Buscar este blog

"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

domingo, 20 de febrero de 2011

"HAY QUE CREER EN EL AMOR". RESEÑA SOBRE "PASIONES GRIEGAS" DE ROBERTO AMPUERO POR ŽELJKA LOVRENCIC







Pasiones Griegas de Roberto Ampuero

Roberto Ampuero es probablemente el escritor chileno contemporáneo de más éxito; vive y trabaja en los Estados Unidos donde da clases sobre escritura creativa en la Universidad de Iowi. Es famoso por sus novelas de detectives en los cuales el personaje principal es  Cayetano Brulé.  En Croacia pronto se editará la traducción de su muy conocida novela Los amantes de Estocolmo. El libro fue traducido por Željka Lovrenčić y lo publicará la prestigiosa casa editorial - “Mozaik knjiga” (El Mosaico de Libros).
Los hispanistas chinos proclamaron el libro Pasiones Griegas como el mejor libro del año del 2006. En él, Ampuero, en su conocido e interesante estilo trata un nuevo tema: esta vez el amoroso. Los protagonistas son el académico Bruno Garza quien ya casi tiene los cincuenta años y su esposa Fabiana. Él es chileno y ella costaricense. Un día Bruno encuentra un mensaje inesperado en su correo electrónico  - “No me llames y no me busques.” Fabiana ha decidido abandonarlo. Ese acontecimiento cambia su, hasta ese momento, relativamente tranquila vida del profesor quien de vez en cuando engaña a su esposa. Bruno no está preparado a perder a alguien con quien ha pasado la mayor parte de su vida. Viaja a Nueva York y luego a Antigua de los Caballeros en Centro América,  después a Grecia.

La pasión perdida   

Buscando desesperadamente a su esposa, busca y respuestas sobre su matrimonio, sobre la desaparición del amor y la pasión perdida. Marido y mujer tratan de encontrar una explicación razonable de su fracaso matrimonial y de su vida como pareja. Fabiana, huyendo de su matrimonio al mismo tiempo huye y de las sombras del pasado y de su origen de la exótica y violenta América Central. Lleva consigo dolorosos secretos familiares. Desea estar sola y decidir sobre su vida futura. Porque, ella es la víctima de su infiel e indiferente esposo, bastante frío y un poco torpe, quien cree que hay que separar el amor y el sexo lo que para ella resulta incomprensible. A través del relato descubrimos que Bruno es, ante todo, un egocéntrico; inmaduro irreparable.
Sin previo acuerdo, ambos deciden terminar sus viajes en la isla griega donde en su juventud pasaron maravillos momentos. Aquí se encuentran de nuevo y tratan de revivir su amor, pasión y suerte. Quieren regresar de nuevo al paraíso (o descubrirlo). Salvo el título y el ambiente, existen y otras conexiones que relacionan esta novela con la Grecia (clásica): al protagonista todo el tiempo se le compara con el héroe de Homero, Ulises, el escritor usa ciertos epitetos épicos y sus temas son los viajes y el destino.

En búsqueda de su propia Itaca   

Igual que los héroes de la literatura clásica griega que viajaron por el mundo superando diferentes obstáculos, el protagonista de esta novela, héroe postmodernista, busca su propia Itaca y en este camino sigue las mismas huellas. Por otro lado, mientras en la Grecia antigua el destino está ya determinado porque así lo hicieron los dioses, en esta obra él se deja al protagonista quien cree que la vida de los personajes ya está descrita en algún libro.
En esta interesante y tensa novela que se lee en un suspiro Ampuero, con mucha fuerza erótica y expresiva, en su estilo único relata el cuento que desde su comienzo hasta el final mantiene al lector en tensión constante; el desenlace está imprevisible. En él se repite constantemente la conversación del protagonista con su alter ego y al final Bruno comprende que la suerte hay que buscarla en aquello que nos es cercano, al alcance de nuestras manos. También le es claro que no ha tratado de entender a su esposa, que no la ha escuchado y que para el amor en el matrimonio hay que luchar porque para él siempre hay esperanza. En las Pasiones griegas se entrelazan diferentes escenarios y personajes, y en cada escena se da una moraleja sobre la vida. La básica es: hay que creer en el amor. Ž. L.                         
   

No hay comentarios.: