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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

miércoles, 30 de marzo de 2011

CICLO DE POESÍA: "FANTÁSTICAS CRIATURAS" (VIERNES 1 DE ABRIL DE 2011, EN "CHANCHO SEIS")




CICLO DE POESÍA Y MÚSICA:

 

"FANTÁSTICAS CRIATURAS"


EN EL "CHANCHO SEIS"


PRESENTA A LOS POETAS:



ISAÍAS CASTRO

MÓNICA BARRIENTOS

CARLOS TORRES

MARÍA JOSÉ AVELLO

DILCIA MENDOZA

DAVI PRADO

IVES JARA

CARLOS TAPIA


Y EN LA MUSICA CON:

MARTÍN FEUERHAKE


ESTE VIERNES 01 DE ABRIL, 

COMENZAMOS EL OTOÑO AL CHANCHO.

21:00 HRS. 



ENTRADA LIBERADA


RECUERDE QUE TODOS LOS VIERNES USTED SE 
PUEDE INSCRIBIR PARA LEER EN LOS CICLOS DE LECTURA DEL BAR,
TAMBIÉN PUEDE HACERLO MANDANDO UNA BREVE DESCRIPCIÒN SUYA AL MAIL: 



restobarchanchoseis@gmail.com


lunes, 28 de marzo de 2011

POEMAS DE RADA PANCHOVSKA (BULGARIA)

Rada Panchovska (nacida en Oborishte, Bulgaria en 1949) es Licenciada en Literatura y Lengua Búlgara con Segunda Especialidad en Lengua Rusa y especialización facultativa en Lengua Española por la Universidad de Sofía “San Clemente de Ohrid” (Bulgaria). Es directora de la editorial “Próxima-RP” en la capital búlgara. Fue fundadora de de la Asociación de Hispanistas de su país y de la “Sociedad Libre de Poesía”. Ha publicado numerosas traducciones, artículos y ensayos. De su obra poética sobresalen los siguientes libros: Cada día (1984); En el mundo blanco (1992); Encuentros breves (1993); Arritmias (1996); Cincuenta poemas (Poesías Escogidas, 1999); El éxito anónimo (2001) y Cuenta atrás (2007). Sus poemas han sido traducidos a más de once idiomas y es Miembro de la Asociación de Traductores de Bulgaria y de la Asociación de Escritores Búlgaros. Su escritura ha recibido numerosos reconocimientos dentro y fuera de su país natal. La poesía de Panchovska no nos debe pasar, por ningún motivo, desapercibida. Estamos ante una autora extraordinaria. Su poesía puede catalogarse como “triste”, pero con la alegría del que presiente la esperanza; serena, pero compañera de una sonrisa tímida; como aquellas palabras que confortan las añoranzas presagiando un futuro mejor.


Traducciones de Francisco Uriz

A veces

A veces uno se siente tan amargado
que envidia su propio éxito.

Recuerdo días de exaltación. Coincidencias
felices, fuegos artificiales del azar.

Llueve por fin algo verdadero.


Arte poética

No aprecio la forma sólo, ni el contenido.
En el arte es el sentimiento principal lo que
me conmueve, es decir, el modo de estar fundidos.

Prefiero decir menos que más. No sobre gritarme
hasta la desolación. Lo que tengo entre ceja y ceja
que brille como una conclusión natural.

No describo la vida sino mi propia actitud hacia
el aspecto cambiante que ésta toma con el tiempo.
También lo preñado de futuro acepta el elogio.

Trato de ver el mundo a mi manera. Y todo íntegro.


El asombro

Estoy tan asombrada de lo que veo,
no sólo con los ojos (disculpad, ciegos
de nacimiento),

hasta tal punto mi oído está traspasado
por la consonancia de los ruidos incesantes
que acompañan la vida

y los sentidos me enseñan cada día tantas lecciones
de perfección y de armonía, y de cuánto más

-en el mundo restringido, dentro del que la gente vive,
hasta hoy no arreglado, casi cuestión de un futuro,

pero también de la voluntad de estar protegido, de hecho
una misión que ni siquiera el último debe poner en duda,

en las ruinas de este mundo, del cual los sentidos sirven,
que en nuestras poblaciones obstruimos tan altaneros,

en el mundo humano, pienso a veces -nos escondemos
del otro mundo- y eterno, y sin fin, y excitativo.


El espejo

Este cuerpo que la naturaleza me ha prestado
es como un espejo para el alma:
allí está, aunque no esté allí.

Como querría que fuese casa a la que regresar.
Y que detrás de mí quedase abundancia de mí.

Este cuerpo me rodea,
tiene su propia vida:
a veces me doy cuenta de que estoy de sobra.


Enajenación

Ni siquiera el dolor puede sacar el cuerpo
de la confianza en la anestesia. Previamente
la razón despavorida ha renunciado a la injerencia.


Herencias

El pasado no se va... La antigüedad
es patria espiritual
Heredando la tierra, heredamos eternidad.

La historia no empieza con nuestro nombre.
De algún modo somos oriundos del lugar
y forasteros.

Y de vez en cuando
la memoria ajena es lo más valioso
que tenemos.


Hospital

Firmamento infinito aglomerado en una ventana.
Aislamiento. Alejamiento. Vacío.
Que importa que aquí está lleno de gente
cuando nada hablan al alma
los uniformes días inmovilizados.

No hay un día festivo, tampoco haya inquietud.
En un ocioso prestar oídos mueren las horas.
Sonidos resonantes son "quiero", "sé" y "puedo"
en la tristeza adormecedora del agotamiento
que no podáis y no podáis detener.

Buscad en la enfermedad consuelo, sentido, alegría.
¡allí el tiempo y la vida se niegan!
Y el enfermo, mientras languidece lentamente,
de toda la humanidad decae
con una egoísta resignación e indiferente.

Impresiones huidizas
El pormenor empequeñecedor de las vistas
aturde la palabra.
La infinidad de las impresiones refuerza
la inquietud.
¡¿Inspiración?! Solamente la desesperación
puede nombrar.


Intolerancia

Al alba nos despertamos con la cabeza pesada.
Algo le pasaba al aire, nos endurecía. Las manos
y la garganta nos dolían,
nos levantamos a duras penas.
Sentíamos ahogarnos, nos despedazaríamos.

Se había alcanzado la intolerancia universal.
En los ojos del espejo rebosaba a fondo el odio.
El café se sobró. Tragábamos sin mirarnos.
En el portal nos cruzamos con una creciente
hostilidad.

En la parada la indignación desbordó los límites.
Los lugares de trabajo se asemejaron a trincheras.
Granizaron ofensas y acusaciones, llegó el diluvio.

Al mediodía perdimos el control, estalló
la guerra. Cogiéndonos por el cuello,
nos golpeamos.
Al anochecer nos aniquilamos. Exterminados.

Juegos de niños

Un niño llora en el patio, su llanto me abruma.

No tengo ganas de estar allí y consolarle
de su drama de niño, con mi mar de mentiras.

Al ha perdido en el juego y los otros se le ríen.
Y le apena ser pequeño, haber sido ofendido
y vencido. ¿Será que por primera vez
se da cuenta de que no es un ganador?

¡Ah, llora niño! no se traga fácilmente esa idea.
Te llegará la hora de envidiar tus lágrimas,

tal como las envidio yo,
que ante cada horror sonrío con los ojos.


La callejuela
Andando por la callejuela de la vida,
al mediodía
se dejó ver el amor, como a un sólo paso de mí.
Por qué no lo alcancé, Dios mío, era el amor aún
tan posible. Vi la puerta por la que se hundió,
mirándome por encima del hombro.
¡Así yo hubiera entrado!

En la esquina siguiente ya deseaba volver. .
Me paré a esperar, pero el amor no volvió
a pasar. Por qué no me preocupaba, Dios mío,
por qué no lloraba. Soplaba un viento
suave y cansino, saqué mi chaqueta.
Hoy me doy cuenta.

Esta encrucijada se hizo mi vivienda,
es mi casa. Vuelvo del trabajo a las siete,
me acodo en la ventana, veo la tarde
con la multitud en su acoso a la vida. Así.
lo pensaba: mi amor se acabó a primera vista.
¿Hacia dónde te apresurabas?


La tarde

La llamaron desde la esquina y ella acudió.
El uno la acarició, le besó la oreja y la soltó.
El otro le dio una patada exacta en el vientre,
la aplastaron contra la tierra.

Ella los miraba a los ojos, intentó lanzarse
de un lado para otro, no quería entender
que la resistencia no tenía sentido.

La ahorcaron en la rama más cercana.
Retiré la mirada de la ventana. Abrí el libro,
tomé un poco de café de mi tacita. Son niños.
¿Qué es para ellos la vida? Gatas hay muchas.


Pinturas murales 

El muro, de sólido cemento pintado,
se vendía por piezas, como un amuleto,
enormes pedazos adornaban los escaparates
de las tienditas y las cafeterías atestadas,
y a través de sus ruinas en un orden conveniente
las muchedumbres pacientemente lo cruzaban
por un paso estrecho. La puerta de Brandeburgo,
escondida detrás de andamios, lonas, vallas,
se fue preparando para el encuentro histórico
de Ünter den Linden con la ciudad del otro lado.

Pasado un tiempo vi los murales en un reportaje.


Posesiones del más allá

Con un asombro inaguantable examino
un fragmento de un modo de vivir antiguo.
Me parece una prueba más grande
de la existencia de la vida en el planeta
que la Venecia atestada. Aquí, en el museo,
quedan como posesiones del más allá
objetos que no sirven a nadie.

Hasta en Marte nos causaría más impresión
un rastro de los marcianos que ellos mismos.


Repugnancia

Mientras yo sonreía de desamparo, el ídolo
derrumbado en mí prorrumpió en llanto.
Retiré mi mano besada.


Retrato con boina

Alabaron ante mí la pulga y yo me callé.
Aunque mi boca estaba llena de miel.
¿Por qué hacer de la pulga un elefante?

Con reverencia di paso a la hormiga.
Y comportándome con total descaro, la pisé.
¿Por qué dejarla que me suba por la espalda?

Me compré colorete para no ruborizarme,
y polvos, y gafas, tengo buen aspecto.
Pero me asombro ¿cómo soporto mi boina?,
puesto que siempre está encima de mí.


Traducción
Escarcha y cielo azul -
¿quién es el que camina
entre dos purezas?
Kenneth White

Una blancura infinita y, uno
tras otro, pasos-pasos-pasos.

Un hombre se ha ido
o ha venido: por el campo nevado
se descifra su presencia.

Así, herido,
es más bello el lugar desierto.


Víspera 


Seguramente la vida tiene fundamento.
Aún más, el universo probablemente lo tiene.
¿Acaso nos es indispensable entenderlo?

El horizonte de los acontecimientos
se nos escapa. .
La envergadura del universo es inhumana.
Esperamos que vayan a decir los extraterrestres.

Aunque se nos metan de paso en el bolsillo.


RADA PANCHOVSKA Y FERNANDO SABIDO SÁNCHEZ EN MADRID CON LOS POETAS ZHIVKA BALTADZHIEVA, ÁNGEL GUINDA Y JOSÉ CEREIJO.


Enlace:

POEMAS DE JUANA VÁZQUEZ MARÍN (ESPAÑA)



Juana Vázquez Marín, nació en Salvaleón (Badajoz), es Doctora en Filología (especialista en el siglo XVIII) y Licenciada en Periodismo. Ha colaborado en diversos proyectos del Consejo de Investigaciones Científicas, así como en la sección cultural de los periódicos “El Mundo” y “ABC”, Hoy por hoy colabora en el diario “El País”, “Babelia”, así como en “Cuadernos del Sur” y en "El anillo invisible", donde publica como poeta y cuentista. En la actualidad, es académica en la Universidad de Alcalá, donde imparte Magíster de postgrado. Aparte de ensayos y crítica literaria, ha publicado en diversas revistas de poesía “Atlántica”, “El Matemático”, “Barcarola”, etc., Entre sus poemarios destacan: Signos de Sombra, Ed. Kilix, 1993, En el confín del nombre, Huerga y Fierro, 1998, Nos+otros, Sial, 2003 y Gramática de Luna, Huerga y Fierro, 2006. Su último libro es la novela Con olor a naftalina Huerga & Fierro, 2008" De ella ha dicho Pozuelo Ivancos (ABCD): "Juana Vázquez recorre en su primera novela uno de los distintos caminos de su renovación posible..."


MUJER ENSIMISMADA

Me arranqué la mirada de hembra dolorida
que inquiere sus contornos
su identidad su signo
herida por milenios de
silencios espesos
rotos y sin azules
los mensajes primarios.
Me arranqué la mirada de hembra dolorida
para entrar en la niebla del enigma del “otro”
y solo recorrí sus contornos
y el polvo acumulado de tiempos sin fronteras
y el bálsamo de lágrimas oscuras disfrazadas
de sueños de futuro.
Me arranqué la mirada de hembra dolorida
y divisé a los otros
fango de bruma densa
marcada en sus rostros sin rostros.
Sin dioses ni absolutos entre quincalla rotos
caóticos
perdidos
mendigos
locos.
¡Qué rico es el hombre
en el prisma de luz
suma de sus carencias!
Kilómetros de angustia
y auras de veneno
sonrisas- mariposa
aparecían redondas
al limón de mañanas.
Me arranqué la mirada de hembra dolorida
y me acerqué a los otros.
Tuve que detenerme era tal el olvido,
tan frágiles sus sueños
tan perplejos y atónitos...
¡Qué extenso es el hombre
en el fugaz destello de lo efímero!
Buceaba entre esquinas como espadas de canto
y quedaban en sombra sin posible salidas
penas entrelazadas con abismos sospechas
en laberintos-locos
en contrarios con rejas.
Me arranqué la mirada de hembra dolorida
y entré en su noche
allí donde llovía
y arrinconaban cosas
artefactos inermes flores y rosas rojas
y sueños
blancos y negros y avispas- mariposas...
!Qué escaparate de miserias
nunca hubiera entrado en galerías como esas!
Versiones de bondad
claridades de nada
los despojos
el temor y lo angosto
el miedo la esperanza y el tedio
pánico locura fabulación espanto…
¡Qué inmenso es el hombre
que variedad de tonos!
¡cuántas huellas de tiempo
cuántos espacios blancos
sin estrenar…tinieblas!
Sacrificio
piedad
besos
miseria...
Me arranqué la mirada de hembra dolorida
y en los despojos de otros
encontré mis heridas
desmesuradas ralas… regadas por mi lupa- palabra
de noches y de lirios entre versos-poemas
de gritos en la página.
Me arranqué mi mirada de hembra dolorida
y descubrí el dolor
pequeño
mustio
callado y blando de los otros.
No tenían voz ni verso
ni poema ni grito
ni página
ni espacio.


LAS HORAS MARCABAN EN LOS RELOJES AL REVÉS


Nunca amanecía
anochecida me besaba la luna
para que no despertara de los sueños.
Fueron años de alegrías y descalabros
la música inundaba todo
y mi cama se movía entre el ocaso
como un fragmento de alba rota.
Nunca amanecía
las sandalias siempre estaban nuevas
jamás perdían su tersura ni se eclipsaba su brillo
mi mesa siempre estaba puesta
y los sirvientes permanecían inmóviles
con la sopera a medio abrir
los ojos soñolientos y los delantales blancos.
Un día quise conocer las flores que se abren con el sol
y se crucificaron sus pétalos
anochecidos con las estrellas.
Deambulé por todos los lugares de mi pueblo
atravesé desorientada el tiempo
soñé y desoñé de la vida a la nada
y sólo oí el ladrar de perros, los gemidos de la noche
y las canciones de los poetas.
Tuve la sensación de que me llamaba el azul del mar
pero la luz ciega lo había pintado de negro
y había dispersado fantasmas entre sus aguas.
Las horas marcaban en los relojes al revés
el portero reposaba su cabeza entre las hojas del calendario
y las orugas encendían plegarias como las luciérnagas.
Nunca amanecía
los sueños me eran fieles en la vida
y consiguieron que viviera unos cuantos años
abrazada a la realidad de las madrugadas.
Y ahora que soy tiempo que me he acostumbrado a los sueños
se me representan los espejos torcidos de la vida
y me piden que sea yo... Si nunca fui más que un sueño
¿Qué puedo hacer ahora en la tierra?
Seguro que ni sabré ir a comprar una hogaza de pan para comer.
Por eso pido al dios de los sueños
que no me expulse del país de la luna
quiero seguir anochecida
aunque nunca vea como se abren los pétalos de las flores
ni como se dispersa el rocío de la mañana.

CAFÉ GIJON

Su realidad tenía fiebre
estaba enferma
le pesaba la hostilidad de lo nuevo
y se había quedado acostada en un rincón del domingo.
A pesar de las suturas del espacio
y de que la había nacido la voz como un arco iris
algunas palabras estaban sordas
y perseguían la alucinación sonora
en la fuerza que tienen las cosas para ser.
Había recibido muchas veces jaque mate de la vida.
No más que un traspiés en el umbral del poema
y podría regresar a la nada
de la que salió apenas unas líneas atrás
agarrada al vocabulario.
Pero no
se echó los cabellos hacia atrás
sonrió y entró en el poema por la puerta de lo real.
Pide un wisqui
toma un sorbo
mira profundamente al camarero
le dice ¡yogurín!
pregunta por la cuenta
se mete las manos en los bolsillos
paga y deja propina.
Después sale del tugurio para entrar de nuevo
por la puerta del Café Gijón.
Su expectativa se había confirmado…”era”.


Y nombrarás mi cuerpo hasta crearlo todo

Quiero crear un mundo clandestino
de innombradas palabras.

Y me dirás amor de una forma tan nueva
que estrenaré primicias
cuando tus manos sabias
se estremezcan convulsas
entre la suave tela de mis vestidos blancos.
Y nombrarás mi cuerpo
acariciando con tus dedos de dios
rincones...laberintos
hasta crearlo todo.

Y al son de tus palabras
y el perfil de tus labios
aparecerán lugares y confines
que nunca fueron amados
por hombre alguno
pues son desconocidos
por no existir nombrados
en ningún manual de anatomía.


Hoteles y Fantasmas

Habitación 212...
Despierto en el alfabeto de un poema de noche.
Es día abierto de luz como una sandía dulce.
Desayuno a sabor de su cuerpo.
Me echo sus palabras prohibidas en el café.
Tal vez la leche es el pentagrama de su voz.

Paso por su habitación
222.
Nos vamos a ir.
Vacía.
Una señora arrastra su pequeña maleta Loewe
por los pasillos.
El silencio cubre las alfombras de ausencia de pisadas.
¿Qué fueron entonces sus llamadas a media noche
para cambiar de habitación?
¿Qué es la calidez de mi cuerpo hecho recuerdo?
¿Lo habré soñado todo?
¿Habré inventado también a él?

Nunca más dormiré en hoteles.
Están llenos de fantasmas y duele tanto…


BARRIOS DE TIEMPO

Al fin ha surgido la periferia en mi vida
y el centro que recorría día a día como gacela
se desmoronó en barrios sin destino
entrelazados con el ruido de carcoma
material de segunda
y pájaros trazando ángulos invertidos.

No me reconozco entre esta cumbre de ladrillos aislados
pues es un barrio fuera de mí.

Por qué se perdió el claro tintinear del cálido bar de al lado?
¿Ese trasegar de muchachas veloces
moldeando caderas en sus mínimas faldas
cuando el tiempo sentado sonreía y se tomaba un Martini?

Estoy desorientada
entre bloques de edificios extraños
que en soledad crecieron
como un tumor maligno
invadiendo mi anillo de cintura.

Cómo vine a parar a estos barrios de tiempo?
............................................
..........................................
..........................................

Miro en las alcantarillas de las palabras
y se oye el paso cansado de los años
en remolinos de papel sepia.

Cómo llegué tan rápida a estos barrios de tiempo?...


HOY ESTOY CIEGA

Hoy no tiene cataratas el visor de la vida.
Me levanto bañada en la luz
del cielo para abajo
sin pasar por el misterio de las palabras
que se han olvidado de su origen
y del amplio muro de sombra de lo no dicho.

Afilo el lápiz de los números
de cada cosa.
Debo comprar
4 yogures
2 kilos de tomates 1 de arroz y 4 manzanas.
Cojo el bolso.
Está en el armario.
Lo recuerdo claramente.
El mundo es visible
lo abarco con mi mirada.

Se deshabita mi casa de susurros de eternidad.

Son las 10 de la mañana a las 12 tengo que estar en la facultad.
Debo darme prisa en corregir estos 20 exámenes.
Echo las cuentas de la vida
resto sumo divido...
Todo está desvelado
no hay penumbra
ni lluvia de palabras.

Hoy veo todo con claridad pues todo cuadra.

Hoy estoy ciega.
 

domingo, 27 de marzo de 2011

SE DESTACA EN LA PRENSA DE HOY LAS OBRAS DE LAS GRANDES FOTÓGRAFAS CHILENAS JULIA TORO Y LEONORA VICUÑA Y LA APARICIÓN DE SUS LIBROS RELACIONADOS CON EL MUNDO DE LA POESÍA





("LA TERCERA", SANTIAGO DE CHILE, DOMINGO 27 DE MARZO DE 2011)



PORTADA DEL LIBRO DE LEONORA VICUÑA Y CURATORÍA DE GONZALO LEIVA   CONTRASOMBRAS.
(EDITORIAL OCHO LIBROS, SANTIAGO, 2011) 




LEONORA VICUÑA
(Foto de Héctor González de Cunco)

BLOG DE LEONORA VICUÑA: http://leonoraelectric.blogspot.com/




PORTADA DEL LIBRO DE JULIA TORO Y MATEO GOYCOLEA  AMOR X CHILE.
(EDITORIAL OCHO LIBROS, SANTIAGO, 2011) 




JULIA TORO
(Foto de Martín Donoso)

BLOG DE JULIA TORO: 

POEMAS DE VERÓNICA ARANDA (ESPAÑA)





VERÓNICA ARANDA (Madrid, España, 1982). Ha vivido en Italia, Bélgica, Portugal, India y Marruecos. Es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense. Ha realizado estudios de doctorado en la Universidad Jawaharlal Nehru de Nueva Delhi, becada por el Gobierno indio entre 2006 y 2008 y un Máster de Gestión Cultural por la Universidad Carlos III de Madrid. Ha recibido, entre otros, importantes reconocimientos de poesía como: Premio Joaquín Benito de Lucas, Premio Antonio Carvajal de Poesía Joven, Premio José Agustín Goytisolo, Premio Arte Joven de la Comunidad de Madrid, Premio Margarita Hierro, Premio Fernando Quiñones y el Accésit del Adonáis en 2009. Ha publicado los siguientes poemarios: Poeta en India (Editorial Melibea, 2005), Tatuaje (Ediciones Hiperión, 2005), Alfama (Ediciones del “Centro de poesía José Hierro”), Postal de olvido (Ediciones El Gaviero, 2010), Cortes de luz (Editorial Rialp, 2010) y Senda de sauces (aún en prensa). Ha sido incluida en  antologías como: El día que nevó sobre el naranjo (Córdoba, 2006), Antología del soneto (Ateneo de Sevilla, 2006), Poesía amorosa noctiluca (2004), Perro sin dueño (antología de haikús). Durante el curso 2005-2006 disfrutó de una Beca de Creación en la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores (Córdoba). Ha traducido al castellano poesía portuguesa contemporánea y del poeta nepalí Yuyutsu RD Sharma, sus Poemas de los Himalayas (Editorial Cosmopoética, Córdoba, 2010). Colabora en varias revistas de creación literaria. Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, portugués, árabe, macedonio y nepalí. En la actualidad reside en Madrid, donde participa asiduamente en recitales alternando poesía y fado.
Sus enlaces son los siguientes: 

POEMAS


XI

Asociaré aquel puerto con septiembre,
con el incienso del albaricoque,
al cruzar desde Goa
el oculto zaguán de la pensión
de Praça da Figueira con ventanas
que daban a una calle de la Baixa
con una iglesia y tiendas de anticuario.

La libertad era un tranvía rojo
que cruzaba Lisboa, en ese tiempo
de tascas de azulejo y miradores,
donde las tardes eran
un plácido ideal, un soplo intenso
hecho de misticismos decadentes.


XV

Siempre fui por inercia hacia al amor furtivo,
aquél de las ciudades portuarias: Buenos Aires
con filo de arrabal, La Habana vieja,
Lisboa y sus Biralbos misteriosos.

Aquél del bandoneón y las guitarras
que tejen un acorde negro y rojo;
aquél de los teatros en penumbra
con maletas abiertas de tejidos
y chales años 20 y nicotina,
o el sobrio mostrador donde convergen
silencios de licor  y penas golfas.
                                                                                                                                    
                                       De  Tatuaje (Hiperión, Madrid, 2005)


Embarque

Si vas a emprender el viaje hacia Ítaca,
                                                                              pide que tu camino sea largo,
                                                                              rico en experiencias, en conocimiento.
                                                           KONSTANTINO KAVAFIS

Sé que el viaje también era una forma
de escapar del amor o de entendernos
sacrificando establos sosegados.
Sin indagar el rumbo,
subirse a la primera caravana
y percibir en ruta, a la intemperie,
todo el peso que tienen las palabras
medidas en la ausencia,
y la revelación de una pos
entrega cuando intuyo el panteísmo
al paso de un rebaño tramontano,
y a dos jornadas de las atalayas,
vaciada de brújulas la alforja,
atravesar ciudades invisibles.

                   
Trinidad de Cuba

La luz occipital de navegantes
del siglo XVIII me cegó
con todos sus añiles, con los patios
donde los cinamomos
imprimen sus aromas. Cada siesta
frente a un ventilador desvencijado
tenía ese sosiego voluptuoso
del maizal y del lino.
  
Había en los salones de altos techos
como desplazamientos temporales
de color verde pálido en los muebles
caoba, en los pianos que cerraron
unas manos esbeltas de criolla.
Arpegios estancados, las azadas
del campesino,
entre cañas de azúcar y el ron de las trovas;
unos dedos que envuelven ágilmente
los puros, con un fondo de novela
leída en alta voz a los trabajadores.

Y pensé en la manigua
que atravesaron mis antepasados.


Teherán

 Llovía sobre Teherán. Atravesaba
una calle frondosa de castaños.
Aquella primavera pensaba en la existencia:
una serie de escalas transitorias
en ciudades que nunca poseí,
al igual que Teherán. La lluvia intensa
caía sobre barrios elegantes
cuyas casas hacían pensar en un silencio
hecho de reclusiones. La mujer
que esperaba en un banco de aquel parque
frente a las embajadas
el fin de alguna tregua o al esposo
que trajera el olor a tierra húmeda
o a mayo en los salones con fruteros
y alfombras de colores apagados.
Diluviaba en Teherán, la lejanía
de montañas nevadas
me llevaba hacia ti, bajo el cobijo
de ramas de morera proyectando
la franja de la huida en el ardor
de besos por la espalda,
de repentinas infidelidades
en alcobas minúsculas. Teherán
bajo el anonimato de la lluvia
y calles de castaños que llevaban
a un leve exilio de nosotros mismos.

                 (De Postal de olvido, El Gaviero, Almería, 2010)

   
Cortes de luz

Cada noche la misma vacuidad
austera que precede a la escritura
y a los cortes de luz. Giran las sogas
en el ventilador de los suicidas,
de las alcobas llega olor a tamarindos
y a pucheros de barro. Las bengalas,
una trenza furtiva; a medianoche,
los gatos que transmiten la difteria
entre los corredores del presidio
y el soliloquio de los desahuciados.


 Samode
  
En la siesta los hombres fuman bidis
y anulan la ambición contra el adobe.
  
Bajo esta luz intensa como el lomo
de los camellos jóvenes,
yo anulo mi ambición. Sobre las dunas,
la sed alucinada del pastor
bordea las acequias y las medias verdades,
porque la austeridad es espiral
como el giro del trillo o el vislumbre
de los chiles secándose en la choza.
  
La vida aquí se explica por sí misma
cuando observamos a las segadoras
que inclinan un destello de tejidos
entre añil y azafrán.


Poética I

Yo domo las palabras
en este territorio luminoso
que se abre a lo posible
y al lúdico avatar de algunos dioses
que juegan a los dados.
Mi oficio es similar al que realiza
el domador de monos:
hay algo irracional y la energía
del onix negro. Tras la multitud,
la herida de la niña
supura en el umbral de las chabolas.
Ni el cuerpo ni el dolor son suficientes
para atrapar el colibrí del rito,
el cereal que gesta el tiempo nómada
de toda creación, porque la duda,
medida en el azar de los cuartetos,
siempre acaba por ser politeísta.


Oficios

Pasaban las muchachas con cestas de granadas;
supe de los oficios más humildes.
Y abrazarte en la aurora
fue perder la partida de ajedrez,
sacrificar la sombra del baniano
donde estaba el asceta sosegado en sí mismo.

 Te sostuve, insegura, bajo el cuarto creciente,
y amarte fue también mi oficio más humilde,
como trenzar el mimbre o moler el centeno,
cuidar de los rebaños, picar piedras,
ser barquero en un río caudaloso.

 Y amarte fue también mi oficio más humilde,
como el del mercader de marionetas
en un poblado árido o el lastre
de los porteadores de estación.

 Y amarte fue también mi oficio más humilde,
como tejer guirnaldas durante treinta noches,
ser acróbata en ferias polvorientas
o intuir otras vidas por algunas monedas
en la choza precaria del astrólogo ciego
                                           
    (De Cortes de luz, Rialp, Madrid, 2010 Medina café (Fez)



Vi las carnicerías donde colgaban liebres,
la sangre de cordero recién sacrificado
cuando las azoteas son un balido oscuro.

En la medina flores de durazno,
los dedos magullados del orfebre,
la lucidez del laudista ciego.

Me senté en un café
entre desocupados matinales,
un adverso de brújula en los ojos,
que malgastan las horas
leyendo y releyendo prensa árabe,
esperando que lleguen profecías de exilio
 y otra noche de África: intemperie,
 hacinación en todas las alcobas.

Este rincón del Sur que huele a establos…
  

Cinema Mauritania (Tánger)

Los viejos cines de sesión continua.
Pasar allí la tarde sin ninguna atadura.
Era ésto ser libres en ciudades con mar,
dentro de un viejo cine
con tres pases de bollywood, goteras,
butacas desgastadas
como el color del celuloide
algo rayado por los viajes.

Entre héroes y villanos, la evasión,
una boda, canciones de cosecha.
Atraviesan Bombay los fugitivos.


Nombrar

He aprendido a nombrarte bajo los apagones,
cuando sabemos que la noche es llaga,
patio interior, furtivos alhelíes.

No se explican los claustros
sin la fragilidad de los ayunos
y versículos nómadas. La lluvia
cayendo torrencial sobre los bulevares
no impide que nombremos el amor
en ciudades extrañas
donde asumimos dos identidades:
laurel, nocturnidad, que nos arraigan
en la raíz del miedo primigenio.
                                                                                                                                         (Poemas Inéditos)