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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

domingo, 2 de mayo de 2021

TEXTOS DEL GRAN POETA PORTORRIQUEÑO PEDRO LÓPEZ ADORNO DE SU LIBRO "ARCA DE LA DESMESURA"



 

                                                    Lejos está lo que fue; y lo profundo

                                                                                                                                                 ¿quién lo hallará?

                                                                                                  Eclesiastés 7:24


Selfie sin biografía

 

 

Llegará el momento de lidiar

con el abismo

llamado poesía

 

no eres un pequeño dios

 

sólo un micro-

resplandor en el diluvio

 

temblor de mar si despliegas

 insomnio y desmesura. 

 

 

Hojas del insomnio

 

 

1.     Se ve convertido en paralaje lo que puedo obsequiarle al lector. Solo sirve de brújula querer hacer sombra con las palabras que pienso me corresponden. No es fácil ni efímero el encuentro. Soy un chata ante la velocidad y destreza que en ellas surgen del diluvio al susurro y de allí al monólogo del aire. Me toca esquivar las sílabas que en torno a mí vociferen discordia. Sobrevivir los insólitos asaltos de la espera.

 

2.     Es un lienzo esta ansiedad de escribir y no poder hacerlo. Frágil lienzo. De perderme en la distracción o en la abstracción el giro que toma el espacio dentro de ese lienzo generará enardecidas sílabas. Sé que la ruta hacia las hojas del insomnio puede extraviarse en el diluvio y no tendré ni mapa Google ni compás para discernir quién soy. Por eso blasfemo asombro al dejarme llevar por las tentaciones del camino.

 

3.     Cuando pienso poesía resplandece un diluvio. Las piedras comulgan por el camino con los aromas de su nombre. Insaciables relámpagos. Vuelvo a ponderar la tentación de entrar al arca de la desmesura. Si decido lanzarme entre ruina y laberinto al estallido cada ráfaga del vaivén de sus labios será descalabro. Hojas del insomnio sinfín mientras tiemble su orgía.




Trocitos de tentación 



El que esto suscribe amotina tempestades en las hojas. Custodia el arca intentando acantilar en la rapsodia el despliegue insumiso donde felicidad busca su ausencia.

 

El que esto suscribe no es luxación destilando enigmas.

Alumbra caudal cada vez que muerde trocitos de tentación

en lo imprevisto.

 

He allí el desasosiego. La descomposición de los matices.

La desigualdad.


Quevediana 

 

Sueña con una sola palabra cómo brilla la luz.

 

Palabra para que el tiempo ulule un espacio

de su casa al vacío. Las estrellas

tragan sílabas ante ese enmudecimiento

advenedizo.

 

Sólo entiende del sueño el lúcido escombro

del muladar de ruidos.

 

Cabría en una cápsula su sutra

si el mundo fuera algo más que

lágrimas y caca.

 

Barranco llamado amor 


La noche vuelve cabizbaja a su jolgorio de cervezas. Una caravana de caballos liberados de sus riendas divisa ecos

de eternidad. La brisa efímera traslada sus boñigas al infierno de los que quieren ser felices.

 

La lluvia relincha nubes al pasar.

 

Dan coces los amantes ante su guerra en la maleza. Resuscitan el tufo de un osado rumor entre la suma o resta de fracasos.

 

Herraduras ebrias los descubren sin descifrar cómo llega el  diluvio a la cremación de sus gemidos. El barranco llamado amor.

  

Cadenza

 

 

Acaso sea asombro bajo el cansancio del magnolio en flor. La veo llegar. Es un atardecer 9 de abril. Aniversario de la muerte de Eduarda. Es ella. Brilla aún su plateada cola de

caballo en esa sombra mientras Mozart al piano llora lluvia.

 

La veo llegar. El jardín se mece al compás de su origen.

 

Su apalabrado aire supera notas tradiciones desgastes.




Pedro López Adorno nació en Puerto Rico en 1954. Desde 1965 reside en la ciudad de Nueva York. Doctor en Filosofía y Letras de New York University (1982) con una tesis sobre el Altazor de Vicente Huidobro. Es poeta, crítico literario, novelista y antólogo. Como poeta ha publicado los siguientes libros: Hacia el poema invisible (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1981); Las glorias de su ruina (Madrid: Playor, 1988); País llamado cuerpo (Lima: Editorial Lluvia, 1991); Los oficios (Sevilla: La Cuerda del Arco, 1991); Concierto para desobedientes (Río Piedras: Editorial Plaza Mayor, 1996); El gran olvido -plaquette (Barcelona: Café Central, 1996); Cumpleaños –poema/plaquette (Nueva York: La Candelaria #10, 1998); Viajes del cautivo (Xalapa: Editorial Graffiti, 1998); Rapto continuo (San Juan/Nueva York: Ediciones Babel, 1999)- edición limitada de 78 poemas que representan un tarot; incluye caja de madera (obra del artesano puertorriqueño, Hipólito Figueroa) e ilustraciones de la grabadora puertorriqueña, Consuelo Gotay; Arte de cenizas/Poesía escogida:1991-1999 (San Juan: Instituto de Cultura, 2004; Opera ardiente (San Juan: Terranova Editores, 2009); Terapia perpetua (Rimini: Raffaelli Editore, 2018)- edición bilingüe español/italiano con traducción de Emilio Coco;  Arca de la desmesura (Granada: Valparaíso Ediciones, 2019; y Versión del que surgía (México: Editorial LaOtra, 2020).  Aparece antologado en Nueva poesía latinoamericana (México: UNAM, 1999); Una gravedad alegre. Antología de la poesía latinoamericana al siglo XXI (Valladolid: Editorial Difácil, 2007); Puerto Rican Poetry: An Anthology from Aboriginal to Contemporary Times (Boston: University of Massachusetts Press, 2007); Jinetes del aire. Latinoamérica y el Caribe Poesía contemporánea (Ecuador/México: Mayor Books, 2008); Vapor transatlántico (México/ Lima: UNMSM, 2008) y Yunaites. Poesía en español en los Estados Unidos (Brasil: Lummer Editor, 2014), entre otras.

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