En este lugar,
un desocupado Caballero Hospitalario
de la Orden de San Juan de Jerusalén
ordenó durante cuarenta años
las tibias, los fémures y las calaveras que ves.
Es la Huesera de Wamba,
un rey godo coronado
a la muerte de Recesvinto
hace 1339 años.
Nadie sabe quien fueron,
ni que hicieron,
ni nos importa ahora.
Por causa de su pobreza
no tuvieron sepultura.
Sólo eso sabemos.
Recuerda, entonces, viajero
que todos somos de Wamba,
Wamba es nuestra tierra.
Wamba fue nuestro ayer
y será el mañana.
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