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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

jueves, 25 de febrero de 2021

"ZHIVAGO", POEMA INÉDITO DE ANDRÉS MORALES

 



Como espantar fantasmas

o subir por la soga del ahorcado.

 

Un mundo de hielo

y un palacio solo

en medio del vacío.

 

El cajón con papeles en blanco

y la melancolía de la tinta congelada.

 

Como si los niños gritasen

al unísono, en sordina.

 

Como si los lobos acecharan,

como acechan, como siempre.

 

Como si los lobos acecharan.


miércoles, 24 de febrero de 2021

NUEVO LIBRO DEL POETA ESPAÑOL VICENTE BARBERÁ



 


POEMAS DE LUOISE GLÜCK (VERSIÓN EN CASTELLANO DEL POETA CHILENO CARLOS TRUJILLO)

 


LOUISE GLÜCK, Premio Nobel de Literatura 2020

Versiones en español de Carlos Trujillo

  

"Pienso que el deseo de hacer arte produce una experiencia continua de anhelo, una inquietud que a veces, aunque no inevitablemente, se manifiesta romántica o sexualmente. Siempre parece algo por delante, el próximo poema o cuento, visible al menos, comprensible, pero inalcanzable. Percibirlo por completo es ser perseguido por él; un sonido, un tono, se convierte en un tormento: el poema que encarna ese sonido parece existir en algún lugar, ya terminado. Es como un faro, excepto que, cuando uno nada hacia él, él retrocede."

(En The Poets Laureate Anthology, W.W Norton and Company, 2010, p.85)

 

 

 

UNA NOVELA

 

Nadie podría escribir una novela sobre esta familia:

demasiados personajes similares. Además, todas son mujeres;

sólo había un héroe.

 

Ahora el héroe está muerto. Como los ecos, las mujeres duran más;

para su propio bien, son sumamente fuertes.

 

Desde este momento, nada cambia

pues no hay trama sin un héroe.

En esta casa, cuando dices trama lo que quieres decir es historia de amor.

 

Las mujeres no pueden cambiar.

Oh, se visten, comen, mantienen las apariencias.

Pero no hay acción, no hay desarrollo del personaje.

 

Todas están decididas a suprimir

las críticas al héroe. El problema es

que él es débil; sus escenas especifican

su función, pero no su naturaleza.

 

Quizás eso explique por qué su muerte no fue conmovedora.

Primero se sienta a la cabecera de la mesa,

donde más se necesita la figura insigne.

Luego se está muriendo, a unos pies de distancia, su esposa sosteniendo

un espejo abajo de su boca.

 

Es increíble cómo se mantienen ocupadas, estas mujeres, la esposa y las dos hijas.

Poniendo la mesa, recogiendo los platos.

Cada corazón atravesado con una espada.

 

 

 

LA CULPA DE TELÉMACO

 

Una paciencia como la que mi madre

practicaba con mi padre

(que en su ensimismamiento

confundió con

un tributo, aunque de hecho era

una especie de rabia, ¿nunca

se preguntó por qué estaba

tan bloqueado para expresar

su natural abandono?): eso contaminó

mi infancia. Pacientemente

me alimentó; pacientemente

supervisó a los amables

esclavos que me atendían, a pesar

de mi conducta, una suposición

que evalué con creciente

violencia. Me parecía claro

que desde su perspectiva

yo no existía, ya que

mis acciones no tenían

el poder de perturbarla: yo era

la envidia de mis compañeras de juego.

 

En las décadas siguientes

Me sentí orgullosa de mi padre

por mantenerse lejos

incluso si se alejaba por

razones equivocadas;

yo solía sonreír

cuando mi madre lloraba.

Espero que ahora pueda

perdonarme esa crueldad; espero

que entendiera lo parecida

que era a su propia frialdad,

un recurso para mantenerse

separada de lo que

uno ama profundamente.

 

 

 

LA FANTASÍA DE TELÉMACO

 

A veces me pregunto por los

años de mi padre en esas islas: ¿por qué

era tan atractivo

para las mujeres? Supongo que entonces se veía en apuros,

desesperado. Yo creo

que a las mujeres les gusta ver a un hombre

todavía entero, todavía en pie, pero

a punto de hacerse pedazos: tal

desintegración les recuerda

la pasión. Yo pienso en ellas como viviendo

toda su vida

completamente desnudas. Yo creo que deben

haberlo deslumbrado esas mujeres

que eran mucho más jóvenes 

y obviamente

salvajes para él, dispuestas

a hacer todo lo que él quisiera. ¿Es

afortunado encontrarse circunstancias

que respondan tanto a la propia voluntad, a vivir

tantos años

sin cuestionamientos ni frustraciones? Uno

tendría que creerse

enteramente bueno o digno. Yo supongo

que con el tiempo

uno se convierte en un monstruo o

la amada ve lo que uno es. Yo nunca

he deseado la vida de mi padre

ni tengo idea

de lo que sacrificó

para sobrevivir a ese momento. Menos peligroso

es creer que se sintió atraído por ellas

y se quedó allá

para ver quiénes eran. Sin embargo, creo también

que como hombre imaginativo,

hasta cierto punto, se

volvió lo que eran ellas.

 

 

 

EL NIDO

 

Un pájaro construía su nido.

En el sueño, lo miré de cerca:

en mi vida, yo trataba de ser

testigo, no teorizar.

 

El lugar donde empiezas no decide

el lugar donde terminas: el pájaro

 

tomaba lo que encontraba en el patio,

sus materiales básicos, explorando

nerviosamente el patio desnudo al comienzo de la primavera;

entre los escombros, en la pared del sur, presionando

unas ramitas con su pico.

 

Imagen

de la soledad: la criaturita

acercándose sin nada. Después

unas ramitas secas. Llevando una a una

las ramitas al escondite.

Que es todo lo que era entonces.

 

Tomó lo que había:

los materiales disponibles, pues el espíritu

no era suficiente.

 

Y luego tejió como la primera Penélope

pero para un fin diferente.

¿Cómo lo tejió? Tejió

cuidadosamente pero sin esperanza, las pocas ramitas,

 

con cierta su agilidad, con cierta flexibilidad,

eligiendo estas en vez de las quebradizos, las reticentes.

 

Comienzo de la primavera, desolación tardía.

El pájaro rodeó el patio desnudo

esforzándose para sobrevivir

con lo que le quedaba.

 

Tenía su tarea:

imaginar el futuro. Volar sin parar

llevando pacientemente las ramitas hacia la soledad

del árbol expuesto a la constante frialdad

del mundo exterior.

 

Yo no tenía nada con qué construir.

Era invierno: no podía imaginar

nada más que el pasado. Ni siquiera podía

imaginar el pasado, si se tratara de eso.

 

Y no sabía cómo había llegado aquí.

Todos los demás mucho más adelante.

Regresé al principio

en un momento de la vida en que no podemos recordar

los comienzos.

 

El pájaro

recogió ramitas del manzano, conectando

cada parte con la obra existente.

Pero, ¿cuándo hubo de repente una masa?

 

Tomó lo que halló después que los demás

terminaron.

Los mismos materiales: ¿Por qué debería importar

terminar último? Los mismos materiales, el

mismo

restringido color café. Las ramitas café

quebradas y caídas. Y en una

una hebra de lana amarilla.

 

Luego llegó la primavera y me sentí inexplicablemente feliz.

Sabía dónde estaba: en Broadway con mi bolsa de compras.

Frutas de primavera en las tiendas: las primeras

cerezas en Formaggio. El comienzo

de las forsythias.

 

Primero estuve en paz.

Después estuve contenta, satisfecha.

Luego tuve destellos de alegría.

Y la estación cambió-- para todos,

por supuesto.

 

Y mientras miraba hacia afuera, mi mente se agudizó.

Y recuerdo con precisión

la secuencia de mis respuestas,

mis ojos fijos en cada cosa

desde el refugio del yo oculto:

 

primero me encanta.

Luego, puedo usarlo.

 

 

 

EROS

 

Había acercado mi silla a la ventana del hotel, para mirar la lluvia,.

 

Estaba en una especie de sueño o de trance--

enamorada, y sin embargo,

no deseaba nada.

 

Parecía innecesario tocarte, verte de nuevo.

Solo quería esto:

la pieza, el cabello, el sonido de la lluvia cayendo,

hora tras hora, en el calor de la noche primaveral.

 

No necesitaba nada más; estaba totalmente saciada.

Mi corazón se había vuelto tan pequeño que hacía falta muy poco para llenarlo.

Vi la lluvia caer a cántaros sobre la ciudad oscurecida--

 

A ti no te importaba. Yo hice las cosas

que una hace a la luz del día, me absolví a mí misma,

pero me movía como sonámbula.

 

Eso fue suficiente y dejaste de estar involucrado.

Unos días en una ciudad extraña.

Una conversación, el toque de una mano.

Y después, me quité el anillo de bodas.

 

Eso era lo que deseaba: estar desnuda.

 

 

 

EL TIEMPO

 

Siempre había demasiado, después demasiado poco.

Infancia: enfermedad.

Tenía un timbrecito al lado de la cama--

al otro lado del timbre, mi madre.

 

Enfermedad, lluvia gris. Los perros dormían mientras llovía. Dormían en la cama

al fondo de ella, y ​​me parecía que comprendían

la infancia: mejor permanecer inconsciente.

 

La lluvia formaba franjas grises en las ventanas.

Yo me sentaba con mi libro, la campanita a mi lado.

Sin ver ninguna señal del espíritu, decidí

vivir en el espíritu.

 

La lluvia llegaba y se iba.

Mes tras mes, en el espacio de un día.

Las cosas se volvieron sueños; los sueños se volvieron cosas.

 

Entonces me recuperé; la campanita volvió al armario.

La lluvia paró. Los perros estaban en la puerta

jadeando por salir.

 

Estaba bien, luego, era adulta.

Y el tiempo pasó-- era como la lluvia,

tanto, tanto, como si fuera un peso que no se podía mover.

 

Yo era una niña, medio dormida.

Estaba enferma; me sentía protegida.

Y vivía en el mundo del espíritu

el mundo de la lluvia gris,

de lo perdido, de lo recordado.

 

Entonces, de repente, el sol estaba brillando.

Y el tiempo pasaba, incluso cuando casi no quedaba nada.

Y lo percibido se convirtió en lo recordado;

lo recordado, en lo percibido.

 

 

 

ANIVERSARIO

 

Te dije que podías acurrucarte. Lo que no quiere decir

que pongas tus pies fríos sobre mi verga.

 

Alguien debería enseñarte cómo actuar en la cama.

Lo que creo es que deberías

mantener tus extremidades para ti mismo.

 

Mira lo que hiciste-

lograste que el gato se moviera.

 

            Pero yo no quería que tu mano estuviera ahí.

            Yo la quería aquí.

 

            Deberías prestar atención a mis pies.

            Deberías imaginarlos

            la próxima vez que vea a una quinceañera sexy.

            Porque hay mucho más en el lugar de donde vienen esos pies.

 

 

 

LOS NIÑOS AHOGADOS

 

Lo ves, ellos no tienen juicio.

Así que es natural que se ahoguen

primero el hielo que los absorbe 

y luego, todo el invierno, sus bufandas de lana

flotando detrás de ellos mientras se hunden

hasta que por fin se calman.

Y la laguna los hace subir con sus múltiples brazos oscuros.

 

Pero la muerte debe llegarles de otra manera,

tan parecida al principio.

Como si siempre hubieran sido

ciegos e ingrávidos. Por eso,

el resto es soñado, la lámpara,

el útil mantel blanco que cubría la mesa,

sus cuerpos.

 

Y, sin embargo, escuchan los nombres que usaron

como señuelos al deslizarse sobre la laguna:

Qué esperan

para volver a casa, vuelvan a casa, los perdidos

en las aguas, azules y permanentes.

 

 

 

OLMOS

 

Todo el día traté de diferenciar

necesidad y deseo. Ahora, en la oscuridad

Sólo siento una amarga tristeza por nosotros,

los constructores, los cepilladores de la madera,

porque he estado mirando

fijamente estos olmos

y he visto que el proceso que crea

al retorcido e inmóvil árbol 

es un tormento, y he comprendido

que no creará más que formas retorcidas.

 

 

 

EL VASO VACÍO

 

Pedí mucho; recibí mucho.

Pedí mucho; recibí poco, no recibí

casi nada.

 

¿Y entre eso? Se abrieron algunos paragüas dentro de la casa.

Por error, hubo un par de zapatos sobre la mesa de la cocina.

 

Qué mal, qué mal-- era mi naturaleza. Tenía

un corazón duro y distante. Era

egoísta, estricta hasta el punto de la tiranía.

 

Pero siempre fui así, incluso en la primera infancia.

Pequeña, morena, temida por los otros niños.

Nunca cambié. Dentro del vaso, la abstracta

marea de la fortuna pasaba 

de alta a baja de la noche a la mañana.

 

¿Era el mar? ¿Respondiendo, tal vez,

a una fuerza celestial? Para estar segura,

rezaba. Trataba de ser una mejor persona.

Pronto me pareció que lo que empezó como terror

y maduró hasta volverse

narcisismo moral, en realidad, podría haberse convertido

en real crecimiento humano. Tal vez

esto es lo que querían decir mis amigas, tomándome la mano,

diciéndome que entendían

el abuso, la increíble mierda que acepté,

lo que implica (así lo pensé una vez) que estaba un poco enferma

para dar tanto por tan poco.

Mientras ellos querían decir que estaba bien (apretando mi mano intensamente) -

una buena amiga y una buena persona, no una criatura patética.

 

¡Yo no era patética! Estaba escrita en grande

como reina o santa.

 

Bueno, todo lleva a una conjetura interesante.

Y se me ocurre que lo crucial es creer

en el esfuerzo, creer que algo bueno vendrá simplemente de intentarlo,

un bien completamente incontaminado del corrupto impulso iniciador 

que persuade o seduce--

 

¿Qué somos nosotros sin esto?

Girando en el oscuro universo

solos, asustados, incapaces de influir en el destino--

 

¿Qué tenemos realmente?

Unos tristes trucos con escaleras y zapatos,

trucos con sal, intentos recurrentes de motivación

impura para construir el carácter.

¿Qué tenemos para apaciguar las grandes fuerzas?

 

Y creo que al final esta fue la pregunta

que destruyó a Agamenón, allá en la playa,

listos los barcos griegos, el mar

invisible más allá del sereno puerto, el futuro

letal, inestable: fue tonto, al pensar

que podía controlarse. Debería haber dicho:

No tengo nada, estoy a tu merced.

 

jueves, 18 de febrero de 2021

CRÓNICA DEL POETA Y CRÍTICO CHILENO ANTONIO ARÉVALO (ITALIA): "Una tremenda «vernissage», una propuesta auspiciosa. El día que me escapé con todos mis yos a la búsqueda de mí mismo"



Una voz que parece salir de las tinieblas me dice: «El espacio no existe fuera de su contenido, siempre es ideológico». Pienso en Maurice Blanchot y su Locura de la luz (jour):

A veces en mi cabeza se creaba una vasta soledad en la que el mundo desaparecía por completo, aunque salía de allí intacto, sin un rasguño, nada lo malograba.

Escribía Walter Benjamin, a propósito del Angelus Novus de Paul Klee:

Su cara está vuelta hacia el pasado. En lo que para nosotros aparece como una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única, que acumula sin cesar ruina sobre ruina y se las arroja a sus pies. El ángel quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero una tormenta desciende del Paraíso y se arremolina en sus alas y es tan fuerte que el ángel no puede plegarlas… Esta tempestad lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro, al cual vuelve las espaldas mientras el cúmulo de ruinas sube ante él hacia el cielo.

La tarea que me impuse en el aniversario del comienzo de la pandemia parecería introducirnos en esta catástrofe, evocando o refiriendo un tiempo ausente, suspendido, como la sutil e incandescente melodía de un coro de ángeles. El frufrú de las alas que se pliegan en un montón silábico que perdió todo el sentido.

Tenemos delante un paisaje solitario y desolado sobre el que se recorta, se imprime una segunda imagen, por completo diferente, pero que es, al mismo tiempo, extremadamente familiar y que semeja suspendida entre la imagen de fondo y nuestra mirada escrutadora.

El paisaje de fondo evoca las distintas edades. Las edades de la vida humana.

Porque me interesa el otro, porque cuando nos encontramos descubrimos que tiene un mundo que difiere del mío, está su mundo y mi mundo, está él y estoy yo.

Como quien redescubre, dentro de una tremenda vernissage, una propuesta auspiciosa.

En tiempos de pandemia, me propuse indagar a través del otro, yo y él, solos y juntos.

Me fotografié quinientas veces, con otras tantas quinientas personas y personajes, entre ellos escritores, artistas, coristas, actores y actrices, bailarinas, amigos, empresarios, políticos, gente común y parientes.

Hoy se utiliza el término selfie, pero hubo una época en la cual el selfie no existía y, sin embargo, la imagen inmortalizada ya existía, de hecho, existe prácticamente desde siempre.

Decido espiar, escudriñar el alma fotográfica de cada uno y así me busco y tantas veces me acabo encontrando junto a ellos.

Me concentro y recuerdo su nombre, la situación y el lugar donde se tomó la instantánea.

Recordar el pasado. Ordenar el presente. Contemplar el futuro:

El tiempo todo lo da, todo lo quita; todo cambia, pero nada perece.

(Giordano Bruno)

La memoria que recuerda el pasado y aprende de él. La inteligencia que juzga el presente y en él interviene.

Sobre este camino se coloca una constelación que marca el momento del tránsito de un tiempo a otro.

Decido escudriñar el alma fotográfica de cada uno y así me busco y tantas veces me acabo encontrando junto a ellos, pero sin saber ni recordar cómo o cuándo. Tuve que hacerlo, concentrarme, esforzándome en recordar.

En esas imágenes hay paisajes, quinientos lugares distintos entre sí.

«El lugar sin lugar de un cuerpo cuyos límites serían los del mundo», no son el mundo, porque su búsqueda se abre a querer encontrar los dos extremos de una misma espiral, de ese «malestar disperso» que Carlos Basualdo llama «el conjunto social».

El elemento narrativo obtiene su fuerza de la idea del viaje, del paso en el tiempo. El tiempo que se vive como abstracción metafísica.

Se encuentra una vena humanista cuando los (nos) captura, los pesca, nos pesca, los atrapa, nos atrapa y se sustancia de distorsiones formales que, en lo más profundo, ocultan tales actitudes agradablemente manieristas, ofreciendo a continuación, sin quererlo, la clave de introspección psicológica, el humanismo ancestral de los protagonistas.

Los aspectos evocadores presentados mediante la figuración se sustancian en robustos contenidos expresivos, con los que articula la fusión plástica, los esquemas audaces, sin fondos decorativos particulares, en los cuales la narración no resulta secundaria, sino que conforma, constituye, amalgama una reinterpretación autónoma.

¿Y qué sucede en esta vernissage?

  1. Se diría que hubieran hecho un esfuerzo por quedarse quietos, por posar (y ni siquiera son conscientes de haberlo hecho: «¡No, no somos conscientes!»).
  2. Y no hubo tiempo para maquillarse, ni para mostrar su mejor lado (nuestro peor lado).
  3. Sus rasgos no aparecen borrosos, son indelebles; se mezclan, nos mezclamos (y juntos creamos la atmósfera).
  4. Y la luz blanca domina la escena (actúan, se exhiben como cualquier otro y juntos como uno cualquiera); y de repente está oscuro (¿pero se trata de una galería o una discoteca?).

Enmudecen las copas, los vinos no se derraman. Esconded los canapés, los saladitos, los sándwiches y los brioches.

Me interesa la visión real, luego me ocupo de la no real: la visión sintética. Me interesa el espacio entre dos imágenes puestas en relación, una abajo, la otra arriba, pero físicamente en el mismo plano. Para experimentar allí mismo el propio it’s just a matter of time del que habla Félix González Torres.

Dejarse atrás muchas verdades porque también el adolescente ignora las futuras transformaciones al reflejarse su rostro en el agua.

Y el significado inesperado, «mediúmnico», es la esencia palpable de un alma errante, y nosotros, en tanto que observadores encantados, la atrapamos y somos atrapados por ella.

Por más que se indague y explore el universo, resulta que siempre se lleva al universo algo de uno mismo, algo que uno es, dando forma tangible a los estados del alma.

El mundo exterior expresa un paso interior y las emociones implican un movimiento real. Somos como una topografía colmada de itinerarios imprevisibles. Salir de uno mismo significa sumergirse en este flujo y en este reflujo. Cuando se va más lejos sucede, de hecho, que nos reencontramos y aproximamos al otro, pero cuando se trata de una elección forzosa es completamente diferente: es fractura porque es exilio, y es herida, pues no existen fármacos ni drogas que nos puedan curar, resarcir. De modo que no seas un exiliado, sino un viajero que en el mundo busca la forma de hallarse consigo mismo, que sale con todos sus yos para encontrarse y luego acompañarlos a casa.

¿Y tú? ¿A cuál «tú mismo» sigues? ¿A aquel que huye o a aquel que se queda? En mi caso, a aquel que quisiera volver a perseguir las cometas no perseguidas. A veces lo consigo.

Me gustaría volver a sentir aquella emoción.


Antonio Arévalo
Sipicciano (VT), enero 2021
Italia

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miércoles, 17 de febrero de 2021

CONVOCATORIA: "LITERATURA Y ESCRITURAS DEL YO" (REVISTA "POLIGRAMAS")

 


Revista Poligramas 53

(Junio 19/2020 -  Abril 15/2021)


 

En un interés por fortalecer la misión y los objetivos de la Escuela de Estudios Literarios de la Universidad del Valle-Colombia, guiados por la intención de atender a los “retos que las transformaciones del mundo contemporáneo plantean en los ámbitos académico, cultural, social, económico, tecnológico y comunicaciones”, anudado a un interés por aportar al desarrollo del campo investigativo y de la creación literaria en pro de una cultura nacional, y con la intención de “establecer redes con pares nacionales e internacionales, relaciones de intercambio interinstitucionales, y mantener una fluida relación en el ámbito intelectual con ensayistas, escritores y críticos”, se ha tomado la decisión de activar nuevamente la publicación seriada de la revistPoligramas, buscando conservar el legado que años atrás otros colegas construyeron, pero apostando hacia un futuro donde prime la investigación y la creación, buscando consolidar una revista que gracias a una trayectoria pueda, en algunos años, ser reconocida en la investigación en Ciencias Humanas y Sociales, y en especial, en Literatura. Por tal motivo, lo (a) estamos invitando a participar en la convocatoria temática de la revista poligramas.

 

Poligramas es una publicación académica semestral de la Escuela de Estudios Literarios de la Universidad del Valle, Cali-Colombia, que tiene como objetivo principal la difusión de artículos resultados de investigación en literatura, crítica e historia literaria y cultural, artículos de reflexión o revisión que sean el insumo de posteriores trabajos en el respectivo campo de desarrollo, y que se ocupen de tópicos de importancia y actualidad para la comunidad académica. La nueva versión de la revista surge de la necesidad de entablar y fortalecer un diálogo con la comunidad académica universitaria nacional e internacional, en la que se dé continuidad al fortalecimiento de los estudios contemporáneos en literatura.

Cuenta, además, con las siguientes sesiones: Artículos, reseñas, traducciones y hojarascas (cuentos o pequeñas antologias de los mismos)

Los trabajos entregados a la revista deben ser inéditos, contar con resumen en español e inglés, y con cinco palabras clave en español e inglés, además de acoger la citación MLA.

La revista Poligramas cuenta con políticas editoriales y normas éticas editoriales, que se ciñen a lo expresado en COPE y en el Manual de la citación correspondiente.  

 

Los manuscritos pueden enviarse mediante la plataforma web de la revista:http://poligramas.univalle.edu.co/

En caso de presentar algún inconveniente, pueden enviar los manuscritos al correo: revista.poligramas@correounivalle.edu.co

 

Les recordamos que en este nuevo proceso cuentan con nuestra total disposición para resolver inquietudes referentes a la publicación, y esperamos contar con su innegable participación en la consolidación de la nueva Poligramas.



Álvaro Bautista
Director
Revista Poligramas
Escuela de Estudios Literarios
Universidad del Valle
Cali-Colombia

Stephanía Rendón
Estudiante Licenciatura en Literatura
Asistente
Revista Poligramas

Erika Alexandra López Ospina
Estudiante Licenciatura en Lenguas Extranjeras
Asistente
Revista Poligramas