HORAS
No es
tan tarde aún ni tan temprano,
pero
es tarde para mí y en la mañana
tuya,
entre los árboles y el mar
tu
dulce hablar de mayo,
el
terco semblante de mi cara,
despuntan
ese hábito de amar,
la
desventura.
No es
temprano aún y ya es muy tarde,
pregunto
como un pájaro en su fuga:
¿aún
hierve la sal en tu figura?
DOMICILIO
Números
de piedra, malditos números de piedra:
Mi
casa no tiene calle, no tiene techo, no rezuma a caldo.
Mi
casa está asentada en el silencio
de un
terreno yermo, inquieto, plano
donde
nunca florecen los niños
donde
la esperanza es sólo una palabra
4 comentarios:
Me gustan estos poemas, Andrés. Saludos
Estos poemas me han llegado al corazón. Gracias Andrés
ana maría vieira
Estos poemas me han llegado al corazón. Gracias Andrés
ana maría vieira
Dos poemas breves, pero inmensos porque vienen de lo más íntimo y llenan el aire. Son perfectos.
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