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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

martes, 28 de julio de 2015

CONCURSO SOBRE LA OBRA DEL ESCRITOR ARGENTINO GUILLERMO PILÍA




El grupo literario “Amigos del maestro Guillermo Pilía”, con el apoyo de la Hermandad Literaria Generación del 27, la Fundación Andrés Bello y la Academia Hispanoamericana de Buenas Letras, convocan a concurso de ensayo breve sobre la obra del prestigioso escritor argentino y con arreglo a las siguientes bases:

PRIMERA: Podrán participar todos los escritores y críticos literarios que así lo deseen, sin distinción de nacionalidad, con textos inéditos de entre 2000 y 3000 palabras, presentados en archivos Word, que aborden el análisis de alguno de los libros del escritor argentino Guillermo Pilía o algún aspecto particular de su obra.

SEGUNDA: Podrán componerse ensayos sobre los libros que están a disposición en las siguientes páginas de Facebook:
“Herido por el agua”
“La pierna de Rimbaud”
“Cazadores nocturnos”
“Río nuestro”
“Huesos de la memoria”
“Tauromaquia lírica”
“Ojalá el tiempo tan sólo fuera lo que se ama”
Asimismo, se recomienda la utilización de los fondos documentales del sitio web personal del escritor: www.guillermo-pilia.com.ar.

TERCERA: Los ensayos deberán remitirse bajo la modalidad de archivo adjunto, por mensaje privado, a la cuenta de Facebook de la Fundación Andrés Bello, https://www.facebook.com/andres.bellofundacion. Al final del ensayo deberá incluirse una breve nota bio-bibliográfica.

CUARTA: El grupo convocante ha designado un jurado internacional de preselección integrado por María del Carmen Alarcón (España), María Agustina Pianta Doria (Argentina) y Carles Martín Gaite Lucena (España), y un jurado de premiación al que integran Cayetano María Higueras de Santa Ana (España), Guadalupe García Romero (México) y Guillermo Borja Fambano (Colombia).

QUINTA: El jurado determinará los premios a otorgar de acuerdo a la cantidad de trabajos presentados, que no podrán ser en número inferior a tres. Los premios consistirán en la edición de los ensayos completos en formato libro, que bajo el título “Nuevas aproximaciones a la obra poética de Guillermo Pilía” se editará en 2016. Los ganadores del certamen compartirán la coautoría con otras prestigiosas figuras del mundo de las letras invitadas especialmente para este homenaje. Además, fragmentos de los ensayos premiados se publicarán en la página “Amigos del maestro Guillermo Pilía” https://www.facebook.com/pages/Amigos-del-maestro-Guillermo-Pil%C3%ADa/555646481200861.

SEXTO: Los autores premiados recibirán un ejemplar de la publicación y un diploma acreditativo. Dado que la obra se donará a bibliotecas e instituciones culturales, no se admitirán reclamos en conceptos de derechos porcentuales de autor ni de ninguna otra índole. Las instituciones intervinientes no están obligadas a mantener correspondencia con los participantes, como así tampoco los miembros del jurado. Cualquier situación no prevista será resuelta por el jurado de premiación.

SÉPTIMA: La convocatoria queda abierta el 15 de julio de 2015 y cierra el 15 de noviembre del mismo año. Los resultados se darán a conocer el 15 de diciembre.


Madrid, Julio de 2015.




domingo, 26 de julio de 2015

PRESENTACIÓN DE SU LIBRO “EN EL SUR” POR EL ESCRITOR ESPAÑOL EDUARDO DELGADO





Buenas tardes a todos:

En primer lugar quisiera agradecer a la Editorial Mundi Book Ediciones las
facilidades que ha puesto para la publicación de este libro, especialmente a la editora
Ana Cuesta, que tuvo la gentileza de leer el primer capítulo del libro y obsequiarme
con sus elogios. En segundo lugar quiero agradecer a Ángel Jiménez su apoyo y
respaldo para poder realizar esta primera edición de mi obra. Sin su empeño para que
publicase, nada se hubiera realizado. Igualmente quisiera agradecer a los miembros
de mi familia y, a mis hermanas y, especialmente a Ángeles y Nieves aquí presentes,
el respaldo que siempre me han prestado para que esta ilusión pudiera convertirse en
realidad y se viera cumplida una expectativa largamente esperada. Así mismo,
agradezco a todos los amigos la estima en que han tenido siempre mis escritos
porque, sin ellos, tampoco me hubiese decidido a publicar.

En el Sur: un título con connotaciones reales y mágicas. El sur implica estío, fiesta,
incongruencia, desesperación, intensidad, abotargamiento y en el sur es donde la
historia se sitúa y donde los personajes hacen acopio de su propia realidad de ser. En
el Sur el drama se encuentra consigo mismo, se hunde y resurge como si nada de lo
acontecido hubiese pasado. Este sur no es otro que Sevilla y sus alrededores, que se
desplazan por el Guadalquivir sin más fronteras que las de la mente.
En cuanto al género literario, se supone que tendría que ser una novela y, no una
nivola unamuniana, ni un diario republicano salido de las manos de Azaña, ni un
ensayo filosófico que siguiera los pasos de Nietzsche o de Schopenhauer, aunque
mucho tenga de Zubiri y de algún que otro estoico y cínico, ni se trata de
descripciones paisajísticas del tipo de Camus, ni una realidad mágica contrapuesta a
un Macondo, siempre cansino y desesperado. Tampoco es una teoría artística, ni la
suma de tradiciones literarias, aunque mucho de ello se encuentre. Ni por ser, es
crítica musical, porque al fin y al cabo, la narración exige la presencia de todos ellos
y a todos ellos les debe el reconocimiento aportado por la tradición.

La historia ha querido ser ficticia y real a la vez. Ficticia porque ha de ser construida
de nuevo, palabra a palabra, sentimiento a sentimiento, pudiendo quitar y poner el
autor según su antojo. Real porque expone lo que se da en un lugar y un tiempo y,
aunque participen en ella algunos personajes, se corresponde con las experiencias de
las cuales todos sabemos y en la que nos vemos reflejados de una manera u otra. Por
ello es universal y particular y, por eso también, es plenamente contradictoria, dando
a lo real un valor simbólico y a lo simbólico un valor real y, no es mero juego de
palabras, aunque en nuestro relato el culteranismo-conceptismo lo usamos
reiteradamente.

Si el tema es el amor o el desamor, el consuelo y el desconsuelo, el orgullo y la
humillación, las bajas pasiones y el universo de los principios, el misticismo o la
procacidad, la monotonía o el placer de los sentidos, lo dejo a vuestro libre albedrío.
Sí, hay un hilo argumental que se mezcla con otros mil, confundiéndose y
confundiéndolo todo. Las digresiones son un factor importante a tener en cuenta
porque obedecen a la propia idiosincrasia de la obra, ya que es así como suele
funcionar la vida en un discurso. No se trata de narrar una historia, sino contemplar
en compulsión cientos de ellas, para rendir homenaje, no sólo a la memoria personal,
sino a la cultura diversa y aparatosa a la que estamos ligados y que en sí, ya es
suficiente recompensa.

El estilo pasa de un barroco obsesionado, contradictorio, conceptista en la forma y en
el fondo, a otro ligero y coloquial, tal vez cansino, reiterado y repetitivo, pero así la
ficción se transforma en realidad y así me he propuesto escudriñarla. El diálogo con
el lector está presente como una señal más de la literatura, porque la propia literatura
es una conversación con el otro, ocupe el lugar que ocupe. Así, como obligaban los
clásicos, al lector se acude para llamarlo por su nombre, aunque solo sea con una
referencia concisa, con pronombres y adjetivos. Quizá esta manera, un tanto barroca,
nos sirva para volcar la literatura en la vida de cada cual, convirtiendo por un
momento una página de la novela en la vida del lector y a la literatura en realidad
existencial. Y, si después del llamamiento, le describes lo intrínseco de la realidad,
aquello que es y no es al mismo tiempo, le mantienes la desazón con la que comenzó
a leer la obra, le despiertas la curiosidad para seguir comprendiendo el transcurso de
las cosas, de los acontecimientos y transformas una historia general en episodios
cotidianos de la vida misma, algo ya has conseguido pues, más que contar o narrar,
quiero convertir la literatura en una realidad por sí misma, que deja lo secundario de
las cosas de lado preocupándose por un sentimiento más profundo, indeleble e
inequívoco, que a todos nos lleva al hundimiento y a todos nos incorpora de nuevo
con su astucia. Por eso, la literatura es el lugar ideal para captar y describir, no las
formas, ni las cosas, sino la esencia misma de la vida.

En cuanto al tiempo, la sucesión de días y meses posee un carácter cíclico, de
devenir. Todo puede cambiar en un día y en una hora. Si la realidad no cambia acude
la ficción a rescatarla. Esta argucia permite mezclar los tiempos y las secuencias y, al
pasado le sigue el presente que, ha dejado de ser presente en un instante para
convertirse en pasado, sea cercano o lejano y, cuando vuelve a ser presente para
volcarse hacia el futuro, ya no sabe si el porvenir es presente, futuro o pasado pues,
por mucho que concibamos el tiempo de forma cíclica, es más una espiral que se
retuerce sobre sí misma ahuyentando cualquier concepción lógica, aunque frente a la
pantalla del ordenador siempre haya motivos para la esperanza.
Los personajes siempre son modelados siguiendo los contornos de la realidad
próxima, como si los hubiese estado buscando por la calle para meterlos dentro de la
literatura, como hizo tantas veces Caravaggio para componer sus obras. Son
particulares y universales al mismo tiempo. Se perfilan como ellos mismos quieren y
esa forma de ser es la que traigo a colación. El personaje principal habla en primera
persona y se deja llevar por su antagonista al que quiere convertir en principal. El
resto de los personajes asumen papeles preponderantes en circunstancias
determinadas. Despiertan simpatías o recelos según el carácter que muestren en cada
momento. Coléricos, flemáticos, racionales, dubitativos, hipócritas, irresolutos,
envidiosos, paranoicos...Un amplio espectro del carácter humano. Si no es una
autobiografía ¿qué lugar ocupa el autor? Y si lo es ¿cuál?. Podríamos argumentar que
todos los personajes son el autor, hasta el narrador en primera persona, que al igual
que el resto de los personajes son, todos y cada uno, imagen y semejanza del autor.
A veces se desespera y deja de contar con ellos. Ora los mata, ora los abandona al
final de cualquier historia destartalada. Algunas veces el rechazo se convierte en una
anécdota pasajera y los vuelve a retomar como si de un creador todopoderoso se
tratase. Otras veces quiere convertir a los autores citados en verdaderos personajes de
la obra pero, el elenco es tan grande que las miríadas saldrían despavoridas para
introducirse en el sueño de un bibliotecario de Alejandría o en las páginas del Aleph
de Borges.

En cuanto a la música, se escucha largo y tendido; tanto cuando se desarrollan los
acontecimientos persiguiendo sus formas, tanto cuando produce emoción al tiempo
en que leemos. El factor musical ha sido primordial en la composición y desarrollo de
la obra. La música se convierte en literatura, no solo por el tránsito de nombres de
autores y de obras, sino porque el sentimiento musical produce pasajes íntimamente
relacionados con el argumento. Y de los autores, filósofos, escritores, poetas,
pintores, escultores ¿qué podríamos decir?. Fluyen entre las palabras dando
profundidad a sus significados y dignificando el texto, inmerso en una tradición
cultural rica en dichos, pensamientos, sentencias, imágenes, formas, trazos,
iconografías, sentimientos, ya que toda palabra, por áspera que sea, expresa alguna
idea que es mía porque la he tomado de ellos y en ellos se ha depositado la tradición.
El tema se metamorfosea como una ola que viene y va. Se concentra, se obsesiona, se
agría, vuelve a constreñirse y se esparce para acabar diluyéndose. El sentimiento es
así: asimétrico. Una relación afectiva no satisfecha; la sublimación de una idea y la
depresión más abyecta. El amor transitando hacia el odio para terminar en el olvido.
Que sea cualquier tipo de amor es lo de menos. Certificar la orientación sexual en el
amor es de otra época y de otro tiempo ya vencido, si de literatura queremos seguir
hablando. Del poder, de la consideración social al hundimiento solo media un instante
de desesperación que se multiplica en la precariedad del vivir cotidiano. No cobrar,
no ver horizontes, ser un parado más te convierte en un Sísifo a punto de despeñarte,
al tiempo que se despeña la quimera del orgullo que un día poseíste y que te dice:
“fracasaste”. El elevamiento y la caída son caras del amor y desamor, del triunfo y
del fracaso, del prestigio y de la terrible soledad. Se comunican entre sí como en el
rostro de un Jano bifronte, por la testuz. Realidad frente a irrealidad, razonamiento
frente a paranoia. Si los personajes muestran tipos de ser y la realidad es
contradictoria, el tema no puede ser otro que la vanidad de la vida pues, todo fluye,
todo pasa en un devenir inseguro pero cierto, a veces desquiciante, a veces certero.
Por eso, los recuerdos aparecen trastocando el argumento. Lo marean, confunde a los
personajes reales con los de ficción, al lector con el escritor y, hasta el editor, en este
caso editora, después de tanto esfuerzo, sale malhumorado con tanto intrincamiento,
que aburre unas veces y otras produce hilaridad, pero a nadie deja indiferente porque,
¿acaso no estamos acostumbrados a ciertas dosis de locura?.
Termino reiterando mi gratitud a la Editorial Mundi Book por brindarme esta
oportunidad y esperando que se cumplan las expectativas.


Muchas gracias a todos y buenas tardes. 



sábado, 25 de julio de 2015

APARECE UN NUEVO NÚMERO DE LA MAGNÍFICA REVISTA LITERARIA COLOMBIANA "ARQUITRAVE"



LA NOTICIA DEL LANZAMIENTO EN INTERNET DE LA WDL, LA BIBLIOTECA DIGITAL MUNDIAL.



Ya está disponible en Internet, a través del sitio www.wdl.org
Reúne mapas, textos, fotos, grabaciones y películas de todos los tiempos y explica en siete idiomas las joyas y reliquias culturales de todas las bibliotecas del planeta. Tiene, sobre todo, carácter patrimonial, anticipó ayer a LA NACIÓN Abdelaziz  Abid, coordinador del proyecto impulsado por la Unesco y otras 32 instituciones. La BDM no ofrecerá documentos corrientes, sino "con valor de patrimonio, que permitirán apreciar y conocer mejor las culturas del mundo en idiomas diferentes: árabe, chino, inglés, francés, ruso, español y portugués. Pero hay documentos en línea en más de 50 idiomas".
"Entre los documentos más antiguos hay algunos códices precolombinos, gracias a la contribución de México, y los primeros mapas de América, dibujados por Diego Gutiérrez para el rey de España en 1562", explicaba Abid. Los tesoros incluyen el Hyakumanto darani, un documento en japonés publicado en el año 764 y considerado el primer texto impreso de la historia;  trabajos de científicos árabes que desvelan el misterio del álgebra; huesos utilizados como oráculos y estelas chinas; la Biblia de Gutenberg; antiguas fotos latinoamericanas de la Biblioteca Nacional de Brasil. Es fácil de navegar.
Cada joya de la cultura universal aparece acompañada de una breve explicación de su contenido y su significado. Los documentos fueron escaneados e incorporados en su idioma original, pero las explicaciones aparecen en siete lenguas, entre ellas, EL ESPAÑOL.
La biblioteca comienza con unos 1.200 documentos, pero ha sido pensada  para recibir un número ilimitado de textos, grabados, mapas, fotografías e ilustraciones. 
¿Cómo se accede al sitio global?  
Aunque será presentado oficialmente hoy en la sede de  la Unesco, en París, la Biblioteca Digital Mundial ya está disponible en Internet, a través del sitio http://www.wdl.org/. El acceso es gratuito y los usuarios pueden ingresar directamente por la Web, sin necesidad de registrarse. Permite al internauta orientar su búsqueda por épocas, zonas geográficas, tipo de documento e institución.
El sistema propone las explicaciones en siete idiomas (árabe, chino, inglés, francés, ruso, español y portugués). Los documentos, por su parte, han sido escaneados en su lengua original. Con un simple clic, se pueden pasar las páginas de un libro, acercar o alejar los textos y moverlos en todos los sentidos. La excelente definición de las imágenes permite una lectura cómoda y minuciosa.
Entre las joyas que contiene por el momento  la BDM  está  la Declaración  de Independencia de Estados Unidos, así como las Constituciones de numerosos países; un texto japonés del siglo XVI considerado la  primera impresión de la historia; el diario de un estudioso veneciano que acompañó a Hernando de Magallanes en su viaje alrededor del mundo; el original de las "Fabulas" de Lafontaine, el primer libro publicado en Filipinas en español y tagalog, la Biblia de Gutemberg, y unas pinturas rupestres africanas que datan de 8000 A .C.
Dos regiones del mundo están particularmente bien representadas: América Latina y Medio Oriente. Eso se debe a la activa participación de la Biblioteca Nacional de Brasil, la biblioteca Alejandrina de Egipto y la Universidad Rey Abdulá de Arabia Saudita.
La estructura de  la BDM fue calcada del proyecto de digitalización de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, que comenzó en 1991 y actualmente contiene 11 millones de documentos en línea. Sus responsables afirman que la BDM está sobre todo destinada a  investigadores, maestros y alumnos. Pero la importancia que reviste ese sitio va mucho más allá de la incitación al estudio a las nuevas generaciones que viven en un mundo audiovisual. Este proyecto tampoco es un simple compendio de historia en línea: es la posibilidad de acceder, íntimamente y sin límite de tiempo, al ejemplar invaluable, inabordable, único, que cada cual alguna vez soñó conocer.

IMÁGENES DE LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO "EN EL SUR" DEL ESCRITOR ESPAÑOL EDUARDO DELGADO (UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, JUNIO DE 2015)
















“EL DISCAPACITADO”, TEXTO DEL POETA CHILENO JORGE RAGAL





Soy incapaz de creer en los fantasmas,
de plagiar a un joven poeta,
de defender a un violador.
Soy incapaz de lanzar una granada,
de guardar un secreto,
de cazar a un tiburón.
Soy incapaz de delatar a un amigo,
de romper un pacto de no agresión.
de correr una maratón.
Soy incapaz de cantar en latín,
de reírme de los ciegos,
de morir como un traidor.


APARECIÓ EL LIBRO "MUJER Y GEOGRAFÍA EN LA ESPADA ENCENDIDA DE PABLO NERUDA" DE BRENDA MÜLLER HURTADO



"HACE 148 AÑOS NACIÓ RUBÉN DARÍO" POR EL POETA COLOMBIANO HAROLD ALVARADO TENORIO



Yo nunca aprendí a hacer versos —dice Rubén Darío (Metapa, 1867-1916) en su Autobiografía —. Ello fue en mí orgánico,  natural, nacido. Niño precoz, versificó en una ciudad, León, donde se rimaba por cualquier acontecimiento: una boda, un deceso, un cumpleaños, una victoria o un fracaso político, la consagración de un obispo o la toma de empleo. Sus versos de entonces imitan a Zorrilla, Campoamor o a Nuñez de Arce, pero también a  Víctor Hugo, el primer poeta francés que se advierte como influencia en su poesía. Son poemas unas veces piadosos otras profanos, nacidos de las contradicciones ideológicas que vivía un niño en una comunidad de fanáticos religiosos y una minoría de liberales y positivistas, artesanos e intelectuales lectores de Rousseau, Montesquieu y Juan Montalvo. Sus temas, los del civilismo latinoamericano: la fe en el progreso, en la democracia, el odio al clero y la iglesia, y los eternos de la poesía: el amor, el paisaje, las explicaciones de los mundos desconocidos, los otros mundos del alma.
Durante su estancia en Chile Darío publicó Azul. . . Ni los cuentos ni los poemas escritos allí se parecen a los que había publicado en Nicaragua. La lectura de los parnasianos, con Leconte de Lisle a la cabeza,  deslumbraron a Darío revelándole la forma escultórica de la estrofa, el colorido de la adjetivación y el brillo de las imágenes precisas. Sus poemas son breves y aun cuando en ellos impere todavía el formalismo clásico, en sus versos y estrofas se siente ya un nuevo espíritu. Ese es el caso de Anagke, la tragedia de una paloma contada en silvas, o de Estival, cuyo asunto es la crueldad del poderoso. Poemas donde Darío se va distanciando del dato concreto para ofrecernos parábolas que interpreten una sociedad o un país, mediante el desvelamiento de sus contradicciones. Sus otros poemas de esta época, los llamados artísticos, magnifican y distorsionan los asuntos, a fin de que sus significados se resuelvan sólo en la conciencia del lector. 

En invernales horas, mirad a Carolina.
Medio apelotonada, descansa en el sillón,
envuelta con su abrigo de marta cibelina
y no lejos del fuego que brilla en el salón.

El fino angora blanco junto a ella se reclina,
rozando con su hocico la falda de Alençón,
no lejos de las jarras de porcelana china
que medio oculta un biombo de seda del Japón.

Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño:
entro, sin hacer ruido; dejo mi abrigo gris;
voy a besar su rostro, rosado y halagüeño

como una rosa roja que fuera flor de lis.
Abre los ojos, mírame con su mirar risueño,
y en tanto cae la nieve del cielo de París.

(De invierno)

Juan Valera acertó en sus juicios sobre Azul. . ., al señalar que uno de los rasgos maravillosos de la personalidad del autor era no ser ni clásico ni romántico, ni simbolista, ni decadente sino que lo había revuelto todo sacando de ello la quintaesencia que definía su estilo. Pero lo más importante de sus juicios fue decir que la originalidad aparecía en los cuentos y no en los poemas. El cuento parisién, a lo Catulle Mendés, le había proporcionado un modelo ajustado a las visiones artísticas de su tiempo. El fardo, El rey burgués, o La muerte de la emperatriz de la China recuerdan ese estilo de conversación con la cual se trasmite un chisme; una escritura que reconoce la existencia de un mundo nuevo que requiere una nueva forma; un artificio que satisfaga la subjetividad de los nuevos lectores. En El fardo los personajes viven en hacinamientos humanos, entre paredes destartaladas, sobre callejuelas inmundas de mujeres perdidas que deambulan en noches sin luz. El rey burgués es símbolo de la inmensa riqueza, del gusto refinado; un mercader del arte que ignora al poeta y lo abandona a la muerte, en una noche de invierno, mientras él piensa en el Ideal y el día que viene. Un mundo pesimista y una necesidad de acercarse a los abismos de lo desconocido, para crear nuevas mitologías, son el retrato que hace de su tiempo quien creía que el dinero debe ser exclusivamente usado por los artistas.
Un cambio vertiginoso en el crecimiento de las ciudades se produjo en el último cuarto de siglo del XIX. Según Richard Morse[1], la población en Santiago pasó de los ciento treinta a los doscientos cincuenta mil habitantes, mientras la de Buenos Aires alcanzó los ochocientos cincuenta mil. En esta populosa ciudad  desembarcó Darío el 13 de agosto de 1893. Un nuevo tipo de hombre de la calle y de negocios, de hogar y de burdel, habitaba la primera Cosmópolis hispanoamericana. Aventureros que buscaban, como afirma José Luis Romero[2]el ascenso social y económico con apremio, casi con desesperación, generalmente de clase media y sin mucho dinero, pero con una singular capacidad para descubrir dónde estaba escondida, cada día, la gran oportunidad. «Buenos Aires modernísimo —escribiría Darío en 1896[3]— cosmopolita y enorme, en grandeza creciente, lleno de fuerzas, vicios y virtudes, culto y polígloto, mitad trabajador, mitad muelle y sibarita, más europeo que americano, por no decir todo europeo».
La Argentina de Darío, con su capital donde no habían cien personas que comprasen un libro, pero que editaba el periódico más importante del continente, era el resultado de una revolución en los medios de producción. Entre 1860 y 1913 se invirtieron allí 10.000  millones de dólares, el 33% de las inversiones extranjeras en el área. En ese mismo lapso ingresaron al país 3.300.000 personas que se enrolaron en la economía agropecuaria; en 1887 sus vías férreas alcanzaban los 6.200 kilómetros y en 1900 totalizaba los 16.600, mientras las exportaciones pasaron de los 260 millones de dólares en 1875 a los 460 millones en 1900[4].
1896 es el año de la apoteosis de Darío: se publican Los raros y Prosas profanas y otros poemas. Los artículos recopilados en el primer libro habían sido publicados en La Nación, que desde 1888 contaba a Darío como uno de sus corresponsales. Están dedicados a figuras literarias que llamaban la atención de los modernistas o eran sus predilectos. Camile Mauclair, Edgar Allan Poe, Leconte de Lisle, Paul Verlaine, el conde Matías Augusto de Villiers de L´Isle Adam, León Bloy, Jean Ripechin, Jean Moreas, Rachilde, George D´Esparbés, Augusto de Armas, Laurent Tailhade, Fray Domenico Cavalca, Eduardo Dubus, Théodore Hannon, el conde Lautréamont, Paul Adam, Max Nordeau, Ibsen, José Martí y Eugenio de Castro forman esta galería y vademécum de la nueva literatura. Cada reseña de la vida y las obras de los autores es un canto de admiración, con juicios ciertos y valoraciones exactas sobre tan variado conjunto. Es una obra que resume la lucha de Darío por ventilar, con los aires de la nueva generación, el enrarecido ambiente romanticoide de América. Las frases escritas sobre Verlaine parecen un retrato de si mismo:

Verlaine fue un hijo desdichado de Adán, en el que la herencia paterna apareció con mayor fuerza que en los demás. De los tres Enemigos, quien menos mal le hizo fue el Mundo. El Demonio le atacaba; se defendía de él, como podía, con el escudo de la plegaria. La Carne sí, fue invencible e implacable. Raras veces ha mordido cerebro humano con más furia y ponzoña la serpiente del Sexo. Su cuerpo era la lira del pecado. Era un eterno prisionero del deseo. Al andar, hubiera podido buscarse en su huella, lo hendido del pie. Se extraña uno no ver sobre su frente los dos cuernecillos, puesto que en sus ojos podían verse aún pasar las visiones de las blancas ninfas, y en sus labios, antiguos conocidos de la flauta, solía aparecer el rictus del egipán. Como el sátiro de Hugo, hubiera dicho a la desnuda Venus, en el resplandor del monte sagrado: Viens nous en!...  Y ese carnal pagano aumentaba su lujuria primitiva y natural a medida que acrecía su concepción católica de la culpa.

Prosas profanas, está precedido por un prólogo donde Darío proclama, entre otras preferencias, su amor por la novedad a condición de que sea inactual; exalta el yo desdeñando las mayorías; declara la supremacía del sueño sobre la vigilia y la del arte sobre la realidad, pregonando su horror por el progreso, la técnica, el presente y la democracia: ...vereís en mis versos princesas, reyes, cosas imperiales, visiones de paises lejanos o imposibles; ¡qué quereís!, yo detesto la vida y el tiempo en que me tocó nacer; y a un presidente de la República no podré saludarle en el idioma en que te cantara a ti, ¡oh Halagabal!, de cuya corte — oro, seda, mármol — me acuerdo en sueños.... (Si hay poesía en nuestra  América, ella está en las cosas viejas: en Palenke y Utlatán, en el indio legendario, y en el inca sensual y fino, y en el gran Moctezuma de la silla de oro. Lo demás es tuyo, demócrata Walt Whitman.)
Darío recoge en este volumen los motivos que más le dieron prestigio: la nostalgia de los parques del setecientos, los abates galantes, las marquesas crueles, las elegancias a lo Watteau, la princesa que aguarda al feliz caballero que la adora sin verla y viene a encenderle los labios con un beso de amor; los efebos criminales parecidos a los satanes verlenianos, los cisnes simbólicos y elegantes. La búsqueda de la expresión se hace en base a una musicalidad, que imprime a las palabras, más allá de su sentido lógico, grandes sugerencias. El helenismo, a lo parnasiano, está expresado en idilios de espléndido y artificioso virtuosismo donde lo pintoresco se funde con relieves escultóricos y las evocaciones, clasicistas, están unidas a imágenes españolas de gran colorido, precioso y refinado. Pero es también, sustancialmente, un prodigioso repertorio de ritmos, formas, colores y sensaciones. Sus innovaciones métricas y verbales son deslumbrantes. Pedro Henríquez Ureña[5] , en un comentario a la obra de Darío, en 1905, enumera, entre otras, las siguientes: resurrección del endecasílabo anapéstico y el provenzal; ruptura de la división rígida de los hemistiquios de alejandrino; auge del eneasílabo y el dodecasílabo; cambios de acentuación; invención de versos largos; mezcla de distintas medidas con una misma base silábica, ternaria o cuaternaria; versos amétricos y retorno a las formas tradicionales del verso hispánico.
El placer, sostiene Octavio Paz[6] , es el tema central de Prosas profanas:

La mujer lo fascina. Es colina, tigre, yedra, mar, paloma; está vestida de agua y de fuego y su desnudez misma es vestidura. Es un surtidor de imágenes: en el lecho se "vuelve gata que se encorva" y al desatar sus trenzas asoman, bajo la camisa, "dos cisnes de negros cuellos". Es la encarnación de la "otra" religión: "Sonámbula con alma de Eloísa, en ella hay la sagrada frecuencia del altar". Es la presencia sensible de esa totalidad única y plural en la que se funden la historia y la naturaleza:

...fatal, cosmopolita,
universal, inmensa, única, sola
y todas; misteriosa y erudita; ámame mar y nube, espuma y ola.

En abril de l900 y por encargo de La Nación Darío llegó a París para cubrir los eventos de la Exposición Universal. Allí viviría por algunos años. La Ciudad Luz  arde en esplendor. Sus crónicas sobre el acontecimiento  son juicios valorativos sobre los diferentes sectores y en especial del artístico, como los que emite sobre la muestra de Rodin, quien, para Darío, no es un solo creador sino dos: el inventor de la belleza, clásico y comprensible y el otro, surgido de las mismas fuentes de la naturaleza, el que ha esculpido el Pensador. Pero su entusiasmo por el mundo europeo va decayendo poco a poco, a medida que confirma la ruina de unas sociedades que realizarían las mas horrendas guerras del mundo moderno. El uno de enero de 1901, en Reflexiones sobre el Año Nuevo parisiense, aseguró:

No hay mayor contraste que el de esta riqueza y placer insolentes, y este frío en que tanto pobre muere y tanto crimen se comete, de manera que las bombas que de cuando en cuando suenan en el trágico y aislado  sport de algunos pobres locos, vienen a resultar ridículas e inexplicables. Esto no se acabará sino con un enorme movimiento, con aquel movimiento que presentía Enrique Heine, "ante el cual la Revolución Francesa será un dulce idilio.

Son estos los años cuando Darío toma conciencia clara de ser latinoamericano. Junto a los hermanos Cuervo, Vargas Vila, Blanco Fombona, Díaz Rodriguez, Tamayo, Nervo o Ugarte y Estrada había descubierto que el París y la vida parisina que tanto amaron les ignoraba. Salutación del optimista, escrito para un acto en el Ateneo madrileño, organizado por la Unión Iberoamericana, es una premonición del caos que estaba a las puertas de la historia:

Siéntense sordos ímpetus en las entrañas del mundo,
la inminencia de algo fatal hoy conmueve la tierra;
fuertes colosos caen, se desbandan bicéfalas águilas,
y algo se inicia como vasto social cataclismo
sobre la faz del orbe.

Cantos de vida y esperanza  es el más importante de sus libros. En el prólogo enfatiza en la continuidad de su tarea realizada e insiste en el carácter personal de sus hallazgos. Aparte de sus novedades formales, es un retorno a las preocupaciones  y actitudes anteriores a Azul...: la política, el amor por lo hispano y el recelo ante los Estados Unidos.Cyrano en España, Retratos, Trébol, Un soneto a Cervantes, A Goya, y Letanía a Nuestro Señor Don Quijote intentan una revalidación de la cultura española. Su visión del pasado y el presente abarca las civilizaciones abolidas, los conquistadores y los héroes de las gestas independentistas. Ve el peligro que representan los Estados Unidos como un conflicto  entre civilizaciones: la norteamericana  es joven, agresiva, nórdica, pragmática, protestante; la nuestra, heredera  de dos antiguas civilizaciones en descenso. En A Roosevelt, al optimismo yanqui, opone el alma de la América Hispana que sueña, vibra y ama. Son poemas que buscan las razones de una esperanza en nuestro futuro. Su otra preocupación es la religiosa. El nuevo Ideal está asociado a la fe, como en Los tres reyes magos o Canto de esperanza. Ante el poderío norteamericano y el apocalipsis inminente, fe y poesía son caminos para acercarse al misterio, a lo inefable del porvenir:

¡Torres de Dios! ¡Poetas!
¡Pararrayos celestes
que resistís las duras tempestades,
como crestas escuetas,
como picos agrestes,
rompeolas de las eternidades!
La mágica esperanza anuncia un día
en que sobre la roca de armonía
expirará la pérfida sirena.
¡Esperad, esperemos todavía!
(Cantos)

En la obra y la vida de Darío se resume todo el proceso del Modernismo, y es uno de los más vivos testimonios de las preocupaciones del alma hispánica en una época cuando nuevas generaciones de latinoamericanos no se encontraban a gusto bajo el tutelaje de las culturas dominantes en Europa y América. Desde el repudio a la realidad y su inicial refugio en mundos mitológicos y exóticos, hasta el reencuentro con las preocupaciones sociales y la formulación de las eternas preguntas sobre el arte, el placer, el amor, el tiempo, la vida, la muerte o la religión, hay en él un poeta que comprendió, a cabalidad y con la imaginación, la hora y el espacio que le tocó vivir. 

[1]The Urban Development of Latin America 1750-1920, Stanford, 1971.
[2]Latinoamérica: las ciudades y las ideas, México, 1976, pg., 264
[3]Introducción a Nosotros, de Roberto J. Payró, en Escritos inéditos de Rubén Darío,New York, 1938, pg.,101
[4]Ver: El positivismo y el progreso material (1870-1890), en Historia General de América, de Francisco Morales Padrón, tomo IV, pgs., 395-421, Madrid, 1982.
[5]Rubén Darío, en Obra crítica, México, 1960, pgs., 97-100.

[6]El caracol y la sirena, en Cuadrivio, México, 1972, pg., 41