Juana Vázquez Marín, nació en Salvaleón (Badajoz), es Doctora en Filología (especialista en el siglo XVIII) y Licenciada en Periodismo. Ha colaborado en diversos proyectos del Consejo de Investigaciones Científicas, así como en la sección cultural de los periódicos “El Mundo” y “ABC”, Hoy por hoy colabora en el diario “El País”, “Babelia”, así como en “Cuadernos del Sur” y en "El anillo invisible", donde publica como poeta y cuentista. En la actualidad, es académica en la Universidad de Alcalá, donde imparte Magíster de postgrado. Aparte de ensayos y crítica literaria, ha publicado en diversas revistas de poesía “Atlántica”, “El Matemático”, “Barcarola”, etc., Entre sus poemarios destacan: Signos de Sombra, Ed. Kilix, 1993, En el confín del nombre, Huerga y Fierro, 1998, Nos+otros, Sial, 2003 y Gramática de Luna, Huerga y Fierro, 2006. Su último libro es la novela Con olor a naftalina Huerga & Fierro, 2008" De ella ha dicho Pozuelo Ivancos (ABCD): "Juana Vázquez recorre en su primera novela uno de los distintos caminos de su renovación posible..."
Me arranqué la mirada de hembra dolorida
que inquiere sus contornos
su identidad su signo
herida por milenios de
silencios espesos
rotos y sin azules
los mensajes primarios.
Me arranqué la mirada de hembra dolorida
para entrar en la niebla del enigma del “otro”
y solo recorrí sus contornos
y el polvo acumulado de tiempos sin fronteras
y el bálsamo de lágrimas oscuras disfrazadas
de sueños de futuro.
Me arranqué la mirada de hembra dolorida
y divisé a los otros
fango de bruma densa
marcada en sus rostros sin rostros.
Sin dioses ni absolutos entre quincalla rotos
caóticos
perdidos
mendigos
locos.
¡Qué rico es el hombre
en el prisma de luz
suma de sus carencias!
Kilómetros de angustia
y auras de veneno
sonrisas- mariposa
aparecían redondas
al limón de mañanas.
Me arranqué la mirada de hembra dolorida
y me acerqué a los otros.
Tuve que detenerme era tal el olvido,
tan frágiles sus sueños
tan perplejos y atónitos...
¡Qué extenso es el hombre
en el fugaz destello de lo efímero!
Buceaba entre esquinas como espadas de canto
y quedaban en sombra sin posible salidas
penas entrelazadas con abismos sospechas
en laberintos-locos
en contrarios con rejas.
Me arranqué la mirada de hembra dolorida
y entré en su noche
allí donde llovía
y arrinconaban cosas
artefactos inermes flores y rosas rojas
y sueños
blancos y negros y avispas- mariposas...
!Qué escaparate de miserias
nunca hubiera entrado en galerías como esas!
Versiones de bondad
claridades de nada
los despojos
el temor y lo angosto
el miedo la esperanza y el tedio
pánico locura fabulación espanto…
¡Qué inmenso es el hombre
que variedad de tonos!
¡cuántas huellas de tiempo
cuántos espacios blancos
sin estrenar…tinieblas!
Sacrificio
piedad
besos
miseria...
Me arranqué la mirada de hembra dolorida
y en los despojos de otros
encontré mis heridas
desmesuradas ralas… regadas por mi lupa- palabra
de noches y de lirios entre versos-poemas
de gritos en la página.
Me arranqué mi mirada de hembra dolorida
y descubrí el dolor
pequeño
mustio
callado y blando de los otros.
No tenían voz ni verso
ni poema ni grito
ni página
ni espacio.
LAS HORAS MARCABAN EN LOS RELOJES AL REVÉS
Nunca amanecía
anochecida me besaba la luna
para que no despertara de los sueños.
Fueron años de alegrías y descalabros
la música inundaba todo
y mi cama se movía entre el ocaso
como un fragmento de alba rota.
Nunca amanecía
las sandalias siempre estaban nuevas
jamás perdían su tersura ni se eclipsaba su brillo
mi mesa siempre estaba puesta
y los sirvientes permanecían inmóviles
con la sopera a medio abrir
los ojos soñolientos y los delantales blancos.
Un día quise conocer las flores que se abren con el sol
y se crucificaron sus pétalos
anochecidos con las estrellas.
Deambulé por todos los lugares de mi pueblo
atravesé desorientada el tiempo
soñé y desoñé de la vida a la nada
y sólo oí el ladrar de perros, los gemidos de la noche
y las canciones de los poetas.
Tuve la sensación de que me llamaba el azul del mar
pero la luz ciega lo había pintado de negro
y había dispersado fantasmas entre sus aguas.
Las horas marcaban en los relojes al revés
el portero reposaba su cabeza entre las hojas del calendario
y las orugas encendían plegarias como las luciérnagas.
Nunca amanecía
los sueños me eran fieles en la vida
y consiguieron que viviera unos cuantos años
abrazada a la realidad de las madrugadas.
Y ahora que soy tiempo que me he acostumbrado a los sueños
se me representan los espejos torcidos de la vida
y me piden que sea yo... Si nunca fui más que un sueño
¿Qué puedo hacer ahora en la tierra?
Seguro que ni sabré ir a comprar una hogaza de pan para comer.
Por eso pido al dios de los sueños
que no me expulse del país de la luna
quiero seguir anochecida
aunque nunca vea como se abren los pétalos de las flores
ni como se dispersa el rocío de la mañana.
anochecida me besaba la luna
para que no despertara de los sueños.
Fueron años de alegrías y descalabros
la música inundaba todo
y mi cama se movía entre el ocaso
como un fragmento de alba rota.
Nunca amanecía
las sandalias siempre estaban nuevas
jamás perdían su tersura ni se eclipsaba su brillo
mi mesa siempre estaba puesta
y los sirvientes permanecían inmóviles
con la sopera a medio abrir
los ojos soñolientos y los delantales blancos.
Un día quise conocer las flores que se abren con el sol
y se crucificaron sus pétalos
anochecidos con las estrellas.
Deambulé por todos los lugares de mi pueblo
atravesé desorientada el tiempo
soñé y desoñé de la vida a la nada
y sólo oí el ladrar de perros, los gemidos de la noche
y las canciones de los poetas.
Tuve la sensación de que me llamaba el azul del mar
pero la luz ciega lo había pintado de negro
y había dispersado fantasmas entre sus aguas.
Las horas marcaban en los relojes al revés
el portero reposaba su cabeza entre las hojas del calendario
y las orugas encendían plegarias como las luciérnagas.
Nunca amanecía
los sueños me eran fieles en la vida
y consiguieron que viviera unos cuantos años
abrazada a la realidad de las madrugadas.
Y ahora que soy tiempo que me he acostumbrado a los sueños
se me representan los espejos torcidos de la vida
y me piden que sea yo... Si nunca fui más que un sueño
¿Qué puedo hacer ahora en la tierra?
Seguro que ni sabré ir a comprar una hogaza de pan para comer.
Por eso pido al dios de los sueños
que no me expulse del país de la luna
quiero seguir anochecida
aunque nunca vea como se abren los pétalos de las flores
ni como se dispersa el rocío de la mañana.
CAFÉ GIJON
Su realidad tenía fiebre
estaba enferma
le pesaba la hostilidad de lo nuevo
y se había quedado acostada en un rincón del domingo.
A pesar de las suturas del espacio
y de que la había nacido la voz como un arco iris
algunas palabras estaban sordas
y perseguían la alucinación sonora
en la fuerza que tienen las cosas para ser.
Había recibido muchas veces jaque mate de la vida.
No más que un traspiés en el umbral del poema
y podría regresar a la nada
de la que salió apenas unas líneas atrás
agarrada al vocabulario.
Pero no
se echó los cabellos hacia atrás
sonrió y entró en el poema por la puerta de lo real.
Pide un wisqui
toma un sorbo
mira profundamente al camarero
le dice ¡yogurín!
pregunta por la cuenta
se mete las manos en los bolsillos
paga y deja propina.
Después sale del tugurio para entrar de nuevo
por la puerta del Café Gijón.
Su expectativa se había confirmado…”era”.
Y nombrarás mi cuerpo hasta crearlo todo
estaba enferma
le pesaba la hostilidad de lo nuevo
y se había quedado acostada en un rincón del domingo.
A pesar de las suturas del espacio
y de que la había nacido la voz como un arco iris
algunas palabras estaban sordas
y perseguían la alucinación sonora
en la fuerza que tienen las cosas para ser.
Había recibido muchas veces jaque mate de la vida.
No más que un traspiés en el umbral del poema
y podría regresar a la nada
de la que salió apenas unas líneas atrás
agarrada al vocabulario.
Pero no
se echó los cabellos hacia atrás
sonrió y entró en el poema por la puerta de lo real.
Pide un wisqui
toma un sorbo
mira profundamente al camarero
le dice ¡yogurín!
pregunta por la cuenta
se mete las manos en los bolsillos
paga y deja propina.
Después sale del tugurio para entrar de nuevo
por la puerta del Café Gijón.
Su expectativa se había confirmado…”era”.
Y nombrarás mi cuerpo hasta crearlo todo
Quiero crear un mundo clandestino
de innombradas palabras.
Y me dirás amor de una forma tan nueva
que estrenaré primicias
cuando tus manos sabias
se estremezcan convulsas
entre la suave tela de mis vestidos blancos.
Y nombrarás mi cuerpo
acariciando con tus dedos de dios
rincones...laberintos
hasta crearlo todo.
Y al son de tus palabras
y el perfil de tus labios
aparecerán lugares y confines
que nunca fueron amados
por hombre alguno
pues son desconocidos
por no existir nombrados
en ningún manual de anatomía.
de innombradas palabras.
Y me dirás amor de una forma tan nueva
que estrenaré primicias
cuando tus manos sabias
se estremezcan convulsas
entre la suave tela de mis vestidos blancos.
Y nombrarás mi cuerpo
acariciando con tus dedos de dios
rincones...laberintos
hasta crearlo todo.
Y al son de tus palabras
y el perfil de tus labios
aparecerán lugares y confines
que nunca fueron amados
por hombre alguno
pues son desconocidos
por no existir nombrados
en ningún manual de anatomía.
Hoteles y Fantasmas
Habitación 212...
Despierto en el alfabeto de un poema de noche.
Es día abierto de luz como una sandía dulce.
Desayuno a sabor de su cuerpo.
Me echo sus palabras prohibidas en el café.
Tal vez la leche es el pentagrama de su voz.
Paso por su habitación
222.
Nos vamos a ir.
Vacía.
Una señora arrastra su pequeña maleta Loewe
por los pasillos.
El silencio cubre las alfombras de ausencia de pisadas.
¿Qué fueron entonces sus llamadas a media noche
para cambiar de habitación?
¿Qué es la calidez de mi cuerpo hecho recuerdo?
¿Lo habré soñado todo?
¿Habré inventado también a él?
Nunca más dormiré en hoteles.
Están llenos de fantasmas y duele tanto…
BARRIOS DE TIEMPO
Despierto en el alfabeto de un poema de noche.
Es día abierto de luz como una sandía dulce.
Desayuno a sabor de su cuerpo.
Me echo sus palabras prohibidas en el café.
Tal vez la leche es el pentagrama de su voz.
Paso por su habitación
222.
Nos vamos a ir.
Vacía.
Una señora arrastra su pequeña maleta Loewe
por los pasillos.
El silencio cubre las alfombras de ausencia de pisadas.
¿Qué fueron entonces sus llamadas a media noche
para cambiar de habitación?
¿Qué es la calidez de mi cuerpo hecho recuerdo?
¿Lo habré soñado todo?
¿Habré inventado también a él?
Nunca más dormiré en hoteles.
Están llenos de fantasmas y duele tanto…
BARRIOS DE TIEMPO
Al fin ha surgido la periferia en mi vida
y el centro que recorría día a día como gacela
se desmoronó en barrios sin destino
entrelazados con el ruido de carcoma
material de segunda
y pájaros trazando ángulos invertidos.
No me reconozco entre esta cumbre de ladrillos aislados
pues es un barrio fuera de mí.
Por qué se perdió el claro tintinear del cálido bar de al lado?
¿Ese trasegar de muchachas veloces
moldeando caderas en sus mínimas faldas
cuando el tiempo sentado sonreía y se tomaba un Martini?
Estoy desorientada
entre bloques de edificios extraños
que en soledad crecieron
como un tumor maligno
invadiendo mi anillo de cintura.
Cómo vine a parar a estos barrios de tiempo?
............................................
..........................................
..........................................
Miro en las alcantarillas de las palabras
y se oye el paso cansado de los años
en remolinos de papel sepia.
Cómo llegué tan rápida a estos barrios de tiempo?...
HOY ESTOY CIEGA
y el centro que recorría día a día como gacela
se desmoronó en barrios sin destino
entrelazados con el ruido de carcoma
material de segunda
y pájaros trazando ángulos invertidos.
No me reconozco entre esta cumbre de ladrillos aislados
pues es un barrio fuera de mí.
Por qué se perdió el claro tintinear del cálido bar de al lado?
¿Ese trasegar de muchachas veloces
moldeando caderas en sus mínimas faldas
cuando el tiempo sentado sonreía y se tomaba un Martini?
Estoy desorientada
entre bloques de edificios extraños
que en soledad crecieron
como un tumor maligno
invadiendo mi anillo de cintura.
Cómo vine a parar a estos barrios de tiempo?
............................................
..........................................
..........................................
Miro en las alcantarillas de las palabras
y se oye el paso cansado de los años
en remolinos de papel sepia.
Cómo llegué tan rápida a estos barrios de tiempo?...
HOY ESTOY CIEGA
Hoy no tiene cataratas el visor de la vida.
Me levanto bañada en la luz
del cielo para abajo
sin pasar por el misterio de las palabras
que se han olvidado de su origen
y del amplio muro de sombra de lo no dicho.
Afilo el lápiz de los números
de cada cosa.
Debo comprar
4 yogures
2 kilos de tomates 1 de arroz y 4 manzanas.
Cojo el bolso.
Está en el armario.
Lo recuerdo claramente.
El mundo es visible
lo abarco con mi mirada.
Se deshabita mi casa de susurros de eternidad.
Son las 10 de la mañana a las 12 tengo que estar en la facultad.
Debo darme prisa en corregir estos 20 exámenes.
Echo las cuentas de la vida
resto sumo divido...
Todo está desvelado
no hay penumbra
ni lluvia de palabras.
Hoy veo todo con claridad pues todo cuadra.
Hoy estoy ciega.
Me levanto bañada en la luz
del cielo para abajo
sin pasar por el misterio de las palabras
que se han olvidado de su origen
y del amplio muro de sombra de lo no dicho.
Afilo el lápiz de los números
de cada cosa.
Debo comprar
4 yogures
2 kilos de tomates 1 de arroz y 4 manzanas.
Cojo el bolso.
Está en el armario.
Lo recuerdo claramente.
El mundo es visible
lo abarco con mi mirada.
Se deshabita mi casa de susurros de eternidad.
Son las 10 de la mañana a las 12 tengo que estar en la facultad.
Debo darme prisa en corregir estos 20 exámenes.
Echo las cuentas de la vida
resto sumo divido...
Todo está desvelado
no hay penumbra
ni lluvia de palabras.
Hoy veo todo con claridad pues todo cuadra.
Hoy estoy ciega.
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