MUNDO APARTE
Sin ti todo sería a medias.
Vería sólo hemisferios,
calas,
sinopsis de este mundo,
puzles incompletos,
mediaslunas.
Me llegaría todo parcial,
cortado en sus mitades
y yo solo con una.
Pero aunque el falso compás
y los cuadrantes
te digan lejana,
telefónica, postal,
mi alma telescópica te trae
vertical
desde tu estrella.
Y llegas siempre a tiempo,
cuando todo se escapa, desafina,
se va en ráfagas,
se apagan, impares las visiones.
Llegas astral, pensada o dicha.
y son las niñas de tus ojos
las que alumbran con los míos
el paisaje que yo solo
no abarcaba.
Tú quieres sin embargo capturarlo todo,
para ti sola, .
quedarte
con tu gesto en el espejo,
el ancho del paisaje en tu ventana,
el rosa de las cumbres,
y el azul de los mapas
o del cielo.
Pero aunque tú pretendas
que en esa soledad
lo tienes todo
y ante la luna henchida
de su luz prestada
te niegues a los dos asombros,
yo pienso que sospechas
que por detrás de ti
me acerco
y aunque no lo confieses,
y no vuelvas el alma
para verlo,
sientes en tu soledad
que por encima de tu hombro
yo me asomo.
VOY A TIRAR LA ESCAFANDRA
Voy a tirar la escafandra,
las sondas,
los libros de sicología.
No voy a bucear en ti
buscando a la que llevas dentro.
No llevas otra adentro,
no hay otra.
Eres la que eres, la que amo,
de ti misma nacida.
A qué buscarte angélica,
en la espiral de unos sueños
ya vencidos.
Ven balanceándote en la duda
de tus tacos,
ven fea esta mañana,
sin la gracia de tu aire en el espejo,
y queriéndome menos a esta hora.
No voy a inventarte nunca mas
en punta de pies,
sobre ti misma empinada,
ni a soñarte en postales de dicha florida.
Si no fueras tú no me amarías,
y es el tú que me ama
el que amo yo,
y tú me quieres porque así te quiera,
con tus días menos pensados,
tus lunas menguantes
y tus viernes de ceniza.
Pero tú entera de tí,
libre ya de mis novelerías
A LISA EN LA DUCHA
Resbalo por tu piel, ya no te abrasa
mi ardor, que se va con el venero,
cae con la espuma, lava o lavasa,
y se ahoga en el resumidero.
Entre pompas y cálidos vapores
se deslizan mis huellas digitales.
Con mis besos, mi savia, mis humores,
se hunden mis pecados capitales.
Mas nunca podrá esa catarata
jabonosa arrasar de tus entrañas
aquello que en el beso no es antojo,
ni humedo, ni pulpa, ni escarlata,
que sólo arrastra pelos y pestañas,
jamás mi amor recóndito el remojo.