Una palabra
sola
abrirá el espacio
del mar
o de los cielos:
Hipnos,
sueño,
hipnos.
Como un rayo que sorprende
y un solemne trueno
rompiendo los infiernos.
Como la voz secreta
del poema oscuro
solo,
mendicante.
Como la superficie fría
de muertos hoy presentes
en la memoria huida,
en el pasado inquieto.
De las palabras
una
y
un poeta
cierto:
Hipnos,
sueño,
hipnos.
Después ya se adivina
el llanto de las olas.
(A Víctor Lobos)
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