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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

martes, 25 de febrero de 2025

PRÓLOGO DE LA ESCRITORA Y ENSAYISTA DRA. ZELJKA LOVRENCIC AL LIBRO "BITNO / ESENCIAL" DEL POETA CHILENO ANDRÉS MORALES


 

Andrés MORALES MILOHNIĆ: BitnoEsencial, Poemas seleccionados, Rama de Istria de DHK, Pula, 2025, 180 p. Traducido del español por: Željka Lovrenčić.

 

El poeta, profesor universitario y ensayista chileno de raíces croatas, el académico Andrés Morales Milohnić es considerado por la crítica como uno de los mejores poetas hispanoamericanos de la generación media. Su poesía ha sido publicada parcialmente en catorce idiomas.

En 2002, sus Poemas Seleccionados fueron publicados en Croacia por D.S.M. Grafika, traducidos por Jordan Jelić y por mí. En Santiago, por otro lado, se publicaron los libros bilingües español-croata Poems/Poemas (2011) y Escrito en glagolítico (2018), que también traduje al croata. También he traducido sus poemas para las revistas Forum y Reči.

Conozco a Andrés desde hace mucho tiempo. Cuando vivía en Chile, solíamos salir. Hemos publicado una traducción conjunta del libro Poesía croata contemporánea (1997) y El viento de las estrellas oscuras (2003) de Drago Štambuk. Escribió el prólogo del libro de Mladen Machiedo titulado El emigrante y otros poemas, publicado en Santiago en 2014. Como gran promotor de la cultura croata, publica noticias sobre nuestro país y mis traducciones de las obras de escritores croatas contemporáneos en su sitio web dedicado a Croacia.

Andrés Morales Milohnić (Milohnic, ed.) – junto a Antonio Skármeta, Juan Mihovilovich y Ramón Díaz Eterović – pertenece a un grupo de escritores chilenos con raíces croatas que representan lo más alto de la literatura de este país sudamericano. Afirma que la poesía es su "cadena perpetua" y dice: una vez que navegas por estas aguas, no hay vuelta atrás. La poesía exige cada vez más del hombre. Comenzó a escribir a la edad de trece años, publicando su primera colección a la edad de veinte. Su poesía es hermética, es decir, no cree que un poeta deba confesarse al lector, pero no debe cerrarse hasta el punto de la incomprensibilidad. La forma es importante para él, su ego no está en primer plano. Sus temas frecuentes son el dolor humano, el Mediterráneo, la soledad... En una entrevista, declaró: "Soy oscuro porque veo el futuro". Le gusta la literatura del palimpsesto (como decía Borges), es decir, Añade palabras de otros autores a un gran tablero literario. Le gustan los juegos de palabras, la rima oculta, la poesía libre, espontánea, pura. Su poesía es como el ruido, delata la desconfianza del poeta hacia la palabra y el mundo, su cautela. Andrés Morales Milohnić tampoco cree en la antipoesía, aunque aprecia mucho a Nicanor Parra. Continúa con éxito la línea poética de sus compatriotas Óscar Hahn, Gonzalo Rojas y Miguel Arteche, y sin duda de Pablo Neruda y Nicanor Parra, quienes demostraron al mundo entero que Chile es tierra de poetas. Está influenciado por T. S. Eliot, Rimbaud, Sor Juana Inés de la Cruz y Mallarmé. Por un lado, la poesía es una de las formas de acercarse a la realidad y dar una visión personal de la misma. Y por otro lado, es el mundo de lo imaginario, lo ficticio, el mundo de los sueños. Morales dice que siempre compara la poesía con la física, la astronomía, las partículas atómicas y las estrellas. Le proporciona un universo entero e interminable con multitud de estrellas y galaxias; Es como una caja china llena de sorpresas y posibilidades extraordinarias. No cree que la poesía vaya a desaparecer nunca porque sea ante todo el canto. Andrés Morales Milohnić es un poeta que rema de manera diferente a los demás. Su poesía no es fácil. No causa risa ni ironía. Tal vez haya un poco de amargura en ello. Implica reflexión y participación del lector. En su primera colección, Por ínsulas extrañas, rechaza casi todo. Esto es poesía nihilista. Más tarde, sus temas frecuentes fueron el amor, la muerte, el tiempo, el lenguaje, la incapacidad de comunicarse, la decadencia del mundo y la belleza. Se puede sentir su amor por la luz y la ligereza, pero también por la oscuridad y la soledad. En la colección Verbo reflexiona sobre el lenguaje, el hombre en general y los acontecimientos del mundo. Es una poesía que critica la realidad y al mismo tiempo se reconcilia con el imaginario. La colección Visión del oráculo contiene poesía profética en la que el poeta demuestra que el hombre no solo tiene cerebro sino también intuición, y el poeta es un gran visionario. Los temas de esta colección son: el destino, el sueño, lo profético, el lado oscuro del mundo... La segunda parte del libro se basa en la leyenda de amor entre la famosa reina fenicia Dido y Eneas, pero los versos son más reflexivos que el amor. Morales Milohnić ha afirmado en repetidas ocasiones que la poesía amorosa es la más complicada para él.

Sobre este poeta, Eduardo Milán en el periódico mexicano Vuelta afirma que este poeta "... Escribe con asombro y recelo, su poesía no es un acto operacional sino un murmullo, prevalece la cautela en sus palabras y en su trato con el mundo". Señala que la poesía de Morales "... Progresa un poco, luego se detiene, es cuestionable o afirmativo, se disuelve y luego se funde con su eco". Señala además que Andrés "... dudando de sí mismo, duda del mundo, y el mundo, a su vez, se refleja en un lenguaje roto y roto". La crítica Ana María Cúneo de la Universidad de Chile enfatiza la necesidad de unidad de este poeta, su deseo de una estructura poética que se materialice en una organización casi matemática de los poemas. Miguel Arteche escribe sobre su colección Escenas del derrumbe de Occidente que trata de la decadencia de Occidente y de los tiempos turbios envueltos en la muerte que se intentan tapar con el éxito, el poder o el dinero. También señala que no hay un título clásico del poema en esta colección, sino solo sus anuncios. Los reinos infernales que explora el poeta son festividades ardientes y diabólicas, pero también heladas. El poeta escribe sobre sueños llenos de pesadillas, sobre el demonio del reloj, sobre el dolor que se produce por la noche, amigos muertos en la puerta, filas de muertos amontonados unos encima de otros, sobre la espera en el puerto de un barco que nunca volverá a aparecer, sobre el vals de la despedida... De hecho, Morales Milohnić explora el infierno del presente. Pero, concluye Arteche, al final, con los versos, aparece el relámpago, la belleza aún no vista de la paz en islas moradas de belleza deslumbrante. La música del mar revela el tiempo y un largo aliento de silencio como único alimento. Es un viaje a través del infierno y el purgatorio, y a través de las ventanas abiertas se puede ver la playa de la infancia. Concluye que Andrés Morales utiliza hábilmente su habilidad y la fuerza de sus pinturas aquí y en otros libros, y en el temblor de la nostalgia encuentra el aliento perdido de la infancia, que para el poeta es como una nueva vida. El poemario Réquiem (2001), en palabras de Rolando Carrasco, "moraliza" desde el interior de un poema ritual de la más trágica modulación sobre el hombre, la muerte y la experiencia histórica. Escribe que "... anunciando el nuevo milenio y siguiendo su aliento destructivo, los versos de esta colección actualizan los latidos de la doble conciencia poética que, sobre todo, impregna la última obra de Andrés Morales". Y continúa: "Al practicar un pensamiento poético constante en la obra de Morales, los signos inevitables de la destrucción de los elementos de la naturaleza y del mundo se resistematizan en esta colección de versos, no solo para resaltar la experiencia cósmica del fin en una metáfora, Kairós – que garantizaría a los conversos un nivel suprahistórico – sino también porque es un anuncio profético que una vez más prepara el escenario para la hazaña excepcional del destino humano – en el tiempo y en la muerte. La polifonía de Mozart y la tragedia griega fingida representan la suma de siglos de muerte, en los que encontramos en la expresión dolorosa de la súplica y la súplica una pizca de culpa que haría posible un nuevo nacimiento". Sin embargo, al final de la introspección poética de Andrés Morales Milohnić, en la colección Réquiem, encontramos un atisbo de renovación: Lux Aeterna.

Cuando Andrés Morales Milohnić publicó su primer libro, el poeta chileno Gonzalo Rojas dijo que Milohnić estaba condenado a ser poeta, a vagar, vagar, vagar y hacer lo que quisiera, dando prioridad al éxtasis del sacrificio. También se dijo que este poeta, hoy grande y significativo, no se quedará en un libro, sino que crecerá, volará... Andrés lo confirmó muy bien. Así lo confirma esta selección, que, según sus deseos, incluye todos los poemas de la colección Esencial y una selección más corta de las colecciones Variaciones sobre "La Pantera" de Rainer María Rilke y Premoción del vacío.

 

Željka Lovrenčić

 

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