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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

domingo, 31 de agosto de 2008

A SESENTA AÑOS DE LA MUERTE DE VICENTE HUIDOBRO


A SETENTA AÑOS DE LA MUERTE DEL GRAN POETA CHILENO VICENTE HUIDOBRO PRÁCTICAMENTE NADIE RECUERDA EN CHILE (COMO ES USUAL) CONMEMORAR ESTA EFÉMERIDE DE UN AUTOR QUE FUE UNO DE LOS PRIMEROS EN "COLOCAR" EN EL MAPA LITERARIO MUNDIAL A NUESTRA AMNÉSICA REPÚBLICA.


Al cumplirse sesenta años de la muerte del gran poeta chileno Vicente Huidobro (Santiago, 1893-Cartagena, 1948) su figura ha ido creciendo en la conciencia de los poetas, críticos y lectores al punto de convertirse, hoy en día, en un referente indispensable para cualquier visión, panorama o estudio medianamente riguroso de la poesía escrita en lengua castellana. Años atrás, las extraordinarias sombras de Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Jorge Luis Borges o César Vallejo parecían oscurecer y hasta ocultar la voz de Huidobro. Desde la década del setenta, poco a poco, se ha comenzado a hacer justicia con su obra y, tal vez, no han sido los críticos o exégetas los que han señalado la necesidad de reconocer la obra y la teoría poética del chileno: Octavio Paz, Gonzalo Rojas, Juan Jacobo Bajarlía, Enrique Lihn u Oscar Hahn -poetas todos ellos a la par de ensayistas- han sido los primeros en recuperar la figura y el peso de Vicente Huidobro. Como digo, hasta bien entrados los años setenta la crítica casi no había dado nada de sí, o, si se había reconocido medianamente su obra, sólo se le mencionaba en artículos, en algunas críticas o en estudios panorámicos y misceláneos[1]. Había que "redescubrirlo" en estas épocas de tanto revival, postmodernismo y nostalgia. Y, es así, que algunos académicos y críticos (se ha de subrayar que sólo unos pocos, aunque de gran calidad, Ana Pizarro, Hugo Montes, Mireya Camurati, George Yúdice, Antonio de Undurraga o René de Costa) revisaron, "re-vieron" e introdujeron al poeta en las cátedras de las universidades y en las así llamadas revistas serias.
Por otra parte, los lectores también se encontraban inmersos en la ignorancia o en el desconcierto. Las escasas ediciones o reediciones, las tardías Obras Completas, a la par de absurdas leyendas negras[2], junto a no reconocidas influencias de más de un poeta "deudor" o, en muchas ocasiones, la simple y llana ignorancia e ingenua clasificación de “poeta francés” o de “poeta burgués afrancesado” (Huidobro, miembro antes que Neruda del Partido Comunista, aunque primero también en abandonarlo) y otras simplezas peores, contribuían a que el público no descubriera el valor de sus escritos, el carácter y la auténtica revolución que produjo este poeta en el mundo de las letras chilenas, hispanoamericanas, españolas y hasta francesas. No hace falta argumentar más, basta con revisar el archivo del autor cuidadosamente clasificado en la Fundación Vicente Huidobro de Santiago de Chile[3] para comprobar que muchas de las polémicas, del ciego partidismo literario y de, incluso la política se encargaron de ocultar la trascendencia de este autor. Pero el transcurso del tiempo ha alterado radicalmente el escenario, hasta que por fin hoy se han ido eliminando estos prejuicios y, de tal forma, que en el presente, desde México hasta la Patagonia -e incluso en Europa- todos o casi todos los poetas actuales (y los no tan actuales) se sienten comprometidos, tributarios y deudores de la poesía del chileno. Se puede decir que se ha configurado un verdadero "tópico Huidobro" donde casi todos los autores contemporáneos afirman su influjo, su trascendencia y sus contribuciones.
Valorar hoy a Huidobro, sin caer en la exageración de la apología o en el pecado del entusiasmo y de la parcialidad, significa revisar la historia de la poesía en castellano desde finales del siglo diecinueve hasta prácticamente ahora. De allí que sea indispensable anotar algunos puntos esenciales que hagan más fácil la comprensión de su figura, su gesto, su poética y su poesía.


* * * * * * * * * * * * *


Para comprender su obra, en primer lugar, hay que señalar que Huidobro escribe sus textos iniciales bajo el influjo del romanticismo, del simbolismo y del modernismo, como la mayoría de los poetas de la lengua castellana de esa época. La presencia de los poetas franceses, de Rubén Darío (a quien nunca rechazó, como si lo hizo con aquellos que repetían su estilo y establecieron una verdadera retórica postrubendariana) y hasta del romántico tardío, Gustavo Adolfo Bécquer, empapaban toda la poesía del continente americano y de España. Nadie se salvó (ni aún Vallejo o Neruda) y tampoco Huidobro. No se trata aquí de descalificar semejantes influencias, pero sí de dejar en claro que muchas de las formas utilizadas, de las atmósferas de los textos y del “tono poético” se repetían, trasnochadamente, hasta la saciedad. Vicente Huidobro en Ecos del alma (1911), Canciones en la noche (1913) o en Las pagodas ocultas (1914) experimentó este mismo problema. Tal vez, la etapa de formación del poeta sea la época de su producción menos interesante, aunque destacan formalmente los caligramas de sus Canciones en la noche, un esfuerzo sólo comparable, en Hispanoamérica, al del mexicano José Juan Tablada.
Huidobro tampoco escapó a las teorías filosóficas del norteamericano Ralph Waldo Emerson o del uruguayo José Enrique Rodó: Adán (1916), un poema de largo aliento, fundacional, aunque formalmente aún en territorios ya probados, intenta ver al hombre en su condición primera y con su especial capacidad de nombrar, decir y recrear al universo entero.
Pero en ese mismo año de la aparición de Adán, ve la luz El espejo de agua, breve libro o plaquette que esboza totalmente el espíritu de gran parte de la obra creacionista de Vicente Huidobro. Es allí donde se incluye el famoso poema "Arte Poética", casi un manifiesto, una declaración de principios, un "juramento poético” que, a la par con sus primeras conferencias ("La poesía") y Manifiestos ("Non Serviam"), trazará las líneas de su nueva forma de poetizar. Desde aquí en adelante todo serán polémicas, algunas de ellas aclaradas o casi aclaradas (como la acusación de antedatación de El espejo de agua, desmentida en diversas ocasiones por el profesor norteamericano René de Costa y un número no menor de especialistas), otras que aún pesarán de forma injusta en la mente de algún poeta o crítico excesivamente incrédulo, quisquilloso o parcial en las que el "repertorio" de dudas y problemas varía desde si él es el "padre" del creacionismo o no, si fue influido o influyó (por) o en tal o cual autor, si es que realmente estuvo ligado y qué importancia tuvo en la gestación de la mediocre aunque necesaria vanguardia española del ultraísmo, etc. Asuntos que, con el correr de los años, en vez de desprestigiar al poeta sólo han conseguido demostrar la estrechez de horizontes de los "acusadores" o bien, de los "defensores a toda prueba". Pero no me detendré en estos tópicos. La obra auténticamente revolucionaria, refundadora, indómita y temeraria de Huidobro es suficientemente reveladora por sí misma.
Como dije antes, es con la “plaquette” El espejo de agua (supuestamente editada en Buenos Aires en 1916) y, fundamentalmente con poemas como "Alguien iba a nacer" o "Arte Poética" ("...inventa mundos nuevos y cuida tu palabra [...] Por qué cantáis la rosa ¡oh Poetas!/ Hacedla florecer en el poema...") donde se enuncia el camino a seguir y que será proyectado en otra lengua, el francés, con Horizòn Carré publicado en 1917, en París (con gran ayuda de su amigo el notable pintor cubista español Juan Gris en la traducción de buena parte de los poemas). Allí aparecerán casi todos los textos del breve poemario de 1916[4] con la excepción de "Arte Poética" -tal vez demasiado obvia en el París de las vanguardias- y se producirá la fusión entre los intentos de Pierre Reverdy, los aciertos deslumbrantes de Guillaume Apollinaire, entre otros, y los esfuerzos del chileno. Mucho se ha hablado de esta época, pero hay que recalcar que se trata de un momento de eclosión, de un boom (si cabe el término), de necesaria ruptura y oxigenante -en palabras Octavio Paz- que "contagia" a pintores, músicos, dramaturgos, novelistas, escultores, poetas y artistas en general -por programáticos o anárquicos que se autoproclamen- y que los hallazgos se comparten, se transmiten y sirven de precedente o influencia para los que llegan, o cambian o se inician en las letras y en las artes. Juan Gris tradujo, como se ha dicho, poemas de Huidobro al francés y hasta intentó escribir una poesía propia o variaciones sobre textos del poeta de Altazor. Edgar Varesse musicalizó algunos poemas de Tablada y Huidobro, Pablo Picasso retrató al chileno, Delaunay ilustró el libro-poema Tour Eiffel, Hans Arp escribió conjuntamente con Vicente Huidobro Tres novelas ejemplares (publicadas en Santiago de Chile en 1935), hasta Federico García Lorca, en España, dedicaría un hermoso poema de homenaje y reconocimiento para el chileno. En este punto, es imprescindible señalar los viajes de Huidobro a Madrid como puntos de flexión, conjunción y reflexión en torno a la poesía escrita en la península ibérica. La importancia de su encuentro con Rafael Cansinos-Assens, con Ramón Gómez de la Serna o con Guillermo de Torre (más tarde tenaz enemigo del chileno como queda explicitado en las múltiples injusticias cometidas en contra de la verdadera trascendencia que tuvo Huidobro en España en su libro Historia de las literaturas de Vanguardia) y más aún -por muy deficiente que sea su calidad poética como hoy podamos constatar- por el impulso definitivo que consiguió dar para el nacimiento del ultraísmo hispano y para producir un verdadero “remezón” en la conciencia y en los poemas de los autores españoles, tan importante como la lograda por Rubén Darío en sus viajes a la península. Gerardo Diego, el último y genuino exponente del creacionismo español y Juan Larrea (que luego derivaría hacia una línea distinta) son los “encuentros” más felices entre la poesía hispanoamericana y la poesía española. Incluso, al influenciar a Diego, a De Torre, a Pedro Garfias y a Cansinos, Huidobro hace de sus estadías en Madrid algo verdaderamente renovador -aunque sólo sea para un grupo pequeño de iniciados- que permitirá a los poetas de la llamada “Generación del ‘27” o “Grupo de 1927” conocer las vanguardias y asumirlas (junto a sus propias búsquedas personales, claro está) y cambiar esa suerte de “retórica” archiconocida e intentar otra clase de poesía: más actual, menos aislada del resto de Europa, más contemporánea. Incluso, a través del ultraísmo español (que influenciaría al, en ese entonces, joven Jorge Luis Borges), el poeta chileno consigue un fenómeno muy especial (probablemente involuntario y sin mayores pretensiones): devolver la vanguardia a Hispanoamérica en un viaje de ida y vuelta al plantear –Jorge Luis Borges mediante- las líneas del ultraísmo argentino. Curioso fenómeno: el creacionismo comienza a gestarse en América, se consolida, crece y se desarrolla en Europa y vuelve al nuevo continente con particularidades quizás distintas, pero con una intención semejante, esto es, replantear la poesía, olvidar los pasados influjos y construir una poética otra.
Y aquí surgen algunos problemas. Huidobro escribe, produce con gran velocidad. Publica libros en París, en Madrid, en Santiago de Chile; es antologado e incluido en revistas italianas, inglesas, norteamericanas, hasta checas y polacas… Su obra se fragua en el argumento del cambio, de la renovación, pero, en el afán por lo nuevo, tal vez, pierde altura, emoción, llegada (como todos los vanguardistas en sus momentos álgidos al cuestionar todo arte anterior e, incluso, hasta la misma recepción del lector), transformándose en una “poesía de tesis” donde se quiere ejercer el cambio y demostrarlo a todas luces, antes que esté y aparezca en el poema y no con el poema. Sin duda encontraremos textos bellísimos, reveladores, abiertos a cualquier lector sensible, pero serán los menos. Desde Horizón Carré hasta la aparición de Altazor o el viaje en paracaídas (1931) y Temblor de cielo (1931), Vicente Huidobro seguirá (con excepciones como Hallalí, poéme de guerre de 1918 o los notables poemas de Tout á coup y Poemas árticos- en su trazo demostrativo, hasta pedagógico, si se quiere, de lo que para él debe ser la nueva poesía.
Con Altazor su obra consolida el “salto mortal” de la vanguardia (Cantos “V” y “VII”) y la belleza transparente, del asombro, penetrante, hasta producir la conmoción del lector (“Prefacio”, Cantos “I”, “II” y “IV”, por ejemplo). Lo mismo en el ya nombrado Temblor de cielo. El análisis de Altazor o Temblor… me llevaría a extender latamente estas palabras. Ana Pizarro, René de Costa, George Yúdice, Jorge Schwartz o Mireya Camurati, han conseguido magníficas interpretaciones. Lo importante es subrayar, desde la aparición de estos dos libros recién mencionados, la auténtica plasmación de forma y contenido que se produce en su obra. Un verdadero “Arco voltaico”, como diría Huidobro, un arco del prodigio que ilumina el camino poético y que hasta podría oscurecer su trabajo anterior: Ver y palpar (1941), El ciudadano del olvido (1941) y fundamentalmente sus póstumos Últimos poemas (1948, recopilados por su hija Manuela Huidobro de Yrarrázaval) acrecientan la estatura del poeta y lo transforman de tal manera que su escritura se vuelve más espontánea: de la sangre, de alto vuelo y con una “emoción directa” fácil de recuperar.
El lenguaje, la expresión, el tono, el temple y la constitución o anatomía del poema hace del conjunto de estos libros últimos su aporte mayor a la poesía del siglo veinte. La locura, la fiebre del vanguardismo se alejan para que la voz del poeta entone el canto mayor con precisión, con rigor y buscando no el “truco” ni el “equilibrismo”, sino la interioridad con mayúsculas, sumergiéndose en las preguntas esenciales del hombre, del poeta. Adivinando la fugacidad, la caída, el fin: presintiendo la muerte y redescubriendo a la naturaleza, ya no la ficticia o la imaginada, sino la real (véase, por ejemplo “Monumento al Mar”), para no sólo incorporarla como un escenario, sino hacerla surgir entre el espacio negro de la letra de molde y el espacio blanco, del silencio, de la página impresa.
Huidobro es poesía y poesía de arte mayor, pero también es el misterio de la voz prodigiosa. Es el representante de una época, hoy revisitada sólo parcialmente, donde la pasión y la fuerza junto a una fresca e incomparable inteligencia lograban el hallazgo definitivo. Tal vez, a sesenta años de su muerte, sea el momento en el que logremos recuperar el milagro de sus utopías, el ahora palpitante que nos sobrecoja en el placer de su canto, de su palabra, de su voz.




Santiago de Chile, enero de1993- abril de1998- junio de 2008




[1] La notable excepción la constituye Cedomil Goic con su volumen fundador La poesía de Vicente Huidobro. Ediciones de los Anales de la Universidad de Chile. Santiago, 1956. Incluso las primeras Obras Completas tendrían que esperar largos años (hasta 1976) para ver las prensas bajo el cuidado de Hugo Montes en la Editorial Andrés Bello de Santiago de Chile. Nuevamente Goic, en el año 2003, bajo el sello de Archivos – ALLCA – Universidad Católica de Chile, publicará su definitiva Obra Poética Completa (incluyendo los famosos “Poemas Pintados” y los Manifiestos) en una edición crítica extremadamente rigurosa y cuidada acompañada por diversos estudios de los más notables estudiosos de Huidobro, junto a cronologías y una extensa bibliografía

[2] Y me refiero a las polémicas que Huidobro sostuvo con tantos poetas, escritores y críticos que, desde luego, no ayudaron en lo absoluto a divulgar su obra.
[3] En 1992 tuve el privilegio de trabajar en la constitución del Archivo del legado del escritor chileno con los funcionarios y bibliotecarios de la Fundación Vicente Huidobro, todos bajo la responsable e inteligentísima dirección de la Profesora Ana Pizarro, directora, en ese entonces, de la institución y del nieto del poeta y todavía presidente de la misma, Vicente García Huidobro, lo que me permite afirmar con propiedad lo anteriormente dicho. Allí se encuentran celosamente microfilmados y clasificados los manuscritos, las revistas, antologías, cartas y poemas que lo enlazan con lo mejor de las letras de esa época: Gerardo Diego, Raymond Radiguet, André Malraux, Francis Picabia, Guillaume Apollinaire, Pierre Reverdy, Jean Cocteau, Juan Larrea, Federico García Lorca y un larguísimo etcétera que bien podrían exhibirse en un “Museo de la vanguardia” donde especialistas y público de todo el mundo pudiesen admirar estos escritos. Con el paso de los años, esta institución no ha tenido los respaldos económicos necesarios para continuar con su importante labor y, hoy, casi escondida en el vetusto y hermoso edificio de la “Casa Colorada”, funciona heroicamente tratando de resistir múltiples “vientos contrarios” y continuar la difusión de la obra de la obra y figura del poeta ante una sociedad y un “establishment” político y cultural que en más de una ocasión le ha dado la espalda.

[4] De allí es que he preferido su versión auténticamente creacionista, reelaborada en ese libro parisino y traducida por José Zañartu, años después, al castellano. Igualmente, en esta selección, se ha utilizado el criterio de dar a conocer sólo las traducciones vertidas al castellano, más que nada por problemas de espacio. Las restantes versiones a la lengua materna del poeta pertenecen al mencionado José Zañartu, l poeta vanguardista chileno (miembro del grupo "Mandrágora") Teófilo Cid y al profesor y compilador de las Obras Completas de Huidobro, Hugo Montes.

lunes, 25 de agosto de 2008

FALLECE EN ESTOCOLMO EL POETA CARLOS GEYWYTZ

Carlos Geywytz

Carlos Geywytz junto a Nicanor Parra


Las malas noticias llegan siempre muy pronto… El poeta y amigo Sergio Badilla me escribe comunicándome el fallecimiento de nuestro querido amigo, el poeta Carlos Geywitz, quien desde hace más de tres décadas vivía en Estocolmo, Suecia, donde había sido integrante del Grupo “Taller de Estocolmo” y, además, un destacado traductor (véase la página en Internet: http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Geywitz).


Me he quedado inmóvil, helado...

Su deceso se habría producido, al parecer, por causa de una trombosis y casi con seguridad este lunes. No se sabe bien cómo murió ya que vivía solo. Su amigo Tito Estrella lo encontró ayer ya fallecido. Según él ha relatado, Carlos tuvo una trombosis en una pierna hace unos días y estaba delicado por esa afección.

Tito Estrella disponía de unas llaves de la casa de nuestro amigo poeta y una vez que se cansó de llamarlo por teléfono fue a verlo, tocó el timbre de su departamento, y como éste no abrió, entró y lo halló ya muerto.





VIDA Y OBRA





Carlos Geywitz (Santiago de Chile,22 de agosto de 1948, †Estocolmo, Suecia, 19 de agosto de 2008) fue un destacado poeta chileno residente en Suecia desde 1977, miembro fundador del “Grupo Taller de Estocolmo”. Sus estudios iniciales los realiza en la ciudad de Santiago de Chile, luego, en años de su adolescencia se traslada junto a su familia a la ciudad de Arica, donde finalizará su enseñanza secundaria, posteriormente estudiará la carrera de Sociología en la Universidad de Concepción. Como consecuencia del golpe de estado de 1973, Geywitz es objeto de persecución política por lo que debe salir al exilio. Así llegó a Suecia, donde en conjunto con los poetas Sergio Infante y Adrián Santini, funda el Grupo Taller de Estocolmo al que se integrará más tarde el poeta Sergio Badilla Castillo. En 1991 viajó a Chile invitado por el Instituto Sueco y la Universidad de Chile junto a los poetas Adrián Santini, Sun Axelsson, Bengt Emil Johnson y Bruno K. Öijer, presentando su creación en distintas ciudades del país. Además, participó en la Revista Arte Magma de Suecia donde escribió artículos de interés como Mito y Símbolo en la Trinidad y En pos de una morsa desnuda. Carlos Geywitz, al referirse a su oficio de poeta y escritor, señaló que “escribir poesía para mí es organizar permanentemente el caos para luego hacerlo pedazos y empezar de nuevo". Entre sus obras destacan las siguientes: El Ojo Privado de la Ira (primera edición Editorial Nordan, 1982, Suecia); Distancias (Editorial LAR, 1990, Chile) y Años de Asedio (RIL Editores Santiago de Chile 2004). Fue incluido en las siguientes antologías: Poesía Chilena en Suecia (Ediciones del Archipiélago, 1987, Suecia); Bevingade Lejon compilada por Sun Axelsson, Editorial Bonniers, 1991, Suecia y Las palabras vuelan, cinco poetas de Suecia - Adrián Santini, Sun Axelsson, Carlos Geywitz, Bengt Emil Johnson, Bruno K. Öijer, Instituto Sueco, 1991, Suecia. Como traductor destacan su trabajos: Världen i Sverige (El mundo en Suecia) Ediciones En bok för alla, 1995, Suecia; Snödroppe (Gota de nieve) Samklang, 1997, Suecia y Det Nya Landet (La nueva tierra), Lindelöws Förlag, 1998, Suecia.



POEMAS



DE LA GRACIA DES



esta es una caída desde la gracia



deambular por esa canción silenciosa


donde tu voz yace entumecida


con la boca abierta de par en par



“es la nueva vida” te musita pálida de labios



entonces te aferras al susurro y perpetúas


en unas gotas la nostalgia de lo que nunca regresa


mientras la corona de espinas hurga en tu sollozo



y ya Rey Tinta sangras más de alguna huella en el papel



CARACOLA CRASH



recógeme


apégame a tu oído


no te hagas el sordo



ahora que puedes escucharme


te juego la paciencia


la obscenidad de estas monedas



te apuesto que esos labios


al que protector laceras


también te pueden besar a desamor



AMOR CIEGO COMO PIEDRA



rodando por aquí he visto demasiado


por eso sólo creo en la mitad del infinito



ocupado en robar aire he soñado un tanto poco


de ahí que desconfíe de la otra porción



mi vida llegó quizá agitando demasiadas ropas


y yo tenía escaso cuerpo que ofrecerle



más decidida se sacó la falda y me dijo


“lo sé todo pero aún tengo sorpresas



escoge de mi cuerpo lo que quieras


gáname para siempre



sostén firme mis caderas” farfulló


“mira que mañana el labio cambia de discurso”



en ese despuntar me apuré en nacer


para ganarle tiempo al tiempo



mas lo que hice, hago o dejo de hacer


muy pronto me enseñó que el tiempo nada cura



(dicho sea de paso,


tarjeta postal aparte,


en el armatoste del pecho


enloquece una reminiscencia minúscula:


a diestra-dicha otorgando,


a siniestra prometiendo,


la entusiasmada abulia del anciano de arriba


aterrizaba relojes en la solapa de mi mundo


y en el interior de cada hora finos alfileres


prestos al embate gracias a hombrecitos dedicados)



rápido pasé del impulso al primer llanto


del llanto a la chifladura de la leche


y de la leche a un cuchillo taciturno…



no joya y sin durezas intermedias


tuve que volverme canto suave



para rodar, protegerme y mantenerme


a prudente distancia del sudario…



mas, vida, en lo remoto de tus húmedas junturas


trato y trato de nacer y renacer



para apuntarle al día y sus designios


y mantenerme calmo en la fuga que me atrapa



porque olvidarme de tu olvido sería doble muerte



LOS CELOS DEL DESHEREDADO



“no te hagas el enigma


el único


el frágil”


dijiste arrimada al vaho de mi boca


“tan solo sucede…algún corto pasado se incendia”



y te duermes…



la superficie del sueño te ha domado


el vuelo ácido del vientre



vuelvo a ti el lado azuldolido del alma


vigilia ciega de la pupila


las noches de estos días


unos días sin presagios



un alcatraz ciego cruza el indeciso amanecer



la sonrisa resurge de la escarcha


vuelve a mostrarme sus fauces generosas



vuelve a domesticarme la angustia hasta ma
ñana…





SIR FRANCIS DRAKE ATISBA ARICA



Nos vemos hacia el Nos,


yo, el que dará la vuelta al mundo


y este pez varado y seco, olvidado de alarifes,


a la que real ciudad de San Marcos


con pompa los desvaríos califican.



¡Ah!, si pudiera toser sin asustarme de los buitres…


¿Debería, después de soportar la malaria,


el escorbuto, a la mismísima reina de Inglaterra,


reponerme con aceitunas de Azapa?



¡Despertadme!, malalepra tengo,


un Guaterí atravesado en la garganta tengo!



Angostad el cajón si queréis,


pues ya no me quedan carnes.


Venid a visitarme,


apostad y pedidme favores


como los estudiantes en apuros,


porque las pestes no me han bajado la barbilla…



¡Clara como una brújula sedienta!





LA EXCELENCIA DE ESTE DIA



Un funeral pasa a la siesta despoblado.



Alguien canturrea una satoma para sostener el sudor


o para agradecer el sagital desprecio de la muerte.



Nada pagaremos por esta ceremonia,


salvo gestos que aprendimos,


y tras el bostezo que deja éste áspero desfile


engañaremos a quien intente adivinarnos.



(Un dedo en alto, un vaticinio:


los ojos que no duermen dormirán.


Perdido el cuerpo


buscarán un balsero que les traslade el corazón


y, entonces, mordiendo el pestañear


con desesperación, bajarán a buscarte)



Ya más tarde-noche


Clarisa pare luciérnagas


al frotarse contra los postes de luz.



Me obliga al trasnoche



Desde que apareció su belleza canto,


pues debo fabularme, debo reponer algunas pérdidas,



debo mentir la melodía del alerta constante.



AÑOS ÁGILES



El hombre se arroja al río.


Nada, pide socorro hacia los puentes. Nada.



Se ahoga,


y se sacude la humedad como los perros.



Corre a los viaductos y se ve pasar


aleteando en las aguas que se alejan.



Ya más líquido,


baja y se espera en la desembocadura,



se toma de los pelos, se rescata.


Todo es un juego para recomenzar.



Tempranamente,


el invierno ha estacionado niños fríos.



Nubes pasan oficiando de aguadores.


Se cuelan lágrimas del trueno.



El verano


.............se va oyendo más


......................................y más lejano


........................................................más…





DEL GRITO Y SU HUMEDAD



me volví hacia el oído como un sordo


que de pronto recibió ropajes nuevos



el tejido brumoso de las pasarelas


se da cabezazos contra la mañana soñolienta



la penumbra se va calma y la corriente remolca


la queja afónica de una garganta lucífuga



palidez de un cuadro irreversible


¿cuál es el nombre de ese nombre?



el infecundo alarido rasga o acaricia esa boca


que ya no tiene misterios con su lengua



un algo semejante a lo que es asco legítimo


o a un grito mudo postrero o soberano





LO INATRAPABLE Y LO QUE MUERDE



el tiempo pasa fugaz entre mis labios y tus labios


y la múltiple rutina de sus ciegos incisivos


tatúa en mi pecho una escarcha que palpita



el tiempo pasa odiado mutante de piel


se acomoda en una silla sin respaldo


como perro que odia su rol de centinela



el tiempo pasa amado por ardientes reptiles


que acomodan galantes las sábanas carmesíes


que protegen ese beso tuyo que agobia mi nostalgia



la que siempre regresa con los flancos vacíos



ANCLAJE A LA DERIVA



I




Se hace necesario, a veces,


recoger su propio Lucifer de las aguas.


Uno puede anotar, entonces,


en la bitácora húmeda de la desesperación,


que es su presencia hirviente a bordo


lo que renueva la visión cristalizada


de esa lumbre que jadea allá en la playa.



II




Descifrando la tormenta la balsa se hunde al cielo


e incrusta sus remos en la mar sin dejar anillos.


Con el gusto de la piel escarbado por la lluvia,


los mortales agitan sus brazos como si saludaran.


Ese rito los hace, al parecer, más inocentes.



III




“Enciende de nuevo, mujer, esa luz que nunca vieron.


Somos sus abuelos, más se demoran en nacer.


Cada uno cuenta, una y otra vez, su naufragio y su rescate.”



“Volvamos a la cabaña, señor. El frío matinal


cuelga de mis dedos y estoy cansada de alinear


escritos ilegibles en la arena después de la resaca.”



IV




Demasiado grande para nosotros,


demasiado conocido, todo ha sido dicho:


“Quizá haya un relato nuestro entre sus velas.


La única nave que flota tras el diluvio


es el Enigma”, digo


y enciendo el aliento como estrella.



V




Anclada a su propia deriva


esta última frase es el cuerpo insepulto de un náufrago.



La mar golpea aquí, una vez más, e invade


la catacumba que empieza en la garganta,


baja atiborrando inútilmente esa oquedad



perforada por desilusiones de siglos


y exige el muelle exhausto de mi frente.



El escaso resuello es sólo un mascarón.



Sin querer, con el arrullo de su embestida,


el líquido elemento pone en alerta


el terror de murciélagos acuáticos


y desde esa gruta salpicada de ojos cerrados,


desde mí hacia el cielo, desde este cuerpo-agua


voy tosiendo gaviotas con plumas de papiro…



Y todas esas lenguas desesperadas que envío


se pierden en el fuego que alimentan mis abuelos



o en la sal de la champaña que levanto.

APARECERÁ LA NUEVA REVISTA “LABIOS MENORES”

Próximamente saldrá a ciurculación una nueva revista antológica, “LABIOS MENORES”, publicada por ediciones "Derrame".

La revista propone reunir poemas de poetas chilenos y extranjeros bajo una mirada creativa para el “deleite del lector”. Este número reúne a los siguientes poetas:

Federico Schopf, Leonor Dinamarca, Andrés Morales, Claudia Provoste, Rodrigo Verdugo, Gabriela Trujillo, Rodrigo Hernández, Elvira Hernández, Héctor Hernández, Eduardo Yánez, Roberto Yánez, Marcela Saldaño, Tomas Harris, Renato Yrárrazaval, Julio Carrasco, Javier Bello, Simon Fierro, Carlos Sedille, Juan Calzadilla, Juan Negro, Stella Díaz Varin, Marcelo Bordese, Christian Schmidt,, Daniel Carvallo, Fernando Palenzuela, Maria Magdalena, Katalina González, Ana Montrosis, Sergio Parra, Verónica Jiménez, Paula Bustos, Claudio Bertoni, Jesús Sepúlveda, Antonio Silva, Aldo Alcota y Alejandro Puga.

La revista se verá ilustrada por los pintores: Anasor Ed Searom, Daniela Galllardo, Enrique de Santiago, Aldo Alcota, Miguel Ángel Huerta y Roberto Yánez.

Sus editores son: Roberto Yánez y Rodrigo Verdugo.La publicación será impresa en blanco y negro y se editarán 150 ejemplares. Cada ejemplar costará $ 3000 pesos chilenos.

Si Ud. desea suscribirse antes para colaborar con la realización de la revista podrá ser adquirida a través de la persona que lo contacter ya que ésta persona tendrá un talonario de venta anticipada. Durante el lanzamiento podrá retirar su ejemplarcon su comprobante o si no puede asistir le será entregada en su domicilio.

Si desea colaborar con mas dinero pondremos un aviso en la revista con los datos de su negocio o similares.

Contactos al editor Roberto Yánez en el teléfono: 2732542 o con Rodrigo Verdugo en Chile al teléfono: 7104274.

Desde Europa puede contactar a Aldo Alcota a su correo electrónico:
aldosurrealista@yahoo.com.

domingo, 24 de agosto de 2008

TRES POEMAS DE TERESINKA PEREIRA


VERSOS

Los altos árboles
vencen el espacio
y heredan el vacío del cielo.


NO TE PREGUNTO

Yo no te pregunto nada.
Trabajo tu imagen
con mis manos cansadas
y golpeo mis esperanzas
para no entregarme
a la soledad de los sueños
al malentendido fuego
de posibles encuentros.

Mi desolación
la entiendo sola.
Lo que no entiendo
es este enhebrado miedo
cuando llega el momento
de acercar al amor.


UNA FOTO DE BAGHDAD

Esta es la realidad del miedo,
el espectador de la destrucción,
lo que queda de la violencia:
amargura y pobreza.

En cima de todo,
la redundancia del concreto.
Los niños juegan todavía,
las mujeres lavan ropa
y los hombres aguardan ocultos,
con obvias precauciones.

El aliento de la muerte circula
de boca en boca.
El silencio, entre bombas,
traiciona las promesas hechas.
El invasor es el demonio
disfrazado de héroe.
En este cementerio
de sobrevivientes,
el tiempo desaparece.

TERESINKA PEREIRA es una poeta brasileña de larga trayectoria literaria en diversos libros. Traductora y ensayista, es Presidenta de “The International Writers and Artists Association” (IWA) y Presidenta de “The International Congress of the Society of Latin Culture”.
Ha recibido, entre muchas distinciones, la Orden de Los Caballeros de Malta; la Orden de San Juan de Jerusalén, el título hereditario de "Dame of Grace", otorgado por el Gran Prior S.O.S.J. Dom K. Vella Haber (Malta, 8 de enero de 1997). En enero de 1999, fue elegida Senadora de “The International Parliament for Safety and Peace”. La Dra. Teresinka Pereira recibió, en 1985, el título nobiliario de “Dama de Magistral Gracia” otorgado por Dom Waldemar Baroni Santos, Príncipe de Brasil, por sus méritos literarios.Teresinka Pereira obtuvo su Doctorado en Lenguas Romanes por la University of New México, USA, y en 1997 recibió el Doctorado “Honoris Causa” de la Universidad Simón Bolívar de Colombia. En 1999 es honrada con el Título de “Profesora Honoris Causa” de la Universidad de San Lucas en Amberes, Bélgica. Es, además, Doctora “Honoris Causa” por las Academias Internacionales de Cultura y Ciencias Políticas de Moldavia (2000) y de Alemania (2001). En 1972, obtuvo el Premio Nacional de Teatro de Brasil y en 1977 fue nominada “Poet of the Year” por “The Canadian Society of Poets”. Desde 1989 es miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua y Correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua (RAE).

miércoles, 20 de agosto de 2008

REUNIÓN EN SANTIAGO DE LA ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Presidentes de todas las Academias de la Lengua de Hispanoamérica y España junto a laos académicos chilenos Felipe Alliende, Alfredo Matus, José Luis Samaniego, Jorge Edwards, Delia Domínguez y Andrés Morales, entre otros.

El Presidente de la RAE, don Víctor García de la Concha y el dramaturo y académico José Ricardo Morales junto al poeta y académico Andrés Morales.

El día 10 de julio se efectuó en Santiago una reunión de las Asociación de Academias de la Lengua Española. El objetivo de este evento fue preparar exhaustivaemte el V CONGRESO DE LA LENGUA ESPAÑOLA que se realizará en Valparaíso, Chile, el año 2010 y firmar los convenios necesarios con el Gobierno de Chile. Asistieron todos los Directores de las Academias Hispanoamericanas y el Director de la Real Academia de la Lengua de España.

lunes, 11 de agosto de 2008

REENCUENTRO CON CECILIA VALDIVIESO por ARISTÓTELES ESPAÑA


Primero en Cartagena, luego en la plaza de Quilpué, en el litoral chileno, nos reencontramos con esta poeta de la Generación de los años 80, ex estudiante de Ingeniería de la Universidad de Chile donde fue alumna del poeta y escritor Enrique Lihn en la Facultad de Humanidades.
Integró el Colectivo de Escritores Jóvenes de Chile que funcionó en la Sociedad de Escritores de nuestro país en calle Almirante Simpson 7 de la capital junto a varios autores que en aquellos años iniciaban un camino en la literatura en tiempos difíciles, entre otros, Gregory Cohen, actual director de teatro y cine, Diego Muñoz Valenzuela, narrador; Ramón Díaz Eterovic, novelista, creador del detective Heredia; Francisco Zañartu, guionista de cine y televisión; José Paredes, narrador, quien reside actualmente en Washington, Oscar Sarmiento, académico en Oregón; Pía Barros, novelista y cuentista, directora de la editorial Ergo Sum; Jorge Montealegre, poeta, actual director ejecutivo del Pre-Universitario Nacional, Carmen Berenguer, poeta, recientemente galardonada con el Premio Iberoamericano “Pablo Neruda” 2008; Sonia González, autora de “Matar al marido es la consigna”; Eduardo Llanos, Premio de Poesía “Rubén Darío” del Ministerio de Cultura de Nicaragua en 1984; Raúl Zurita, poeta, Premio Nacional de Literatura 2000; Erick Polhammer, poeta y conductor de televisión, Verónica Poblete, poeta, Leonora Vicuña, poeta y fotógrafa, quien residió varios años en París, José María Memet, poeta, director del Proyecto “Chile Poesía”.
Eran los tiempos de las protestas estudiantiles y manifestaciones de todo orden en contra de la dictadura militar del general Augusto Pinochet.
Los artistas de Chile salían a las calles a repartir panfletos, afiches, con canciones, poemas, breves obras de teatro, danza, poesía oral, décimas, uniéndose al movimiento estudiantil y de los trabajadores organizados, enfrentando en conjunto la brutal represión de las fuerzas armadas y de sus servicios de inteligencia en contra del movimiento opositor.
Cecilia Valdivieso era una gran lectora de Bakunin, León Trosky, Jean Paul Sartre, Nahuel Moreno, (Hugo Miguel Bressano Capacete), Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Pablo de Rokha, Vicente Huidobro, Nicanor Parra, Gonzalo Rojas, Enrique Lihn, Jorge Teillier y una activa militante juvenil a favor de la democracia, los derechos humanos, el rescate de las libertades civiles en un país amordazado.
Su poesía, sus textos, como los de toda una generación daban cuenta de la derrota, pero también de las ansias de libertad, de la ausencia de pluralismo y la construcción de espacios para recuperar la democracia.
Habitante de la comuna de La Reina, de los vericuetos citadinos del centro de Santiago, Cecilia solía aparecer y desaparecer como esos duendes irlandeses que se refugian en los bosques y aparecen de tarde en tarde con buenas noticias o en busca de planes para ir de nuevo al bosque o al país de Nunca Jamás, territorios inexpugnables al que suelen acceder solo las personas con la magia de Cecilia Valdivieso.
Sus textos, su visión de mundo, su retiro momentáneo de la literatura y del mundo literario es un sello característico de una generación que creció en medio del miedo, la represión, las prisiones, la tortura, la clandestinidad, el exilio.
La poesía de las cosas como decía Lihn para referirse al modo de enfrentar la escritura desde los rincones más inverosímiles es la que caracteriza a Cecilia Valdivieso quien egresó como Psicóloga en la Universidad de Chile y ejerce actualmente su profesión en un hospital de Peñablanca. Profesora de Biodanza, disciplina y ejercicio de sentir, pensar y actuar en forma integrada y tarotista que deambula entregando su conocimiento, intuiciones, y sueños en los lugares más inesperados de la Quinta Región de Chile. Madre de Nahuel Martín, dos jóvenes estudiantes expertos en la condición humana que buscan su destino a partir de un lugar lleno de árboles nativos, que indagan lentamente en la metafísica del tiempo.
Cecilia Valdivieso junto a toda la generación del 80 tiene un espacio en la historia más reciente y en la que vendrá.

Valparaíso, agosto 7 de 2008

miércoles, 6 de agosto de 2008

INFORMES METEOROLÓGICOS, poema de JESÚS ORTEGA HELLER


EN UN NUEVO ANIVERSARIO DE LA TRAGEDIA DE HIROSHIMA, JESÚS ORTEGA HELLER, POETA CHILENO AVECINDADO EN SUECIA, ME HACE LLEGAR ESTE EXTRAORDINARIO Y ESTREMECEDOR POEMA:

HIROSHIMA .
Pronóstico metereológico
Para el 6 de agosto de 1945:

Cielo abierto hacia el amanecer.
Nubes densas y precipitación parcial
En las primeras horas de la tarde.
Durante el día abrasadora ola de calor.
Totalmente despejado hacia el anochecer.

WASHINGTON D.C. .
Informe sobre el tiempo
5 de agosto, 1945.
Boletín especial:

A las 19 hrs. una negra nube
Se detuvo para siempre
Sobre el Capitolio.

CIUDAD DEL VATICANO
Informe Pontificio.
6 de agosto, 1945:

Dios sigue azul.

lunes, 4 de agosto de 2008

DOS POEMAS DE MIGUEL ARTECHE


EL CAFE

Sentado en el café cuentas el día,
el año, no sé qué, cuentas la taza
que bebes yerto; y en tu adiós, la casa
del ojo, muerta, sin color, vacía.

Sentado en el ayer la taza fría
se mueve y mueve, y en la luz escasa
la muerte en traje de francesa pasa
royendo, a solas, la melancolía.

Sentado en el café oyes el río
correr, correr, y el aletazo frío
de no sé qué: Tal vez de ese momento.

Y en medio del café queda la taza
vacía, sola, y a través del asa
temblando el viento, nada más, el viento.


CUANDO SE FUE MAGDALENA

Cuando se fue Magdalena.
Cuando tan lejos se fue.

Nadie supo si llovía
la noche de su partida
cuando se fue Magdalena,
cuando se fue.

Nadie vio si se alejaba
por el mar y la montaña.
Nunca se fue Magdalena,
nunca tan lejos se fue.

Nadie dijo si algún día
Magdalena volvería.
Nadie sabe
............Yo lo sé.

Nunca volvió Magdalena.
Yo, que estoy muerto, lo sé.

viernes, 1 de agosto de 2008

HOMENAJA A LA POETA STELLA DÍAZ VARÍN (1926 - 2006)



El Grupo surrealista "DERRAME", Editorial "Cuarto Propio", la Biblioteca Nacional y la familia de la poeta, invitan a un HOMENAJE A STELLA DÍAZ VARÍN que se llevará a cabo en la Sala ERCILLA de la Biblioteca Nacional de Chile el lunes 11 de agosto a las 19 horas.

Se leerán textos de la poeta, se comentará su obra e incluso se interpretarán piezas musicales para recordar a una de las más grandes poetas de la historia de Chile.