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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

sábado, 31 de diciembre de 2016

¡FELIZ 2017!




DOS CRÍTICAS DE CINE DEL ESCRITOR ANÍBAL RICCI




CIUDAD DE DIOS (2002)
Dirigida por Fernando Meirelles

Sicilia, Little Italy, Miami, Las Vegas, Ford Coppola, Scorsese, De Palma, todo huele a mafia, pero nada comparado a la violencia desplegada en la favela Cidade de Deus. La historia se desarrolla en largos raccontos a los años sesentas y setentas, entre una persecución de gallinas que corren despavoridas por las calles. La historia es similar, primero el ascenso de los traficantes más despiadados, la llegada de la tranquilidad al barrio, luego los excesos y finalmente la caída. Cómo olvidar a personajes tan bien caracterizados como los del Trío Ternura, quienes le pasan un arma a un chico apodado Dadinho, que con los años se transformará en Zé Pequenho, el relevo más joven de los anteriores vendedores de drogas. La voz narradora será la de Buscapé, un chico ajeno a la violencia de las calles, criado entre estos monstruos del hampa. Zé Pequenho será sanguinario y tendrá un amigo de fechorías, Bené, querido por todos los habitantes, quien mantendrá a su camarada dentro de sus casillas. Cuando falte ese catalizador, la tranquilidad desaparecerá del vecindario y surgirá una despiadada guerra entre pandillas. La droga implica descontrol y violencia mientras los asesinatos se vuelven cada vez más brutales. Buscapé ingresará a trabajar en un periódico y casi por accidente sus fotos saldrán en primera plana. En la confusión aparecerán enemigos insospechados que, ante el fuego cruzado, querrán llevar a cabo venganzas personales. Las bandas reclutarán a niños menores de diez años y les pasarán armas. La historia de Ciudad de Dios es acerca de la pérdida de la inocencia, la de niños que no alcanzan a vivir su infancia cuando ya tienen un arma en sus manos. Las nuevas pandillas reemplazarán a las anteriores: mientras más jóvenes sus miembros, más ambiciosos y violentos. Buscapé será testigo de primera fila del fin de los traficantes de su generación y plasmará en fotografías el horror de esa verdadera guerra. Será también espectador de la complicidad de la policía y de la estigmatización de los vecinos, pero guardará esos secretos para convertirse en el fotógrafo Wilson Rodrigues, de los pocos sobrevivientes de esta historia real.


CERO EN CONDUCTA (1933)
Dirigida por Jean Vigo

Mediometraje francés, homenaje y rescate del cine mudo (el vigilante se asemeja mucho al personaje de Chaplin), Jean Vigo dota a una historia bastante simple de imágenes verdaderamente memorables: la guerra de almohadas, la toma del techo, los juegos de sombras. Se burla del principio de autoridad mostrando a cuatro niños enarbolando banderas de lucha ante las injusticias acaecidas al interior de un internado. Refugio del espíritu infantil, libre de las normas que castigan a los alumnos con un cero en conducta. Cine de gran simbolismo, presenta a un director enano, de voz aflautada, que junto al inspector pretenden uniformar las mentes de los niños. Quizás el director del colegio representase una especie de Napoleón y, por otro lado, la conquista de los tejados podría suponer una toma de la Bastilla, especie de canto revolucionario, en este caso bajo la hegemonía de una bandera pirata. Un deleite a los sentidos y demostración de que el cine podía ser un vehículo de crítica social.

viernes, 30 de diciembre de 2016

PRESENTACIÓN: "ENTRE LA UTOPÍA Y EL DESENCANTO, VISIONES DE LAS NEOVANGUARDIAS POÉTICAS DEL PERÚ", DICIEMBRE DE 2016



"EL SECRETO DE SUS OJOS", COMENTARIO DE CINE DE ANÍBAL RICCI



(2009)

Dirigida por Juan José Campanella

Una gran historia de amor que soporta el paso del tiempo. La película envejecerá magníficamente debido a su guion de relojería, la química entre actores (Soledad Villamil está sublime) y unos planos bellísimos que hilvanan las acciones que transcurren hacia fines de siglo con aquellas ocurridas en 1974 cuando se descubre el brutal asesinato de Liliana Colotto. No sólo me refiero a ese madurar, sino a la historia narrada de un amor imposible que sobrevive al peso de los años. El relato cala hondo porque se sustenta en emociones reales: el secreto de los ojos de Irene Menéndez Hastings (jefa de archivos del juzgado de instrucción de Buenos Aires) que mira con admiración el actuar vehemente de su subalterno Benjamín Espósito (un simple oficial del juzgado) que arriesga su carrera profesional al enfrentar a otro oficial del tribunal y al propio juez Fortuna Lacalle. Irene es una doctora recién llegada, de clase acomodada y mucho más joven que Benjamín. Sin duda se trata de un thriller, asesinato de por medio, que deja al marido de la víctima detenido en el tiempo, un limbo, deseando no olvidarla (té con limón) y que el asesino (los ojos lo delatan) permanezca en la cárcel por muchos años («así se va a dar cuenta de que todos estos años estuvieron llenos de nada»). Vemos los ojos del marido devastados por lo irremediable, no puede volver atrás los acontecimientos. El tratamiento del tiempo es vital para el director: el limbo de Ricardo Morales se dilata profundizando el dolor, en cambio, Irene describe su vida como un «siempre mirar hacia adelante», sacrificando sus anhelos, y en cuanto a Benjamín, ahora retirado, ha decidido escribir una novela sobre el caso que lo marcó y lo dejó anclado al pasado. Pero esta historia de amor esconde varias capas de espesor narrativo. Detrás de estos personajes hay una crítica al actuar de la justicia, compuesta por seres humanos muchas veces con defectos y decisiones mezquinas. También es una historia de lealtades entre aquellos que se reconocen buenos: de la doctora respecto a sus subordinados, de los amigos (Benjamín y Pablo) que aceptan las imperfecciones del otro, del marido sufriente ante el oficial del juzgado («usted dijo perpetua») y del propio Benjamín que sellará sus labios para siempre. La narración transcurre en el presente (1999) alternada con largos raccontosque hacia el final confluyen en breves flashbacks de gran intensidad que mezclan presente con pasado (y distintos puntos de vista), para que el protagonista averigüe la verdad de los hechos, veinticinco años después, y pueda proseguir con su vida. La escena en la estación de tren, el viaje que lo aleja de su amada, se ha repetido una y otra vez. Benjamín ya ha visto sus ojos de admiración; recién ahora se siente merecedor de ese honor. Sus ojos nunca lo engañaron y una sonrisa cómplice sella esta apasionante historia tras el umbral de la puerta.

UNA TRISTE NOTICIA: LAS MALAS PRÁCTICAS QUE AFECTAN A LA ORQUESTA SINFÓNICA UDEC. HABLAN CUATRO EX INTEGRANTES DE ÉSTA POR CECILIA ANANÍAS




Hace un par de semanas atrás, se difundió en los medios de comunicación que tres integrantes de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Concepción habían sido despedidos, sin avisos y “por necesidades de la empresa”; una forma de operar que a muchos les recordó las cinco exoneraciones que ocurrieron a principio de año en esta misma universidad.
El violinista Leandro Botto, quien llevaba trece años en la institución y fue presidente del sindicato de músicos, fue uno de los despedidos; la misma suerte corrió su pareja por varios años, la chelista Cecilia Barrantes y el concertino –máxima autoridad en la orquesta- y violinista, Freddy Varela. Este accionar simplemente fue calificado de “proceso de reestructuración” desde la Corporación Cultural Udec, por lo que la noticia pasó “por lo bajo”. Pero quienes han pasado por las filas de esta orquesta tienen una visión muy diferente de lo que ocurrió: Leandro Botto es el ex presidente del sindicato de músicos y tenía una visión muy crítica del actuar de la gerencia de la orquesta, Cecilia Barrantes es su pareja desde hace años y Freddy Varela había hecho presión por ambos despidos.
Hablamos con dos de estos músicos, Freddy Varela y Leandro Botto, además de dos ex directores de esta orquesta, Javier Logioia Orbe y Julián Kuerti; también con una ex trabajadora de la Corcudec, Moira Délano y con una música que aún trabaja en esta agrupación, quien prefirió declarar bajo el alias de “Francisca” (para evitar represalias). Todos coinciden en que los problemas emanan desde la gerencia de la orquesta sinfónica y que estos despidos son sólo un efecto más de una larga historia de prácticas anti sindicales, dictatoriales e intimidatorias. Una lamentable historia de la que estarían al tanto en Rectoría, sin generar mayores cambios.

El comienzo de los problemas

La historia de la Orquesta Sinfónica se remonta a 1958, cuando el rector de la Udec de aquel entonces, David Stichkin, decidió que el Conjunto de Música de Cámara de Concepción pasara a ser parte de este plantel, tomando el nombre con el que se le conoce hasta hoy. Posteriormente, esta pasó a quedar a cargo de la Corporación Cultural Universidad de Concepción (Corcudec). Toda esta organización de 56 músicos funcionó bastante bien, hasta que, como indica Francisca, apareció la actual gerente, Lilian Quezada, en el panorama.
Ella explica que Lilian trabajó un par de años con ellos sin mayores problemas, “a pesar de su carácter”, detalla. Luego, se fue a Santiago con permiso del rector Sergio Lavanchy, para desempeñarse en el Centro Cultural Gabriela Mistral, de donde regresó dos años después, el 2011, con una actitud muy diferente. “Apenas llegó de allá, comenzó el maltrato y las humillaciones hacia los colaboradores, fueran músicos o parte del personal administrativo. Todo aquel que pensara distinto o que formulara una crítica sobre su estilo se convertía en su enemigo”.
Este tema escaló al punto de que se rompieron las buenas relaciones que tenían con el Teatro del Lago de Frutillar, el Teatro Municipal de Temuco, el Teatro Municipal de Talca y el Teatro a Mil de Santiago. “A raíz de su actitud infantil, se enemistó con cada uno de los representantes de estas instituciones y como resultado, la orquesta nunca más pudo volver a estos lugares”, explica la músico. Imagen de Extensión Udec.
También, se generó un mal ambiente laboral para los directores de esta orquesta: entre el 2000 y el 2006, fue dirigida por el argentino Luis Gorelik, con quienes ganaron los primeros reconocimientos a nivel nacional; lamentablemente, puso fin a su contrato estando en una mala relación con Quezada. El 2008, Javier Logioia asumió como director titular, pero pocos meses después “renunció aduciendo incompatibilidad con Lilian Quezada, quien interfería en los ámbitos artísticos de su competencia”. Entre 2013 y 2015 ejerció el cargo de director principal el canadiense Julián Kuerti, quien terminó su último periodo marcado por las discusiones con la gerente. “No dejaba trabajar tranquilo a Kuerti, le boicoteaba cada idea nueva o proyecto, hasta una grabación profesional que propuso. Lilian quería que hubiera una división entre él y la orquesta, cosa que no ocurrió”, explica Francisca.
Cada vez que los músicos intentaron presentar sus quejas, la gerente les decía que “la universidad y el rector estaban cansados de nosotros y que si seguíamos con esa actitud, se iban a deshacer de la orquesta”, detalla. Esto generó divisiones al interior de esta institución: estaban los que querían mantener los problemas “por lo bajo” para no perder sus empleos y los que sentían que era necesario expresar su malestar.
En junio del 2016, el sindicato de la orquesta solicitó una reunión con el rector de la Udec, Sergio Lavanchy, para ponerlo al corriente de estos problemas. Él se ofreció a reunirse con los músicos en privado y sin la gerente, para que pudieran explayarse con tranquilidad. En esta reunión, Lavanchy les aseguró que no se podían despedir colaboradores sin su autorización, que se oponía a las malas prácticas, que jamás se desharían de la orquesta y que deseaba que los músicos estuvieran tranquilos y no estresados. Para evitar problemas entre la gerencia y los músicos, se generó un nuevo cargo, el de Director de Elencos Estables, el cual fue ocupado por el ex vicerrector de Asuntos Económicos y biólogo, Alberto Larraín. Pero esto sólo generó más problemas y cuatro meses después de la reunión y de su promesa, fueron despedidos Freddy Varela, Leandro Botto y Cecilia Barrantes.

De músico estrella a “personaje incómodo”

Leandro Botto llegó a la orquesta el 2003. Además de desempeñarse como violinista, trabajó en el comité técnico de ésta “ininterrumpidamente desde el año de mi ingreso, siendo siempre elegido y re elegido por mis colegas”. Además, fue el presidente del sindicato de músicos por un período, ha actuado como solista en violín y hasta ha dirigido la agrupación un par de veces. Por eso, concluye que “mi salida del organismo no tiene en absoluto que ver con lo artístico”.
Para él, su despido y el de su pareja, la chelista Cecilia Barrantes, no es casual. Botto es enfático al explicar que “las autoridades actuales de Corcudec no son músicos ni saben de música como para estar a cargo de una institución así. Y lo peor de todo, es que toman decisiones artísticas sin consultar a las instancias pertinentes, comité técnico, concertino o director titular; entonces, cuando en mails y reuniones hice notar lo antedicho, me convertí en un personaje incómodo, que les marcaba que estaban actuando antirreglamentariamente y que sus decisiones artísticas estaban tomadas de manera caprichosa y sin fundamento”. Leandro Botto | Imagen de YouTube
El violinista intentó exponer lo que ocurría al interior de la orquesta al rector, Sergio Lavanchy, en la mencionada reunión de junio de 2016, donde “nos dijo que habláramos libremente, pues nadie sería despedido. Pues bien, hablé, de estos temas y de algunas aristas presupuestarias que me preocupaban. El resultado está a la vista: me despidieron”, afirma.
Para él, el argumento de la “reestructuración” de la orquesta es pobre, porque “no existe queja artística alguna en mi contra y pertenecía a una fila que siempre necesita refuerzos por los pocos que somos; de hecho, para el programa siguiente a mi despido pidieron tres violinistas de refuerzo. ¿Necesidades de la empresa? ¿De qué tipo? La cosa está clara, es por el motivo que dije anteriormente y el Rector está avalando estas decisiones”, declara Botto con pesar.
El violinista tiene claro que con estos despidos “la administración logró el objetivo: infundir el miedo en los músicos, que ahora temen correr el mismo destino nuestro. Con esto, probablemente cesen los reclamos por prácticas antirreglamentarias e incluso, anti sindicales”.
Botto declara que acaba de obtener su Licenciatura en Dirección de orquesta y que continuará haciendo de la música su profesión principal. “Cuento con el apoyo de mis nuevos empleadores, la Ilustre Municipalidad de Concepción, cuya orquesta de cámara dirijo, y la Corporación Cultural de San Pedro de la Paz. Quiero proyectarme como director y violinista profesional, pero en instituciones que sepan apreciarlo”.
A pesar de que su carrera en la música continuará, Botto expresa sentir una “profunda preocupación por el futuro de la Orquesta Sinfónica de la Udec, pues el camino que están tomando las autoridades va en dirección a destruir y desmantelar 65 años de historia de crecimiento artístico”.

La política del miedo

Una opinión similar tiene el violinista y ex concertino de la Orquesta Sinfónica Udec, Freddy Varela, quien llegó a trabajar a esta institución en 2007. En ese entonces, “era un lugar que tenía un ambiente fenomenal. La comunicación entre la gerenta Lilian Quezada y la comisión artística era fluida, logrando traer a excelentes directores por muchísimos años, entre ellos, Julián Kuerti, Donato Cabrera, Doron Solomon y Mika Einchenholz”. Hasta que, en 2011, hubo un cambio de actitud y comenzaron las malas prácticas.
Para Varela, “la señora Lilian Quezada y el señor Alberto Larraín –director de Elencos Estables- están haciendo prácticas anti sindicales y debido a esto, mucha gente valiosa ha sido echada a la calle. No sólo me refiero a músicos, sino que también personal administrativo y de sala histórico. Como dice Larraín, cualquiera que ‘no se porte bien’”. Freddy Varela.
Según Varela, Larraín “omitía trabajar con el director principal elegido por la orquesta, a quien le desconoció su contrato y para dar un golpe de timón, echó a dos músicos intachables, Leandro Botto y Cecilia Barrantes, para demostrar su poder y que el sindicato se deje de reclamar”. Al hablar del “director principal”, se refiere al caso del sueco Mika Einchenholz, quien en 2016 fue votado para la dirección de la orquesta, con un contrato por tres años; pero extrañamente, aunque él firmó el documento, no se le entregó una copia. Al poco andar, comenzó a tener problemas con Larraín.
“Le prohibían tener contacto con los músicos o entregar información al comité técnico “, explica Francisca. “Tuvieron varias discusiones, en las que Larraín lo amenazaba de ponerle fin a su contrato, documento del que todavía no le hacían entrega”, agrega.

Mika Einchenholz

El maestro Einchenholz siguió teniendo encontrones y problemas para hablar con el rector Lavanchy, para acceder a la copia de su contrato. Hasta que el 15 de octubre, se le pagaron $6.500 dólares como honorarios por su labor administrativa montando la temporada 2017, como señalaba su contrato, además de dirigir el Concierto Sinfónico 8 de la temporada 2016, y se le dijo que se evaluaría el resto de su contrato. Pero, “días después de que el maestro Einchenholz dejara Concepción, la orquesta recibió la noticia de que se estaban desvinculando músicos por necesidades de la empresa. También, se anunció que a raíz de esa reestructuración, se declaraba desierto el proceso de búsqueda de director titular, que se suponía que había ganado Einchenholz. A él no se le informó de manera formal hasta días después”, puntualiza Francisca.
A Varela, toda esta situación le genera tristeza: “A pesar de que hagan programas ahora populares y que traten por todos los medios de mostrar que la cosa está bien, es una mentira. Está mal, hay colegas que han sido cómplices metiéndole miedo a sus pares y recomendándoles salirse del sindicato. Esto es una dictadura, los músicos no se atreven a hablar. Yo le exigí a Larraín y al rector que me dieran una explicación porque habían despedido a mis colegas y jamás tuve una respuesta. Luego volví a pedirla y recibí mi despido antes que pudiese tener al menos mi concierto de despedida, como se suele hacer con un concertino por respeto”.

Un vals sin fin de directores

Javier Logioia Orbe fue uno de los tantos directores que trabajó con esta orquesta, sin completar debidamente su ciclo. Sus vínculos con esta universidad partieron con invitaciones a conciertos sinfónicos, hasta que finalmente, en 2008, se animó a postular como titular y quedó seleccionado para tres temporadas. Pero desde el primer día trabajando en esta institución, “observé una evidente tensión en el ambiente de trabajo, debido a la relación desigual y ciertamente verticalista de su administración. En ese momento – y sé que hoy también- se atemorizaba al músico profesional con quitarle su puesto”, detalla.
Para este connotado artista argentino, el nudo del problema radica en que “la señora Quezada ha tomado como ‘propia’ a la Orquesta y claramente, le molesta de forma inequívoca la presencia de un maestro titular. Así, tuvo problemas con Luis Gorelik, conmigo, con sendos invitados y ahora con el maestro sueco que debía asumir la titularidad (Mika Einchenholz)”.

 Javier Logioia

Logioia declara que los problemas no sólo radican en la gerencia, sino que también “somos muchos los profesionales que pensamos que las finanzas de la Orquesta son, cuanto menos, sospechosas e irregulares por donde se las observe. Y que mientras no remuevan a esta administradora, el problema seguirá profundizándose con la total responsabilidad y alianza del propio Rector”, declara de forma enfática.
Este director debía trabajar por tres años en la orquesta, pero a raíz de los problemas con la gerencia, sólo estuvo tres meses dirigiendo. “Sólo en secreto, unos cuantos colegas y amigos tuvieron ‘la osadía’ de despedirme y lamentar todo lo ocurrido. Pero, como sigue aconteciendo hoy, la mayoría calla y tiembla por las represalias de esta señora, que hace despedir de la orquesta a músicos fantásticos como Cecilia, Leandro y Freddy”, agrega.
Para Logioia, es ridículo que se haya despedido a Freddy Varela, quien hoy es “Concertino Principal de la Orquesta Estable del Teatro Colón y de la consagrada Camerata Bariloche, cargos obtenidos tras rigurosos concursos internacionales. Así pues, los argentinos acogemos a tamaño músico, mientras la Udec le da la espalda… sin palabras”, agrega. El director argentino reflexiona todo lo que fue destruido por las dictaduras en nuestra América Latina: “Y en la querida Orquesta Sinfónica de Udec persiste la dictadura, disfrazada de muchos modos, pero dictadura al fin”.
Una situación similar fue la que vivió el director canadiense, Julián Kuerti. Éste llegó a la orquesta por primera vez el 2007, invitado y recomendado por un colega, Dudu Carmel. [El siguiente testimonio fue recogido de manera escrita, vía mail y traducido del inglés al español por la periodista a cargo de la nota]. “Sentía mucha curiosidad por conocer Chile, un país en el que nunca había estado, y me parecía una aventura la oportunidad de trabajar con una orquesta fuera de la capital Santiago”, relata. Julián Kuerti | Imagen de YouTube
Cuando llegó a Concepción, se encontró con un escenario muy diferente al que había visto en Europa o Norteamérica. “Cuando llegué al ensayo me dijeron que ciertos músicos no estaban disponibles, la gente estaba desorganizada, sin disciplina. El nivel artístico de los músicos no era el mismo de la orquesta –tocaban peor como grupo, que solos-. Recuerdo que al concierto llegó un saxofonista extra a tocar una pieza de Villa Lobos y resultó que apenas podía leer música. Fue impactante, de muchas formas… pero al mismo tiempo, vi potencial”, cuenta el canadiense.
A pesar del desconcertante comienzo, Kuerti acabó trabajando por ocho años con esta agrupación, al punto de que hay músicos a los que hasta hoy considera como sus amigos. “Trabajamos duro y cuando estábamos en el escenario, los presionaba para que fueran la mejor versión de ellos mismos. A través de programación y trabajo duro, logramos superar algunos problemas, como entonación, ritmo y balance. Creo que bajo mi dirección y guía la orquesta fue capaz de dar un paso significativo hacia la excelencia, algo que fue reconocido cuando ganamos el Premio Academia de la Academia Chilena de Bellas Artes”, afirma con orgullo.
Su trabajo fue bastante fluido, hasta alrededor del 2012, que fue cuando comenzó a tener problemas con Lilian Quezada.“Algo cambió en su actitud. Comenzó a sentirse amenazada por el señor Javier Bustos (actual presidente del sindicato de músicos), lo cual me parecía que era sólo por celos. Ella era bastante ignorante sobre música y era muy despreocupada al administrar detalles de la orquesta, pero a pesar de esto, ella decidió que tenía que expulsar al señor Bustos, porque se estaba volviendo demasiado importante”, relata. Cabe destacar que Bustos continúa trabajando en esta agrupación.

Julián Kuerti

“Fui testigo de incontables ejemplos de engaño, crueldad, intimidación y manipulación por parte de ella. Ella me dijo un par de veces en privado que quería despedir a ciertos músicos porque no les gustaban de forma personal, al mismo tiempo que me sonreía y probaba si yo querría apoyarla, cosa que no hice. Pronto, ella volcó sus tácticas en mí, intentando sabotear mis conciertos en dos oportunidades, inventando obstáculos o tomando decisiones ejecutivas sobre los músicos claves que ella sentía que podrían fallar en roles importantes”, agrega.
Para él, la situación empeoró con la llegada a la orquesta del inspector Darwin Rodríguez. “Él tenía una reputación terrible, por su trabajo destructivo en el Teatro Municipal de Santiago, y apenas llegó a Concepción, comenzó a actuar con la señora Quezada y a aconsejarla”, detalla. Por ejemplo, recuerda que cuando dieron un concierto en el que se anunciaría al público que ganaron el Premio Academia, “el público se paró y aplaudió, y el señor Rodríguez me bloqueó la puerta, para que yo no pudiera salir al escenario. Él no quería que yo tomara crédito por mi largo trabajo en la orquesta”.
Kuerti recuerda varias ocasiones en que Lilian Quezada y Darwin Rodríguez boicotearon sus planes, como cuando quiso hacer una nueva edición de la Sinfonía Romántica de Enrique Soro, la cual incluía una grabación dirigida por un sello internacional. “La señora Quezada parecía trabajar directamente en contra de mi proyecto, ignorándolo por medio año y luego, trastornándolo. Al final, creo que el nivel artístico de la orquesta no significaba nada para ella”.
Finalmente, en 2015 debió partir, pero no de forma voluntaria. “No había terminado el trabajo que me habían confiado, pero mi contrato acabó ese año y me dejaron claro que no querían que siguiera con ellos. Estaba frustrado de que, después de haber logrado una base tan fuerte, me echaran, así que hablé con el rector Sergio Lavanchy y le expliqué lo importante que era tener un director titular”, explica.
Estaba feliz de que escogieran al maestro Mika Eichenholz para continuar el trabajo, pero “me impactó saber que lo despidieron antes de que siquiera empezara”, declara. Para él, los despidos de Varela, Botto y Barrantes son “pura intimidación. En casi todos los programas la orquesta necesitaba contratar cuerdas extra, porque esta sección ya era demasiado pequeña. Decir que despidieron a estos tres músicos de cuerda por necesidades de la empresa es una completa mentira. Por lo general se reducen los percusionistas, trombones, tubas o cornetas.
El director finaliza declarando estar “muy preocupado por el futuro de la orquesta más antigua de Chile. La señora Quezada y el señor Rodríguez deben ser removidos de la organización o actuarán como el cáncer que eventualmente la destruirá”, es su fuerte conclusión.

Una historia tristemente “conocida”

Los abruptos despidos de estos músicos recuerdan a muchos la historia de Moira Délano Urrutia. Esta licenciada en Artes y gestora cultural trabajó por más de 8 años en la Corcudec elaborando proyectos y vigilando el cumplimiento de los logros, hasta que en mayo del 2014 fue despedida debido a “necesidades de la empresa”, de la noche a la mañana. Un par de meses después, la desvincularon como docente en la Universidad de Concepción.
“Fui despedida sin razón alguna, solo con la excusa de que como había sido finiquitada en la CORCUDEC no podía seguir perteneciendo a la Universidad, pese a que ambas entidades tienen Rut, dirección y razón social distinta”, señaló Moira en una entrevista anterior a Académicos Udec.

Moira Délano

En aquel entonces también denunció malas prácticas al interior de la organización y amedrentamientos: “Si la CORCUDEC existe y funciona aún, es por la gran labor que hacen sus músicos profesionales. Sería súper interesante que las autoridades y la comunidad se preguntaran cómo es el clima laboral dentro de la corporación, ya que se van a encontrar con grandes sorpresas, negativas lamentablemente, el temor es una cosa instalada desde hace años y las malas prácticas también”.
Para este reportaje, volvimos a conversar con ella, ya que estaba al tanto del despido de los músicos, noticia que recibió “con una tristeza muy grande, porque eran artistas muy dedicados y experimentados, que aportaron durante muchos años al nivel de la orquesta. También me da una impotencia tremenda percatarme que continúa esa forma arbitraria de hacer las cosas, hay un gestionar muy autoritario”.
Moira afirma que el principal problema que visibiliza es que “nunca se ha logrado dibujar bien lo que tiene que hacer el equipo, su estilo, su forma de liderar, la metodología. Y como no existe eso, todo se ejerce de forma arbitraria y esto lo demuestran los despidos de músicos como Botto o Varela, o la mala relación que se ha instalado con los directores”, agrega.
La actual jefa de Ciudadanía en el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes siente que “si el lema de la universidad es ‘por el desarrollo del libre espíritu’, entonces hay que respetarlo. Tenemos un elenco que es orgullo de la ciudad y la región, que ha permitido visibilidad a nivel internacional y nacional, entonces, hay que cuidarlo. Si se sigue así, la orquesta podría bajar su calidad, dejar de cumplir su función pública o incluso, cerrarse”, concluye.

La escueta versión de la Corcudec

Nos contactamos con la prensa de la Corporación Cultural de la Universidad de Concepción, solicitando las versiones de Lilian Quezada, Alberto Larraín y Darwin Rodríguez. Ninguno quiso hablar de forma personal y sólo nos hicieron llegar el comunicado oficial que se emitió tras los despidos, el cual señala que se decidió iniciar una reestructuración interior “con el fin de mejorar una serie de aspectos administrativos y técnicos, decisión que ha implicado, en una primera etapa, la desvinculación de algunas personas”. Al señalar que varios músicos y directores refutaban este argumento, no surgieron nuevas respuestas desde la institución.

Comunicado oficial de la CORCUDEC

El comunicado también agrega que el proceso para elegir al Director Titular se declaraba desierto, “debido a que no fue posible llegar a acuerdo final con el candidato a ocupar ese puesto, Sr. Mika Einchenholz”. Tampoco quisieron ahondar en este punto al preguntarle por varias declaraciones expuestas en este reportaje.
Un panorama inconcebible en una institución educativa que acaba de conseguir 7 años de acreditación por su prestigio y transparencia y que afirma abogar “por el desarrollo del libre espíritu”.
* Este reportaje no busca hacer una crítica destructiva hacia la Corcudec ni la Udec. Sólo plantea una situación que la Asociación de Académicos Udec considera grave y que debe ser corregida, por el bien de la institución y de los músicos.



martes, 27 de diciembre de 2016

PRESENTACIÓN DE LIBROS DE ÁNGEL PARRA. MIÉRCOLES 4 DE ENERO DE 2017 EN LA UNIVERSIDAD ANDRÉS BELLO (CAMPUS CREATIVO)



"LA NARANJA MECÁNICA" CRÍTICA DE CINE DE ANÍBAL RICCI



A CLOCKWORK ORANGE (1971)

Dirigida por Stanley Kubrick


«El hombre debe poder decidir sobre el bien y el mal, incluso si opta por el mal. Negarle esa elección es convertirlo en algo que no llega a ser humano, en una naranja mecánica», pensaba el director ante su creación. Obra adelantada a su época, casi todos sus vaticinios respecto de las pandillas, las drogas y la violencia se han vuelto realidad. Se trata de una visión bipolar, en todo momento Kubrick contrapone el bien al mal, la belleza a lo repulsivo, el «buen salvaje» al hombre intrínsecamente perverso. La música juega un papel principal ya desde los créditos, aderezando escenas brutales con melodías clásicas. La versión sintetizada de Wendy Carlos es asociada automáticamente al rostro de Malcolm McDowell, Alex, un joven al margen de la ley movido por sus dos pasiones: la violencia y Beethoven. Lo oscuro y lo celestial se mezcla desde los primeros minutos: beben leche, pero hablan en jerga; escuchan buena música, pero también patean vagabundos, violan mujeres e incluso Alex llega a cometer un asesinato. Kubrick utiliza planos limpios como los del auto en la carretera, Alex obligado a ver películas o las representaciones teatrales del método Ludovico. La dualidad también se manifiesta a través del protagonista, un ser carismático y líder natural ante sus amigos, el espectador no sabe si horrorizarse o sentir simpatía por sus actos. Los procedimientos carcelarios hacen referencia al fascismo, pretenden castigar la violencia con más violencia y apelar al orden de unas normas más estrictas que las de la sociedad. Nos muestra a un estado (supuestamente) benefactor al cual poco le importa el libre albedrío de los presidiarios. El gobierno espera que el método Ludovico transforme a los delincuentes y que el dolor físico los persuada a obrar bien por imposibilidad de hacer el mal. Se trata de una tortura psicológica donde entrecruzan el placer de la música con imágenes de violencia extrema, otra vez la visión bipolar, pretendiendo simplificar la existencia del bien y del mal instrumentalizando al prisionero. Alex no escarmentó en sus días tras las rejas, se acercó al capellán y se camufló memorizando párrafos de La Biblia que reinterpretaba a su parecer. Un chico inteligente que sortea hábilmente el encierro carcelario, incluso se propone para ser conejillo de indias en un nuevo tipo de rehabilitación. El método Ludovico muestra su eficacia ante una mujer desnuda, nuevamente la pieza de Wendy Carlos, pero Alex sigue experimentando sus bajos instintos, salvo que esta vez el dolor se impone y no le permite llevarlos a cabo. Quedará indefenso y las antiguas víctimas (incluso su familia) lo enfrentarán con violencia al verlo vulnerable. Los que antes personificaban el bien ahora son los victimarios. El tratamiento contra la violencia ha multiplicado la violencia. Alex intenta suicidarse ante las torturas que le infringe la sociedad. Los medios culpan al gobierno, que ahora ve en Alex un medio para subir en las encuestas. El muchacho ya aprendió a manipular su impotencia y se da cuenta que tiene al estado a sus pies. De nuevo se encuentra por encima de la ley y mientras los periodistas le sacan fotos junto al ministro, Alex sólo imagina futuras orgías. Fuimos espectadores de la violencia del estado, de la sociedad y al ver la respuesta infantil de Alex sentimos simpatía por él: representa al ser humano que de alguna manera (como espectadores) nos defiende de los abusos de poder.

CONVOCATORIA AL CONGRESO INTERNACIONAL "NUEVOS HORIZONTES DE IBEROAMÉRICA", MENDOZA (ARGENTINA), NOVIEMBRE DE 2017



lunes, 26 de diciembre de 2016

APARECIÓ "A PIE POR CHILE" DEL GRAN NARRADOR CHILENO MANUEL ROJAS POR EDITORIAL CATALONIA, SANTIAGO DE CHILE, 2016



DOS NUEVAS CRÍTICAS DE CINE DE ANÍBAL RICCI




JULIETA (2016)
Dirigida por Pedro Almodóvar

El director manchego vuelve a retratar mujeres fuertes y al melodrama, esta vez contenido, tanto en la tonalidad de las imágenes, encuadres pulcros, como en el uso de vacíos devastadores que obran sobre la protagonista. Utiliza flashbacks sucesivos para dar origen a esta tragedia del silencio, aquella de las palabras no dichas, conversaciones que no tuvieron lugar, cuyo vacío destructor fue absorbido íntegro por Julieta. Le oculta la verdad a Antía, su hija con Xoan, pescador que muere destrozado por el mar producto de una tormenta. Julieta vivirá el duelo (adolescencia de Antía) como un fantasma consumido por la pérdida. Antía nunca le reprochará nada a su madre hasta que un día acude a un retiro espiritual donde las emociones ya no pueden seguir escondidas. Culpa a la madre, a la amante y a ella misma por haber disfrutado de unas vacaciones mientras su padre perdía la vida. Antía dejará atrás su vida y no volverá a ver a su madre. Pasan más de diez años para Julieta y un encuentro casual rebrota sus recuerdos e interrumpe su vida para escribir en un diario todo aquello que no le dijo a su hija en su momento. El recuerdo del romance en el tren contenía algo premonitorio con la muerte, alguien arrojado a las vías por no haber compartido unas simples palabras, ahí nace la culpa que al morir Xoan crecerá junto con el silencio. Este melodrama tiene todos los tintes del cine de Almodóvar: madres sufrientes, hijas perdidas, vidas transferidas a otros, los fantasmas del pasado, pero Pedro mantiene a raya esos elementos y nos ofrece un descarnado retrato de la culpa. Es tan devastador ese sentimiento que implica un traspaso a su hija, que será incapaz de sostener ese peso sobre sus hombros. Decidirá abandonar a su madre y rehacer su vida dejando a Julieta sumida en la desolación. Sólo el futuro aciago logrará el milagro, luego de tantos años, transitando por una carretera imposible de adivinar, breve conversación en el auto, seguida de un plano general perfectamente logrado antes de los créditos.





NIGHTCRAWLER (2014)
Dirigida por Dan Gilroy

Opera prima de este cineasta estadounidense, guion sobresaliente, no sólo es una portentosa crítica al periodismo actual, que pone énfasis en la sangre y la violencia, más que a la noticia en sí misma. A esta hebra usual de las películas acerca del cuarto poder, Gilroy le da un giro muy original, centrándose en un desempleado, maniático de Internet, que intenta triunfar a toda costa desde abajo. Louis Bloom (insuperable Jake Gyllenhaal) se tropieza accidentalmente con un cazador de noticias y decide copiar sus tácticas y emprender su propio negocio. Obsesivo, ha seguido un curso de marketing por correspondencia al que le incrusta frases de auto-ayuda. Inmediatamente se da cuenta que no siente escrúpulos por mostrar sangre ni cuerpos mutilados. Contrata a un ayudante por unos miserables dólares y sobrepasa los límites de velocidad. Intercepta las emisiones de radio de la policía e intentan llegar primeros al lugar de crímenes y accidentes. Lo interesante: Bloom es un psicópata de verdad, analiza todo cerebralmente, pero no empatiza con otros seres humanos. Entiende el poder de negociación como arma, incluso en la búsqueda de pareja, apuntando los dardos a una ambiciosa productora de televisión, mujer mayor que va cediendo poco a poco a la despiadada mente de Bloom. La película es una seguidilla de hechos policiales, más o menos peligrosos, hasta que en una oportunidad graba un triple asesinato antes que llegue la policía, irrumpiendo en la casa para supuestamente ayudar. Presenta las imágenes en la cadena televisiva y la audiencia se eleva por las nubes, pero Bloom oculta la identidad de los asesinos para perseguirlos y desarrollar su propia noticia. El espectador se espanta de la sangre fría, aunque Bloom vuelve a sorprendernos. Su empleado comienza a chantajearlo y Bloom lo involucra en fuego cruzado, hace que lo maten y luego filma su muerte. Existen psicópatas que se mezclan en la sociedad y hacen su trabajo. Hannibal Lecter era de otro tipo, de esos que no reprimen sus impulsos, pero lo que distingue a la conducta psicópata es que no sienten culpa. Bloom tampoco reprime sus impulsos, aunque ha encontrado en la prensa roja un vehículo que le permite destacar del resto, sin remordimientos por montar una imagen o incluso encausar una historia según sus parámetros. Se convierte en un fabricante de noticias que no tiene problemas con dar falsos testimonios a la policía. El guion de Gilroy es hábil en atar cabos: medios televisivos sin reservas morales, marketing por correspondencia, una pizca de auto-ayuda, básicamente medios de manipulación al alcance de una mente brillante e inescrupulosa. Mérito del director: mostrarnos la historia de un ser insignificante que, en virtud de sus rasgos psicológicos, logra activar esta perfecta bomba de tiempo en que se ha convertido nuestra sociedad.

sábado, 24 de diciembre de 2016

FELIZ NAVIDAD Y FELIZ 2017 A TODOS!!!





TRIBUTO AL ARTISTA VISUAL HUGO RIVEROS GÓMEZ. DIBUJOS Y PINTURAS, EN VIÑA DEL MAR, CHILE, EL 4 DE ENERO DE 2017







Virginia Reginato Bozzo, Alcaldesa de Viña del Mar; Luis Bork Vega, Presidente Corporación Cultural de Viña del Mar; Nélida Pozo Kudo, Directora Regional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes; y Francisco Estévez Valencia, Director Ejecutivo del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos; tienen el agrado de invitar a usted y acompañante a la inauguración de la exposición “Tributo al artista visual Hugo Riveros Gómez”. Dibujos y Pinturas.

La ceremonia se realizará el miércoles 4 de enero de 2017 a las 19:30 horas, en Sala Viña del Mar, Corporación Cultural Viña del Mar, Arlegui 683.

jueves, 22 de diciembre de 2016

CRÍTICA A "BULTO" DE VÍCTOR QUEZADA (VALPARAÍSO, 2016) POR KAMILA LÓPEZ



FERIA DEL LIBRO REGIONAL EN CONCEPCIÓN, CHILE, ENTRE EL 19 Y EL 23 DE DICIEMBRE DE 2016



PRESENTACIÓN DE LA ANTOLOGÍA "POESÍA CHILENA VIVA" (EDICIÓN Y PRÓLOGO DE ADRIANA VALDÉS) EL MARTES 27 DE DICIEMBRE DE 2016 EN EL SALÓN DE HONOR DEL INSTITUTO DE CHILE






ESTE AÑO SE FIRMA CONVENIO ENTRE EL PEN CLUB DE CHILE Y LA CORPORACIÓN CULTURAL DE LA UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE








En Santiago de Chile, a 7 de diciembre de 2016 entre la entre la CORPORACIÓN CULTURAL UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE, persona jurídica sin fines de lucro, R.U.T 65.082.435-0, representada legalmente por don PABLO ALFREDO GUTIÉRREZ VERDI, cédula de identidad n° 14.134.268-1 y por don JORGE MONTEALEGRE ITURRA, cédula nacional de identidad n° 6.249.376-3, todos domiciliados en Avenida Libertador Bdo. O’Higgins 3363, comuna de Estación Central, en adelante “la Corporación U de Santiago”, y PEN Club de Chile, RUT Nº 65.009.239-2, representada en este acto por don  JORGE ANDRÉS RAGAL GALDAMES, chileno, RUT Nº 6.743.798-5 domiciliado en Merced 276, oficina 91, comuna de Santiago y ciudad de Santiago, se ha acordado celebrar el siguiente Convenio:


PRIMERO:

La CORPORACIÓN CULTURAL DE LA UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE es una persona jurídica de derecho privado, sin fines de lucro, que tiene por objeto el fomento, desarrollo, difusión, estudio e investigación de la cultura y las manifestaciones artísticas en sus diversas expresiones, así como la protección y cuidado del patrimonio cultural, tanto material como inmaterial, colaborando –al mismo tiempo- con la promoción, observancia y estímulo de los derechos culturales en el país. Para el cumplimiento de su objeto, la CORPORACIÓN U DE SANTIAGO está facultada para asociarse en forma transitoria o permanente con otras instituciones nacionales, internacionales o extranjeras que persigan fines análogos y para colaborar con instituciones públicas, privadas o municipales, en materias que les sean comunes.
A su vez, PEN Club de Chile en adelante PEN Chile, según se establece en sus Estatutos, tiene como objetivo central: “propender al recíproco conocimiento y armonía de los escritores de Chile y a su vinculación con los del resto del mundo; a la dignificación de la actividad literaria, y a la mayor difusión de las obras que ellos produzcan”.


SEGUNDO:

En el marco de sus objetivos y competencias, la CORPORACIÓN U DE SANTIAGO y PEN Chile, acuerdan realizar acciones de cooperación conjuntas, orientadas a fomentar y promover la actividad cultural, ampliar la formación en Derechos Humanos e instar a una mayor calidad en el aprendizaje de la memoria y de la cultura, promoviendo un acceso a la cultura de calidad, una gestión cultural participativa y democratizando el acceso a bienes culturales a través de una programación cultural y actividades de colaboración, que permitan difundir y facilitar el acceso igualitario y participativo de la ciudadanía a las manifestaciones culturales, las expresiones artísticas y el patrimonio cultural del país, en su conjunto.


TERCERO:

Para el logro de los objetivos indicados en la cláusula precedente, las partes acuerdan lo siguiente:


a) Construir y mantener instancias permanentes de intercambio de información y documentación de interés;
b) Facilitar el acceso recíproco a las actividades que ambas instituciones desarrollen;
c) Coordinar el diseño, implementación y evaluación de acciones que fortalezcan el quehacer de ambas instituciones en beneficio de la comunidad;
d) Difundir a través de sus instrumentos comunicacionales, las actividades que se realicen en virtud del presente Convenio;
e) Realización de prácticas profesionales y pasantías;
f) Elaboración de publicaciones conjuntas;
g) Desarrollo de cursos, seminarios, conferencias, talleres, etc.;
h) En general, prestarse una amplia y recíproca colaboración en el desarrollo de todas las actividades necesarias para el logro de los objetivos del presente Convenio.

CUARTO:

Los programas antedichos serán elaborados y presentados a las autoridades correspondientes a través de los organismos técnicos que para estos efectos designe cada Institución. Por parte de la CORPORACIÓN U DE SANTIAGO, corresponderá esta facultad a su Director Ejecutivo, o a quien éste designe en su representación; en PEN CLUB CHILE, el encargado o unidad a cargo será su Presidente.

QUINTO:

Para el cumplimiento del presente convenio, las partes celebrarán convenios específicos en los que se establecerán los derechos y obligaciones para ambas partes. Asimismo en dichos documentos se indicarán las actividades a realizar, los términos, condiciones y oportunidades de cumplimiento de las respectivas obligaciones de las partes.

SEXTO:

La propiedad intelectual que derive de los proyectos y trabajos realizados en conjunto, bajo el marco de este convenio, estará sujeta a las disposiciones legales aplicables y a los convenios específicos que firmarán las partes, otorgando el reconocimiento correspondiente a quienes hayan intervenido en la ejecución de dichos trabajos, sin perjuicio de lo que se acuerde en los convenios específicos.

Las partes convienen que podrán utilizar en sus funciones académicas la información y resultados derivados de las actividades realizadas en el presente instrumento, salvo que en los convenios específicos se señale lo contrario.

  
SÉPTIMO:

Las personas relacionadas con este Convenio quedarán sometidas a las normas vigentes en la Institución en donde desenvuelven sus actividades, sin que adquieran, bajo ninguna circunstancia, vínculo laboral con la Institución receptora. La selección de personas para trasladarse, por cualquier concepto, de una a otra Institución, se realizará según las normas de la Institución de origen, sin perjuicio de su aceptación por la Institución receptora.


OCTAVO:

La puesta en funcionamiento de las disposiciones de este acuerdo será objeto de una programación anual o plurianual elaborada de común acuerdo por ambas Instituciones, que se consultarán mutuamente cada vez que lo crean necesario. La propuesta de programación corresponderá a una comisión mixta de seguimiento formada por la autoridad de cada institución o por las personas en quienes deleguen.

NOVENO:

En todos los casos en los que como consecuencia y en aplicación del presente convenio, alguna de las partes considere necesario hacer uso de los logotipos de la otra, deberá pedir autorización previa a dicha Institución, a través de la unidad técnica respectiva señalada en la cláusula cuarta del presente documento, especificando la aplicación correspondiente (sea gráfica o electrónica o de cualquier naturaleza) y el tipo de uso solicitado.

En la autorización, que deberá otorgarse por escrito, se especificará el o los usos para los que se reconoce, así como el período de vigencia, que en ningún caso podrá superar la vigencia del presente convenio.
                                   
No obstante, cuando el uso de los logotipos y otras marcas identificativas de alguna de las partes vaya a  tener carácter lucrativo para la entidad solicitante, deberá formalizarse el correspondiente contrato de licencia de marca.

DÉCIMO:

Este convenio tendrá vigencia de dos años a partir de la fecha de la última firma. Sin perjuicio de lo anterior, cualquiera de las partes podrá ponerle término, mediante aviso escrito enviado mediante carta certificada al domicilio de la otra con, al menos, 90 días de anticipación al vencimiento del plazo estipulado; de lo contrario se considerará prorrogado automáticamente. Dicho término no afectará los programas y proyectos en curso de ejecución.

  
UNDÉCIMO:

Dada la naturaleza de este convenio, las partes se comprometen a poner todo de su parte para el armonioso desarrollo de las actividades conjuntas que se efectúen en virtud de él. No obstante lo anterior, en caso de producirse alguna diferencia en la interpretación o aplicación de cualquiera de sus cláusulas, se buscará amigablemente la solución para llegar al resultado que convenga a la continuidad de este acuerdo. Si persistiera la diferencia por más de 30 días corridos desde que una de las partes haya notificado por escrito determinada diferencia a la otra, se entenderá que ambas partes han optado por darle término anticipado al acuerdo.

DUODÉCIMO:

Este convenio entrará en vigencia una vez firmado por ambas partes, a cuyo  efecto se extenderán cuatro ejemplares, de igual tenor y fecha.

DÉCIMO TERCERO:

La personería de los señores Pablo Gutiérrez Verdi y Jorge Montealegre Iturra para representar a la Corporación Cultural Universidad de Santiago de Chile, consta en la escritura pública otorgada con fecha 11 de abril de 2016 en la Notaría de Santiago de don Patricio Zaldívar Mackenna.

Por su parte la personería de Jorge Andrés Ragal Galdames para actuar en representación de PEN Club de Chile, consta en la escritura pública de fecha 25 de enero de 2016 otorgada en la notaria de Rodrigo Hidalgo Gallegos.