YO QUE ESCRIIBO POEMAS CONTRA LA DESHUMANIZACIÓN Y
LA MAQUINIZACIÓN DE LA VIDA MODERNA......
aparte de los utensilios normales de cocina, es decir:
tostador, microhondas,
juguera, batidora y calentador de agua, (todos eléctricos),
acumulo esparcidos por mi casa:
Una aspiradora que guardo en la alacena, al lado de un plumero
y de una escoba, que viene a ser su abuela.
Un radio para escuchar los desastres cotidianos, las bombas y la guerra.
Una televisión en colores para ver la sangre por las calles.
Una cámara de video para guardar amores en conserva.
Una máquina fotográfica para congelar la dicha.
Un reproductor de video que puede detener la vida a gusto
y ofende a los dioses.
Un computador o sésamo que me abre su caja de pandora cada día.
Un teléfono movil para ir hablando solo por la calle, como los locos
que hablan con Dios o con sus fantasmas personales
y otro casero, que no me sirve para hablar con las musas.
Una Olimpia portatil que pasó al olvido
como tantas cosas que escribí con ella.
Una calculadora, que me cuenta los dineros
y me descuenta los pasos a la tumba.
Un gramófono "Garrard" que jamás usurpará el lugar de mi victrola a cuerda
con trompeta de lata,
(que encontré en un gallinero cuando iba a caballo y era un muchacho natural)
en la que escuchaba a la Lucienne Boyer,
cantando "Parlez-moi d´amour." Ay! Tan remota.
He de agregar a esta ingente colección, un reloj despertador
que nunca me sacó del sueño.
Una plancha que no alisa las arrugas del alma.
Un depilador otorrino que me borra los secretos y las malas palabras.
Un secador de pelo que sólo usa mi amada suicidandose el peinado.
Un mapa mundi iluminado que se cae a pedazos
y que por metafóricas razones yo conservo,
mas una muchedumbre de nimios adminículos, lentes, lupas, sacapuntas,
y otros que no merecen mención.
Todos esto artefactos, ya sabemos, son industria de Caín,
el transgresor,
que forjó el hierro y levantó las ciudades,
donde las casas son máquinas para vivir.
(La quijada de burro de aquel fratricidio original
fue el primer "ready made"
ya tenía forma de revolver
y mas de siete dientes en el cargador.)
*
Ante la esplendente pantalla,
sentado en el banquillo con gusano adaptador,
proso este "mea culpa" en caracteres New Times Roman,
que mi impresora vomita en rítmicas arcadas sucesivas.
Jesús Ortega es chileno y está radicado en Malmö, Suecia desde 1975. Ha trabajado en varias áreas del quehacer artístico, tales como la pantomima, la plástica y el teatro. Ha publicado los poemarios Las pizarras del mundo, Santiago de Chile 1968; Måttbandsormen (Sepentímetra), Malmö, 1987 y La vidriera irrespetuosa. Ediciones Saltomortal, Estocolmo, 1995.
Jesús Ortega es chileno y está radicado en Malmö, Suecia desde 1975. Ha trabajado en varias áreas del quehacer artístico, tales como la pantomima, la plástica y el teatro. Ha publicado los poemarios Las pizarras del mundo, Santiago de Chile 1968; Måttbandsormen (Sepentímetra), Malmö, 1987 y La vidriera irrespetuosa. Ediciones Saltomortal, Estocolmo, 1995.
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