Series. Poesía reunida
(1995-2010)
de
Andrés Fisher
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La observación e interpretación (y reinterpretación) de los elementos que conforman la realidad es la base de la intensa poesía de Andrés Fisher; una obra reunida en este tomo en el cual se reorganizan los materiales publicados previamente para conferirles una unidad definitiva.
Este estadounidense criado en Chile, que escribe en castellano, presenta una literatura muy unitaria, que emplea una propuesta formal arriesgada pero muy bien resuelta, marcada por una fuerza muy característica.
Los poemas vuelcan una percepción del entorno a través de una mirada analítica que desestructura sus componentes. De muchas de esas escenas, el poeta extrae conclusiones metafísicas. Así, esa observación no se queda en una aprehensión de lo bello, sino que constituye todo un mecanismo epistemológico. Por tanto, aplica una mirada afilada, desveladora, que pone de manifiesto lo que subyace bajo la superficie y la inmediatez.
La práctica totalidad de los textos son estampas, descripciones con su correspondiente interpretación. Sin embargo, consciente de que «no hay que ir demasiado lejos para estar de pie ante el misterio o la maravilla»,Fisher indaga en el paisaje majestuoso pero también lo sencillo, lo cercano, e incluso objetos con una atención extrema. Pone en juego una «lógica fractal», como indica en el excelente y revelador prólogo Benito del Pliego, que queda reflejada formalmente en los poemas en prosa fragmentados en secuencias yuxtapuestas (que en ocasiones se convierten en aforismos y greguerías) que mantienen una progresión a pesar de su independencia. No en vano, Fisher declara que «la visión fragmentaria de la realidad ayuda a cuestionarla, a modularla; a psicoactivarla».
De esta manera, postula que existen múltiples formas de percibir y representar la realidad. También indica, a pesar de la descomposición que queda plasmada en los textos, la unidad e integridad la realidad, aunque, sin embargo, remarca su impulso dinámico («el ser fluye y es fluido», afirma).
Resulta, en cualquier caso, excepcional cómo el autor no agota esa indagación en el paisaje, cómo mantiene su potencia a lo largo de todo el volumen, utilizando un esquema y un método muy marcado.
Con todo, se transmite cierta frialdad en esa interpretación, aunque el poeta sí apunta consecuencias emocionales de sus conclusiones («la llanura en su inmensidad son un plano en el espacio y un plano emocional»). No en vano, la propia expresión de esas impresiones adquieren una perspectiva externa y concreta: «la materialidad de la palabra escrita la acerca a mineral, a cemento: a objeto construido».
Algunas series se agrupan en conjuntos determinados, cohesionados mediante paralelismos. De ellos, cabe mencionar los 44 haikus o la serie “Castilla” (compuesto por 19 piezas), el más paisajístico de todo el libro, que emplea motivos reiterativos y en el cual cobra mayor presencia el efecto emocional producido por la contemplación en la voz del «yo poético». Por otra parte, se encuentran también variaciones de obras clásicas como La Ilíada, La Araucana o Poema de Mio Cid.
En la obra de Andrés Fisher bulle una enorme potencia indagadora, de extraordinaria coherencia y concisión, que hacen de esta poesía uno de los vehículos más sugerentes con los aventurarse a mirar de otra manera (más pausada, más consciente de su respiración y de su atmósfera) la realidad.
Series. Poesía reunida 1995-2010
Andrés Fisher
144 páginas
Col. Transatlántica
Amargord, 2010
ISBN: 978-84-92560-32-5
Andrés Fisher
144 páginas
Col. Transatlántica
Amargord, 2010
ISBN: 978-84-92560-32-5
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