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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

martes, 27 de abril de 2010

FRAGMENTO DE "MUERTE EN NIZA" NUEVO LIBRO POR APARECER DE VÍCTOR QUEZADA



Reverente tú en mi presencia
no llevó los pétalos quien deshizo
flor que señalas la ventana.


Y mira si pienso que serás más mía
más que mi propia cabeza que imitas
como caballero que sigue al sol
lo mismo yo quisiera imitarte.


Tal montas las hojas tuyas
quisiera montar y embestir
o tan solo si quiera tener tu cabeza
flor que te tengo atrapada tan solo
flor que atrapada quisieras huir.








Cómo se extraña el bruto ciego
cómo se extraña el cuerpo horizonte
sino por desamparo aunque
por desmedido y por ocioso


cómo han de doler si no
cómo si entre las manos no han
si los dedos se extrañan en riendas.


Ha caído el animal enfermo
no más ver perfectas líneas.






Tras ti el cielo avanza
se reúne en marcos blanco
altitudes blancas celestes fugas


cuartos
que pájaros cruzan sin romper
bordes que no han


cielo moteado
cuadros de luz donde te oscuras.





Nave serena azul
otro mar que el del sueño
ribera dorada playa
una tierra diferente


te imagino e invoco
al dios propicio y prometo
blancos muslos de blancos toros
roja sangre al cielo
blanca grasa entre la sangre


por evadir tu nombre
por querer el cuerpo allí
curtido y visible
más cuerpo que el reposo.


Transite tu nombre entonces
llévenme las olas
al ejercicio de la espada
venga la tierra distinta
y la conquista venga
vengan aves a devorar
el cuerpo enemigo
mi victoria.





A saber, no negado es silencio
como también no
lo en cuartas partes dividido.
Sí la luz
mas no lo que esconde
no el recuerdo no la trampa.


Haré de todo esto una cuadriga
un alado carro de fuego.




(afuera de seguro algo cae).


Llevado al aquí mismo de lo ausente
desciende y rueda por caer su envergadura


invocada tanta lejanía tanta distancia
galopa perdido en mi lengua y desciende
y rueda


la crin inesperada entre los labios
lo agrio del sudor que desborda el sitio tras los dientes
el rigor de su musculatura
el rigor mismo de quien muere


carrusel indomado al que el miedo vuelve si lo nombro
si lo hago parte de esta ausencia.




O de los dedos la añoranza
tal vez lo mismo
el encuentro en las esquinas será
del corazón arácnido sueño


y de la luz su sombra uno
que bailase eclipsado el sol
de línea en línea buscando
donde hacernos la grieta


¿Sabrán los niños confundir?
plegue adiós a nosotros
pero sabrán irse
confundidos las puertas con salidas.


Y acaba apenas ser tenue lucha
no más un llegar a puerto el sol
un creérsenos ponto
cuando ancla la luz y hambre.


Es por esto que faltan los brazos.




No busqué líneas por hallarte
lo real
deja el trazo se resiste
de su idea hasta este sonido.


Al bruto rompiendo mares imagina
necesarias su memoria su imagen


y de no hallarla
si no hubo en mí
para cuándo oprima
el lomo


pues dije:
un caballo solo arrastrando
y la posibilidad era ínfima aunque.


Qué hay en cada silla sin embargo.




Muerte en Niza




1

En el diámetro que la luz proyecta comienza a desaparecer un cuerpo


su estela -preciosa disposición de la ausencia- engrana un movimiento presumiblemente constante
infinito en posibilidad


de lo que hay emergen las líneas de las sábanas
un desorden que se va limando a medida que suben
suscitadas por la luz


la cama retrocede entonces
a polígono la almohada un diseño regulado y perfecto.




El espacio inmóvil puedo
cerrados los ojos reducido a espalda.



2005 - 2007

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