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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

miércoles, 26 de julio de 2023

"III CONGRESO DE FOLCLOR HISPANOAMERICANO ORESTE PLATH 2023" (SANTIAGO DE CHILE, AGOSTO DE 2023) POR YVAÍN ELTIT








La Universidad de Talca y la Sociedad de Folclor Chileno por tercer año consecutivo estamos realizando el III Congreso de Folclor Hispanoamericano Oreste Plath, cuyo propósito es conmemorar el natalicio nº116 del folclorólogo y escritor Oreste Plath, y los 80 años de la fundación de la Asociación Folklórica Chilena.

Este año lo estamos dedicando a distintos miembros fundadores y miembros dando a conocer su memoria y legado, siempre en un formato abierto, gratuito y web.

En esta nueva versión hablaremos de la primera investigadora de la cueca chilena Emilia Garnham; las reformas educativas en el período del profesor Luis Gómez Catalán, la labor de literatura infantil de Damita Duende, un contrapunto poético entre Abraham Jesús Brito y Evaristo Molina Herrera, y develaremos al desconocido director del Museo Histórico Nacional, Leopoldo Pizarro Leiva.

Entre los invitados cuentan la historiadora Leonora Reyes, el ex ministro y académico José Joaquín Brunner, el vicepresidenta de IBBY Chile Amparo Arias Villalobos, el poeta y abogado Enrique Winter Sepúlveda, la compositora e investigadora Leslie Becerra Reyes, el cantor popular Lautaro Llancaqueo Frigerio, o el director del MUSA, José Luis Brito, por citar algunos.

Invitamos a revisar las piezas gráficas, próximamente enviaremos los enlaces de acceso y gráfica de redes sociales.

Muchos saludos y gracias!

--

Yvaín Eltit.
Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas con Mención en Literatura.
Presidente Sociedad de Folclor Chileno y Sociedad Bach/Director Revista de Folclor Chileno.

PRESENTACIÓN DE LA "REVISTA DE FOLCLOR CHILENO N. 4" (SANTIAGO DE CHILE, 18 DE AGOSTO DE 2023)


 

PRÓXIMAMENTE "VUELO DE PALABRAS" UN NUEVO ESPACIO CULTURAL Y LIBRERÍA EN VALENCIA (OLÉ LIBROS)

 


Buenos días, soy Toni Alcolea, ¡y quiero compartir contigo una noticia ilusionante!

 

Muy pronto vamos a abrir las puertas de "Vuelo de Palabras", nuestro nuevo espacio cultural. Un gran enclave para encuentros literarios y presentaciones de libros, para todas las edades. Objetivo: impulsar el vuelo de palabras, para deleite de lectores sin edad.


Imagínate, un local de 300 metros cuadrados. Con dos salas para talleres, presentaciones, recitales, encuentros y cursos. ¡Habrá vuelos para tod@s!. Pretendemos impulsar lo mejor de la literatura infantil y novela. Y, sobre todo, será probablemente uno de los espacios culturales enfocado a la poesía más grandes de España. Para que la calidad poética vuele alto.

 

¡Estamos creando un ambiente vibrante y lleno de energía literaria para ti!, el alma de nuestra sede editorial. Y queremos que te sientas parte de esta comunidad cultural única… ¡Juntos podemos hacer de "Vuelo de Palabras" un lugar de encuentro inigualable para todos los amantes de la literatura!


¡Te avisaremos! La apertura la tenemos prevista para octubre. Queremos mantenerte informado/a sobre todas las novedades, eventos y oportunidades que tendrán lugar en "Vuelo de Palabras". Si tienes alguna pregunta o deseas obtener más información, como siempre, no dudes en contactarnos.

 

¡Un fuerte abrazo!

 

Toni Alcolea

Director de Olé Libros

 

*La imagen es una simulación generada con IA



CONVOCATORIA DE LA ACADEMIA PERUANA DE LA LENGUA PARA EL SIMPOSIO INTERNACIONAL "CIEN AÑOS DE ESCALAS Y FABLA SALVAJE DE CÉSAR VALLEJO" (LIMA, SEPTIEMBRE DE 2023)


 

DOS COLUMNAS DEL POETA CHILENO YVAÍN ELTIT


 

lunes, 24 de julio de 2023

HEY, MALÚ, NOS VEMOS PRONTO...



Hey, malú, asume la vida de gato

que te toca saltar de techo en techo
porque ni siquiera un poco de sol
los hará volver
porque no nacimos para dar
pero tampoco para recibir
hay que asumir el costo
te estás chalando
nada te llena
y el hastío te agarra de espaldas
por eso le seguimos el juego
a los imbéciles
y corremos en esta carrera de equinos
de mala sangre
cuando el poeta canta su bar cecil
y Dios le guiña un ojo
y por el otro le cae un goterón de tinto
de aburrido tinto.
Hey, malú, nace una estrella
nadie quiere el nobel
pero se mueren de sólo pensarlo
los poetas se odian
toman juntos pero se odian
a quién le importa
que se maten
que se tengan pica hasta la muerte
total, de todas maneras
no tenemos quien nos abrace
porque los gatos se retiran de noche
quién sabe dónde.
Hay que asumir, pendeja
que estás sola
que te bailas un rock
para quitarte las ganas –tú sabes de qué–
porque de tanto perraje patriarcal trompeteado
estás hasta la tusa
y ellos siguen tirándose a partir
prejuiciados
amablemente discrepantes
hey, malú una raja, qué te importa
si ni siquiera encuentras algo que te importe
por eso callas y luego ríes
porque nadie te llena el hoyo,
ni el vino
ni los machitos
ni mirar sus traseros sin forma
no te queda más que caminar borracha
y llegar borracha a tu home
piedrita mendiga.


(De Piedras Rodantes de Malú Urriola, 1988)







martes, 11 de julio de 2023

PRESENTACIÓN DE "EL ABANDONO" DE DAVID CONTE EN VALENCIA, 12 DE JULIO DE 2023



 

"OH POETRY! FEST, HOMENAJE A DIONISIA GARCÍA" EN ALBACETE, 11, 12 Y 13 DE JULIO DE 2023






 

"HERMANOS DE SANGRE" POR EL ESCRITOR CHILENO ANÍBAL RICCI



 

There are times when I feel I'm afraid for the world.

There are times I'm ashamed of us all.

When you're floating on all the emotion you feel

and reflecting the good and the bad.

 

La guerra de Ucrania es un sinsentido. Destrucción de ciudades y personas de la misma etnia. Provoca carestía de alimentos en el tercer mundo, los precios suben y la inflación nos hace más pobres. Todo se muestra por las redes sociales y hay gente que normaliza esta situación. Estallidos sociales que desembocan en guerras civiles, una pobre imitación de esa guerra a mayor escala, porque Latinoamérica desea alcanzar los mismos estándares. No habrá fascistas imaginarios, pero sí podemos reivindicar las miserias de los pueblos ancestrales. Usarlos de bandera de lucha para poner en tabla ideas trasnochadas. No serán miles de muertos, bastarán unas cuantas decenas.

 

En una casa cualquiera ya no interesa la nueva constitución cuando el pan sube de precio todas las semanas. Cada vez más almacenes enrejados, antes eran sólo las botillerías. Una persona iba en búsqueda de efectivo, hoy arman bandas e irrumpen armados en las tiendas. Los niños ya no pueden salir cuando se esconde el sol, en algunos lugares simplemente quedaron encerrados en sus casas. Los narcos se toman los barrios y establecen sus guaridas, tienen soldados para distribuir la droga. Nadie conoce a los hijos de estos narcotraficantes, porque al igual que los del frente ampliado, no mandan a sus hijos a lugares que no les dan garantías. Los colegios municipales están fuera de su paladar porque en ellos se imparte escasa educación, para qué hablar de calidad. Los narcos tampoco dejan que sus hijos jueguen en esas plazas que tienen tomadas. Los del frente ampliado hablan de las elites, cuando ellos son otra igual de ciega y los narcos ya van ostentando el poder sin haber sido elegidos democráticamente.

 

Los niños salen a jugar a las canchas y los padres observan Camaros estacionados en las esquinas. No quieren que sus hijos vean que su padre viaja en bus mientras estos otros tienen autos que valen más que su casa. Para qué estudiar si podemos ser soldados y tener mujeres y carros, más encima a mis liceos les quitaron los patines. Trabajar rinde poco y los precios siguen galopando. Ser narco es una escuela más productiva para hacer maximizar la utilidad. Debes sembrar violencia para proteger a tu red, son padrinos que pueden llegar a ser pilares de la comunidad.

 

Me siento aterrado por este mundo que no da salidas, que parece que involuciona hacia la violencia primitiva, sea en las calles o en las fronteras de las ciudades ucranias. Somos hermanos de sangre, si seguimos por esta senda de los rusos ya no habrá vuelta atrás. La violencia siempre llega para quedarse. Volveremos a tiempos de Hitler o Stalin. ¿Habrá que masacrar otras etnias? Queremos a los cosacos de vuelta arrasando aldeas, matando a mujeres y ancianos. Los gringos son hegemónicos, aunque tienen instituciones fuertes que pueden juzgar a sujetos como Trump. China y Estados Unidos son imperialistas, es cosa de tiempo para que se les sume India. El problema climático debiera ser lo que nos una para salvar a la humanidad. Las guerras y el narco no aportan a la solución, juegan a la estrategia y la guerrilla.

 

Los del frente ampliado deben volver a sus raíces y dejar que otra facción les dé gobernabilidad. Deben volver al foco de la educación, el motor del ascenso social. En Ñuñoa la alcaldesa bregando contra los colegios que sobresalen, quitándole los patines. ¿En qué momento fracasó la revolución pingüina? Ahora enfilan en contra de la calidad. Se hicieron reformas mediocres, ellos debieran ser los encargados de mejorarlas. No de mandar a los niños para la casa y que pierdan otros dos años respecto de los colegios particulares.

 

Somos hermanos de sangre. No hay una sola receta, el ministro de Hacienda lo entiende a medias. Las trincheras políticas deben desaparecer y hay que convenir pactos amplios, si no el reinado actual no logrará ningún avance significativo en materia social y los treinta años de la Concertación se burlarán de su inoperancia. Todo lo anterior estaba mal, pero ahora resulta que todo lo hacen mal. El programa de gobierno ya no significa nada, debido a que enarbolaron consignas cuando eran oposición y ahora que son gobierno simplemente viven para apagar incendios que ellos mismos provocaron. Son unos bomberos pirómanos que en algún minuto deben reconstruir algún discurso coherente.

 

Lo bueno es que hay juventud y el Presidente ya ha dado muestras de pragmatismo. Cambiar no es malo en sí, lo peor es ser consistente con tus propios errores y morir sin siquiera un cambio de timón. La mezcla de esta combustión no es mala. Juventud y experiencia, cada uno en lo suyo, sin estorbarse. Somos hermanos de sangre, si al gobierno le va bien al país le irá mejor. Controlar la delincuencia, controlar los precios, controlar esa soberbia entronizada que tanto daño les ha hecho.

 

Mejorar la educación siempre será el camino, todas las fichas a ese caballo. Somos hermanos de sangre, más pura mientras mayores sean las oportunidades.

 

When you think that we've used all our chances

and the chance to make everything right,

keep on making the same old mistakes.

viernes, 7 de julio de 2023

ANTONIO COSTA GÓMEZ PUBLICA “BALADA DEL CENTAURO EN COMPOSTELA”

 



    La editorial Dalya, radicada en San Fernando, Cádiz, publica el libro “Balada del centauro en Compostela”, del gallego afincado en Salamanca Antonio Costa Gómez.  Dante aprende a mirar el Transmundo mirando el flamante Pórtico de la Gloria en Compostela a comienzos del siglo XIII. Alejandra Pizarnik tiene una visión de plenitud en Compostela bajo los fuegos artificiales. Rivadulla Corcón exalta a los piratas y a Lauren Bacall en las noches de Compostela. Ramiro Fonte inventa su libro “Pasa un secreto” en el café Paradiso. Una druidesa peregrina desde Bretaña a Compostela, adonde se supone que había peregrinaciones desde antes del cristianismo.  El autor escribe un poema sobre un centauro que cabalga entusiasmado por las calles de la ciudad. Si París era una fiesta para Hemingway, Compostela es una fiesta más íntima y profunda para el autor.  Es un espacio de plenitud entrevista y de experiencia profunda.  

    Antonio Costa Gómez nació en Barcelona en 1956, creció en Lugo. Tiene dos licenciaturas universitarias, en Filología Hispánica y en Historia del Arte. Trabajó en distintas cosas, fue profesor de Enseñanza Media, pero siempre fue escritor por encima de todo. Viajó por más de 50 países.  Publicó miles de artículos y 17 libros. Los principales son  “La  calma apasionada”, “Mateo, el maestro de Compostela”, “El fuego y el sueño”, “El huevo”,  “Los camiones de Patagonia” “El caballo de Fussli”, “El cuarto de Dylan Thomas”.  Ganó premios como “Amantes de Teruel”, “Estafeta Literaria”, Delegación de Cultura de Madrid. Y fue finalista del Casino de Mieres, el Nadal 1994, Herralde en 2014, el Azorín en 2018. Apareció en antologías como “Poesía Española Última”, Selecciones Austral, 1983, “Elogio de la diferencia”, Cajasur, 1994.  Fue traducido al francés y al rumano.

V SESIÓN DE LA "CÁTEDRA DOMINGO SANTA CRUZ" (SANTIAGO DE CHILE, 10 DE JULIO DE 2023)

 


PRESENTACIÓN EN CHILE DE "SINTAXIS ASFALTO" DEL POETA JULIO ESPINOSA GUERRA (SECH, SANTIAGO, 15 DE JULIO DE 2023)



 

"CHILE, MEMORIA Y FUTURO. A 50 AÑOS DEL GOLPE DE ESTADO" EVENTO EN CASA DE AMÉRICA (MADRID, 15 DE JULIO DE 2023)



 

PRÓXIMA APARICIÓN DEL IMPORTANTE LIBRO "TOQUE DE QUEDA" DEL GRAN ESCRITOR CHILENO ALFONSO CALDERÓN (EDITORIAL CATALONIA, SANTIAGO DE CHILE, 2023)


 

martes, 4 de julio de 2023

EL POETA LEÓN FÉLIX BATISTA PRESENTA SU LIBRO "POEMA CON FINES DE HUMO" (EOLAS POESÍA) ESTE MIÉRCOLES 5 DE JULIO DE 2023 EN MADRID ("ENCLAVE DE LIBROS", 19 HORAS)



 

"ALLEN GINSBERG" (Y STELLA DÍAZ VARÍN) POR MARTÍN HUERTA (DE LOS ARCHIVOS DE EL PERIÓDICO "LA NACIÓN")

 




Empezaba la década de los '60, era enero, cuando Nicanor Parra fue invitado por la Universidad de Concepción al Primer Encuentro de Escritores Americanos, organizado por el poeta Gonzalo Rojas. También acudieron Ernesto Sábato, Miguel Arteche, Volodia Teitelboim y dos poetas "gringos": Lawrence Ferlinghetti y Allen Ginsberg, entre muchos más. Ginsberg era un poeta de la Beat Generation, con estudios en la Universidad de Columbia y un pasado surrealista ligado con las drogas y el vagabundeo: un payaso, un ser humano, un gurú poético del movimiento hippie, un ser desmembrado desde una sociedad conservadora, un trasgresor litúrgico que vomitaba diatribas contra el consumismo y las guerras, queriendo cambiar este puto mundo con el arte. También daba apoyo a las grandes causas: la liberación sexual, el libre acceso a la marihuana y los postulados del gay power.

Lawrence Ferlinghetti era poeta y también editor, en 1956 le publicó a Ginsberg uno de sus más celebres trabajos: "Howl" (Aullido).

He aquí algún fragmento de "Aullido": "He visto a las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas, histéricas, desnudas / arrastrándose por las calles de los negros al amanecer en busca de una dosis furiosa / cabezas de ángel abrazadas por la antigua conexión celestial al dinamismo estrellado de la maquinaria de la noche…".

Cuando los poetas llegaron al foro de la universidad y se dio inicio al encuentro, de entrada la nota alta la puso Ginsberg voz en cuello exigió marihuana para todos: "Hay que ventilar a este país", adujo. A Nicanor le encantaron "los gringos", con quienes trabó sólida amistad, tanto así que Lawrence Ferlinghetti terminó siendo su editor y luego que éste regresó solo a los Estados Unidos, se trajo a Ginsberg a su casa. ¡Mejor no lo hubiera hecho! Alternaron más de tres meses y Allen exigía al antipoeta tener una buena provisión de drogas.

Parra, para desentenderse de una vez de este especial personaje, invitó a almorzar a la poetisa Stella Díaz Varín a su casa de La Reina. En mala hora la Stella aceptó; pero como no hubo almuerzo, Nicanor pidió a Stella almorzar en casa de ella. Partieron con Ginsberg a la calle El Pillán 1834, en Las Condes. Esta tenía la particularidad de ¡tener un árbol dentro de la casa! En efecto, entre el living y la cocina había un peral. "Nos dio cosa cortarlo", argumentaron Stella y Luis Viveros; su marido.

No bien terminaron de almorzar, Nicanor desapareció de escena y, sin dolor, le endosó el poeta gringo a los Viveros-Díaz. El "gringo" se desordenó cada vez más, tenía la casa pasada a marihuana, llegaba a dormir a la hora de los quesos en compañía de amigotes que recogía en el bar Il Bosco y la situación se empezó a tornar "peluda" para Stella: Luis llamó a terreno a su mujer.

-¡O ese "güevón" o yo!

Stella rompió a llorar. -Démosle otra oportunidad- imploró.

Pero el destino contempla variables inesperadas. Esa misma noche, Allen, presa de terribles alucinaciones -según Stella por el síndrome de abstinencia- se levantó a las 4 de la mañana y los dueños de casa lo encontraron encaramado en lo alto del peral.

-¿Qué haces allí, Ginsberg?

-¡Baja ya!

-He venido a buscar un "cogollou" de marihuana...

-¡A balazos te voy a bajar huevón! -explotó Viveros y partió a su estudio en busca de un arma.

El matrimonio estalló en una conflagración de proporciones bíblicas...

-¡Por tu culpa!... dijo Luis corriendo presa de la ira. Al tanto Stella subió al dormitorio y ambos con pistolas en sus manos se encontraron en la escalera, dispuestos a intercambiarse disparos. Una milésima de segundo de lucidez de los contendientes permitió no cometer un desaguisado... Se miraron a los ojos para luego confundirse en un estrecho abrazo de amor. Las armas rodaron escalera abajo. Cuando las veleidades hubieron amainado, partió Ginsberg, pero la vida nunca volvió a ser igual para los Viveros-Díaz.

Ocho años después, cuando habían separado aguas, y los buenos vientos de la tierra hicieron olvidar los malos ratos, Stella recibió un presente desde Estados Unidos: era Ginsberg que le hacía llegar un nuevo poema y un papel garrapateado que rezaba: "Thank you...! Viva la mariguana! ¡Viva Príapo! / Por favor amo / Por favor amo puedo tocar su mejilla / Por favor amo puedo arrodillarme a sus pies / Por favor amo puedo aflojar sus pantalones azules / Por favor amo puedo mirar su vientre de vello dorado / Por favor amo puedo bajar suavemente sus calzoncillos / Por favor amo puedo tener sus muslos desnudos frente a mis ojos / Por favor amo puedo sacarme la ropa bajo su silla / Por favor amo puedo besar sus tobillos y su alma…" (Fragmento).


LECTURA DE POESÍA EN CARTAGENA, CHILE: "POETAS EN CASA DE VICENTE HUIDOBRO", 8 DE JULIO DE 2023



 

LANZAMIENTO DEL LIBRO "VEINTE PÁJAROS" DE EUGENIA BRITO ("ESCORPIÓN AZUL LIBRERÍA", SANTIAGO DE CHILE, 6 DE JULIO DE 2023)



 

"POR AMOR" TEXTO DEL ESCRITOR CHILENO ANÍBAL RICCI



El hombre ciego apenas distingue las sombras, el daño ocular seguirá su evolución antes de que se extinga la luz. Despierta asustado por un ruido violento en la planta baja mientras su esposa duerme. No enciende la lámpara, sabe que en la oscuridad puede ver más que cualquier mortal. Se calza los zapatos y a tientas se dirige al comienzo de la escalera. Hay alguien en el comedor, su corazón se acelera y toma entre sus manos una pieza de bronce. Desciende sigilosamente los peldaños y se dirige a la cocina. La otra puerta lo separa del sonido. Espera el momento calculando el lugar que ocupa el sujeto. Escucha el crujir del parquet y levanta la escultura.

          –¿Dónde estás Agustín? –se oye desde arriba.

          Retrocede sus pasos y se oculta bajo el descanso. El intruso salta hacia el living y se detiene a los pies de la escalera. Agustín oye su respiración a menos de un metro de distancia, pero está en una posición incómoda para asestar el golpe. La respiración cesa y queda en un limbo. El sujeto ha detenido hasta sus latidos.

          ––¿Dónde estás Agustín? –han transcurrido exactos tres minutos.

          El sujeto comienza a subir los peldaños y los tablones delatan su peso corporal. Agustín no se atreve a salir del escondite y el intruso continúa hasta llegar al rellano. Lo escucha avanzar por el pasillo frente al baño.

          –¿Dónde estás Agustín? Recuerda que debemos levantarnos para ir a Osorno. Ya van a ser las seis y el bus sale a las ocho.

          Agustín empieza a subir la escalera, sabe cómo anular las pisadas. Transcurre un minuto. La mujer asume que está en el baño. Gira su muñeca y enciende el reloj de cuarzo.

          –Ya van a ser las seis, Agustín.

          El delincuente aparece en la puerta y Diana da un enorme grito. Sonido que aprovecha Agustín, avanza el recorrido que conoce de memoria y asesta un tremendo golpe al bulto.

          –¡Agustín, un ladrón!

          El intruso cae al suelo y aturdido apenas articula dos palabras.

          –Tío, soy yo. Elpis.

          Agustín también ha rodado por el pasillo y al oír a su sobrino descansa aliviado. Diana enciende la luz y ve a su marido tirado en el suelo. Elpis se levanta con dificultad y ayuda a su tío.

          –¿Te caíste, Agustín? Recuerda que debemos ir a Osorno.

          Agustín entra a tientas a la pieza hasta que encuentra a su mujer. La acaricia en el rostro y le dice que están a tiempo.

          –Ve al baño y bajas a hacer el desayuno.

          Elpis ayuda a Agustín a bajar la escalera mientras Diana se apresta a tomar una ducha.

          –Tío, discúlpame que te haya asustado. La luz estaba apagada y pensé que dormían. Buscaba un papel en el aparador y de repente escuché a Diana.

          –No te preocupes, fue sólo un susto.

          Se despide y queda Agustín sentado en el living. Hoy irán de nuevo a Osorno y mentalmente planifica el día.

          –Van a ser las seis –le vuelve a insistir.

          Transcurren diez minutos y se escucha a Diana en la cocina preparando el desayuno. Conversan algo trivial y suben a vestirse. A los veinte minutos cierran la puerta con llave y se dirigen al paradero que está a dos cuadras.

          –¿Qué hacen afuera a esta hora? –dice el vecino del frente.

          –Dando una vuelta –se apresura Agustín.

          –Hace frío para estar a esta hora –les responde.

          Están sentados en la banca del terminal. Diana le convida un sándwich y del termo sirve una taza de café.

          –Vamos a Osorno tan temprano. Apenas van a ser las seis.

          –Es la alarma, Diana.

          Transcurre el tiempo y ha llegado el bus al andén. Se acomodan en sus asientos y ella se queda dormida en su hombro.

          Llegan justo a la hora y se detienen en la cafetería de siempre. Él come unos huevos revueltos y ella un pastel. Diana pide la cuenta y saca una tarjeta de crédito de la billetera de Agustín.

          –¿Por qué tienes tantas tarjetas?

          –Tengo varias por si se acaba el cupo.

          Permanecen sentados hasta que los rayos solares elevan la temperatura. El mozo los conoce y retira sus tazas a tiempo. Agustín vuelve a conversar cariñosamente, respondiendo cada una de las preguntas de Diana.

          El hombre la mira, más bien observa su sombra. Recuerda el azul de sus ojos.

          –Eres mi vida, mis ojos. Te amo tanto.

          Recuerda ese último viaje a Bariloche. Diana lucía radiante a sus cincuenta años y estaban sentados en el salón del Peuma Hue. Habían disfrutado de una noche maravillosa en la lujosa habitación con techo y paredes de madera. Estaba nevado y el día anterior habían montado a caballo por la orilla del lago Nahuel Huapi. Junto a la ventana observan ese atardecer mientras comparten una botella de vino. Catena Zapata era su bodega preferida al otro lado de la cordillera. Se conocieron durante una visita al Ventisquero Negro a los pies del cerro Tronador. Celebraban sus bodas de estaño y cuando se conocieron ya era tarde para criar hijos. Agustín poseía unas tierras heredadas de su familia y había sabido invertir el dinero proveniente de los loteos. Dedicaban el tiempo a viajar y estaban asentados en Puerto Varas, aunque tenían una hermosa cabaña al otro lado del lago Llanquihue. Todos los fines de semana acudían a Puerto Octay donde la vida transcurría apacible. Agustín era dueño de la quesería La Vaquita y estaban orgullosos de que sus quesos fueran parte del menú en Argentina. Compró el negocio para que Diana lo administrara. Esa tarde pidieron su famoso queso azul que maridaba perfecto con el Malbec. Ellos se completaban las frases y los silencios. Les gustaban las camas pequeñas para dormir abrazados. Apoyaba su cabeza en el pecho de la mujer que amaba. Conversaban de libros, a ella le gustaba Cortázar y él prefería la magia de Borges. Ambos expertos cuentistas que deleitaban sus almas.

          –¿Nos devolvemos a Puerto Octay? Podemos llegar a tiempo para ver la puesta de sol.

          –¿Hiciste todos los trámites? –le respondía dulcemente con otra pregunta.

          –Claro, en eso hemos estado todo el día.

          Diana compra el pasaje de regreso. Está cansada y sigue con las manos heladas a pesar de todo el traqueteo. La espera al salir de Puerto Octay le pareció algo larga.

          –Tengo sueño, Agustín.

          Se bajan en Puerto Octay y recorren las dos cuadras. Son las once de la mañana y alguien los saluda.

          –Hola Diana. ¿Cómo has estado, Agustín?

          –Venimos llegando de Osorno, Diana me ayudó con los trámites.

          Entran a la casa y Elpis los está esperando en el living. Diana va a la cocina y se quedan solos. Conversa con Agustín que le explica que ella se desveló la noche anterior, que se despertó a la una de la madrugada.

–Tú mismo le pusiste la alarma a esa hora.

          A los sesenta años Diana experimentó pequeños olvidos. Cosas cotidianas, pero como hablaban de literatura y viajes, los recuerdos lejanos permanecían intactos. Perdió lucidez con los años, no así su belleza que adquirió un aire despreocupado. Ella siempre fue delgada y lo que más le dolió a Agustín fue dejar el sexo fuera de la relación. Le fascinaban sus senos pequeños y su trasero bien formado. Llevaba el cabello suelto y una sonrisa que lo enamoraba. Empezó a introducir personajes de Cortázar en las novelas de García Márquez y Vargas Llosa. Mezcla extrañísima, pero que él sabía anticipar enredándola en nuevas historias.

          Hace ocho años Agustín sufrió un ataque agudo de glaucoma, quedó prácticamente ciego y la memoria de Diana quedó atascada en tiempos remotos. Su amor e ingenio lograron templar los lapsus de su mujer. Olvidaba cosas que transcurrían durante el día, a veces pasaban unos minutos y repetía una frase que ya no recordaba.

          –¿Diana creyó que eran las seis de la madrugada? –Elpis imaginó el frío de la noche anterior.

          –Mañana iremos otra vez a Osorno a cobrar la pensión.

 

SESIÓN INAUGURAL DEL SEMINARIO DE MÚSICA "DOMINGO SANTA CRUZ", VÍA FB LIVE ETHICS, 5 DE JULIO DE 2023



 

APARECE EL NÚMERO 134 (JUNIO DE 2023) DE LA REVISTA "PREGÓN CRIOLLO" (BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE FOLKLORE DE CHILE)




 

ANDRÉS MORALES INVITADO AL "XXVI ENCUENTRO DE POETAS IBEROAMERICANOS, HOMENAJE A JAIME SILES Y MÍA GALLEGOS, DE AQUENDE Y ALLENDE, DE SALAMANCA, ESPAÑA" (16 AL 18 DE OCTUBRE DE 2023)



 

LA COLUMNA DEL POETA YVAÍN ELTIT: "KAREN PLATH, AL PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN"



 

sábado, 1 de julio de 2023

IV ANIVERSARIO DE LA MAGNÍFICA REVISTA "ALTAZOR" DE LA FUNDACIÓN VICENTE HUIDOBRO, DIRIGIDA POR MARIO MELÉNDEZ MUÑOZ


 

"AMIGO ENTRAÑABLE" POR ANÍBAL RICCI (CHILE)


 

Los primeros seis meses dormí en el cuarto de alojados y desde el tercer mes comencé a arrendarle la casa de adelante. La limpié a fondo y compré un colchón nuevo, pero todavía mi cerebro escuchaba demasiadas voces como para ir a vivir en solitario. Un automóvil se fue a estrellar contra el portón de la entrada, deformando la puerta chica y sin posibilidades de cerrarla. Acudía todos los días a meditar en el sillón plegable y de a poco acostumbrándome a otras voces que habitaban el nuevo espacio.

 

En ese entonces tomaba 400 milígramos de quetiapina y 200 de Trazodona para lograr conciliar el sueño. Me acostaba a medianoche, apagaba la luz y veía películas hasta las tres de la madrugada. Sin volumen obviamente, tras la pared escuchaba pasos toda la noche y voces amenazantes. La ventana no tenía bisagras, por lo que la sensación de inseguridad era máxima. A cada rato me levantaba en medio de la oscuridad y escudriñaba a través de las cortinas. En una fábrica abandonada hacían fiestas bailables con un locutor que cada media hora hace alusiones retorcidas hacia mi persona. Estos eventos iban los jueves, viernes y sábado, por lo que esos días las veladas de streaming duraban hasta los primeros rayos de sol. Ponía en silencio el volumen del computador y oía un molesto ruido, que no era otra cosa que el disco duro que colaba voces malditas. Evitaba dormir temprano por temor a que los fármacos me dejaran inconsciente mientras ingresaban al cuarto y me apuñalaban. Cristian dormía profundamente, en la noche cuando me escapaba al baño subía a la tina y vigilaba por el vidrio de la ducha. Luego de dos meses no tenía tanto miedo y salía en pijama a recorrer el patio y el fondo que daba a la ventana. Nunca sorprendí a alguien, ni siquiera a los gatos merodeando. De hecho, ellos tenían su baño en la otra esquina que daba a la habitación de Cristian. Los ruidos nocturnos eran infernales, apenas podía mantener la atención en los subtítulos. Prefería las películas de acción y de ciencia ficción debido a sus concisos diálogos. Cristian Cottet contactó a Raúl Flores de la revista Dilemas y empecé a clasificar comentarios de películas del pasado para enviarle semanalmente.

 

Al cuarto mes volví a las salas de cine en compañía de Cristian. Acudíamos a los ciclos a bajo precio de la cineteca de La Moneda. Revisité películas de Wim Wenders, entre ellas Las alas del deseo. Reconozco que el director alemán es medio ampuloso a veces, pero tras una toma cenital, el punto de vista de los ángeles se desplegó magnífico en la pantalla. La cámara se internó por los edificios de Berlín y a pesar de las voces altisonantes que me hablaban tras el telón, pude enfocarme en la película y en medio de la oscuridad iba apuntando frases en mi cuaderno. Nadie se dio cuenta de que tomaba notas, al parecer en ese cine no me perseguía la gente que frecuenta las multisalas. Los ángeles no distinguen colores, desconocen el sabor de las cosas, pero pueden escuchar los pensamientos y susurrar palabras para rescatar a los mortales de la tristeza. Escucho esos susurros, pero son puros insultos que me hacen enfocar mis ojos en la puerta de salida. No hay nadie sospechoso. De verdad Cristian no se da cuenta de las voces que salen de todos lados, aunque por primera vez siento que me están dejando en paz, que sólo hablan de cosas sin importancia. Observo a Cottet y al parecer esta película no le está agradando, pero es la primera que pretendo comentar desde que llegué a Trinidad Oriente. Se está impacientando más de la cuenta y falta media hora para que termine. Sale de la sala y a pesar de quedar desprotegido, permanezco sentado en la butaca haciéndome el leso, tratando de pasar desapercibido entre los otros espectadores.

 

Termina la función y Cristian me espera en el hall de entrada. Mi amigo está molesto. Cómo le explico que me salvó durante estos meses. Los días que cocino hago cosas elementales como arroz, salteado de verduras, puré, hamburguesas y afortunadamente vamos a los chinos una vez a la semana. Cristian a veces hace cazuelas y platos más elaborados, por lo que temo todo el tiempo que no le agrade mi comida. Pero tras esos tensos minutos iniciales disfrutamos de la compañía y sellamos cada almuerzo con un café. Compré una máquina por goteo para hacer café de grano, mi manera de agradecer su amistad. Las tardes son tranquilas, sentados en la mesa rústica al aire libre y escuchando canciones de Sabina, Serrat, el «quiéreme» de Eduardo Aute. Aunque sea de verdad, sabiendo de mis excesos, sin el más mínimo pudor, este hombre luchó por la libertad de todos, incluso de los que ocuparon los cargos públicos. La democracia sobrevino a la dictadura, pero sabemos, un ex mirista como Cottet siempre supo que la izquierda está tan llena de alimañas como la derecha y que van a buscar réditos de sus exilios. La gente que perdió un riñón y fue torturada sabe de lo que habla y Cristian a la salida del cine me dice que la película le pareció una mierda. Los ángeles son seres que en cierto modo aún no han nacido, viven la eternidad sin correr riesgos, no se han jugado la vida en un juego de dados. Miserables que volvieron al país a que les devolvieran su poder con el fin de administrar el destino de los más pobres. Yo le retruco que la película rescata la fuerza de la palabra en esos tiempos aciagos. El actor se detiene en un puesto de comidas, en medio del frío matinal saborea un café y luego fuma un cigarrillo. Eso es lo que envidian los ángeles, le digo a Cristian. Me responde que los hombres le temen a la muerte, no como estos ángeles de pacotilla. Lo abrazo y le digo que es una historia de amor, que un ángel ha bajado a la tierra por una mujer. Una historia tan pura como nuestra amistad. Estoy apoyado en un fierro del Metro y me brotan lágrimas ante este gran hombre que tengo delante. Le convido una yanqui Coca-Cola y nos reímos en silencio. Lo quiero como nunca lo he querido, empieza a anochecer en ese instante y parecemos dos amantes. Amigos del alma que cambian de andén y hacen combinación a la línea cuatro. En la estación se suben unos barristas que patean los fierros y las puertas del vagón, es evidente que van drogados. Al primero que nos toque un pelo lo molemos a patadas. Cottet está sentado al lado del más violento, simplemente lo mira y el sujeto se va calmando. Ese instante ha muerto como si el mundo acabara. Cristian jamás me hizo un reproche, evidentemente no entiende a un drogadicto, pero soy su amigo y si le tocan un pelo, los muelo a palos. Llegando a casa unos borrachos han entrado por la puerta chica. Los golpeamos contra la reja, Cottet me ha dado ese espacio y ahora tomo posesión. Me dice que tengo que mudarme a la casa de adelante. Ya es hora y esa primera noche escuché más voces que en todo el mes anterior. Pero Carlina y Patana fueron a hacer la guardia y espantaron a todos los espíritus. Ese fue el adiós a todos los miedos contenidos, a esos almuerzos tirantes de opiniones encontradas, de dos entrañables amigos de vidas tan disímiles.