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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

miércoles, 14 de enero de 2015

DOSSIER Y ENTREVISTA DE "POEMANÍA" (ARGENTINA) DEDICADO AL POETA CHILENO ANDRÉS MORALES



POEMANÍA
la manía del poema…
Hoja literaria de aparición virtual

          PREMIO “PUMA DE PLATA” OTORGADO POR LA
       FUNDACION ARGENTINA PARA LA POESÍA

DOSSIER
“PALABRA DE POETA”
En un “ping pong” de preguntas y respuestas, poetas de Hispanoamérica nos cuentan la intimidad de su proceso creativo y otras cuestiones ligadas a la literatura. Hoy responde en el DOSSIER, el poeta chileno ANDRÉS MORALES.



Andrés Morales:
Hace mucho tiempo que el poeta dejó de ser mesiánico,
profético o prometeico…”


1 / EL POETA Y SU POESÍA

¿Cómo empezó tu relación con la poesía?

Mi relación con la poesía empieza desde niño, desde las “Trece Canciones Populares” recopiladas por Federico García Lorca que mi madre me cantaba, a poemas simples que mis padres me hacían leer (cuando ya podía) o me leían. Los colegios y maestros excelentes que tuve en la escuela y en el liceo fiscal. Poco a poco empezó a gustarme cada vez más el género poético, más que el narrativo. Además en mi casa se hablaba siempre de literatura, de música, de plástica, etc. Llegaban personas y poetas notables como Gonzalo Rojas o Enrique Lihn, en fin, todo se daba para que yo tuviese mucha curiosidad por la poesía. Mi abuela materna, Ljubica (croata) escribía cuentos y poemas, mi tío José Ricardo escribe (es un importante dramaturgo español en el exilio), mi padre y mi madre escribían poesía y cuento…Vuelvo a insistir en lo importante de mi casa a la hora de tener esta vocación.

¿Cómo es tu momento creativo? ¿Cómo escribís, cuándo escribís? ¿Tenés alguna ceremonia en especial?

Ninguna ceremonia. Salvo el silencio. No puedo oír música ni ruidos: nada. Estudié música, piano, me encanta la música: la clásica, el jazz,  el folklore, etc., en fin toda la buena música, pero si tengo ceremonia es la del silencio. Cualquier cosa me lleva o me saca del poema y eso es complejo. Puedo escribir muy temprano en la mañana, fresco, sin cansancio, o por la noche, con toda la carga del día encima: eso es irrelevante.

¿Tenés alguna organización, disposición, estructuración o ejes temáticos, para conformar un libro y editarlo?

No y sí. Depende del libro. Si es un “poemario” con textos sueltos sin una temática o estilo común no me atengo a ninguna estructura. Los poemas salen y están allí “por algo”. Si es un libro con un tema, un libro de poemas que busca algo en concreto (como mis libros “Réquiem”, “Los cantos de la Sibila” o “Escrito”) por supuesto que poseen una línea concreta, un eje temático y una disposición que va desde la simple mancha en el papel (que también es la escritura) hasta la musicalidad, la armonía, la métrica, el ritmo (que no son la misma cosa) o el lugar preciso y el orden en que deben ir.

¿Cuáles son los temas que despiertan tu necesidad de escribir, hay algunos recurrentes?

Muchos temas, pero sobresalen la crítica hacia el mundo contemporáneo y el tema de la muerte (como inquisición permanente). El amor es otro asunto o tópico que aparece en mis poemas (el amor y la muerte, como en toda la poesía). No hay temas fijos, a veces es el mismo poema (y no sabes por qué) el que te “dicta” el tema, es como si el lápiz se fuera solo marcando su paso. Luego la corrección perfecciona –a veces- lo que uno ha escrito. En la poesía no hay certezas ni verdades inmensas, hay más preguntas que respuestas.

¿Hay una fórmula para lograr el poema perfecto?

No. Sólo el talento y la constancia. El que crea otra cosa, me parece que está equivocado.


2 / EL POETA Y LA POESÍA:


¿Qué lugar ocupa la poesía hoy, en este nuevo milenio?

Es fundamental. Y de verdad lo pienso. La poesía debe redescubrir su espacio para hacerse memoria e historia de la tribu, del hombre, de la humanidad (como diría Octavio Paz) y no sólo eso, sino también como espacio de reflexión y de emoción. Donde las ideas y los sentimientos se reúnan para entregarle al lector un punto de vista, una mirada: para ayudarle a construir su propia mirada, no necesariamente aquella basada en la belleza que tanto ha sido descrita en millones de poemas, como también la capacidad de asombrarse con el lenguaje y utilizarlo no como un mero instrumento de comunicación sino como un campo estético al igual que el sonido, las formas, etc. Hoy los niños aprenden que el lenguaje es comunicación,  estoy de acuerdo, pero también es una forma de enfrentar al mundo que va más allá del coloquialismo.

¿Qué necesitaría la poesía para llegar a todo el mundo?

Espacio. Lo va ganando en Internet con cada vez más páginas poéticas, pero el avaro y tendencioso juego comercial de las editoriales hace que sólo la narrativa sea vista, sea leída. Es cosa de ver quien patrocina y auspicia los poquísimos suplementos literarios de diarios y de las revistas del mismo tema: la industria editorial que, además, maneja al lector. La independencia del mismo es bastante mínima. Vas a una librería y el espacio para la poesía es similar (“si es que…”) al de las guías de viaje o los libros de cocina, a veces menos… Chile, mi país, tiene el mote de “país de poetas”, pero parece que las editoriales olvidaron esto (salvo unas pocas, generalmente independientes). Lo mismo las librerías y hasta los medios de comunicación. Es una vergüenza nacional y me da pena decirlo. Además los propios poetas tratamos, en nuestro egoísmo, de “sobresalir” por encima de los demás colegas, sin importar si los matamos, los enmudecemos o somos injustos: aquí los poetas chilenos odian a sus compañeros de ruta. El canibalismo está a la orden del día.


¿Tenés alguna idea potable como para que la poesía pueda ser difundida masivamente o bien ocupe otros ámbitos a los cuáles hoy día no tiene acceso?

Los poetas debemos ser más serios a la hora de difundir nuestras obras. Y lo digo claramente, somos poco profesionales. Vean a muchos de los pintores, de los músicos… El que me diga que escribe para guardar sus textos en un cajón, perfecto, me parece muy bien, entonces que no publique y que no se queje. Pero aquel que le interesa dar a conocer su obra que se mueva y salga de su “torre de marfil”, de su cómodo “nido”, pare enfrentarse al mundo. Hay mil formas: recitales, lecturas, festivales, el mismo formato libro, la radio, Internet, las antologías, las traducciones, viajar por el mundo con la palabra, etc. Las cosas no son fáciles, pero nada es fácil en ninguna disciplina artística, es cosa de preguntarle a un pianista o una bailarina, a un compositor o a un pintor. Debemos aprovechar lo que tenemos al igual que buscar nuevas formas de difusión. Como ejemplo, los “bombardeos poéticos” (con poemas desde aviones o helicópteros) que ha hecho el poeta chileno Julio Carrasco y su grupo de “Casagrande” al lanzar miles de poemas sobre Londres, Barcelona, Dubrovnik, el Palacio de la Moneda en Santiago de Chile, etc. (todas ciudades o lugares bombardeados de verdad y “rebombardeados” por poesía de escritores chilenos y del propio lugar).

3 / EL POETA Y SUS LECTURAS:


¿Qué es lo que buscas cuando abordas un libro de poemas?

Lo que busco es lo que hago cuando escribo. Adentrarme en algo o alguien, en una circunstancia o personaje, en una situación especial donde la poesía me conmueva, me haga saltar, me tire del sillón y me diga cosas que no he pensado o bien, me haga reformularme lo que he pensado y/o sentido. Que me de música, que me llene de lenguaje, de palabras, de ritmo, pero que esos lenguajes y esas palabras tengan un sentido final, sean el espacio de un descubrimiento y hasta de un abandono de uno mismo.

¿Si tuvieras que nombrar a diez poetas que necesariamente deben estar en la biblioteca de todo buen lector, ¿a quiénes elegirías?

Tamaño problema… ¿En qué lengua? ¿De qué tiempo? Hay tantos, desde los clásicos a los contemporáneos…
Pero vamos:

1.   Homero
2.   Catulo
3.   Francisco de Quevedo
4.   San Juan de la Cruz
5.   Rubén Darío
6.   Vicente Huidobro
7.   Paul Valery
8.   Jorge Luis Borges
9.   T. S. Eliot
10. Constantino Kavafis


¿Un libro de poemas que te haya marcado por algo?

El Cementerio Marino de Paul Valéry y La Tierra Baldía de T. S. Eliot. No sé cuál más o cuál menos. Ambos están situados en su época, son vanguardia, pero, al mismo tiempo se vinculan y son tradición: constantemente dialogan con otras voces, con Dante, la Biblia, los poetas clásicos y contemporáneos, la filosofía, la música, las tradiciones, la antropología, etc. Son poemas donde forma y fondo están enlazados al punto de no poder separarlos. Continente y contenido como una misma cosa.

4 / EL POETA Y SU RELACIÓN CON EL MUNDO


¿El poeta debe estar comprometido con algo?

Consigo mismo y con la poesía, con el arte. Los demás compromisos (políticos, de la moda o de la superficialidad) ayudan para publicitarse, nada más. Si a un poeta le nace defender una ideología o un modelo filosófico, pero le nace de verdad y lo siente indispensable para su escritura, adelante. Si es una pose acomodaticia, fuera. Los “poemas comprometidos” (salvo muy pocos como algunos de Pablo Neruda o César Vallejo) envejecen muy pronto, se marchitan sin tener a mano la situación “gatillante” del mismo. Son muy pocos los poemas comprometidos que permanecen. Por eso el primer compromiso es con la propia coherencia, con uno mismo y el que le sigue es con la propia poesía, con lo estético (entendiendo lo amplio del término y  la libertad que conlleva).

¿Es necesario relacionarte con otros poetas? ¿Para qué?

Sí y no. A veces es una desilusión conocer a un poeta que uno admira o ha leído. Pero muchas veces vale la pena para saber qué buscan, por dónde van, que encontraron. Oír su música o su ripio, saber de sus blasfemias y adoraciones. Tengo pocos amigos poetas, pero valen mucho la pena.


En tu entorno habitual (trabajo, familia, amistades, vecindad), ¿se lee poesía, se la cultiva?

Bueno ya te lo comenté antes con respecto a mi infancia y juventud. Ahora desde que me Licencié, me Doctoré y entré a la Universidad de Chile a hacer clases de literatura y de poesía en especial,  no he parado de tener referentes literarios. En ese sentido mi vida es muy literaria. Y lo veo así, como una novela-rio que no acaba (por el momento) y que en cada capítulo me ofrece alternativas y sorpresas.


El poeta para los demás ¿es un bicho raro? ¿Un creador en su torre de marfil? ¿Un simple trabajador de las palabras? O…

Todo eso y nada de eso. Parece una respuesta extraña, pero es un “bicho raro” muchas veces, es un creador, es un orfebre y un trabajador, pero por sobre todas las cosas es un ser humano, tan común y corriente como todos los demás. Desde hace mucho tiempo que el poeta dejó de ser mesiánico, profético o prometeico: ya nadie lo mira así. Mucha gente cree que vivo de la poesía hasta que le hago saber que es imposible. A mucha gente le parece estéril dedicarse a esto si no hay una compensación con gloria o con dinero. En fin, nada de eso puede motivar a un poeta de verdad: el que quiere “ser famoso” que vaya a la farándula, que de eso sobra y mucho. La poesía no es un instrumento de la fama. La poesía es un método, una búsqueda y un encuentro consigo mismo y con el mundo, entre otras muchas cosas.


ANDRÉS MORALES nació en Santiago de Chile, Chile, en 1962. Poeta y ensayista. Es Licenciado en Literatura por la Universidad de Chile y Doctor en Filosofía y Letras con mención en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Barcelona (España). Ha publicado los libros de poesía: Por ínsulas extrañas (1982); Soliloquio de fuego (1984); Lázaro siempre llora (1985); No el azar/Hors du hasard (1987); Ejercicio del decir (1989); Verbo (1991); Vicio de belleza (1992); Visión del oráculo (1993); Romper los ojos (1995); El arte de la guerra(1995); Escenas del derrumbe de  Occidente (1998 y 2014); Réquiem (2001); Antología   Personal (2001); Izabrane Pjesme (Poesía Reunida, 2002); Memoria Muerta (2003); Demonio de la nada (2005); Los Cantos de la Sibila (2009); Ejercicio de Escribir (Cubo Anatrópico, libro-objeto, 2010); Antología Breve (Libro electrónico, 2011 - Impreso, 2012); Escrito (2013, 2014, 2015); Poemas Escogidos (2015); Esencial (2015) y Tránsfugo (2015) entre otros. Su obra poética se encuentra parcialmente traducida a once idiomas (inglés, francés, croata, portugués, mapudungun, chino, sueco, noruego, rumano, catalán e italiano) y ha sido incluida en más de setenta antologías nacionales y extranjeras y en un gran número de revistas literarias chilenas y del exterior (más de noventa), siendo también distinguida con diferentes reconocimientos nacionales e internacionales. En el ámbito del ensayo y la crítica literaria destacan sus libros dedicados a la poesía chilena, hispanoamericana, española y europea. Actualmente desarrolla su escritura poética conjuntamente con sus clases de Taller de Poesía, Literatura Española Clásica y Contemporánea y de Poesía Chilena en la Universidad de Chile en Santiago de Chile. 

BONUS TRACK



SOY EL LÁZARO QUE AL FIN HALLÓ TU FRENTE
Soy la patria desde el sol que no me mira

Me levanto desde el norte hasta la sombra
que agita cementerios y planetas
me arrepiento de vivirme sin tenerte
desde el día que miré mi espejo roto

(Mi Dios ya no podrá soñar conmigo
mi voz descubre el mar y todo el mundo
Con mi nombre se construye cada estrella
La pampa se ilumina con mi paso)

No recuerdo un solo día sin nombrarte
mi herida mi muerta mi lejana
Ya no puedo regresar al viejo cuerpo

SOY EL NUEVO CIUDADANO DE LA MUERTE

Soy la patria del dolor y su cuchillo

Andrés Morales


POEMANIA
…la manía del poema


Editor responsable:
Piero De Vicari

Se agradece difundir esta hoja literaria.
Comentarios y colaboraciones poéticas a:
pedrodevicari@hotmail.com

1 comentario:

RoseMarie M Camus dijo...

Fantástico! Bastante sorprendida, aprendí mucho de tu saber y tu sentir. Gracias como siempre, mi querido Andrés.

¡Ah! El poema es precioso...