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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

viernes, 27 de julio de 2007

ALGO ACERCA DE LOS AÑOS, poemas de Hugo Quintana


1


Puede que sea el tiempo que nos envuelve
un dolor desos que rondan los oídos
de los que abandonados quedamos
como gritos de lluvia sobre los postes.
Puede que sea el tiempo
no menos que un pestañear entre paréntesis
un derribar de bruces
los ecos con que mojamos nuestros abrazos
o la dureza de la niebla
huyéndonos como mejillas arrumbadas.
Puede que sea la última estocada destas sonrisas sin perfume
la temible humosa piedad que nadie justifica;
puede que sea el tiempo
o la fiebre
o la espesa desesperanza que ocultamos con inocencia:
la partida ha concluído
el resto es sólo un círculo
que no alcanzamos a comprender.


2

Si tuviera que decir algo acerca de los años
diría que todavía no he muerto
pero que me sumerjo en aguas cada vez más quietas
que las sombras ya no me acosan
como aquellas butacas que giraban con furia sobre su eje
y que al pastar en el devenir destas orillas
veo caer las imágenes con sabores olvidados
que resisten la miseria y el extrañamiento
¿Qué se forjará a partir de lo que aquí dejamos?
¿Acaso carne brota de aquellos besos
o sólo absurdas ocurrencias
arrumbadas sobre nuestros oídos?
De si fue espacio o tiempo
o círculos
o bien una ensalada nuestra vida, al final
sólo los amados seres
sabrán cómo consolarnos.


5

Como mi padre nunca llegué a conocer el mar
y sólo puedo imaginar esta visión
a través de los ojos de mis nietos.
(Brevis Karpien).

La noche se cierra como un paraguas
los barcos deambulan con cansancio
bajo esta manta negra que se tiende sobre nuestros cabellos
las luces encienden la bahía
y es fácil creer que por esos destellos
también se dibujan los años
que hasta el océano está poblado de arrugas
y que el mismísimo viento
ha visto envejecer sus silbidos
cuando la noche se vuelve un espejo entorchado
y sería grato encontrar alguna justificación
para todo este sosiego
que nos dijeran que ahora podemos abrazar
los pájaros
los árboles, las piedras...
cuando ya destas conciencias
seamos algo así
como una hermosa vaguedad recordable.


6


El tiempo se lleva a la fuerza
se lleva arrastrando inviernos con dignidad de árbol
cuando hasta observar el conocido patio
se vuelve un esfuerzo que enloquece
y se muerde, se llora
se escupe con violencia aquesta maldita ofrenda
porque después de la celebración
de la cazuela de los domingos
de los hijos
de los nietos
de cuanto animal se haya criado dentro de la casa
los olores
los recuerdos
se escapan como odiados canallas
y entonces
entonces se vive esperando la siesta más larga de todas
para respirar por fin el sueño de las promesas
sin que los hijos o los nietos llorasen demasiado
porque eso sería más tristeza acumulada mientras dormimos
más tristeza acumulada mientras dormimos.


8

No quiero culpar a las letras
por haberme abandonado en este vacío.

Ésas que antes creía eran mi cárcel
hoy sostienen la lógica de mis suicidios cotidianos
y permiten que esto
aún tenga algo agradable para el tacto
y “no clamo, no lloro ni me lamento
todo pasará como el humo de los manzanos
blancos”[i]
todo se ahogará en estos gritos sin garganta
en estas sombras alargadas
a través deste sol descolorido
que no acaricia ni aromos ni amapolas.

9

En círculos nos movemos
hacia el infinito
círculos traspasados por otros círculos
como cárceles arrumbadas sobre otras cárceles
como un puñado de dibujos perdidos en la orfandad de la arena
mojados por olas
que no son más que miserables ruedas
abandonadas en el viento.
En círculos nos movemos hacia el infinito
círculos que a su vez
son construídos por otros círculos más pequeños
como queriendo consolarnos con sus rostros alargados y tristes
como resumiéndonos que estos actos y respiros
serán acumulados sobre los cabellos de nuestros nietos
como si intuyéramos que esta vida engañosa y escurridiza
fuera el mismo pizarrón donde resolvemos
la ecuación más temible de todas
y es que existimos, precisamente
en un esfuerzo por desconocer esta premisa
embebidos con el licor del desenfado
como si fuéramos escalofríos
anudados en la misma mortaja.


10


el olvido hace lo suyo
y es grato saber que hasta aquello se vuelve refrescante
porque si permanecemos sobre una cama por mucho tiempo
son precisamente los olvidos
y no los recuerdos
los que se quedan con nosotros
los que permiten que antiguos seres
parecieran estar en el living o en el comedor
disfrutando de la picardía del licor casero
o del cariño de los nietos
revoloteando por el pasillo.


12

La muerte no es un lugar oscuro
no es un sitio donde la confusión ahogue los sentidos
o donde los recuerdos se desmiguen
carcomiendo los rostros de nuestros seres amados.

La muerte es un arroyo que dialoga con los árboles
con el eco que los pájaros ofrecen a las nubes
es una canción llena de colores
que intenta una fusión más cotidiana con los cerros
es un abanico de imágenes colgadas en nuestras cabelleras.
Aquí el viento reproduce un mensaje mucho más profundo
y las montañas allá en el fondo
no son el límite de ninguna cosa.

La muerte es un espejo formado con azules demasiado puros
donde al cerrar los ojos
aparece una blancura apacible y afectuosa
donde una luz no intensa
termina de dibujarnos
en el paisaje de la eternidad.

[i] Serguéi Esenin.
Hugo Quintana (Chillán, 1971). Profesor de Enseñanza Media en Castellano y Licenciado en Educación por la Universidad del Bío-Bio. Tuvo un breve paso por el programa de Magíster en Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Chile, y por el Magíster de Ciencias Sociales y Comunicación de la Universidad Arcis, donde aún no concluye su tesis. Actualmente se desempeña como editor de Ortiga Ediciones.
Ha publicado Hombre Peatón-Izando, Ediciones de Revista El Gramal, Chillán, 1995, y Algo acerca de los Años, Mago Editores, Santiago, 2003. Ha sido incluido en la Antología de Poesía Emergente Ediciones LAR, Concepción, 1998, y en Los Premios, Mago Editores, Santiago, 2005.
Creador de revistas universitarias como “La Ortiga” y “El Glamal”, también ha colaborado con “Pluma y Pincel”, “El Ermitaño”, “letras.s5.com” o el “Cuerpo Dos” del diario "La Discusión" de Chillán, con crónicas, ensayos, poemas, cuentos o comentarios diversos. Actualmente prepara su tercer libro de poemas: Tornasol.

miércoles, 25 de julio de 2007

PRESENTACIÓN DEL LIBRO "El ojo y otros puntos de vista" DE VÍCTOR LOBOS, 31 de julio de 2007 a las 19:30 horas.





Los distintos puntos de vista del ojo de Víctor Lobos

“Sorprende con una poesía singular que, tocando múltiples registros, emerge con una corrosiva diafanidad en la cual el mundo, la experiencia y las palabras parecen borrar sus fronteras”, afirma Raúl Zurita.

“Su poesía es un hallazgo en estos tiempos donde tanto se vocifera y tan poco se dice, donde abundan los libros de poemas y falta la verdadera poesía. Volumen primero, pero a la vez tardío, este ojo de Lobos es un calidoscopio finísimo de imágenes dotadas de extraordinaria fuerza que no dejarán indiferente al lector, más aún, lo provocarán a observar y a observarse, a mirar y a cuestionar al mundo desde un nuevo prisma”, afirma Andrés Morales.


Los ojos han sido, desde que el hombre tiene razón de sí mismo, prácticamente una obsesión para religiosos, científicos, ocultistas y artistas de todas las ramas y culturas. Tomándolos como tema central, el poeta Víctor Lobos debuta en el mundo de la poesía presentando su libro El Ojo y Otros Puntos de Vista, llevado al mercado por RIL Editores.

En sus poemas, Lobos le hace un guiño al surrealismo francés de Bretón y se deja influenciar por el pintor judío romano Víctor Brauner. Todo esto, sumado a una cuota de humor personal reflejados en la serie “Seudo-Haikus para René Magritte”, transforma los poemas de El Ojo y Otros Puntos de Vista en una lectura necesaria para los seguidores de la mirada como fundamento existencial.

“Víctor Lobos sorprende con una poesía singular que, tocando múltiples registros, emerge con una corrosiva diafanidad en la cual el mundo, la experiencia y las palabras parecen borrar sus fronteras. Eróticos, vívidos, atravesados por un particular humor, estos poemas alcanzan grados de intensidad no usuales en el panorama de la poesía de sus compañeros de generación. Una obra remarcable”, sentencia el poeta Raúl Zurita.

El autor es chileno, nacido en 1960, psicólogo y profesor universitario. Participó en el taller de José Donoso, donde tuvo contacto con escritores como Carlos Franz, Gonzalo Contreras, Marco Antonio de la Parra, Darío Osses, Carlos Iturra, Sonia Montecinos y Jorge Marchant. Desde esa fecha ha escrito nueve libros, siendo El Ojo y Otros Puntos de Vista su primera publicación.

La presentación oficial de este libro se realizará en el Café Literario Coffee Stop, en Hernando de Aguirre 129, Providencia, el próximo martes 31 de julio a las 19:30hrs., donde el poeta chileno mostrará sus versos, que son el resultado de una profunda introspección que lo sumergen en su propio laberinto visual y su relación de vida con los ojos.

lunes, 23 de julio de 2007

POEMAS de Eduardo Jeria Garay


De Persona Natural (1999)

La Línea Divisoria

He dibujado en la arena una línea divisoria,
una frontera de Piedra y Humedad,
dos orillas que se tocan como una lengua
que llega hasta el fondo de otra boca
una línea que detenga el paso de toda simetría.

He puesto coto al agua,
le he concedido un contorno y le he dado un nombre
pero el mar está a nuestras espaldas
sobre nosotros, inmenso y taciturno
y nosotros sobre una tabla, amortajados los ojos
que se muevan olas olas de tu cuerpo
que no permita que desborde a lo hondo y lo perenne
los cadáveres que el mar codicia
fulminados por la insularidad de todo abrazo,
un abrazo temido solamente por su duda,
y acechar al mar tras la tangente de tu límite
embrazar una mujer contra este celo
y tú y el mar
tu rostro en todas las arenas
en todas las superficies y cavernas
en las trampas dejadas por la boca.

Tú,
derrama algún silencio que pueda delatarte,
sé que estás del otro lado
en el mar que retrocede
como onda que demarca algún centro.

Yo,
en el mar yazgo
como línea en el agua
soy la rocamadre que se ha pulverizado
dejándome sin trono sin moverme,
me han clavado a tu sonrisa
y tú contigua
como el agua sostenida en mis muñecas.
¿Y si entre los dos te lanzase una palabra?
Éstas se vuelven poco a poco en piedras
y voy bajando dulcemente hacia la tierra
sin poder cruzar la línea divisoria
sin poder cruzar tus ojos,
ni estar contigo ante tu muerte.
El mar borrando todo lo hecho escrito intentado
el horizonte rodando a comulgar un beso
y lanzar la línea divisoria
para después poder tocarte en lontananza.

De Jardín Japonés (2006)

Una palabra cualquiera

Escribe una palabra cualquiera,
quizás la última que se escuchó en la radio
o la que alguien usó al saludarte,
palabra como un anzuelo lanzado
con que pican pronto muchos peces
y que suben unos llamando a otros.
Quizás de qué corrientes marinas
vienen estas voces que casualmente llegan a la boca
como una invitación sorpresiva a salir de noche un día cualquiera,
como cualquiera es la mujer que llega
casualmente al mismo bar que elegiste por ventura
y que se topó contigo en alguna mesa.
Bastaría que la mujer llegara dos horas antes o después
para que no se topasen nunca,
igual que algunas palabras jamás estarán escritas en la misma línea
o se tocarán siquiera en las páginas de un diccionario
que jugando ha desmembrado un niño.

A una muchacha triste en una fotografía

Desnuda y sórdida
como una bofetada a la mejilla,
yo puse la otra clavado a tu semblante.

Delgada
como los cristos crucificados tras las puertas
la luz cae desde el cielo y te define por siempre:
las lámparas se apagan sobre tu piel,
el invierno sucede en tus cabellos sobre la cama
y el rictus en cada estampa te delata.

En tus ojos se aquietan aguas
tras lanzar la moneda del deseo.

Me preguntaré tu nombre, demudada
y me consolaré con algún otro pensamiento,
cuando te vea
desnuda y sórdida
en una fotografía de la cual
nadie preguntará nada.

Todos duermen en mi casa

Todos duermen en mi casa
nada parece despertar en ellos
y me estremezco al pensar
que estarán con los ojos abiertos sin poder ver más a nadie.

Las palabras de mi padre ya no cortan la noche,
las manos de mi madre se han quedado quietas,
la respiración de mi hermano no se oye.

Una catástrofe palpita
y sólo mi soledad sale a encontrarla
¿por qué no oigo el grito y sí el murmullo;
por qué escucho el pecho y no detrás
de aquellas dos puertas cerradas?

Tumbados así,
en las viejas habitaciones
que el polvo visita con sed salvaje

todos duermen en mi casa.

Poema Inédito

En la librería del Centro comercial

En la librería del Centro comercial
la sección de poesía
se ubica en la pared de la escalera,
en el descanso entre el primer y el segundo piso.

¿Es el lugar de los que suben?
¿o de los que bajan?

¿Lo que quedaron a medio camino o
el sitio de aquellos en tránsito?

Sólo estorban los que se detienen a mirar.
Eduardo Jeria Garay nace en Valparaíso en 1977.
Desde 1994 integra diversos Talleres de Poesía, dentro de los cuales destaca el realizado en 1997, en la Casa La Chascona de la Fundación Neruda, donde es becario. En este mismo año recibe el Premio Juegos Literarios Gabriela Mistral de la Ilustre Municipalidad de Santiago. Asimismo, ha sido presentado en antologías literarias, jornadas y recitales de la región. El año 2000 se le concede el Premio de Honor en el XXII Concurso de Arte y Poesía Joven de la Universidad de Valparaíso.
En 1999 publica su primer libro de poemas, Persona Natural, edición perteneciente al programa de difusión Literaria del Gobierno Regional, V Región y LOM. El año 2006 publica su segundo libro, Jardín japonés, de ediciones Altazor.

miércoles, 18 de julio de 2007

COMO GOTAS, poema inédito de Eugenio Dávalos



Como gotas caen mis poemas

A la negra noche


Son párpados relucientes.


Son lámparas de azogue.


Son pantanos luminosos.


Son témpanos incandescentes


Cómo ágatas caen mis poemas

A la negra noche
Son linternas blancas


Son fuegos mágicos


Son estrellas tubulares


Son magma iridiscentes


Como vértebras caen mis poemas

A la negra noche


Son huesos incendiados


Son médulas ardidas


Son polvo irradiado


Son sangre blanca ardiente

jueves, 12 de julio de 2007

Lectura en "La Sebastiana", casa de Pablo Neruda y visita al Seminario de Reflexión Poética de Valparaíso

Lectura de poesía en "La Sebastiana", Fundación Neruda, jueves 7 de junio de 2007, junto al poeta y académico
Ismael Gavilán.

Conversación con el Seminario de Reflexión Poética junto a los poetas Juan Eduardo Díaz y Eduardo Jeria, entre otros.

Diálogo en torno a la generación de los ochenta y a mi propia obra.

Otra perspectiva de la lectura y conversación.

Delante de algunos poemas de Pablo Neruda, "La Sebastiana", junio de 2007.

miércoles, 4 de julio de 2007

En España, a la luz de Sandino (Entrevista al poeta salvadoreño Carlos Ernesto García) por Christian Zárate



Son cerca de la una de la madrugada y, aunque la entrevista que hemos de realizar no ha comenzando aún, mi interlocutor lleva un buen rato pegándole al tabaco casi en solitario, para someterse minutos más tarde al ritual de pregunta -respuesta con el que trataremos de esclarecer algunas de las incógnitas que rodean su mas reciente producción literaria "Bajo la sombra de Sandino", editado hace pocos días en España por La Insula de los Libros, en su colección Memoria del Tiempo, obra que en los Estados Unidos ya se ha comenzado a traducir al inglés por Elizabeth Gamble Miller, traductora de escritores salvadoreños como David Escobar Galindo y de Hugo Lindo. Se prevé que el libro se presente en Dallas, Texas en noviembre de este año.
Recostado en un sofá, Carlos Ernesto García, está descalzo y con un vaso de whisky sin hielo, teniendo como cómplice perfecto la foto de Edén Pastora, que por cierto ilustra el libro y que con una dedicatoria manuscrita por el mismo comandante cero, cuelga en la pared de su despacho. A pocos metros de nosotros se encuentra su imprescindible mesa de centro sobre la que descansan impasibles, una botella de vino tinto, un paquete de cigarros Camel, una cajetilla de fósforos y dos cintas vírgenes a punto de ser utilizadas y que serán las encargadas de registrar con la complicidad de la maquina (grabadora) hasta el último de los comentarios verbales de mi entrevistado. De fondo, suena un bolero de Daniel Santos. En ese preciso momento, se apodera del aire ese silencioso enemigo íntimo que conozco y noto como la sangre comienza a circular por las venas lentamente hasta llegar a la cabeza y automáticamente se enciende el piloto que despide al amigo y da paso al periodista. Nos olvidamos de todo lo que nos rodea para que sólo el humo del cigarro sea testigo fiel de este encuentro. Comienza a correr la cinta.

¿Qué te lleva a Nicaragua?

Bueno, la primera ocasión en que viajo a Nicaragua lo hago en calidad de responsable del Gabinete de Prensa de la Conferencia Internacional Salud Pública y Desarrollo Humano en Centroamérica, realizada en León en el 2003. Ese fue mi primer viaje a la tierra del gran Rubén Darío. La segunda vez, ya fue para encontrarme con quienes serían, a través de su experiencia personal, sus testimonios y reflexiones, parte de este libro-reportaje. Luego sucedieron otros tantos viajes. Pero ya más breves.

¿En qué te basates para escribir Bajo la sombra de Sandino?


La verdad es que la idea surgió de dos ex oficiales del Ejército Popular Sandinista, que se pusieron en contacto conmigo y me lo propusieron justo el día en que se cumplían 25 años del triunfo de la revolución. Eso fue en el Café Don Pedro de la Avenida Roosevelt. Ellos querían que yo escribiese un libro que rescatara las hazañas de algunos ex combatientes para que no se perdieran en el tiempo. En ese sentido digamos que el libro fue quien me buscó a mí. Algo que pasa muy pocas veces en la vida de un escritor, que siempre tiene que andar viendo qué es lo que va a escribir. Fue como un regalo. Al final, tampoco escribí exactamente el libro que me sugirieron, sino otro, que a mi entender era también necesario.

Los ex comandantes del Frente Sandinista que reúnes en tu libro, todos ellos han escrito su nombres en la historia de la revolución de Nicaragua, que hasta el día de hoy se dice que es una revolución inconclusa ¿eso quiere decir que estamos hablando de revoluciones fracasadas? ¿Incluidas la de El Salvador o Guatemala?

Francamente, no creo que todo podamos decir que fue un fracaso, ni en el caso de Nicaragua ni tampoco en el de la revolución salvadoreña o la guatemalteca. Hay cosas que han cambiado gracias al sacrificio de muchos hombres y mujeres que han asumido en momentos determinados el compromiso revolucionario, sea en Vietnam, Cuba, China o Angola. En Nicaragua cayó la dictadura de Somoza, ya no tienen a la Guardia Nacional y el pueblo conquistó muchas cosas importantes gracias al sacrificio de todo un pueblo en armas. Además, no debemos de perder de vista que en el caso nicaragüense, ellos ganaron todo el poder político, económico y militar, lo que les permitió desarrollar reformas profundas en la sociedad, que aún hoy, a pesar de muchos años, aún forman parte de la herencia sandinista. Pero sí yo creo, que podemos hablar de que fue una revolución inconclusa, pero hay que ver cuales fueron los factores que determinaron eso. Por otro lado, toda revolución lo es. No hay nadie que pueda decir que lo ha conseguido todo, ni tan siquiera Cuba con Fidel Castro a la cabeza durante tantos años. Siempre hay factores adversos a que una revolución avance en condiciones adecuadas. Sin embargo, esos no siempre vienen de fuera y no todos los fracasos se le pueden atribuir al enemigo externo. Las revoluciones, los gobiernos de cualquier tipo, generan sus propios enemigos que por torpezas, por incapacidad, por ambición, por falta de amor al pueblo, son sujetos dañinos a cualquier proceso, llámese este revolucionario o no. Pero claro, a los revolucionarios los pueblos deben de exigirles más, pues se presupone que se deben a ellos. Especialmente, como cuando en el caso de la revolución que nos ocupa, costó más de cincuenta mil vidas humanas. La revolución es algo en movimiento y por su misma naturaleza genera la utopía que como el horizonte, es inalcanzable.


En tu libro se revelan acontecimientos de la Revolución de Nicaragua que hasta el día de hoy se han mantenido en secreto ¿de que secretos hablamos?

Para serte sincero, me temo que hablamos de más secretos de los que yo mismo pueda imaginar. Por poner sólo un ejemplo, seguramente muchos ignoran que hubo un momento, a principios de los noventa, en que se produjo una profunda crisis al interior de los mandos militares del Frente Sandinista y que incluso, hubo unos helicópteros artillados y dispuestos a disparar contra la cúpula sandinista si no se llegaba a un acuerdo con el coronel Javier Pichardo que en aquellos momentos cuestionaba la verticalidad del ejército con Humberto Ortega, hermano como la mayoría saben del actual presidente de Nicaragua Daniel Ortega. Es algo que se ha mantenido, hasta el momento de la entrevista, en una especie de pacto de silencio, como dentro de una caja de Pandora. Pero hay muchos detalles más, que como periodista he ido cotejando entre unos y otros, como es el caso del atentado a Edén Pastora en el que iban a morir su esposa Yolanda junto con sus hijos, y eso pasó cuando Pastora aún estaba en las filas del Frente Sandinista, al frente de un poderoso ejército de milicias. Pero además, hay que agregar que la orden venía del interior de la misma dirección del FSLN. Por suerte, Javier Pichardo, que conocía personalmente a Yolanda, y que era la mano que ejecutaría el plan, sin saber que se trataba de Edén Pastora, pudo evitar aquella masacre. Y como ese, existen otros acontecimientos que ocurrieron en aquellos años y que revela en sus páginas el libro.


Por las páginas que he leído de tu libro ¿Cuál fue la relación que existió en aquel momento entre la guerrilla salvadoreña y la nicaragüense?

Bien, yo creo que la relación entre el movimiento revolucionario nicaragüense y salvadoreño, se remonta, no hay que olvidarlo, desde los tiempos de Farabundo Martí y Augusto César Sandino de cuando las gestas guerrilleras en Las Segovias a principios del siglo XX. Esta relación entre nuestros pueblos siempre fue, igual que con la guatemalteca y la hondureña, muy próxima. Recordemos que el poeta nicaragüense Rigoberto López Pérez, se entrenó en El Salvador para los días previos del ajusticiamiento de Anastasio Somoza García, que personalmente él perpetraría un 21 de septiembre de 1956, durante una fiesta en la Casa del Obrero en León.
Así, no es de dudar que el trasiego de revolucionarios entre uno y otro país fuera común en todas esas décadas. Lo que pasa, es que ya en los años 70, con un movimiento bastante más fuerte y por supuesto consolidado, esas relaciones también tendrían otras dimensiones. Antes de la caída de Somoza Debayle, la guerrilla del Frente Sandinista, no sólo contaría con el apoyo político por parte de los salvadoreños, sino también, material, logístico y económico. Una vez triunfaron, los dirigentes sandinistas, también fueron recíprocos con nosotros.
En las filas revolucionarias nicaragüense no sólo durante la insurrección del 79, sino también durante los años 80 en que se peleó contra los contrarrevolucionarios, hubo una importante participación de jóvenes guerrilleros de El Salvador que pelearon codo a codo con los sandinistas. Si te vas por la zona fronteriza con el vecino país de Honduras, en ciudades como Estelí, Jinotega, Matagalpa, Ocotal, verás que hay muchas familias compuestas por ex combientes salvadoreños y nicaragüenses.
Muchas armas, llegaron a El Salvador en cayucos por el Golfo de Fonseca y de eso hay algunas historias muy interesantes también. Cuando el triunfo en Nicaragua, las armas salían para El Salvador, prácticamente en camiones y lo mismo pasó cuando varias avionetas salieron de nuestro país, cargando millones de dólares a Costa Rica, de los que algunos millones fueron para apoyar la revolución en Nicaragua. La Resistencia Nacional fue una de las organizaciones que más dinero recaudó en esos años, producto de sus secuestros a empresarios y directivos de algunas multinacionales en El Salvador.


Tengo entendido que mencionas en el libro algunos desaciertos cometidos voluntariamente o involuntariamente por algunos miembros de la Dirección del Frente Sandinista de Liberación Nacional ¿Cuáles son estos desaciertos?

Lo que digo, no lo digo sólo porque yo lo piense, sino porque los primeros que lo dicen son los protagonistas, cuya voz al fin de cuentas es lo que más interesa en este libro. Sin embargo, ya que me lo preguntas, quisiera hacer referencia al menos a un aspecto. Cuando se creó el llamado Grupo de los 12, hubo un acuerdo en la manera que se pensaba conducir aquella revolución y al poco tiempo, todo aquello se venía abajo. Donde dije digo, digo Diego, y ya no hubo acuerdo que valiera. Aquella revolución se fue alejando del espíritu amplio con que nació y que la hizo tan popular en el mundo para alinearse con Cuba y la entonces Unión Soviética. Por supuesto que debemos entender lo que pasó en esos años también, pero esto es una de las lecturas del libro y que llaman, años más tarde a la necesidad de una reflexión sobre la historia. Y lo que es más, repito no lo digo yo, sino que lo dicen el ex Viceministro de Defensa, el coronel sandinista José Valdivia; lo piensa Donald Mendoza, que se tomó el Coyotepe en 1979, que durante muchos años fue responsable guerrillero en Managua y primer agregado militar sandinista ante el Gobierno de los Estados Unidos; lo manifiesta Víctor “el Viejo” Tirado López, que no sólo fue fundador sino miembro de la Dirección Nacional del Frente Sandinista. Es de suponer que si lo preguntamos a otros cuadros históricos, seguramente opinan lo mismo.


Me llamó la atención hojeando el libro que se relaciona al FSLN, con actos de corrupciones como la famosa "piñata" cuando repartieron casas así como importantes propiedades agrícolas, por mencionar algunas de las mas visibles ¿Hay corrupción en la izquierda?

Las propiedades, sean casas, terrenos, lo que quieras, generan un patrimonio que se puede medir en términos económicos. Algunas de estas reparticiones, creo que están justificadas, otras no. Pero aquí, con todos mis respetos, soy de la idea de que quienes deben de poner en la balanza esas riquezas y juzgar son los propios nicaragüenses y no yo. No es a mí a quien corresponde aquí ponerme a opinar donde está la justicia de todo eso.


Edén Pastora dice en un fragmentó del libro "dicen que los nicaragüense tenemos de músico, de loco. Yo digo, no, los revolucionarios. Por que tenemos un alma sensible, sentimental. Por que sentimos, amamos a nuestro pueblo, y por que amamos a nuestro pueblo tenemos que matar y tenemos que exponer a que nos maten por ver a nuestro pueblo libre. ¿Crees que cumplió su objetivo?

En parte sí, porque también habla sobre todas sus experiencias y muchas de ellas son verdaderamente envidiables para cualquier revolucionario que se precie. Pero por desgracia, no tuvo la oportunidad, no se la brindaron, se la negaron, le cortaron el paso, para que demostrara de lo que Edén Pastora era capaz. En eso creo que ganaron quienes no gustaban de su popularidad. No hizo falta el enemigo para matar al revolucionario con capacidad de amor a su pueblo, fueron, como en el caso de Roque Dalton, los mismos compañeros quienes se ocuparon de matarlo, pero su muerte fue en vida. No sé que es peor. . .


Crees que Edén Pastora, Donlad Mendoza, José Valdivia, Javier Pichardo, Raúl Venerio, Elías Noruega, Víctor López y Leonel Martines ¿sigan creyendo en la revolución?

Juntar a varias personas en un libro, es una cosa y juntarlos en sólo criterio sobre como piensan, es otra. Además, puede corres un gran riesgo. Que por supuesto yo, en calidad de compilador de esas historias, no pienso correr.
La verdad, es que lo que sí creo que puedo decir es que todos nacen de un mismo árbol, un árbol fuerte llamado Sandino, a la sombra del que todos ellos, dentro o fuera de las filas del FSLN, se cobijan, aunque unos más cerca de otros o incluso diría yo, ocultándose tras sus ramas por los motivos que sean.

Este libro lo escribiste con olor a pólvora como dices en tu prologó ¿Carlos como huele la pólvora?


La pólvora, en este caso, tiene un olor especial porque puedes imaginar cada uno de los escenarios de lucha donde ellos pelearon. Todo sucede como en el libro de Marcel Proust, en el pasaje que el escritor francés recrea un momento de su infancia, mientras come una magdalena mojada en el té.

y ¿la guerra como huele?

Quien alguna vez haya estado cerca de un combate, le bastará con un pequeño proyectil lanzado en navidad por un niño, para recordar la guerra.

¿Qué mensaje le darías a un pueblo que se entregó por la causa de una revolución en harás de un sueño que nunca se cumplió?

Que no deje de ser revolucionario, pues aunque no se consiga todo por lo que uno lucha, seguir adelante vale la pena. Gracias a eso ya cayó la Guardia Nacional, la Policía de Hacienda, los cuerpos paramilitares como ORDEN; se juzga a los criminales de guerra aunque se vayan a los Estados Unidos y existe un clima de que se puede seguir construyendo desde la izquierda. A veces, se tiene que pelear en una trinchera con un fusil al hombro, con las renuncias que implica lanzarse al combate. En otras, se tiene que hacer desde la tribuna pública, donde lo que importa es aquello que se dice, como se dice, a quien se dice y el valor de decirlo y defenderlo. Se puede ser un contrarrevolucionario desde las filas de la revolución también. Tenemos muchos ejemplos en la propia historia salvadoreña.
Pero yo propongo que mejor, cada hombre y mujer, que sabe bien lo que alberga en su corazón, le pregunte que es lo que deben de hacer para no defraudar los más nobles ideales y seguro que les servirá más que lo que yo pueda decir aquí o, lo que puedan decir todos los libros que lean, incluyendo por supuesto el que he escrito con la intención de que aprendamos de la historia.