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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

domingo, 11 de enero de 2009

POEMAS INÉDITOS DE ÁLVARO GUERRERO GABELLA


Hiroshima

Poco después el sol apareció de golpe como un trueno,
como retumbando sin ningún sonido en el aire. Era el sol
el mundo. Solo luz. Y calor.
Yo te miraba desde el puente bañada en color amarillo,
naranjo hacia el poniente, la ciudad con ese aire un poco
mas espeso de los sueños, con una memoria mas corta,
vidas que se resumen en la expresión de un rostro
humano




Fábulas


Fábulas en las mentes de los ancianos
Un prado, los bellos monstruos yacen adormecidos al
mediodía
flores doradas guardan el secreto de un veneno perfumado
Los sacerdotes caminan al revés, dispersos, buscando la fe
sumergida en vasijas de lÍquido rojizo
la sangre derramada en el pasto, en el placido lago
en las enfermedades bajo el sol




Conjuro


Seamos como niños no se quien dijo
derribemos el laberinto de piedra de la esquina y apretemos los
párpados hasta que ya no se puedan volver a abrir
y haya que acostumbrase a conversar con la madre y los
amigos sin vernos los unos a los otros
Y sabiendo que hay un final, se llene de palabras
así, al traspasarlo, nos sintamos en un bosque que todos
visitamos durante ese mismo día, mas no siempre a la misma
hora
Así volveremos siempre



Fábulas desde el parque


Fábulas en el parque en las mentes adyacentes
no está la presencia la imagen
pero es tan real que desaparece
o asemeja un niño de cera que la ventana muestra al destino
más no creemos en ese destino o en alguno
solo hay plantas, versos, imágenes queridas y raras
y maleza, vidrios, son todos testigos anárquicos del suceso
de separar el tiempo en los tiempos
tiempos de cera, tiempos encumbrados en las manos dulces,
sabor a galletas en el mueble frente a los jarabes
gente girando bajo paraguas, lluvia apenas resuenas sobre
nosotros, giramos como un trompo
debajo de las sabanas escucho a la muda preparando un té
en la cocina
si estuviera ahí de nuevo le diría a los ojos no existes
y ella diría si me miras eres la ventolera
solo yo no quiero ser, sumergido completamente bajo las
sábanas, ¿que esperaba con eso? ¿quería ser una ventana
entre dos ex jardines?
estás en cama
¿estas despierta?
estás muerta, y aún así no quieres contarme tu pasado
ventolera los que giran bajo los paraguas como que
tartamudearan nunca fuiste uno y siempre estuviste solo
solo tu no existes, completa sonámbula vieja preparando el
te con leche en una mañana cualquiera de 1985
este será el ultimo invierno repetías y los años pasaban con
el viento
hacia la cordillera partían, corriendo entre los dientes, las
montañas,
si pudiera volver a ese lugar y mirarte a los ojos te diría no
existes
ni el crujido de hojas bajo las suelas de los treintones que
parten a trabajar de operadores telefónicos o taxistas
el terremoto era el padre ausente
explotaron bombas y en la radio hablaban de extremistas
para nosotros era la ilusión del comienzo de algo breve, una
diminuta aventura verbal que los llevara a todos mas allá,
aunque mintieran
el sonido lejano de un bombazo y algo raro existía y era
también como un sueño impersonal del que nadie
despertaba porque ninguno se atrevía serenamente a
mirarse a la cara un buen rato
un niño de cera que la ventana muestra al futuro y el mundo
nos quería comer con su deseo sin nombre, sin edad,
sin ojos
los pasillos de nuevo importaban menos que los hombres
blanco era el viento, blancas las avenidas, el dolor como
que estaba en otra tierra, en un país de mudos
presiento que nunca sabremos donde
Que la ventana muestra al futuro
Yo ya me estoy levantando con mis nueve años entre otros
dos mil millones de niños de un mundo redondo, pequeño y
extraño,
suelto entre el universo como una flor desconocida sobre
los ojos de un muerto

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