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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

martes, 20 de octubre de 2015

"NERUDA" RESEÑA DEL POETA ESPAÑOL JAIME SILES





Pablo Neruda: Cartas de amor. Edición de Gabriele Morelli. Cátedra. Letras Hispánicas. Madrid. 2015. 316 páginas.

El mundo sentimental de Neruda ha sido objeto de no pocas investigaciones  y  recreaciones de muy, pero que de muy vario tratamiento. La última de ellas es la novela de la  narradora  argentina María Fasce, titulada La mujer de Isla Negra (Alianza Literaria, 2015), una ficción muy bien  escrita y bastante verosímil, que tematiza el momento de paso entre dos de las pasiones más duraderas del poeta chileno: Delia del Carril y Matilde Urrutia.  María Fasce focaliza, pues, los años del amor maduro. Las Cartas de amor, pulcramente editadas por el gran hispanista italiano Gabriele Morelli,  cubren una extensión cronológica mucho mayor, que se extiende desde el Neruda, adolescente y provinciano, que malvive en  un rosario de pensiones  en  Santiago  hasta el Neruda último, enfermo y a punto de morir. Comprende, pues, un periodo cronológico  muy  amplio, que   ha sido articulado en función de sus distintas y respectivas destinatarias, pues muchos de estos amores eran paralelos, cuando no simultáneos, aunque no todos ellos son del mismo calado ni presentan la misma intensidad.  Así las cartas dirigidas a su hermana Laura  entre 1926 y 1934 permiten reconstruir la no siempre fácil  relación  con su padre, así como las penurias que de estudiante pasa y  la ternura  con que se dirige a su  familia en una lengua íntima  y de tono coloquial. De otro tenor son las  trece que, entre 1922 y 1924, envía a  Teresa Vásquez (Terusa), la Marisol de sus Veinte poemas , en cuyo Álbum deja escrito el poema 2 de dicho libro, siendo la inspiradora del 3, 4, 6, 8, 9, 10, 12, 16 , 20 y de la “Canción desesperada”, que lo cierra. Incluso hay estudiosos – como Volodia Teitelboim- que incluyen en la lista el 7, el 11, el 14 y el 17.   Las  104 dirigidas  a Albertina Rosa Azócar  contienen, como dice Morelli,  además de una historia de amor, “la génesis del acto creativo”,  y  algunas de ellas  comparten con los poemas de esta época    expresiones y giros. Albertina es un amor de juventud, pero de una duración  muy  prolongada: ella es la Marisombra de los Veinte poemas  y la destinataria del “Me  gustas cuando callas porque estás como ausente/ y me oyes de lejos, y mi voz no te toca”. Y también  de otros de El hondero entusiasta y Residencia en la tierra. El testimonio de ella, fechado en febrero de 1983 y  que se incluye en el apéndice, explica las dificultades que para ambos – y, sobre todo, para ella-  tuvo aquella relación.  Las tres dirigidas  a Olga  Margarita Burgos entre 1932 y 1933 no son un  material poéticamente importante, pero la documentación que las acompaña  ha permitido datar el poema “Walking Around”, del que Neruda envió a Olga  una copia  a máquina,   e incluso  ha hecho suponer que parte del léxico de otros procede de su relación con esta dentista. En la carta 1 a Delia del  Carril, el  Miratvilles que aparece citado, y que la edición no identifica, debe ser Jaume Miratvilles (1906-1988), actor en dos películas de Dalí  y  comisario de propaganda de la Generalitat de Cataluña durante la guerra civil. En las  47 a Matilde Urrutia, escritas entre finales de 1950 y 1973,  hay alusiones a la política y muchas noticias de viaje, que nunca ahogan el interés por las pequeñas cosas que para Neruda eran “casi siempre las más importantes”.  Esta  correspondencia  sentimental de Neruda es una radiografía tanto de su obra como de su vida, pues ambas son una y la misma.





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