NO HAY AIRE PARA MÍ EN ESTE MUNDO
“No puedo respirar”
Fue lo que dijo el ser humano George Floyd
Por ocho minutos y cuarenta y seis segundos
O si ustedes lo prefieren –hombres y mujeres del siglo XXI--
Nueve minutos exactos en un reloj antiguo
O el reloj digital de su celular
Para hacerlo más fácil y digerible para todos y todas
Tan digerible como un pastel de crema
Comprado en cualquier café multinacional
Que se ha ganado la esquina más preciada
De cualquier ciudad en la lejanía del oriente
O en el desmembradísimo occidente
Que lucha día a día –sin atisbos de tregua--
Por hacerse trizas a sí mismo
Sin el menor remordimiento.
“No hay aire”
Fue lo que quiso decir
“No hay aire para mi gente en este país de mierda”
--Perdonen que no pueda decirlo en inglés--
Fue lo que quiso decir George Floyd
En Mineápolis, el 28 de mayo del año 2020
Como si fuera el 28 de mayo del año 1800
O el 28 o el 29 de mayo de 1840 o 1850
O de cualquier año de hace dos o tres siglos
Y los amos y los esclavos fueran cosa de todos los días
Y la policía de las ciudades y los estados
No existiera ni siquiera en la imaginación
De las mentes más desarrolladas de ese tiempo
Y la ley fuera sólo
Y absolutamente nada más
Que la voz de las familias poderosas
Dueñas de las plantaciones de algodón
O de las crecientes industrias
Y de los apellidos que se volverían
Sinónimo de riqueza e indiferencia
Los siglos venideros.
“No puedo repirar”, dijo George Floyd
Mientras su cuello se adormecía sobre el pavimento
Mientras se adormecían su corazón
Y su cerebro sobre el cemento duro
Y se adormecían sus brazos y sus piernas
Y se adormecía todo su cuerpo
Y cada célula de esa preciosa armazón
En un sueño impensable
Y no deseado
A pocos pasos de volverse sueño eterno
Aplastado por la inhumana rodilla
De un policía insensato – un red neck
De esos que piensan que sólo valen ellos--
Para quien en su descerebrada realidad
Vestir un uniforme
No es servir a la ley establecida
Por la constitución de su país
Sino ser Dios de todas las religiones
Habidas y por haber o nunca habidas
Ni por haber ni en el más impensable de los mundos
“No puedo repirar”
O mejor dicho “I can’t breath”
Fue lo que dijo en susurros
Nuestro hermano George Floyd
Afroamericano-asiático-latino, hindú
Hombre de todos los colores
Y tradiciones culturales
Excepto blanco
Durante esos larguísimos minutos
Un tiempo eternizado en la historia de la humanidad
En esos ocho minutos
Y cuarenta y seis segundos
Vividos en Powderhorn, Mineápolis,
Estado de Minnesota, en los Estados Unidos
Del insufrible Donald Trump
Que se han vuelto días y semanas
De siete días con sus respectivas noches
Y en meses y años que aunque aún no lo son
Sin duda lo serán
En la memoria de los que sigamos vivos
Para recordarlo
Nueve minutos en los que George Floyd
--O sea, cada uno de nosotros--
Pidió vivir hasta en su último aliento
Como si la vida –su propia vida y la de todos nosotros—
Fuera controlada en un libro maquiavélico
Escrito por la policía de Mineápolis
Y nosotros
Todos nosotros
--negros, latinos, árabes, asiáticos, hindúes—
simples plumas de esta ave que es la vida
Necesitáramos un pasaporte al día
Y un salvoconducto recién hecho y recién timbrado
Para poder respirar como los otros.
Altos de Astilleros, 3 de Junio de 2020
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