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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

lunes, 13 de febrero de 2023

"ATRAPADO EN ALGÚN LUGAR DEL TIEMPO" POR EL ESCRITOR ANÍBAL RICCI



 

Luego de meses por fin logro meditar aunque sea cinco minutos. La mente es brava cuando los ciclos concluyen, es momento de remover el chip e imaginar un futuro. El presente aciago lo resolveré a partir de una personalidad incipiente. Cambiar es la única salida para afrontar esta vida que devora a cada instante.

 

Los eventos del pasado constituyen el combustible de este presente destructivo. Las voces arrecian e insultan sin contemplación. Desprecian a este ser humano incapaz de valorar su historia. Reniego de los primeros pisos, mientras el edificio amenaza con derrumbarse.

 

Mi consciencia sintoniza con imágenes acumuladas a través de las décadas. El cine ha sido la fuente de información que permite viajar a distintos lugares en diferentes momentos. Sensaciones que reinterpreto, historias de derrotas ajenas que hago propias y le dan sentido al pasado.

 

La mente comienza a reconstruirse a partir de ese inconsciente colectivo afianzado por más de un siglo. Deseo escribir sobre historias de cineastas que admiro y en ese instante de meditación me encuentro planificando un libro de cine. Joker será el primer relato, un ser despreciado que encuentra en la violencia la única salida. La misma de Alex en La naranja mecánica, muchas veces la respuesta ante el fascismo. Esa violencia también será la desesperación de un replicante del futuro. La gente desplazada revelará ante un mundo injusto. Los reformatorios llenos de niños vulnerados por adultos que destruyen sus aspiraciones. La pobreza engendra estos malestares y muchas veces las instituciones ofrecen apenas un camino paternalista. La dignidad pisoteada y un Estado que no da oportunidades sino migajas, una educación que perpetúa la pobreza y unas ayudas estatales que sólo sirven para apuntar a esos vulnerables.

 

Surgen las anomalías, los asesinos en serie que encarnan nuevos jokers. Los sueldos miserables engendran seres humanos sin anhelos, gente al margen de la sociedad que pide a gritos pertenecer, quemar para refundar, quizás la violencia los une tras un propósito. No sólo el que evade impuestos brega contra un futuro humanizador, también el que destruye edificios impide que tengamos lugares de encuentro.

 

Los grupos identitarios deberán luchar con fuerza para que se escuche su voz, pero destruir al adversario no parece ser el camino. La burguesía los negará y se encerrará tras sus iglesias, rezar no hará frente al estallido social de las calles. La violencia concertará nuevos acuerdos de las clases dominantes. Un nuevo orden pondrá fin a los levantamientos y la clase popular sacará la peor parte. La historia tras las guerras de la humanidad. Los ricos sacando beneficios económicos de los conflictos, mientras los pobres reconstruyen a partir de los escombros.

 

Protestar contra el poder es un derecho, por eso los políticos deben anticiparse al caos y dictar leyes que corrijan el rumbo. La democracia hay que cuidarla, siempre será más fácil destruir el orden imperante, discurso que se vende con facilidad. El político deberá lidiar contra la corrupción de las empresas y de los organismos estatales mediante leyes que impidan los abusos. Debe luchar por no sucumbir al poder del dinero. Acercarse a los pobladores no desde los posgrados universitarios, sino desde la empatía. Ponerse en el lugar del otro en vez de anhelar convertirse en salvador. Recordar no es sólo memoria histórica y hacer justicia por las víctimas, también es reconocer el camino andado, valorar el esfuerzo que miles de personas hacen por levantar instituciones que velan por la libertad, la justicia y la dignidad necesaria para que los ciudadanos transiten hacia un mundo donde puedan aportar su granito de arena, esa dignidad que no se compra con un bono, el espacio que tiene cada ser humano y que nadie podrá pisotear.

 

Hablemos de cine podría titularse. Mientras lo estoy escribiendo ya puedo meditar diez minutos. La elección de películas refleja una concepción de mundo, unos primeros pasos para hablar de un futuro hipotético. Requerirá de lectores a los que mis palabras hagan sentido y ese esfuerzo va reparando mis neuronas dañadas por la depresión, le dan una vuelta de tuerca a un pasado hasta hace poco irrevocable.

 

El libro tendrá múltiples corrientes narrativas. En el cine chileno aparece ese Valparaíso de la nostalgia, a la vez que una fábrica de pobreza que no respeta moral. El Chile donde las clases sociales se mantienen segregadas y en donde unos optarán por hacer desaparecer a los que piensan distinto. El país que no recuerda a sus caídos y donde la justicia tarda en llegar.

 

Los amores imposibles tampoco coinciden con los eventos de la historia. La religión dividirá a la sociedad y los amantes. El fanatismo podrá ser religioso o político, esa mezcla que puede llevar a regímenes totalitarios, donde el control de las familias será un objetivo deseable. Una familia que podrá invocar al infierno y llevarnos por el camino de la muerte. Ese pilar debe transmitir confianza y amor, pero también puede hacer del resentimiento una poderosa arma.

 

Todas estas ideas me dan nuevos bríos. De nuevo leo comentarios en los diarios y anhelo volver al mundo de los libros. William Faulkner es una asignatura pendiente, influenciará a muchos hacia su realismo mágico. Hará posible La casa verde de Mario Vargas Llosa, aunque siempre suelo volver a Los pasos perdidos. Alejo Carpentier fue el pionero. Imaginó una mujer omnipresente en todo el espectro del tiempo, una manera de ver el mundo que da sentido a los pasos de un hombre.

 

Meses atrás de mi debacle, ya tenía otro proyecto. Pensamiento replicante será mi cuarta incursión en el género cuento. La depresión y la locura como detonantes de la soledad existencial, la huida delirante, el hombre navegando a ciegas por carreteras tecnológicas. Los capítulos están escritos, sólo falta el dinero y esa carencia destruye, inmoviliza y activa el desorden mental.

 

El título hace alusión a la ciencia ficción, utilizada como estructura de acceso a múltiples dimensiones del espacio–tiempo que permiten expresar de mejor manera la complejidad humana. Rescata el espacio de la memoria como fuente inagotable de imágenes e invocará el amplio espectro de las emociones humanas como una forma instintiva de encontrar amor en el otro.

 

Lo material y lo afectivo se fundieron en un sólo vacío. La anemia tampoco ayudó, pero en definitiva conformaron un universo de tristeza que disparó mis adicciones y para salir no conozco otro camino que escribir una salida. Exorcizaré esas angustias en otro libro. Pensamientos delirantes no tratará de ciencia ficción, será testimonio de un camino pedregoso, un transitar hacia la oscuridad de mis miedos atávicos. Un espacio confesional para echar fuera esos pensamientos que tanto hacen daño al no pronunciarlos en voz alta. Traducir en palabras esos momentos donde la mente me transforma en un inútil, donde las palabras son las únicas capaces de dar coherencia a conductas desquiciadas.

 

Las imágenes son crudas y hacen inútil conmover a los jurados. Los fondos de cultura patrocinan ideas políticamente correctas, con pensamientos de izquierda bien definidos. Cualquier otra postura carece de interés para los evaluadores. Obviamente no puedes hablar en contra de la violencia del estallido social y mis problemas son egoístas y no constituyen un aporte al discurso imperante. Esa idiotez de que la cultura es patrimonio de la izquierda y todo el que piense distinto hay que censurarlo en esta era de la cancelación.

Tendré que recurrir al formato digital.

 

Para Pensamiento replicante necesito lucas y el libro de cine no calificará dentro del género ensayo. Ya encontraré patrocinadores. Lo primero importante es que saqué de adentro cosas dolorosas, una en clave política y otra a partir de eventos del pasado. Dimensiones diferentes que no tienen por qué permanecer ocultas tras un brote esquizofrénico.

 

Para las emociones a flor de piel construí Pensamientos delirantes, veinte relatos desgarradores que tendrá que esperar otro año para su edición impresa. Un libro digital parece una buena idea, esas emociones tienen que ver con la actualidad y cómo mis pensamientos se disociaron al no ver una salida.

 

If you have time to waste

An open mind and a time to choose

You mind take a look

Or you can read me like a book?

 

Coleccioné discos de Iron Maiden en mi juventud. Sus letras son parte de mi pasado. Todavía no se restaura mi cerebro del todo y he logrado meditar hasta veinte minutos. Todo un avance, no sólo mental sino también espiritual. Supongo que escribiré una historia para cada canción de este grupo inglés, una buena excusa para seguir escribiendo.

 

Debo salir de este trance. Me habré transformado en otra persona, pero ya estoy acostumbrado. Ese mover la roca me hace un digno discípulo de Sísifo. Cada episodio esquizofrénico deja exhausto, pero hasta el momento siempre he reescrito la ruta. Tengo tantas personalidades a cuestas, quizás la única vía para no desfallecer y volver a mirar con esperanza.

 

Escribir, escribir y escribir. Rutina dignificante que saca adelante, que da una nueva perspectiva y permite vislumbrar un horizonte.

 

La espiral recorre mi cabeza y depura mis emociones.

 

Por fin estoy en paz.


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