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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

martes, 10 de agosto de 2010

NUEVO LIBRO DE POEMAS DE PEDRO LASTRA



El Viernes 13 de agosto, 19:30 horas se presenta el último libro del escritor Pedro Lastra en la Sala Ercilla de la Biblioteca Nacional. Presentará Óscar Hahn. El destacado trovador Patricio Anabalón interpretará poemas de Pedro Lastra. La entrada Liberada. Diálogos del porvenir es el sexto libro de la colección 33, los libros ya publicados son:




-Con lágrimas en los anteOjOs de Floridor Pérez.



-XXXIII poemas de Juan Cristóbal Romero.



-Poemas sin fronteras de Óscar Hahn.



-Caudal de Rafael Rubio.



-Contraluz de Manuel Silva Acevedo.


Sobre Diálogos del porvenir:




(…) En una nota titulada “Alabanza de Pedro”, Gonzalo Rojas afirma: “Lo primero que se me impone cuando lo leo y lo releo es el tono Pedro Lastra, el tono, el verdadero sello de un poeta genuino”. Acertada observación, porque en poesía el tono es la modulación de una identidad. En Diálogos del porvenir ese tono es el eco melódico de una voz secreta que existe en el interior del sujeto, y que se percibe como el reflejo de algo lejano: un paisaje, un rostro, una experiencia. Se produce entonces la revelación de una “recóndita armonía”, que no se funda ni en figuras del nivel fónico, ni en ritmos marcados, ni en rimas sonoras, ni en ninguno de los procedimientos retóricos que suelen apelar al oído. Su música es otra; está más allá de lo sensorial y es anterior a las palabras, aunque se manifiesta a través de ellas. A eso me refiero con la expresión “recóndita armonía”, que si bien proviene de la ópera, sirve paradojalmente para describir una poesía nada histriónica ni melodramática. Aquí, ni la vida ni la cultura son relegadas a extremos opuestos. Ambas mantienen un misterioso equilibrio, que se hace presente bajo la especie de la evocación. Esto se constata con particular claridad en los homenajes en verso a escritores y artistas, como Gerard de Nerval y Víctor Jara. Algunos de esos poemas son desde luego elegías, pero incluso en los textos que no lo son y que sólo tienen un carácter laudatorio, puede percibirse un matiz elegíaco, una nostalgia de algo o alguien que un día fue y que la memoria lírica recupera y formaliza como “leve canción”; esa canción que el lector debe aprender a escuchar sin los oídos. O por decirlo con palabras de Vicente Aleixandre, “esa canción total que por encima de los ojos / hacen los sueños cuando pasan sin ruido”.







(Óscar Hahn, fragmento del Prólogo)







Pedro Lastra nació en Quillota, Chile, en 1932. Realizó sus estudios en la Escuela Normal de Chillán y en la Universidad de Chile, en cuya facultad de Filosofía y Educación se desempeñó como docente e investigador de literatura chilena entre 1960 y 1972. Desde 1972 y hasta 1994 fue profesor de literatura hispanoamericana en la Universidad del Estado de Nueva York en Stony Brook, de la cual fue designado Profesor Emérito en 1995. Es miembro correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua desde 1987. Entre sus publicaciones poéticas se encuentran: Traslado a la mañana (Santiago, 1959); Y éramos inmortales (Lima, 1969; Santiago, 1974); Noticias del extranjero (México D.F., 1979 y 1982; Santiago, 1992 y 1998); Canción del pasajero (Sevilla, 2001) y Obras selectas (Santiago, 2008), el cual además de una extensa antología poética recoge los principales ensayos del autor.


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