Enrique
Lihn, hoy 12 de octubre de 2012,
Me
rindo ante ti
Y
te beso tus zapatos rotos y manchados de mierda
con
que peregrinaste el Paseo Ahumada.
Renegué
de ti por más de 10 años
para
no seguir las voz cantante de mi grupo poético –
Esos
que ya no me quieren,
Esos
de los pastos de la Facultad de filosofía y humanidades de la Chile-.
Renegué
de ti por vanidades, por mi falta de autocrítica
y
por un romance del que no me arrepiento.
Renegué
de ti porque estabas de moda
Y
nunca lo has estado.
En
realidad, Enrique, fui un gran ahueonao.
Tellier
fue una moda pasajera.
Sin
embargo, ahora que ya no soy iconoclasta,
que
soy cristiano burgés y anticomunista a mucha honra
y
de maldito solo
me
quedan mis ensayos de poemas,
abrazo
tu dolor, tu extrañamiento , tus letras.
Uno
de esos ex amigos que nombraba más arriba
Afirmo
hace 10 años que sólo te falto suicidarte
Para
admirarte más.
¡Malditos
los hueones y los cagones que te querían pasar la pistola!
¡Malditos
los que te copian y te usan para agarrase minas!
Yo
no soy epígono de nadie,
La
fama no la busco ni me interesa.
Si
ella me encuentra, bueno, bien por ella,
Pero
tengo claro que si nos encontramos alguna vez
Será
por unas nochecitas.
No
me dejaré engañar por su cara de niña buena,
Porque
es harto puta, demasiado puta,
Se
mete hasta con tu mejor amigo y te deja botella
(
a esas yo la conozco muy bien,
las
dejé hace mucho y no me arrepiento)
Yo
solo quiero decirte, Enrique,
que
mis mejores amigos de la ficción
son
los perros callejeros de todos los planetas,
que
te mereces un corona,
pero
de espinas y ojalá usada,
y
que vivo para escribir
y
que por leerte hoy, estoy aún más vivo.
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