Poetas
¿Y, por
qué, mi Juan Cristóbal
tú y yo
no desearíamos
el amor
de los éxtasis?
Fue la
culpa del dios,
el dios
entero.
Fue la
culpa del amor,
amor
entero.
La vida
(casi) entera
y nada ganamos
del placer
creyéndonos
terribles, inmortales.
(A Juan Cristóbal Romero)
Lyon
(Klaus Barbie y Managua
al mismo tiempo)
Las
cuerdas del piano
estrangularon
la belleza
de una
pieza de Liszt
o un
acorde de Bach.
En otra
parte,
los
niños de Nicaragua
o los
niños muertos de Lyon
muerden
la agonía en su hermosura
con
hambre, con esa extraña valentía
aquella
de los que nunca más regresarán.
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