La página de Andrés Morales (1962), poeta, ensayista y académico chileno, es un Blog de apuntes y escritos abierto a todos aquellos interesados en la literatura y, en especial, en la poesía. Contiene poemas, artículos, notas, comentarios, críticas, reseñas, fotografías y en general, todos los tópicos imaginables e inimaginables en torno a la poesía, el cine, la prosa y la literatura chilena, hispanoamericana, española y europea de todas las épocas y estilos.
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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."
José Saramago
José Saramago
sábado, 31 de diciembre de 2016
DOS CRÍTICAS DE CINE DEL ESCRITOR ANÍBAL RICCI
CIUDAD DE DIOS (2002)
Dirigida por Fernando Meirelles
Sicilia, Little Italy, Miami, Las Vegas, Ford Coppola, Scorsese, De Palma, todo huele a mafia, pero nada comparado a la violencia desplegada en la favela Cidade de Deus. La historia se desarrolla en largos raccontos a los años sesentas y setentas, entre una persecución de gallinas que corren despavoridas por las calles. La historia es similar, primero el ascenso de los traficantes más despiadados, la llegada de la tranquilidad al barrio, luego los excesos y finalmente la caída. Cómo olvidar a personajes tan bien caracterizados como los del Trío Ternura, quienes le pasan un arma a un chico apodado Dadinho, que con los años se transformará en Zé Pequenho, el relevo más joven de los anteriores vendedores de drogas. La voz narradora será la de Buscapé, un chico ajeno a la violencia de las calles, criado entre estos monstruos del hampa. Zé Pequenho será sanguinario y tendrá un amigo de fechorías, Bené, querido por todos los habitantes, quien mantendrá a su camarada dentro de sus casillas. Cuando falte ese catalizador, la tranquilidad desaparecerá del vecindario y surgirá una despiadada guerra entre pandillas. La droga implica descontrol y violencia mientras los asesinatos se vuelven cada vez más brutales. Buscapé ingresará a trabajar en un periódico y casi por accidente sus fotos saldrán en primera plana. En la confusión aparecerán enemigos insospechados que, ante el fuego cruzado, querrán llevar a cabo venganzas personales. Las bandas reclutarán a niños menores de diez años y les pasarán armas. La historia de Ciudad de Dios es acerca de la pérdida de la inocencia, la de niños que no alcanzan a vivir su infancia cuando ya tienen un arma en sus manos. Las nuevas pandillas reemplazarán a las anteriores: mientras más jóvenes sus miembros, más ambiciosos y violentos. Buscapé será testigo de primera fila del fin de los traficantes de su generación y plasmará en fotografías el horror de esa verdadera guerra. Será también espectador de la complicidad de la policía y de la estigmatización de los vecinos, pero guardará esos secretos para convertirse en el fotógrafo Wilson Rodrigues, de los pocos sobrevivientes de esta historia real.
CERO EN CONDUCTA (1933)
Dirigida por Jean Vigo
Mediometraje francés, homenaje y rescate del cine mudo (el vigilante se asemeja mucho al personaje de Chaplin), Jean Vigo dota a una historia bastante simple de imágenes verdaderamente memorables: la guerra de almohadas, la toma del techo, los juegos de sombras. Se burla del principio de autoridad mostrando a cuatro niños enarbolando banderas de lucha ante las injusticias acaecidas al interior de un internado. Refugio del espíritu infantil, libre de las normas que castigan a los alumnos con un cero en conducta. Cine de gran simbolismo, presenta a un director enano, de voz aflautada, que junto al inspector pretenden uniformar las mentes de los niños. Quizás el director del colegio representase una especie de Napoleón y, por otro lado, la conquista de los tejados podría suponer una toma de la Bastilla, especie de canto revolucionario, en este caso bajo la hegemonía de una bandera pirata. Un deleite a los sentidos y demostración de que el cine podía ser un vehículo de crítica social.
viernes, 30 de diciembre de 2016
"EL SECRETO DE SUS OJOS", COMENTARIO DE CINE DE ANÍBAL RICCI
(2009)
Dirigida por Juan José Campanella
Una gran historia de amor que soporta el paso del tiempo. La película envejecerá magníficamente debido a su guion de relojería, la química entre actores (Soledad Villamil está sublime) y unos planos bellísimos que hilvanan las acciones que transcurren hacia fines de siglo con aquellas ocurridas en 1974 cuando se descubre el brutal asesinato de Liliana Colotto. No sólo me refiero a ese madurar, sino a la historia narrada de un amor imposible que sobrevive al peso de los años. El relato cala hondo porque se sustenta en emociones reales: el secreto de los ojos de Irene Menéndez Hastings (jefa de archivos del juzgado de instrucción de Buenos Aires) que mira con admiración el actuar vehemente de su subalterno Benjamín Espósito (un simple oficial del juzgado) que arriesga su carrera profesional al enfrentar a otro oficial del tribunal y al propio juez Fortuna Lacalle. Irene es una doctora recién llegada, de clase acomodada y mucho más joven que Benjamín. Sin duda se trata de un thriller, asesinato de por medio, que deja al marido de la víctima detenido en el tiempo, un limbo, deseando no olvidarla (té con limón) y que el asesino (los ojos lo delatan) permanezca en la cárcel por muchos años («así se va a dar cuenta de que todos estos años estuvieron llenos de nada»). Vemos los ojos del marido devastados por lo irremediable, no puede volver atrás los acontecimientos. El tratamiento del tiempo es vital para el director: el limbo de Ricardo Morales se dilata profundizando el dolor, en cambio, Irene describe su vida como un «siempre mirar hacia adelante», sacrificando sus anhelos, y en cuanto a Benjamín, ahora retirado, ha decidido escribir una novela sobre el caso que lo marcó y lo dejó anclado al pasado. Pero esta historia de amor esconde varias capas de espesor narrativo. Detrás de estos personajes hay una crítica al actuar de la justicia, compuesta por seres humanos muchas veces con defectos y decisiones mezquinas. También es una historia de lealtades entre aquellos que se reconocen buenos: de la doctora respecto a sus subordinados, de los amigos (Benjamín y Pablo) que aceptan las imperfecciones del otro, del marido sufriente ante el oficial del juzgado («usted dijo perpetua») y del propio Benjamín que sellará sus labios para siempre. La narración transcurre en el presente (1999) alternada con largos raccontosque hacia el final confluyen en breves flashbacks de gran intensidad que mezclan presente con pasado (y distintos puntos de vista), para que el protagonista averigüe la verdad de los hechos, veinticinco años después, y pueda proseguir con su vida. La escena en la estación de tren, el viaje que lo aleja de su amada, se ha repetido una y otra vez. Benjamín ya ha visto sus ojos de admiración; recién ahora se siente merecedor de ese honor. Sus ojos nunca lo engañaron y una sonrisa cómplice sella esta apasionante historia tras el umbral de la puerta.
UNA TRISTE NOTICIA: LAS MALAS PRÁCTICAS QUE AFECTAN A LA ORQUESTA SINFÓNICA UDEC. HABLAN CUATRO EX INTEGRANTES DE ÉSTA POR CECILIA ANANÍAS
Hace un par de semanas atrás, se
difundió en los medios de comunicación que tres integrantes de la
Orquesta Sinfónica de la Universidad de Concepción habían sido despedidos, sin
avisos y “por necesidades de la empresa”; una forma de operar que a
muchos les recordó las cinco exoneraciones que ocurrieron a principio de año en esta
misma universidad.
El violinista Leandro Botto, quien
llevaba trece años en la institución y fue presidente del sindicato de músicos,
fue uno de los despedidos; la misma suerte corrió su pareja por varios años, la
chelista Cecilia Barrantes y el concertino –máxima autoridad
en la orquesta- y violinista, Freddy Varela. Este accionar
simplemente fue calificado de “proceso de reestructuración” desde la
Corporación Cultural Udec, por lo que la noticia pasó “por lo bajo”.
Pero quienes han pasado por las filas de esta orquesta tienen una visión muy
diferente de lo que ocurrió: Leandro Botto es el ex presidente del sindicato de
músicos y tenía una visión muy crítica del actuar de la gerencia de la
orquesta, Cecilia Barrantes es su pareja desde hace años y Freddy Varela había
hecho presión por ambos despidos.
Hablamos con dos de estos
músicos, Freddy Varela y Leandro Botto, además de dos ex
directores de esta orquesta, Javier Logioia Orbe y Julián Kuerti; también
con una ex trabajadora de la Corcudec, Moira Délano y con una
música que aún trabaja en esta agrupación, quien prefirió declarar bajo el
alias de “Francisca” (para evitar represalias). Todos
coinciden en que los problemas emanan desde la gerencia de la orquesta
sinfónica y que estos despidos son sólo un efecto más de una larga historia de
prácticas anti sindicales, dictatoriales e intimidatorias. Una
lamentable historia de la que estarían al tanto en Rectoría, sin generar
mayores cambios.
El
comienzo de los problemas
La historia de la Orquesta Sinfónica se
remonta a 1958, cuando el rector de la Udec de aquel entonces, David Stichkin,
decidió que el Conjunto de Música de Cámara de Concepción pasara a ser parte de
este plantel, tomando el nombre con el que se le conoce hasta hoy.
Posteriormente, esta pasó a quedar a cargo de la Corporación Cultural
Universidad de Concepción (Corcudec). Toda esta organización de 56 músicos
funcionó bastante bien, hasta que, como indica Francisca, apareció
la actual gerente, Lilian Quezada, en el panorama.
Ella explica que Lilian trabajó un par
de años con ellos sin mayores problemas, “a pesar de su carácter”, detalla.
Luego, se fue a Santiago con permiso del rector Sergio Lavanchy, para
desempeñarse en el Centro Cultural Gabriela Mistral, de donde regresó dos años
después, el 2011, con una actitud muy diferente. “Apenas llegó de allá,
comenzó el maltrato y las humillaciones hacia los colaboradores, fueran
músicos o parte del personal administrativo. Todo aquel que pensara distinto o
que formulara una crítica sobre su estilo se convertía en su enemigo”.
Este tema escaló al punto de que se
rompieron las buenas relaciones que tenían con el Teatro del Lago de Frutillar,
el Teatro Municipal de Temuco, el Teatro Municipal de Talca y el Teatro a Mil
de Santiago. “A raíz de su actitud infantil, se enemistó con cada uno
de los representantes de estas instituciones y como resultado, la orquesta
nunca más pudo volver a estos lugares”, explica la músico. Imagen de
Extensión Udec.
También, se generó un mal ambiente
laboral para los directores de esta orquesta: entre el 2000 y el 2006, fue
dirigida por el argentino Luis Gorelik, con quienes ganaron los primeros
reconocimientos a nivel nacional; lamentablemente, puso fin a su contrato
estando en una mala relación con Quezada. El 2008, Javier Logioia asumió como
director titular, pero pocos meses después “renunció aduciendo
incompatibilidad con Lilian Quezada, quien interfería en los ámbitos artísticos
de su competencia”. Entre 2013 y 2015 ejerció el cargo de director
principal el canadiense Julián Kuerti, quien terminó su último periodo marcado
por las discusiones con la gerente. “No dejaba trabajar tranquilo a
Kuerti, le boicoteaba cada idea nueva o proyecto, hasta una grabación
profesional que propuso. Lilian quería que hubiera una división entre
él y la orquesta, cosa que no ocurrió”, explica Francisca.
Cada vez que los músicos intentaron
presentar sus quejas, la gerente les decía que “la universidad y el rector
estaban cansados de nosotros y que si seguíamos con esa actitud, se iban a
deshacer de la orquesta”, detalla. Esto generó divisiones al interior de esta
institución: estaban los que querían mantener los problemas “por lo
bajo” para no perder sus empleos y los que sentían que era necesario expresar
su malestar.
En junio del 2016, el sindicato de la
orquesta solicitó una reunión con el rector de la Udec, Sergio
Lavanchy, para ponerlo al corriente de estos problemas. Él se ofreció
a reunirse con los músicos en privado y sin la gerente, para que pudieran explayarse
con tranquilidad. En esta reunión, Lavanchy les aseguró que no se
podían despedir colaboradores sin su autorización, que se oponía a las
malas prácticas, que jamás se desharían de la orquesta y que deseaba que los
músicos estuvieran tranquilos y no estresados. Para evitar problemas entre la
gerencia y los músicos, se generó un nuevo cargo, el de Director de Elencos
Estables, el cual fue ocupado por el ex vicerrector de Asuntos Económicos y
biólogo, Alberto Larraín. Pero esto sólo generó más problemas y cuatro
meses después de la reunión y de su promesa, fueron despedidos Freddy Varela,
Leandro Botto y Cecilia Barrantes.
De
músico estrella a “personaje incómodo”
Leandro Botto llegó a la orquesta el
2003. Además de desempeñarse como violinista, trabajó en el comité técnico de
ésta “ininterrumpidamente desde el año de mi ingreso, siendo siempre elegido y
re elegido por mis colegas”. Además, fue el presidente del sindicato de músicos
por un período, ha actuado como solista en violín y hasta ha dirigido la
agrupación un par de veces. Por eso, concluye que “mi salida del
organismo no tiene en absoluto que ver con lo artístico”.
Para él, su despido y el de su pareja,
la chelista Cecilia Barrantes, no es casual. Botto es enfático al explicar que
“las autoridades actuales de Corcudec no son músicos ni saben de música como
para estar a cargo de una institución así. Y lo peor de todo, es que toman
decisiones artísticas sin consultar a las instancias pertinentes, comité
técnico, concertino o director titular; entonces, cuando en mails y reuniones
hice notar lo antedicho, me convertí en un personaje incómodo, que les
marcaba que estaban actuando antirreglamentariamente y que sus decisiones
artísticas estaban tomadas de manera caprichosa y sin fundamento”. Leandro
Botto | Imagen de YouTube
El violinista intentó exponer lo que
ocurría al interior de la orquesta al rector, Sergio Lavanchy, en la mencionada
reunión de junio de 2016, donde “nos dijo que habláramos libremente, pues nadie
sería despedido. Pues bien, hablé, de estos temas y de algunas aristas
presupuestarias que me preocupaban. El resultado está a la vista: me
despidieron”, afirma.
Para él, el argumento de la
“reestructuración” de la orquesta es pobre, porque “no existe queja
artística alguna en mi contra y pertenecía a una fila que siempre necesita
refuerzos por los pocos que somos; de hecho, para el programa
siguiente a mi despido pidieron tres violinistas de refuerzo. ¿Necesidades de
la empresa? ¿De qué tipo? La cosa está clara, es por el motivo que dije anteriormente
y el Rector está avalando estas decisiones”, declara Botto con pesar.
El violinista tiene claro que con estos
despidos “la administración logró el objetivo: infundir el miedo en los
músicos, que ahora temen correr el mismo destino nuestro. Con esto,
probablemente cesen los reclamos por prácticas antirreglamentarias e incluso,
anti sindicales”.
Botto declara que acaba de obtener su
Licenciatura en Dirección de orquesta y que continuará haciendo de la música su
profesión principal. “Cuento con el apoyo de mis nuevos empleadores, la Ilustre
Municipalidad de Concepción, cuya orquesta de cámara dirijo, y la Corporación
Cultural de San Pedro de la Paz. Quiero proyectarme como director y violinista
profesional, pero en instituciones que sepan apreciarlo”.
A pesar de que su carrera en la música
continuará, Botto expresa sentir una “profunda preocupación por el futuro de la
Orquesta Sinfónica de la Udec, pues el camino que están tomando las autoridades
va en dirección a destruir y desmantelar 65 años de historia de crecimiento
artístico”.
La
política del miedo
Una opinión similar tiene el violinista
y ex concertino de la Orquesta Sinfónica Udec, Freddy Varela, quien
llegó a trabajar a esta institución en 2007. En ese entonces, “era un lugar que
tenía un ambiente fenomenal. La comunicación entre la gerenta Lilian Quezada y
la comisión artística era fluida, logrando traer a excelentes directores por
muchísimos años, entre ellos, Julián Kuerti, Donato Cabrera, Doron Solomon y
Mika Einchenholz”. Hasta que, en 2011, hubo un cambio de actitud y
comenzaron las malas prácticas.
Para Varela, “la señora Lilian Quezada
y el señor Alberto Larraín –director de Elencos Estables- están haciendo
prácticas anti sindicales y debido a esto, mucha gente valiosa ha sido
echada a la calle. No sólo me refiero a músicos, sino que también
personal administrativo y de sala histórico. Como dice Larraín, cualquiera que
‘no se porte bien’”. Freddy Varela.
Según Varela, Larraín “omitía trabajar
con el director principal elegido por la orquesta, a quien le desconoció su
contrato y para dar un golpe de timón, echó a dos músicos intachables, Leandro
Botto y Cecilia Barrantes, para demostrar su poder y que el sindicato se deje
de reclamar”. Al hablar del “director principal”, se refiere al caso del
sueco Mika Einchenholz, quien en 2016 fue votado para la
dirección de la orquesta, con un contrato por tres años; pero extrañamente,
aunque él firmó el documento, no se le entregó una copia. Al poco
andar, comenzó a tener problemas con Larraín.
“Le prohibían tener contacto con los
músicos o entregar información al comité técnico “, explica Francisca. “Tuvieron
varias discusiones, en las que Larraín lo amenazaba de ponerle fin a su
contrato, documento del que todavía no le hacían entrega”, agrega.
Mika
Einchenholz
El maestro Einchenholz siguió teniendo
encontrones y problemas para hablar con el rector Lavanchy, para acceder a la
copia de su contrato. Hasta que el 15 de octubre, se le pagaron $6.500 dólares
como honorarios por su labor administrativa montando la temporada 2017, como
señalaba su contrato, además de dirigir el Concierto Sinfónico 8 de la
temporada 2016, y se le dijo que se evaluaría el resto de su contrato. Pero,
“días después de que el maestro Einchenholz dejara Concepción, la orquesta
recibió la noticia de que se estaban desvinculando músicos por necesidades de
la empresa. También, se anunció que a raíz de esa reestructuración, se
declaraba desierto el proceso de búsqueda de director titular, que se suponía
que había ganado Einchenholz. A él no se le informó de manera formal hasta días
después”, puntualiza Francisca.
A Varela, toda esta situación le genera
tristeza: “A pesar de que hagan programas ahora populares y que traten por
todos los medios de mostrar que la cosa está bien, es una mentira. Está mal,
hay colegas que han sido cómplices metiéndole miedo a sus pares y recomendándoles
salirse del sindicato. Esto es una dictadura, los músicos no se atreven
a hablar. Yo le exigí a Larraín y al rector que me dieran una
explicación porque habían despedido a mis colegas y jamás tuve una respuesta.
Luego volví a pedirla y recibí mi despido antes que pudiese tener al
menos mi concierto de despedida, como se suele hacer con un concertino por
respeto”.
Un
vals sin fin de directores
Javier Logioia Orbe fue uno de los
tantos directores que trabajó con esta orquesta, sin completar debidamente su
ciclo. Sus vínculos con esta universidad partieron con invitaciones a
conciertos sinfónicos, hasta que finalmente, en 2008, se animó a postular como
titular y quedó seleccionado para tres temporadas. Pero desde el primer día
trabajando en esta institución, “observé una evidente tensión en el ambiente de
trabajo, debido a la relación desigual y ciertamente verticalista de su
administración. En ese momento – y sé que hoy también- se atemorizaba
al músico profesional con quitarle su puesto”, detalla.
Para este connotado artista argentino,
el nudo del problema radica en que “la señora Quezada ha tomado como
‘propia’ a la Orquesta y claramente, le molesta de forma inequívoca la
presencia de un maestro titular. Así, tuvo problemas con Luis Gorelik,
conmigo, con sendos invitados y ahora con el maestro sueco que debía asumir la
titularidad (Mika Einchenholz)”.
Javier
Logioia
Logioia declara que los problemas no
sólo radican en la gerencia, sino que también “somos muchos los profesionales
que pensamos que las finanzas de la Orquesta son, cuanto menos,
sospechosas e irregulares por donde se las observe. Y que mientras no
remuevan a esta administradora, el problema seguirá profundizándose con la
total responsabilidad y alianza del propio Rector”, declara de forma enfática.
Este director debía trabajar por tres
años en la orquesta, pero a raíz de los problemas con la gerencia, sólo estuvo
tres meses dirigiendo. “Sólo en secreto, unos cuantos colegas y amigos tuvieron
‘la osadía’ de despedirme y lamentar todo lo ocurrido. Pero, como sigue
aconteciendo hoy, la mayoría calla y tiembla por las represalias de
esta señora, que hace despedir de la orquesta a músicos fantásticos como
Cecilia, Leandro y Freddy”, agrega.
Para Logioia, es ridículo que se haya
despedido a Freddy Varela, quien hoy es “Concertino Principal de la Orquesta
Estable del Teatro Colón y de la consagrada Camerata Bariloche, cargos
obtenidos tras rigurosos concursos internacionales. Así pues, los
argentinos acogemos a tamaño músico, mientras la Udec le da la espalda… sin
palabras”, agrega. El director argentino reflexiona todo lo que fue
destruido por las dictaduras en nuestra América Latina: “Y en la querida
Orquesta Sinfónica de Udec persiste la dictadura, disfrazada de muchos modos,
pero dictadura al fin”.
Una situación similar fue la que vivió
el director canadiense, Julián Kuerti. Éste llegó a la orquesta por primera vez
el 2007, invitado y recomendado por un colega, Dudu Carmel. [El
siguiente testimonio fue recogido de manera escrita, vía mail y traducido del
inglés al español por la periodista a cargo de la nota]. “Sentía mucha
curiosidad por conocer Chile, un país en el que nunca había estado, y me
parecía una aventura la oportunidad de trabajar con una orquesta fuera de la
capital Santiago”, relata. Julián Kuerti | Imagen de YouTube
Cuando llegó a Concepción, se encontró
con un escenario muy diferente al que había visto en Europa o Norteamérica.
“Cuando llegué al ensayo me dijeron que ciertos músicos no estaban disponibles,
la gente estaba desorganizada, sin disciplina. El nivel artístico de los
músicos no era el mismo de la orquesta –tocaban peor como grupo, que solos-.
Recuerdo que al concierto llegó un saxofonista extra a tocar una pieza de Villa
Lobos y resultó que apenas podía leer música. Fue impactante, de muchas
formas… pero al mismo tiempo, vi potencial”, cuenta el
canadiense.
A pesar del desconcertante comienzo,
Kuerti acabó trabajando por ocho años con esta agrupación, al punto de que hay
músicos a los que hasta hoy considera como sus amigos. “Trabajamos duro y
cuando estábamos en el escenario, los presionaba para que fueran la mejor
versión de ellos mismos. A través de programación y trabajo duro, logramos
superar algunos problemas, como entonación, ritmo y balance. Creo que
bajo mi dirección y guía la orquesta fue capaz de dar un paso significativo
hacia la excelencia, algo que fue reconocido cuando ganamos el Premio
Academia de la Academia Chilena de Bellas Artes”, afirma con orgullo.
Su trabajo fue bastante fluido, hasta
alrededor del 2012, que fue cuando comenzó a tener problemas con Lilian
Quezada.“Algo cambió en su actitud. Comenzó a sentirse amenazada por el
señor Javier Bustos (actual presidente del sindicato de músicos), lo cual me
parecía que era sólo por celos. Ella era bastante ignorante sobre
música y era muy despreocupada al administrar detalles de la orquesta, pero a
pesar de esto, ella decidió que tenía que expulsar al señor Bustos, porque se
estaba volviendo demasiado importante”, relata. Cabe destacar que Bustos
continúa trabajando en esta agrupación.
Julián
Kuerti
“Fui testigo de incontables ejemplos de
engaño, crueldad, intimidación y manipulación por parte de ella. Ella me dijo
un par de veces en privado que quería despedir a ciertos músicos porque
no les gustaban de forma personal, al mismo tiempo que me sonreía y probaba si
yo querría apoyarla, cosa que no hice. Pronto, ella volcó sus tácticas
en mí, intentando sabotear mis conciertos en dos oportunidades, inventando
obstáculos o tomando decisiones ejecutivas sobre los músicos claves que ella
sentía que podrían fallar en roles importantes”, agrega.
Para él, la situación empeoró con la
llegada a la orquesta del inspector Darwin Rodríguez. “Él tenía una reputación
terrible, por su trabajo destructivo en el Teatro Municipal de Santiago, y
apenas llegó a Concepción, comenzó a actuar con la señora Quezada y a
aconsejarla”, detalla. Por ejemplo, recuerda que cuando dieron un concierto en
el que se anunciaría al público que ganaron el Premio Academia, “el
público se paró y aplaudió, y el señor Rodríguez me bloqueó la puerta, para que
yo no pudiera salir al escenario. Él no quería que yo tomara crédito por mi
largo trabajo en la orquesta”.
Kuerti recuerda varias ocasiones en que
Lilian Quezada y Darwin Rodríguez boicotearon sus planes, como cuando quiso
hacer una nueva edición de la Sinfonía Romántica de Enrique Soro, la cual
incluía una grabación dirigida por un sello internacional. “La señora Quezada
parecía trabajar directamente en contra de mi proyecto, ignorándolo por medio
año y luego, trastornándolo. Al final, creo que el nivel artístico de
la orquesta no significaba nada para ella”.
Finalmente, en 2015 debió partir, pero
no de forma voluntaria. “No había terminado el trabajo que me habían confiado,
pero mi contrato acabó ese año y me dejaron claro que no querían que siguiera
con ellos. Estaba frustrado de que, después de haber logrado una base tan
fuerte, me echaran, así que hablé con el rector Sergio Lavanchy y le expliqué
lo importante que era tener un director titular”, explica.
Estaba feliz de que escogieran al
maestro Mika Eichenholz para continuar el trabajo, pero “me impactó saber que
lo despidieron antes de que siquiera empezara”, declara. Para él, los despidos de Varela,
Botto y Barrantes son “pura intimidación. En casi todos los programas la
orquesta necesitaba contratar cuerdas extra, porque esta sección ya era
demasiado pequeña. Decir que despidieron a estos tres músicos de cuerda por
necesidades de la empresa es una completa mentira. Por lo general
se reducen los percusionistas, trombones, tubas o cornetas.
El director finaliza declarando estar
“muy preocupado por el futuro de la orquesta más antigua de Chile. La señora
Quezada y el señor Rodríguez deben ser removidos de la organización o
actuarán como el cáncer que eventualmente la destruirá”, es su fuerte
conclusión.
Una
historia tristemente “conocida”
Los abruptos despidos de estos músicos
recuerdan a muchos la historia de Moira Délano Urrutia. Esta
licenciada en Artes y gestora cultural trabajó por más de 8 años en la Corcudec
elaborando proyectos y vigilando el cumplimiento de los logros, hasta que en
mayo del 2014 fue despedida debido a “necesidades de la empresa”, de la noche a
la mañana. Un par de meses después, la desvincularon como docente en la
Universidad de Concepción.
“Fui despedida sin razón alguna, solo
con la excusa de que como había sido finiquitada en la CORCUDEC no podía seguir
perteneciendo a la Universidad, pese
a que ambas entidades tienen Rut, dirección y razón social distinta”, señaló
Moira en una entrevista anterior a Académicos
Udec.
Moira
Délano
En aquel entonces también denunció
malas prácticas al interior de la organización y amedrentamientos: “Si la
CORCUDEC existe y funciona aún, es por la gran labor que hacen sus músicos
profesionales. Sería súper interesante que las autoridades y la comunidad se
preguntaran cómo es el clima laboral dentro de la corporación, ya que
se van a encontrar con grandes sorpresas, negativas lamentablemente, el temor
es una cosa instalada desde hace años y las malas prácticas también”.
Para este reportaje, volvimos a
conversar con ella, ya que estaba al tanto del despido de los músicos, noticia
que recibió “con una tristeza muy grande, porque eran artistas muy dedicados y
experimentados, que aportaron durante muchos años al nivel de la orquesta.
También me da una impotencia tremenda percatarme que continúa esa forma
arbitraria de hacer las cosas, hay un gestionar muy autoritario”.
Moira afirma que el principal problema
que visibiliza es que “nunca se ha logrado dibujar bien lo que tiene que hacer
el equipo, su estilo, su forma de liderar, la metodología. Y como no existe
eso, todo se ejerce de forma arbitraria y esto lo demuestran los despidos de
músicos como Botto o Varela, o la mala relación que se ha instalado con los
directores”, agrega.
La actual jefa de Ciudadanía en el
Consejo Nacional de la Cultura y las Artes siente que “si el lema de la
universidad es ‘por el desarrollo del libre espíritu’, entonces hay que
respetarlo. Tenemos un elenco que es orgullo de la ciudad y la región, que ha
permitido visibilidad a nivel internacional y nacional, entonces, hay que
cuidarlo. Si se sigue así, la orquesta podría bajar su calidad, dejar
de cumplir su función pública o incluso, cerrarse”, concluye.
La
escueta versión de la Corcudec
Nos contactamos con la prensa de la
Corporación Cultural de la Universidad de Concepción, solicitando las versiones
de Lilian Quezada, Alberto Larraín y Darwin Rodríguez. Ninguno quiso
hablar de forma personal y sólo nos hicieron llegar el comunicado oficial que
se emitió tras los despidos, el cual señala que se decidió iniciar una
reestructuración interior “con el fin de mejorar una serie de aspectos
administrativos y técnicos, decisión que ha implicado, en una primera etapa, la
desvinculación de algunas personas”. Al señalar que varios músicos y
directores refutaban este argumento, no surgieron nuevas respuestas desde la
institución.
Comunicado
oficial de la CORCUDEC
El comunicado también agrega que el
proceso para elegir al Director Titular se declaraba desierto, “debido a que no
fue posible llegar a acuerdo final con el candidato a ocupar ese puesto, Sr.
Mika Einchenholz”. Tampoco quisieron ahondar en este punto al
preguntarle por varias declaraciones expuestas en este reportaje.
Un panorama inconcebible en una
institución educativa que acaba de conseguir 7 años de acreditación por su
prestigio y transparencia y que afirma abogar “por el desarrollo del libre
espíritu”.
* Este reportaje no busca hacer una
crítica destructiva hacia la Corcudec ni la Udec. Sólo plantea una situación
que la Asociación de Académicos Udec considera grave y que debe ser corregida,
por el bien de la institución y de los músicos.
martes, 27 de diciembre de 2016
"LA NARANJA MECÁNICA" CRÍTICA DE CINE DE ANÍBAL RICCI
A CLOCKWORK ORANGE (1971)
Dirigida por Stanley Kubrick
«El hombre debe poder decidir sobre el bien y el mal, incluso si opta por el mal. Negarle esa elección es convertirlo en algo que no llega a ser humano, en una naranja mecánica», pensaba el director ante su creación. Obra adelantada a su época, casi todos sus vaticinios respecto de las pandillas, las drogas y la violencia se han vuelto realidad. Se trata de una visión bipolar, en todo momento Kubrick contrapone el bien al mal, la belleza a lo repulsivo, el «buen salvaje» al hombre intrínsecamente perverso. La música juega un papel principal ya desde los créditos, aderezando escenas brutales con melodías clásicas. La versión sintetizada de Wendy Carlos es asociada automáticamente al rostro de Malcolm McDowell, Alex, un joven al margen de la ley movido por sus dos pasiones: la violencia y Beethoven. Lo oscuro y lo celestial se mezcla desde los primeros minutos: beben leche, pero hablan en jerga; escuchan buena música, pero también patean vagabundos, violan mujeres e incluso Alex llega a cometer un asesinato. Kubrick utiliza planos limpios como los del auto en la carretera, Alex obligado a ver películas o las representaciones teatrales del método Ludovico. La dualidad también se manifiesta a través del protagonista, un ser carismático y líder natural ante sus amigos, el espectador no sabe si horrorizarse o sentir simpatía por sus actos. Los procedimientos carcelarios hacen referencia al fascismo, pretenden castigar la violencia con más violencia y apelar al orden de unas normas más estrictas que las de la sociedad. Nos muestra a un estado (supuestamente) benefactor al cual poco le importa el libre albedrío de los presidiarios. El gobierno espera que el método Ludovico transforme a los delincuentes y que el dolor físico los persuada a obrar bien por imposibilidad de hacer el mal. Se trata de una tortura psicológica donde entrecruzan el placer de la música con imágenes de violencia extrema, otra vez la visión bipolar, pretendiendo simplificar la existencia del bien y del mal instrumentalizando al prisionero. Alex no escarmentó en sus días tras las rejas, se acercó al capellán y se camufló memorizando párrafos de La Biblia que reinterpretaba a su parecer. Un chico inteligente que sortea hábilmente el encierro carcelario, incluso se propone para ser conejillo de indias en un nuevo tipo de rehabilitación. El método Ludovico muestra su eficacia ante una mujer desnuda, nuevamente la pieza de Wendy Carlos, pero Alex sigue experimentando sus bajos instintos, salvo que esta vez el dolor se impone y no le permite llevarlos a cabo. Quedará indefenso y las antiguas víctimas (incluso su familia) lo enfrentarán con violencia al verlo vulnerable. Los que antes personificaban el bien ahora son los victimarios. El tratamiento contra la violencia ha multiplicado la violencia. Alex intenta suicidarse ante las torturas que le infringe la sociedad. Los medios culpan al gobierno, que ahora ve en Alex un medio para subir en las encuestas. El muchacho ya aprendió a manipular su impotencia y se da cuenta que tiene al estado a sus pies. De nuevo se encuentra por encima de la ley y mientras los periodistas le sacan fotos junto al ministro, Alex sólo imagina futuras orgías. Fuimos espectadores de la violencia del estado, de la sociedad y al ver la respuesta infantil de Alex sentimos simpatía por él: representa al ser humano que de alguna manera (como espectadores) nos defiende de los abusos de poder.
lunes, 26 de diciembre de 2016
DOS NUEVAS CRÍTICAS DE CINE DE ANÍBAL RICCI
JULIETA (2016)
Dirigida por Pedro Almodóvar
El director manchego vuelve a retratar mujeres fuertes y al melodrama, esta vez contenido, tanto en la tonalidad de las imágenes, encuadres pulcros, como en el uso de vacíos devastadores que obran sobre la protagonista. Utiliza flashbacks sucesivos para dar origen a esta tragedia del silencio, aquella de las palabras no dichas, conversaciones que no tuvieron lugar, cuyo vacío destructor fue absorbido íntegro por Julieta. Le oculta la verdad a Antía, su hija con Xoan, pescador que muere destrozado por el mar producto de una tormenta. Julieta vivirá el duelo (adolescencia de Antía) como un fantasma consumido por la pérdida. Antía nunca le reprochará nada a su madre hasta que un día acude a un retiro espiritual donde las emociones ya no pueden seguir escondidas. Culpa a la madre, a la amante y a ella misma por haber disfrutado de unas vacaciones mientras su padre perdía la vida. Antía dejará atrás su vida y no volverá a ver a su madre. Pasan más de diez años para Julieta y un encuentro casual rebrota sus recuerdos e interrumpe su vida para escribir en un diario todo aquello que no le dijo a su hija en su momento. El recuerdo del romance en el tren contenía algo premonitorio con la muerte, alguien arrojado a las vías por no haber compartido unas simples palabras, ahí nace la culpa que al morir Xoan crecerá junto con el silencio. Este melodrama tiene todos los tintes del cine de Almodóvar: madres sufrientes, hijas perdidas, vidas transferidas a otros, los fantasmas del pasado, pero Pedro mantiene a raya esos elementos y nos ofrece un descarnado retrato de la culpa. Es tan devastador ese sentimiento que implica un traspaso a su hija, que será incapaz de sostener ese peso sobre sus hombros. Decidirá abandonar a su madre y rehacer su vida dejando a Julieta sumida en la desolación. Sólo el futuro aciago logrará el milagro, luego de tantos años, transitando por una carretera imposible de adivinar, breve conversación en el auto, seguida de un plano general perfectamente logrado antes de los créditos.
NIGHTCRAWLER (2014)
Dirigida por Dan Gilroy
Opera prima de este cineasta estadounidense, guion sobresaliente, no sólo es una portentosa crítica al periodismo actual, que pone énfasis en la sangre y la violencia, más que a la noticia en sí misma. A esta hebra usual de las películas acerca del cuarto poder, Gilroy le da un giro muy original, centrándose en un desempleado, maniático de Internet, que intenta triunfar a toda costa desde abajo. Louis Bloom (insuperable Jake Gyllenhaal) se tropieza accidentalmente con un cazador de noticias y decide copiar sus tácticas y emprender su propio negocio. Obsesivo, ha seguido un curso de marketing por correspondencia al que le incrusta frases de auto-ayuda. Inmediatamente se da cuenta que no siente escrúpulos por mostrar sangre ni cuerpos mutilados. Contrata a un ayudante por unos miserables dólares y sobrepasa los límites de velocidad. Intercepta las emisiones de radio de la policía e intentan llegar primeros al lugar de crímenes y accidentes. Lo interesante: Bloom es un psicópata de verdad, analiza todo cerebralmente, pero no empatiza con otros seres humanos. Entiende el poder de negociación como arma, incluso en la búsqueda de pareja, apuntando los dardos a una ambiciosa productora de televisión, mujer mayor que va cediendo poco a poco a la despiadada mente de Bloom. La película es una seguidilla de hechos policiales, más o menos peligrosos, hasta que en una oportunidad graba un triple asesinato antes que llegue la policía, irrumpiendo en la casa para supuestamente ayudar. Presenta las imágenes en la cadena televisiva y la audiencia se eleva por las nubes, pero Bloom oculta la identidad de los asesinos para perseguirlos y desarrollar su propia noticia. El espectador se espanta de la sangre fría, aunque Bloom vuelve a sorprendernos. Su empleado comienza a chantajearlo y Bloom lo involucra en fuego cruzado, hace que lo maten y luego filma su muerte. Existen psicópatas que se mezclan en la sociedad y hacen su trabajo. Hannibal Lecter era de otro tipo, de esos que no reprimen sus impulsos, pero lo que distingue a la conducta psicópata es que no sienten culpa. Bloom tampoco reprime sus impulsos, aunque ha encontrado en la prensa roja un vehículo que le permite destacar del resto, sin remordimientos por montar una imagen o incluso encausar una historia según sus parámetros. Se convierte en un fabricante de noticias que no tiene problemas con dar falsos testimonios a la policía. El guion de Gilroy es hábil en atar cabos: medios televisivos sin reservas morales, marketing por correspondencia, una pizca de auto-ayuda, básicamente medios de manipulación al alcance de una mente brillante e inescrupulosa. Mérito del director: mostrarnos la historia de un ser insignificante que, en virtud de sus rasgos psicológicos, logra activar esta perfecta bomba de tiempo en que se ha convertido nuestra sociedad.
sábado, 24 de diciembre de 2016
TRIBUTO AL ARTISTA VISUAL HUGO RIVEROS GÓMEZ. DIBUJOS Y PINTURAS, EN VIÑA DEL MAR, CHILE, EL 4 DE ENERO DE 2017
Virginia Reginato Bozzo, Alcaldesa de Viña del Mar; Luis Bork Vega, Presidente Corporación Cultural de Viña del Mar; Nélida Pozo Kudo, Directora Regional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes; y Francisco Estévez Valencia, Director Ejecutivo del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos; tienen el agrado de invitar a usted y acompañante a la inauguración de la exposición “Tributo al artista visual Hugo Riveros Gómez”. Dibujos y Pinturas.
La ceremonia se realizará el miércoles 4 de enero de 2017 a las 19:30 horas, en Sala Viña del Mar, Corporación Cultural Viña del Mar, Arlegui 683.
jueves, 22 de diciembre de 2016
ESTE AÑO SE FIRMA CONVENIO ENTRE EL PEN CLUB DE CHILE Y LA CORPORACIÓN CULTURAL DE LA UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE
En Santiago de Chile, a 7 de diciembre de 2016
entre la entre la CORPORACIÓN CULTURAL
UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE, persona jurídica sin fines de lucro,
R.U.T 65.082.435-0, representada legalmente por don PABLO ALFREDO GUTIÉRREZ VERDI, cédula de identidad n° 14.134.268-1 y por don JORGE MONTEALEGRE ITURRA, cédula
nacional de identidad n° 6.249.376-3, todos domiciliados en Avenida Libertador
Bdo. O’Higgins 3363, comuna de Estación Central, en adelante “la Corporación U
de Santiago”, y PEN Club de Chile,
RUT Nº 65.009.239-2, representada en este acto por don JORGE ANDRÉS
RAGAL GALDAMES, chileno, RUT Nº 6.743.798-5 domiciliado en Merced 276,
oficina 91, comuna de Santiago y ciudad de Santiago, se ha acordado celebrar el
siguiente Convenio:
PRIMERO:
La CORPORACIÓN
CULTURAL DE LA UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE es una persona jurídica de
derecho privado, sin fines de lucro, que tiene por objeto el fomento,
desarrollo, difusión, estudio e investigación de la cultura y las
manifestaciones artísticas en sus diversas expresiones, así como la protección
y cuidado del patrimonio cultural, tanto material como inmaterial, colaborando
–al mismo tiempo- con la promoción, observancia y estímulo de los derechos
culturales en el país. Para el cumplimiento de su objeto, la CORPORACIÓN U DE
SANTIAGO está facultada para asociarse en forma transitoria o permanente con
otras instituciones nacionales, internacionales o extranjeras que persigan
fines análogos y para colaborar con instituciones públicas, privadas o
municipales, en materias que les sean comunes.
A su vez, PEN Club
de Chile en adelante PEN Chile, según se establece en sus
Estatutos, tiene como objetivo central: “propender
al recíproco conocimiento y armonía de los escritores de Chile y a su
vinculación con los del resto del mundo; a la dignificación de la actividad
literaria, y a la mayor difusión de las obras que ellos produzcan”.
SEGUNDO:
En
el marco de sus objetivos y competencias, la CORPORACIÓN U DE SANTIAGO y PEN Chile, acuerdan realizar acciones
de cooperación conjuntas, orientadas a fomentar y promover la actividad
cultural, ampliar la formación en Derechos Humanos e instar a una mayor calidad
en el aprendizaje de la memoria y de la cultura, promoviendo un acceso a la
cultura de calidad, una gestión cultural participativa y democratizando el
acceso a bienes culturales a través de una programación cultural y actividades
de colaboración, que permitan difundir y facilitar el acceso igualitario y
participativo de la ciudadanía a las manifestaciones culturales, las
expresiones artísticas y el patrimonio cultural del país, en su conjunto.
TERCERO:
Para el logro de los objetivos indicados en la cláusula
precedente, las partes acuerdan lo siguiente:
a) Construir y mantener instancias permanentes de
intercambio de información y documentación de interés;
b) Facilitar el acceso recíproco a las actividades que
ambas instituciones desarrollen;
c) Coordinar el diseño, implementación y evaluación de
acciones que fortalezcan el quehacer de ambas instituciones en beneficio de la
comunidad;
d) Difundir a través de sus instrumentos
comunicacionales, las actividades que se realicen en virtud del presente
Convenio;
e) Realización de prácticas profesionales y pasantías;
f) Elaboración de publicaciones conjuntas;
g) Desarrollo de cursos, seminarios, conferencias, talleres, etc.;
h) En general, prestarse una amplia y recíproca
colaboración en el desarrollo de todas las actividades necesarias para el logro
de los objetivos del presente Convenio.
CUARTO:
Los programas antedichos serán
elaborados y presentados a las autoridades correspondientes a través de los
organismos técnicos que para estos efectos designe cada Institución. Por parte de la CORPORACIÓN U DE SANTIAGO, corresponderá esta facultad a su
Director Ejecutivo, o a quien éste designe en su representación; en PEN CLUB CHILE, el encargado o unidad a cargo será su Presidente.
QUINTO:
Para
el cumplimiento del presente convenio, las partes celebrarán convenios
específicos en los que se establecerán los derechos y obligaciones para ambas
partes. Asimismo en dichos documentos se indicarán las actividades a realizar, los términos, condiciones y oportunidades de
cumplimiento de las respectivas obligaciones de las partes.
SEXTO:
La propiedad intelectual que derive de los proyectos y trabajos
realizados en conjunto, bajo el marco de este convenio, estará sujeta a las
disposiciones legales aplicables y a los convenios específicos que firmarán las
partes, otorgando el reconocimiento correspondiente a quienes hayan intervenido
en la ejecución de dichos trabajos, sin perjuicio de lo que se acuerde en los
convenios específicos.
Las partes convienen que podrán utilizar en sus funciones académicas
la información y resultados derivados de las actividades realizadas en el
presente instrumento, salvo que en los convenios específicos se señale lo
contrario.
SÉPTIMO:
Las personas relacionadas con este Convenio quedarán sometidas a las
normas vigentes en la Institución en donde desenvuelven sus actividades, sin
que adquieran, bajo ninguna circunstancia, vínculo laboral con la Institución receptora.
La selección de personas para trasladarse, por cualquier concepto, de una a
otra Institución, se realizará según las normas de la Institución de origen,
sin perjuicio de su aceptación por la Institución receptora.
OCTAVO:
La puesta en funcionamiento de las disposiciones de este acuerdo será
objeto de una programación anual o plurianual elaborada de común acuerdo por
ambas Instituciones, que se consultarán mutuamente cada vez que lo crean
necesario. La propuesta de programación corresponderá a una comisión mixta de
seguimiento formada por la autoridad de cada institución o por las personas en
quienes deleguen.
NOVENO:
En todos los casos en los que como consecuencia y en aplicación del
presente convenio, alguna de las partes considere necesario hacer uso de los
logotipos de la otra, deberá pedir autorización previa a dicha Institución, a
través de la unidad técnica respectiva señalada en la cláusula cuarta del
presente documento, especificando la aplicación correspondiente (sea gráfica o
electrónica o de cualquier naturaleza) y el tipo de uso solicitado.
En la autorización, que deberá otorgarse por escrito, se especificará
el o los usos para los que se reconoce, así como el período de vigencia, que en
ningún caso podrá superar la vigencia del presente convenio.
No obstante, cuando el uso de los logotipos y otras marcas
identificativas de alguna de las partes vaya a
tener carácter lucrativo para la entidad solicitante, deberá
formalizarse el correspondiente contrato de licencia de marca.
DÉCIMO:
Este convenio tendrá vigencia de dos años a partir de la fecha de la última
firma. Sin perjuicio de lo anterior, cualquiera de las partes podrá ponerle
término, mediante aviso escrito enviado mediante carta certificada al domicilio
de la otra con, al menos, 90 días de anticipación al vencimiento del plazo
estipulado; de lo contrario se considerará prorrogado automáticamente. Dicho término
no afectará los programas y proyectos en curso de ejecución.
UNDÉCIMO:
Dada la naturaleza de este convenio, las partes se
comprometen a poner todo de su parte para el armonioso desarrollo de las
actividades conjuntas que se efectúen en virtud de él. No obstante lo anterior,
en caso de producirse alguna diferencia en la interpretación o aplicación de
cualquiera de sus cláusulas, se buscará amigablemente la solución para llegar al
resultado que convenga a la continuidad de este acuerdo. Si persistiera la
diferencia por más de 30 días corridos desde que una de las partes haya
notificado por escrito determinada diferencia a la otra, se entenderá que ambas
partes han optado por darle término anticipado al acuerdo.
DUODÉCIMO:
Este convenio entrará en vigencia una vez firmado por ambas partes, a
cuyo efecto se extenderán cuatro
ejemplares, de igual tenor y fecha.
DÉCIMO TERCERO:
La personería de los señores Pablo Gutiérrez Verdi y Jorge Montealegre
Iturra para representar a la Corporación Cultural Universidad de Santiago de
Chile, consta en la escritura pública otorgada con fecha 11 de abril de 2016 en
la Notaría de Santiago de don Patricio Zaldívar Mackenna.
Por su parte la personería
de Jorge Andrés Ragal Galdames para actuar en
representación de PEN Club de Chile, consta en la escritura pública de fecha 25
de enero de 2016 otorgada en la notaria de Rodrigo Hidalgo Gallegos.
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