FRESAS SALVAJES (1957)
Dirigida por Ingmar Bergman
Las fresas, escasas en Suecia, simbolizan la naturaleza fugaz de la felicidad.
En el trayecto hacia la investidura como doctor en medicina en la Universidad de Lund, Isak Borg escucha una discusión entre dos jóvenes: “El hombre le tiene pánico a la muerte y no soporta lo absurdo”. Los muchachos no saben de qué hablan, pero Isak entiende el sentido exacto de esas palabras, la respuesta a los sueños que lo acosan ese día.
La película es un viaje físico en automóvil, a la vez que un viaje onírico por los hitos importantes de su vida. Los fantasmas del pasado lo hacen mirarse al espejo, y descubre que se ha convertido en un viejo miedoso. El examinador de uno de los sueños le dice: “Usted es culpable de culpa… ni siquiera entiende la acusación”. Isak la entiende, pero todavía no está dispuesto a declararse incompetente para vivir.
En medio del viaje hacia el reconocimiento social, “el lugar de las fresas” (smultronstället) junto a su casa de infancia, evocaría el paraíso perdido, el símbolo de una felicidad inalcanzable. Durante el trayecto se ha dado cuenta de que, pese a las distancias recorridas, no ha hecho más que perder el tiempo (los relojes no tienen manecillas).
“Usted no oye el silencio… transformó su vida en una obra maestra de la cirugía, donde ha extirpado todo el dolor”, lo vuelve a interpelar el examinador.
El castigo por no hacerle frente al miedo es la soledad, y cuando ésta lo inquieta, recurre a sus recuerdos de infancia… en busca del tiempo perdido.
(película completa doblada al castellano)
(pesadilla surrealista doblada al español)