La página de Andrés Morales (1962), poeta, ensayista y académico chileno, es un Blog de apuntes y escritos abierto a todos aquellos interesados en la literatura y, en especial, en la poesía. Contiene poemas, artículos, notas, comentarios, críticas, reseñas, fotografías y en general, todos los tópicos imaginables e inimaginables en torno a la poesía, el cine, la prosa y la literatura chilena, hispanoamericana, española y europea de todas las épocas y estilos.
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José Saramago
viernes, 28 de enero de 2022
"LA HORA DEL LOBO" DE INGMAR BERGMAN, CRÍTICA DE CINE DE ANÍBAL RICCI
El título de la cinta corresponde a la hora en que se retira la noche y
comienza a despuntar el día, el instante de penumbra en que se originan más
nacimientos y en que se registra el mayor número de muertes, esa hora del
crepúsculo donde el artista concibe las mejores ideas y creaciones.
Johan Borg ha buscado un refugio junto a su esposa Alma. En su retiro lo asaltan los fantasmas, encarnados en los Von Merkens que viven en un castillo al otro lado de la isla. Son personajes esperpénticos que invitan a cenar a los Borg, unos vampiros que quieren beber de la sangre del pintor, desean apropiarse del genio de Johan, pero a la vez se burlarán de lo que él representa.
Lo mortifican con su antigua novia, una mujer que lo desquiciaba, en contraposición a Alma que desea envejecer junto a él. Llevan siete años viviendo en la isla y al hombre lo asedia el insomnio. Las imágenes de fósforos, su sonido que se apaga, son como el propio Borg perdiendo su chispa creadora y accediendo a espacios de locura donde pululan esos habitantes siniestros.
Estos le van quitando su vitalidad, seres deformados por la cámara que lo asaltan a toda hora. Las escenas del castillo son surrealistas y giran vertiginosamente en torno a esos espectros que disparan ideas para confundir. Cuando el pintor se reencuentra con su ex amante (Verónica Vogler) el zoológico que representan los Von Merkens lo observa desde un rincón, los vemos adheridos a las paredes y al techo, mientras se mofan de la sensibilidad del artista. Disfrutan de sus pinturas, las admiran, pero se creen con derecho a devorar a Johan apoderándose de su alma.
Verónica era la musa que originaba el caos, el lado oscuro del pintor, en cambio, Alma lleva en su vientre la luz proveniente del amor. Son dos caras de la misma moneda, la mente de Johan que lucha por sobrevivir la hora del lobo.
Alma saldrá herida por permanecer junto a este hombre atormentado. Cree que no lo amó lo suficiente, debido a que nunca llegó a compartir sus pensamientos. Si hubiera permanecido a su lado, quizás lo hubiera salvado de sus demonios. Lee el diario de vida de Johan y gracias a esos apuntes descubre los horrores que habitan en su cabeza. El padre de Johan lo encerraba y esa oscuridad de la caverna lo ha perseguido toda su vida. Desea matar a ese niño que aprendió temprano lo que era el miedo. Puede que esas pesadillas sean la fuente misma de su inspiración.
En cierta medida, los fantasmas de la isla representan la suma de los terrores de infancia. Alma lo ama, pero Johan ha llegado a atentar contra su vida. Ella compartía el fulgor del creador, Johan no sabe otra manera de nombrar sus obsesiones. Disfrutaba de su trabajo porque lo amaba, no lo entendía, pero gozaba de su arte. En cambio, los demonios de su cabeza son sanguijuelas que desean robar esa energía creadora, despojar al artista de su esencia, esclavizarlo para después destruirlo. Simbolizan al espectador, al público que es incapaz de amar el fruto de la iluminación. Lo elevan a una categoría superior, pero ante la incomprensión de su obra, prefieren corromper al hombre, destruirlo debido a que jamás llegarán a apreciar al mundo desde el Olimpo.
jueves, 27 de enero de 2022
CONVOCATORIA PARA LA "15TH ANNUAL INTERNATIONAL CONFERENCE ON LITERATURE", 30-31 MAY 2022, ATHENS GREECE
Submit a
proposal for presentation by 7 February 2022. As
we did last year, we will accept both remote (online or pre-recorded) and
onsite presentations. If you need more information, please let me
know, and our administration will send it to you including the abstract
submission form.
Academic member responsible for this conference
- Dr.
Stamos Metzidakis, Professor
Emeritus of French and Comparative Literature, Washington University in
Saint Louis, USA & Adjunct Professor of French, Hunter College-CUNY,
USA
Finally,
the March Issue (Volume 9, Issue 1, March 2022) of the Athens
Journal of Philology has been uploaded. I paste the table of contents
below.
TABLE OF
CONTENTS |
|
Download the entire issue (PDF) |
|
i-viii |
|
A
Discursive Study of the Unscheduled Dialogue in G. Kanafani’s Returnee to
Haifa |
9 |
The
Role of Phonetics and Prosody during a Second Language Learning Plan |
23 |
Greek,
Latin, Sanskrit and Tamil: The Meaning of the Word Ἐρυθρὰν in Erythraean Sea |
47 |
Lost in
the Scotch Mist – New Attributions to Tobias Smollett |
77 |
miércoles, 26 de enero de 2022
HA MUERTO EL JOVEN POETA CHILENO DANIEL OSORIO... (NOTA DE LA POETA CUBANA DAMARIS CALDERÓN)
DANIEL OSORIO, Fragmentos e iluminaciones
"A PROPÓSITO DE MIEDO Y VOCES NE MI CABEZA, NOVELAS DE ANÍBAL RICCI" POR NICOLÁS POBLETE PARDO
A propósito
de Miedo y Voces en mi cabeza, novelas de Aníbal Ricci.
Fear (2007)
fue el título de la primera edición (Editorial Mosquito) con su
desestructuración del tiempo, en cambio en esta última versión, bajo el título
de Miedo (2021), editado por Zuramérica, el elemento de búsqueda a
través del extravío deviene en un ritmo diferente que obedece a la construcción
de una obra en tres actos con un clímax más nítido.
Los
personajes de las dos novelas buscan contextos urbanos debido a que son
espacios delimitados; particularmente en Miedo la naturaleza (el aire
libre) desorienta al protagonista: el horizonte se vuelve muy amplio y la
armonía del paisaje lo hace sentir insignificante y deprimido. El extravío
mental (temática abordada desde la paranoia y la esquizofrenia) necesita
anclajes, una red para funcionar (en Voces… ese lugar lo ocupa el tren
subterráneo), un universo con límites donde su mente se muestra muy acuciosa
para inspeccionar lugares.
En
Miedo si el personaje no logra escanear los lugares que se interponen en
su camino, el miedo lo inunda y el delirio de persecución se desborda. Plaza
Ñuñoa y Bellavista son lugares de discotecas, en Providencia se provee de
prostitutas y tanto Matta como Vicuña Mackenna lo asocia al comercio de transexuales.
Son lugares donde es imposible encontrar cariños genuinos, representan
espejismos de emociones para escapar de la tristeza y la frialdad de la ciudad.
Las marcas urbanas son necesarias para configurar la mente extraviada y el
personaje busca figuras conocidas en cada uno de esos lugares: necesita
certezas, no incertidumbre.
El
personaje de Miedo está extraviado principalmente por las drogas. Ha
perdido el afecto de su pareja (sólo queda lo sexual) y queda náufrago en el
Barrio Brasil que luego de la medianoche se torna desértico. Al principio no se
drogaba, pero para mantenerse dentro del mundo de su pareja, deja a un lado el
deporte (droga) por otro escapismo más sintético. Teme quedarse solo, a su modo
está demasiado enamorado de esa mujer oscura que intuye ya no lo ama.
En
Miedo, ante la ausencia de amor, el personaje invoca la emoción, quiere
escapar de la depresión que lo ha inmovilizado en otros episodios de su vida.
Observa el mundo con frialdad, donde la alienación y el nihilismo mantienen a
ese cuerpo físico en funcionamiento. El caos de las drogas lo ha sumido en
entornos peligrosos (travestis, prostitución) y dentro de la empresa la
sociedad cerca sus espacios de libertad. La droga y el bullying disparan la
huida, de sí mismo, del trabajo que dejó de significar una ruta viable (otra
droga), quizás también la propia sexualidad es un detonante de la huida.
En
cambio, en Voces… el extravío tiene un sustrato esquizofrénico: ausencia
de afectos y mente compartimentada en distintas personalidades. La
esquizofrenia le hace interpretar emociones bajo distintas sensibilidades. El
Metro funciona como máquina del tiempo, pero los nombres de estaciones remiten
a una red neuronal (guía para una mente dispersa) que lo sitúa en parajes
específicos. Las referencias al cine de terror dan cuenta del escenario
esquizofrénico (el de la dictadura) y el gen mutante le permite intentar una
explicación a ese mundo caótico. La fuga parece más infinita en Voces…,
se trata de una mente cuántica que dos veces por segundo reconstruye una y otra
vez el ambiente que lo rodea.
El
miedo es el gran movilizador del comportamiento en un esquizofrénico: terror a
no volver a ser el mismo tras cada brote de la enfermedad. En Miedo la
espiral es descendente, con cada inhalada, más difusa es la salida, es un
escapismo que lo va encerrando dentro de su mente. En Voces… el gen
esquizofrénico conlleva temor, pero también conocimiento; el personaje aprende
a conocerse y empieza a huir de sus voces interiores (en Miedo nunca lo
logra).
Miedo
es la respuesta a la dictadura y sus ataduras; Voces… navega más la
transición de la Concertación. Al final de Voces… hay esperanza para el
personaje, pero a qué precio. Queda solo, aunque conquista cierta paz. Todo lo
que tiene que ver con el mundo neoliberal trae consigo aislamiento, pero ese
aislamiento es disfuncional, trae caos.
Las
violaciones de la dictadura son violaciones que marcan el cuerpo y lo
diseccionan del espíritu. La búsqueda de otros cuerpos (igual de alienados)
mediante la prostitución retrata un mundo sin futuro. El libre mercado heredado
también satisface al cuerpo (necesidades básicas) pero encapsula al ser humano,
lo aliena de su comunidad mediante la persecución del bienestar individual.
La
transición a la democracia no fue la respuesta, pero tampoco se hallaría en la
sublevación mediante las redes sociales: otro mundo alienado donde las minorías
imponen su punto de vista. Mediante el caos y la violencia no se logrará más
que caos y violencia. Las redes sociales siguen ese espíritu descalificatorio
que representa una supuesta diversidad. Donde los grupos ¿progresistas?
(primera línea) buscan encontrar respuestas a demandas sociales, en realidad
constituyen un artefacto que niega la diversidad del pueblo que dicen
representar. Simplemente interpretan el odio hacia el otro: el infierno es el
otro, una idea muy sartreana.
En
Voces… una vez que el personaje abraza la meditación sanadora, sabe que
la paz no llegará mediante la violencia autodestructiva ejercida sobre los
cuerpos (mutilados o muertos). La búsqueda tampoco tiene nada que ver con más
mercado o más estado, la salvación y la paz consiste en cultivar una actitud
empática con el otro: el violador de derechos humanos debe decir dónde están
los cuerpos, así como el que protesta debe dejar de violentar el espacio físico
de sus semejantes (la ciudad como cuerpo habitado). Las redes sociales y la
violencia, en definitiva, no son la respuesta.
Los
personajes de ambas novelas no conectan con el mundo femenino, le es muy
difícil relacionarse con ellas, pero su desencanto radica en que no reconoce un
instinto maternal en ellas, más bien las observa como un despiadado mecanismo
darwiniano. El personaje busca (en su desesperación) un tipo de mujer más
cariñosa, menos despiadada. Una prostituta lo seduce con sus frases aprendidas,
diseñadas para agradar en el mundo de libre mercado a que está habituado. No
sólo busca lo femenino en las prostitutas, llega al extremo de seducir a
transexuales, una representación externa de la psiquis de una mujer. Podrá ser
peligroso el mundo donde se desenvuelven estos seres (extorsiones, funas), pero
tampoco se trata de algo que haga tanto daño como romperte el corazón.
Satisfacer el cuerpo, lo externo, el mercado de lo sensorial. El mundo de la
publicidad da respuestas rápidas, de fácil acceso. El protagonista no está en
condiciones psicológicas de enfrentar una nueva ruptura amorosa, su
personalidad ya está dividida y el miedo a romperse, a malograrse, simplemente
lo inmoviliza en la mecánica de los cuerpos.
lunes, 24 de enero de 2022
"LICORICE PIZZA", CRÍTICA DE CINE DEL ESCRITOR CHILENO ANÍBAL RICCI
LICORICE PIZZA (2021)
Dirigida por Paul Thomas Anderson
Escenas despreocupadas y un aire de nostalgia situado en Los Ángeles de
la década del 70. La reconstrucción de época es simplemente maravillosa, la
música es el telón de fondo perfecto para retratar a los personajes. Gary, un
joven productor de 15 años, que invita al bar a una chica 10 años mayor, Alana,
aspirante a actriz que tiene una vida mucho menos resuelta que la del joven
Gary.
El título de la cinta corresponde a la manera popular con que se denomina
a los discos de vinilo, parecería un fetiche de la época de la adolescencia,
pero las escenas están tan bien urdidas, que fluyen naturales entre esas
canciones y un montaje que no deja rastros de su hilván.
Son imágenes de un color antiguo que flotan ante los ojos del espectador
y reflejan fielmente los inseguros pasos de la adolescencia. Esa magia en que
creemos estar viviendo una secuencia que no se detiene cada vez que nos
levantamos, ese apenas atreverse a rozar la mano de una chica y aunque no pase
nada (el sexo no era necesario en esta cinta) las emociones desbordan a estos
personajes. Gary se involucra en variados negocios, arma su vida a cada
instante, mientras Alana siente que va tomando decisiones equivocadas y que su
vida no alcanza ningún objetivo.
La química entre los dos actores jóvenes puede que sea el epicentro de la
película. Él es encantador y no esconde dobleces; ella apuesta por una
sensualidad que no siempre es tan genuina, pero el cariño que siente por Gary
va aumentando conforme pasan estas dos horas deliciosas.
Gary observa desde lejos como Alana se relaciona con algunos chicos
mayores. La idealiza y está ahí para sostenerla en cada caída. Su amor es leal
e ingenuo, en cambio Alana muchas veces es cortante y desnuda la realidad de
una vida futura no tan promisoria.
Los personajes secundarios aparecen los minutos precisos en escenas que
develan las obsesiones de unos adultos que no congenian con el tono mágico que
fluye entre Alana y Gary. La cinta no incurre en los cinismos típicos de las
comedias románticas, hay una estética luminosa que nos impone el punto de vista
de estos chicos y sentimos sus vidas como propias.
Las historias secundarias de hecho nunca se concretan, el espectador las
ve salir por unos fuera de campo inconclusos, sólo interesa el destino de la
pareja protagónica e incluso al final, esas anécdotas adolescentes parecen
llegar a su fin y al espectador le queda una sensación de que se le escapa el
agua entre los dedos.
Los travellings de los chicos corriendo por las calles o acudiendo a su
encuentro son fantásticos. Fotografían ese amor de estar compartiendo los
instantes más alucinantes de sus vidas, capturan ese tiempo que vuela ante sus
narices.
La película semeja una sola escena continua donde escasean grandes
acontecimientos, sólo fluye el sentimiento de una época que parece extenderse
de manera placentera en la retina del espectador.
Quizás el mérito mayor de la cinta es que logra que rememoremos nuestra
época adolescente, entendamos los pequeños conflictos de los personajes y los
amemos tanto como ellos mismos.
viernes, 21 de enero de 2022
jueves, 20 de enero de 2022
NUEVA CRÍTICA DE CINE DE ANÍBAL RICCI: "EL PODER DEL PERRO" DE JANE CAMPION
EL PODER DEL PERRO (2021)
Dirigida por Jane Campion
¿Hemos visionado un
western crepuscular donde la civilización se abre paso sobre el mundo vaquero?
¿O se trata de un thriller moderno que nos da pistas de cómo burlar la ley? ¿O
simplemente un melodrama de emociones ocultas y personajes siniestros? Quizás sea
de todo un poco y la mezcla de géneros cinematográficos es hábilmente urdida
por la directora.
El comienzo responde
cabalmente a un western de los de John Ford, pareciera que el personaje de Phil
fuera una especie de John Wayne, bajo el dintel de una puerta, esperando
ingresar a ese inmenso escenario al aire libre. La naturaleza es un personaje
importantísimo. La directora la ha caracterizado con su propia música, a veces
tranquilizadora, pero muy a menudo representada por unos violines amenazantes.
Los paisajes omnipresentes, en cierta medida observan la moralidad de los
personajes.
La acción se sitúa en
la segunda década del siglo pasado, en un rancho a cargo de los hermanos
Burbank. Phil es el hermano salvaje y controlador, mientras George busca ser conciliador
y sería el hermano burgués. Ambos asistirán a una taberna pueblerina propiedad
de Rose. Es el primer encuentro de Phil con el hijo de la mujer.
Phil ha controlado a
su hermano por 25 años y siempre está hablando de su mentor ya fallecido, Bronco
Henry. La película no ofrece algo muy difícil de digerir: juegos de poder
tácito entre Bronco Henry y Phil, entre Phil y George, y ahora que el hermano
se ha casado con Rose, entre Phil y Rose. Phil aprendió de Bronco Henry a marcar
su territorio, sobre todo con Rose a quien no la dejará respirar, debido a que la
considera responsable de destruir su paraíso.
El personaje de Peter
es central en la trama: es afeminado y no lo oculta, en cierto modo tiene mayor
libertad que los otros que juegan papeles más rígidos. Sobre el eje de este
personaje, Jane Campion juega sus cartas y alterna su supuesta debilidad con
unos contrapicados de un ser que planta trampas, disecciona animales y esconde
rencores profundos.
Al comienzo de la
cinta, la voz en off de Peter nos avisa que haría cualquier cosa por salvar a
su madre. Hay mucho de Hitchcock en ese inicio y el thriller se completa con la
escena final de Peter enguantado, escondiendo la soga envenenada bajo la cama.
Peter es un personaje
oscuro y en algunos pasajes las escenas parecen provenir de una cinta de
terror. La cuerda, ese cordón umbilical que esconde la traición es un símbolo
siniestro. Peter encubre sus acciones bajo su disfraz de homosexual.
No se trata de una
historia muy enrevesada, pero si hay algo que criticar de la cinta es que la subtrama
que une los pedazos, la homosexualidad escondida del mundo vaquero, se tarda
una hora y diez minutos en aflorar. Jane Campion abusa de cierta monotonía para
esconder una historia simple, la de un ser vengativo que ha sido avergonzado
por un depredador que esconde misoginia, machismo y homosexualidad. Una gran
interpretación de Benedict Cumberbatch, que maneja a la perfección esos matices
y representa a un lobo que al final será una oveja que va directo al matadero.
Quizás resulta forzada
esa especie de justificación del asesinato: todo lo hizo para que su madre
encontrara paz. Peter es un psicópata de tomo y lomo y ese guiño a Psicosis
(1960) no cuaja del todo. Rose es un personaje demasiado débil (alcohólica,
acaso se insinúa sexualmente al hijo) como para generar el respeto de Peter. Molesta
la idea de que la debilidad de la madre engendró a este ser afeminado, pero
resulta mejor la explicación de que Peter es un ser calculador y rencoroso y
que buscó por todos los medios vengarse de los desprecios de Phil y su jauría
de vaqueros.
Todo el telón de
homosexualidad que sugiere la cinta está expresado sin mediar el acto sexual.
El tono demasiado delicado, Phil oliendo un pañuelo, fotografías de desnudos
artísticos, los baños en solitario y las caricias a la silla de montar
responden a la sensibilidad femenina, desde luego la directora es mujer. Puede
ser interesante la debilidad oculta bajo la apariencia de macho, pero la
transición de Phil desde un ser brusco y abusador hacia uno dispuesto a
entender la sensibilidad de Peter resulta poco convincente.
Habría que suponer que
Bronco Henry fue el amante de Phil y que debido a que vivía en Montana, Phil
enterró bajo llave algunos de esos abusos y en el fondo sufrió el síndrome del
abusado y en realidad siempre ha sido una persona fácil de engañar.
Demasiados supuestos
para una trama bien simple, ejecutada con una estética tan depurada que permite
ocultar todos los hilvanes.
En este comentario y
en el cascarón de la película hay una explicación bíblica para las acciones del
personaje, eso tampoco convence demasiado, es como una derivada artística,
cuando en realidad, la explicación más burda de una vendetta contra la jauría
resulta mucho más sostenible.
No es una película muy disfrutable,
está bien filmada y su estética es depurada, pero su ritmo es flojo y los giros
de guion implica al espectador tragarse muchos ripios. Luego de más de una hora
de metraje, resulta un melodrama bastante convencional con pulsiones
homosexuales de fondo.
CRÍTICA DE CINE DEL ESCRITOR ANÍBAL RICCI: "NOCHE DE FUEGO" DE TATIANA HUEZO
NOCHE DE FUEGO (2021)
Dirigida por Tatiana Huezo
La primera vez que brotan lágrimas en la película, Ana las ha dejado caer
ante la pérdida de su cabello. La madre se lo ha mandado a cortar bajo el
pretexto de unos piojos inexistentes. En la escena posterior, la niña camina
sola ladera abajo entremedio del ganado, mientras la naturaleza llora junto a
ella (que bella elipsis), una simbólica lluvia a cántaros que expresa la
tristeza ante la pérdida de su femineidad. Ana deberá semejarse a un niño,
debido a que ser mujer es peligroso en ese entorno, la directora nos irá dando
pistas para desentrañar el misterio.
Las palabras no dichas tienen un peso enorme, el silencio es una especie
de código que hay que saber interpretar. Esos silencios del ámbito natural son
frecuentemente interrumpidos por el zumbido omnipresente de los helicópteros.
El ruido que rompe el silencio que emana de los insectos es siempre amenazante,
una escena cargada de rojo nos advierte del peligro. Ana contiene la
respiración bajo las sábanas, esquivando la presencia de esos helicópteros que
lanzan veneno desde las alturas.
Las flores rojas de las amapolas también desentrañan peligro, su belleza
no es suficiente para ocultar la opresión que se vive en esa aldea en las
montañas del estado de Jalisco.
Por los noticieros nos enteramos de la corrupción de la policía, no sólo
hay que temer de los narcotraficantes que esclavizan a la población. El
profesor rural les pregunta a las madres por sus miedos y el silencio impone un
manto sobre los misterios de las desapariciones. Nunca serán explicadas, pero
el espectador intuye que un peligro antinatural se cierne sobre las hijas. El
maestro de la escuela está preocupado, le voltea una silla a Paula (una de las
tres amigas), un claro ejemplo de que las cosas en el pueblo están de cabeza.
También hay tiempo para los toros en medio de canciones populares. Las
muchachas han crecido bajo la apariencia de chicos y su danza desnuda la
feminidad escondida. Regresan a casa de noche y en el camino descubren a una
chica muerta, una señal de que los narcos vendrán a buscarlas.
En la escena siguiente, un becerro entra a la casa y se sube a una cama,
las cosas están trastocadas en esa aldea donde hasta los animales se sublevan.
Se intercala lo lúdico, las chicas se abrazan y tararean una melodía, la
amistad cómplice es lo único que las protege, la cámara gira mientras juegan a
adivinar sus pensamientos.
Los disparos interrumpen la tranquilidad, surgen las camionetas negras de
los traficantes y la directora nos explica qué hacía Ana en la primera escena:
esconderse en una excavación en la tierra para que los delincuentes no se
enteren de su presencia. En estos primeros cuarenta minutos hemos descubierto
el origen del peligro y el clima opresivo que las niñas deben alternar con sus
juegos de infancia.
Los planos fijos al interior de la casa son demoledores. Rita (la madre
de Ana) siempre espera que llegue el momento de la desgracia, sentada en medio
del sillón de la habitación principal. En esos silencios de quietud todo está
pasando: miedos, tristeza, sobre todo silencio. La ausencia de acción presagia
un desenlace terrible. Ellas habitan una tierra de nadie, los narcotraficantes
asolan el valle disparando sus metralletas ante la vista y paciencia de
uniformados que se cubren bajo sus vehículos.
Los habitantes del lugar trabajan en la recolección de goma de amapolas
(precursor del opio) que mueve la economía bajo la complicidad de la policía.
Los que desempeñan esa labor están protegidos y no deben pagar por su
protección. Los animales pastan en libertad, en cambio esa gente es trasladada
en camiones asegurados por candados. Viven en una prisión, en tanto Ana atrapa
a un alacrán dentro de un frasco. Todos son insectos en ese pueblo, esperando
su muerte, el alacrán simboliza que no hay escapatoria.
«Me escondes como un gusano», le dice
Ana a su madre. Rita le confiesa que algo le hacen a las niñas y el silencio
esconde los detalles. Las chicas se bañan en el arroyo y enlazan sus manos bajo
el agua. Tararean esa canción mirando al cielo, se relajan, pero luego el rotor
de los helicópteros anuncia el peligro sobre la población.
Las adolescentes adivinan sus
pensamientos a través de un hueco en la pared. Ana ha tenido su primera
menstruación y la madre reacciona con frialdad, sabiendo que no es bueno
convertirse en mujer en ese verdadero infierno.
Todo lo anterior parece una distopía
recreada en la mente de la directora, pero estamos frente a una realidad vivida
en muchos poblados de Latinoamérica, donde los femicidios suceden a diario y
las mujeres son una moneda de cambio.
La cámara enfoca la luna. Aparecen las
camionetas negras, con vidrios polarizados para escudar a los victimarios. La
madre esconde a Ana bajo tierra y estalla en un grito nervioso. Las balas
arremeten contra el frontis y ambas mujeres lloran. Esta segunda vez para
comunicarle al espectador que las lágrimas son una cuestión de vida o muerte.
Tendrán que huir… Ana corre desesperada hacia el pueblo, en un travelling
inquietante que desembocará en barricadas levantadas por los hombres del
pueblo, dando comienzo a esa noche de fuego que anuncia algo peor: María (otra
de las amigas y hermana de Margarito) ha sido secuestrada por los terroristas,
los perros no ladraron y el llanto de su madre es desgarrador. Ana enfrenta con
su silencio al hermano, sabe que es culpable por haberse involucrado con el
narcotráfico. Las dos amigas sobrevivientes huyen de espaldas a la cámara. El
silencio es sobrecogedor.
La directora ha contado esta historia
bajo una mirada documental, un entomólogo que ha dado cuenta de los insectos
que habitan el valle. En ningún momento expresa sensiblería melodramática. Este
es un drama griego y las pocas veces que asoman las lágrimas son para
interrumpir la opresión que ni siquiera el silencio puede contener. Los ruidos
de helicópteros, camionetas, de perros ladrando interrumpen esos silencios y
los tiñen de sangre, del color de las amapolas, que esconde una historia de
sucesivas muertes y desapariciones.
Esta producción mexicana recuerda esa atmósfera opresiva de La tierra
y la sombra (2015) del colombiano César Augusto Acevedo. Persiste esa
incapacidad de los personajes de escapar de ese purgatorio de muertos
vivientes, se nota en la postura de los cuerpos de las madres, derrotadas por
la explotación de la tierra y sumidas en las sombras de sus mentes.
Al día siguiente, las mujeres abandonan
el pueblo. Ana tararea la melodía de siempre y el fundido a negro pone punto
final a esta pesadilla.
lunes, 17 de enero de 2022
domingo, 16 de enero de 2022
jueves, 13 de enero de 2022
"MECÁNICA DE OLVIDO" POEMA INÉDITO DE ANDRÉS MORALES
(Zagreb, 2021)
Cada mañana,
a las seis en punto
siempre,
Anna saca sus flores
en sus pequeñas macetas.
Cada mañana limpia la
ventana
en el viejo ministerio
ahuyentando a las palomas
que ensucian su paisaje.
Anna observa la calle,
el parque, la avenida
y divisa un hospital
lejano en la distancia.
El mismo que aparece
ahora en su memoria,
u otro -ya no sabe-
distinto e imborrable.
Aquel de la ciudad
de Vukovar, lejano.
Aquel donde hace tiempo
perdió toda esperanza.
Aun así, cada mañana,
a las seis en punto
siempre
Anna saca sus flores
en sus pequeñas macetas.
"BELFAST" CRÍTICA DE CINE DEL ESCRITOR CHILENO ANÍBAL RICCI
BELFAST (2021)
Dirigida por Kenneth Branagh
https://cuevana.pro/pelicula/belfast
El director ha recreado momentos de su infancia en este guion realizado
con mucho cariño por los personajes.
Introduce de inmediato al espectador en el Belfast ambientado en 1969,
año en que se inicia el conflicto entre los protestantes y la minoría católica,
conflicto que se prolongará por otras tres décadas y el que Branagh traslada a
la mirada de Buddy, un chico de nueve años interpretado por un magnífico Jude
Hill. El aterrizaje en ese mundo de palos y bombas molotov es violento, pero el
director lo observa con ojos de niño, por lo que el carácter terrorista que
adquirirá el conflicto no será el foco de atención principal.
El chico se las arreglará para jugar a la pelota, a los cazadores de
dragones y perseguir a una compañera de curso. Buddy no entiende el porqué del
odio a los católicos, a los que distingue sólo por su capacidad para confesarse
en la iglesia. La niña de la que está enamorado de hecho es católica y el
muchacho lucha por sus notas con tal de sentarse a su lado. La mirada tierna y
lúdica también se materializa en los diálogos que sostiene con sus abuelos,
unos increíbles Ciarán Hinds y Judi Dench.
La madre (Caitriona Balfe) ha criado a los chicos casi sola, debido a que
el marido acude al trabajo en Londres. Ella conforma el corazón de la familia y
es la que toma las decisiones. La actriz está perfecta en el papel de una madre
abnegada y que el chico idealiza y ve siempre hermosa e incluso cuando se enoja
parece ser una persona muy dulce.
Hay espacio para hacer volar la imaginación en otros ámbitos, el cine por
ejemplo, que indudablemente marcó la infancia de Kenneth Branagh. Las películas
le mostraron las diferencias entre el bien y el mal; los personajes de los
westerns El hombre que mató a Liberty Valance y A la hora señalada
son citas perfectas.
La fotografía en blanco y negro es luminosa, la de un maravilloso
recuerdo infantil, que de vez en cuando recurre a unos contrapicados de la
familia enfrentados contra un cielo luminoso, a pesar de la violencia que se
respira en las calles llenas de barricadas y vecinos con antorchas.
El conflicto no adquiere una densidad real, el niño se ve envuelto en un
asalto a una tienda y en su inocencia roba una caja de detergente. En ese
pequeño evento, la madre le hace ver lo inapropiado de su comportamiento y al
padre de Buddy le encara, por enésima vez, uno de los fanáticos protestantes.
En esa escena hay un arma involucrada y la madre recién comprende que el
conflicto puede alcanzar a la seguridad de sus hijos.
El guion triunfó en los Globos de Oro, es una historia simple muy bien
hilvanada y el casting acertadísimo nos sitúa en esa infancia que convive a
diario con la muerte y que la religión aborda de manera tan tosca.
domingo, 9 de enero de 2022
TRES POEMAS DEL ESCRITOR CHILENO THEODORO ELSSACA
Damero
Bajo un reloj detenido por siglos
el pianista ciego eleva la música
pulsando con certeza las blancas de marfil
y matemáticas las negras de ébano.
Sus manos se reflejan áureas
en la lustrosa madera,
secreto sarcófago de mi nostalgia
sobre el marmóreo damero.
La clavija de bronce bien templada.
En el cielo, lámparas de fulgor y cristal
luz absorbida en el granate del terciopelo
como el sonido y las voces que me abandonaron.
Hace reverberar imágenes insepultas
que emergen de la negrura del instrumento
igual a un halcón herido
arrastrado por la tormenta.
Geometría de las Palabras
Hago malabares con el lenguaje,
lanzo al aire
lo genuino matérico
de la escritura, busco sus
facetas,
los prismas que cortan cada
rasgo.
Para mí las palabras son
tridimensionales.
Unas más cúbicas, pentagonales,
poliédricas o redondas,
que en su movimiento se tornan
esféricas, y danzan entre
pirámides
construidas con letras o sonidos
de palabras iridiscentes. Veo en
el aire
sus palmarios movimientos áureos.
Se armonizan y forman conjuntos
o colisionan semejantes a
meteoritos.
En su vulnerabilidad o riqueza
pulsan con fuerza sus códigos.
Conjuro de la palabra poética.
Crean diagonales y tangentes,
construyen la geometría semántica
de nuestros delirios y
pensamientos.
Se elevan como torres de
marfil.
Desde sus miradores auscultan
cada idea nuestra, enarbolada
con sus significantes
enmascarados.
Subrepticias nos demuestran
que somos
lo que pensamos:
palabras.
Selva de mi Sur
Asumo el paisaje
en íntima actitud
poética.
He visto bosques
dialogando
al viento, o
petrificados
bajo la densa
niebla.
Permanecen erguidos
bajo la lluvia
y en la noche giran
con los astros.
He conocido árboles
mejores que
personas.
Un olivo me saludó
al paso
y besó mis heridas
abiertas.
Heroicos elevan su
fruto místico
emblema triunfal de
la historia,
testigos de la
magnética Palestina.
He visto asesinar
bosques,
caer como dignos
gigantes.
Respira la arboleda
el mismo aire
que respiró el
tyranosaurius rex,
respiro.
Bebo la misma agua
que Heráclito viera
pasar
por aquel río
legendario,
la misma agua que
el bosque y el rex.
Habitado por ninfas
y leyendas,
el boscaje es la
selva de mi sur,
donde relampaguean
ojos de huemul.
La floresta es la
vestidura de la tierra,
en el misterio de
su éter reside el aura.
He visto asesinar
bosques sin pensar
que son más
necesarios que personas.
Aquí hubo un bosque
hoy, rodeados de
muerte,
solo quedan cenizas
en el aire.
Quise salvar al
bosque, al mundo.
Solo quedan cenizas
en el aire.
Tal vez, tal vez la
humanidad
no merezca seguir
viviendo.
Theodoro Elssaca es poeta, narrador,
ensayista, artista visual, fotógrafo antropologista y expedicionario. Viajero
impenitente y autor de numerosos libros, desde: Aprender a morir (1983),
pasando por Viento sin Memoria (1984), Rapa Nui
(1988), El espejo humeante-Amazonas (2005), Travesía del
Relámpago (antología, Madrid 2013), Fuego contra hielo
(Madrid 2014), Celebración del instante 365+1 Haiku (Ediciones
UC, 2018), hasta su reciente obra Huésped del aire-visiones desde la
pandemia (HB Editores, 2021).
Ha recibido reconocimientos como el Premio Mihai Eminescu, por su prosa, Rumanía (2013). Premio Poetas de Otros Mundos, España (2014). Premio Rubén Darío, otorgado por el Instituto Literario y Cultural Hispánico de California-Westminster (2018).