Descubrí en una antigua librería de mi barrio
un bello mapa escrito en un idioma ya extinguido.
El mapa considera un territorio con altas montañas
donde se distinguen unos árboles que abrazan las estrellas.
Los puntos cardinales están claramente definidos
con cuatro cruces invertidas.
Las montañas y los bosques están rodeados
por un mar con dragones y sirenas.
Da la impresión por un gigantesco cráter que un meteoro
hubiese impactado en el centro del continente.
La imagen de un rey aparece atravesada por una espada
y la de una reina haciendo el amor con dos esclavos.
Se observa a unos preciosos niños jugando a la ronda
en torno a la figura de un ángel caído.
El cielo está decorado por tres soles, una gran luna llena
y diversos aeroplanos y hombres en paracaídas.
Se divisa también un águila negra
que lleva una serpiente y una manzana entre sus garras.
En el tronco de un árbol está inscrita una fórmula
muy parecida a la solución de la teoría de la relatividad.
En cada esquina del mapa están clavadas unas banderas
de unos países desconocidos.
Comencé a estudiar otras cartografías para poder entender
a qué territorio correspondía.
Después de mucho tiempo entendí que el mapa hacía referencia
al lugar de mi última morada.
Jorge Ragal nació el año en que Parra publica Poemas y Antipoemas, que es el mismo año en que Rimbaud cumple un siglo (1954). Cuando niño jugaba a la pieza oscura con sus primas. A los 7 años fue operado de urgencia y fue la primera vez que sintió la fatal atracción de la muerte. Se dice que este episodio marcó su vida para siempre y que es el origen de su vicio por la poesía. A los 13 escribe su primer poema. A los 21 participa de la llamada “guerra civil” que sacudió a su país; hay versiones que dicen que estuvo preso y que fue torturado, pero los organismos de inteligencia niegan este hecho y la iglesia tampoco tiene antecedentes de aquello. A los 33 escribe un libro de extraño nombre. También ha sido incluido en ciertas antologías. A los 55 años escribe un libro virtual de acuerdo a los nuevos tiempos. Ha viajado por más de veinte países y habla diversos idiomas. Ha recibido una serie de premios de consuelo que tampoco se han podido identificar. En términos políticos se declara “socialista-anarquista-ecologista-liberal-pacifista”, fusión que confiesa es difícil de entender. Se levanta tarde y se acuesta tarde. Es ariano y el número siete en el eneagrama. Le gusta el jazz y los boleros. Está de novio permanentemente y tiene seis hijos y otros tantos nietos que nacen todas las primaveras.
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