA, 1 DE MARZO DE 2025)