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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

viernes, 21 de abril de 2023

VERNISSAGE DE "ECCIDIO" DE IVÁN NAVARRO (SIPICCIANO, ITALIA, 30 DE JUNIO DE 2023)



 

CONVOCATORIA DEL I PREMIO IBEROAMERICANO DE POESÍA SANTOS CHOCANO



 

BARBERÁ, MAYOR Y OLMEDO EN LA MESA REDONDA: "LA POESÍA HOY" EN LA "10 FIRA DEL LLIBRE DE ALFAFAR" (22 DE ABRIL DE 2023)


 

HOMENAJE AL GRAN POETA ESPAÑOL FRANCISCO BRINES (25 DE ABRIL DE 2023)



 

La Fundación Cañada Blanch, la Fundación Francisco Brines y Poética 2.0 han organizado un HOMENAJE A FRANCISCO BRINES, bajo el título de VER LA POESÍA, SENTIR LOS VERSOS.

 

Jordi Ballester y Estela Martínez interpretarán textos del poeta de Oliva.

 

Será el martes 25 de abril, a las 19:00 horas, en la sede de la Fundación Cañada Blanch, C/ Jorge Juan , 4, de València.

 

📽️ La poesía invade Fundación Cañada Blanch en homenaje a nuestro patrono Francisco Brines.

 

📍 Fundación: https://bit.ly/CanadaBlanch

 

🔗 Inscripciones: http://bit.ly/3TV2Oiq

 

🤝 Fundación Cañada Blanch + Fundación Francisco Brines + Poética 2.0

 


DAVID ROAS Y DAVID VICENTE EN LA FERIA DEL LIBRO DE ALCALÁ DE HENARES (22 DE ABRIL DE 2023)


 

INAUGURACIÓN DE LA EXPOSICIÓN "GUILLERMO NÚÑEZ & LA ESCENA DE AVANZADA", HOY, EN MADRID, 2I DE ABRIL DE 2023

 


martes, 18 de abril de 2023

LANZAMIENTO DEL LIBRO "LOS PAISAJES DE LA CRISIS O LA CRISIS DE LOS PAISAJES" DEL ESCRITOR CHILENO RAFAEL IGNACIO FARÍAS BECERRA (SANTIAGO DE CHILE, 21 DE ABRIL DE 2023)




 

RECITAL POÉTICO EN EL CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA DE LOS POETAS RAÚL ZURITA Y LUIS GARCÍA MONTERO (SANTIAGO DE CHILE, 20 DE ABRIL DE 2023)



 

LA GRAN POETA MALÚ URRIOLA DICTARÁ UN TALLER LITERARIO EN CHICAGO, U.S.A., 23 DE ABRIL DE 2023



 

EL ESCRITOR SANTIAGO ELORDI PRESENTA SU LIBRO "FICCIONES AMERICANAS" EN CASA DE AMÉRICA DE MADRID EL 26 DE ABRIL DE 2023






 

DOS COLUMNAS DEL POETA CHILENO YVAÍN ELTIT


 

martes, 11 de abril de 2023

HOMENAJE EN LA UNIVERSIDAD DE CHILE AL GRAN PROFESOR Y ACADÉMICO GRÍNOR ROJO: "ENCUENTRO INTERNACIONAL, PENSAMIENTO CRÍTICO Y LITERATURA LATINOAMERICANA" (SANTIAGO DE CHILE, 12 Y 13 DE ABRIL DE 2023)


 

LA COLUMNA DEL POETA YVAÍN ELTIT: "RETRATO DE EMILIO DUBOIS"



 

"PUNTO DE PARTIDA" POR EL ESCRITOR CHILENO ANÍBAL RICCI



El tiempo y la muerte se miran las caras. Vivir es simplemente huir rumbo a la muerte. Nada tiene significado si el tiempo es ilimitado. La muerte no debiera ser un evento pasajero, sino ese instante que valoriza todo.

 

El eje de toda una vida será la búsqueda incesante de trascendencia.

 

Cuando se pierde propósito el tiempo se estira al infinito en una especie de vacío. La paradoja es que simultáneamente vemos acercarse a la muerte. El insomnio es solitario y la página en blanco encandila. No aporta luz sino tinieblas. Las ideas huyen de una mente sin anclas y la muerte parece una salida frente a la dispersión. Subo escaleras en vez de un caótico ascensor. El piso cuarto se encuentra demasiado silencioso. Escribir va devolviendo el equilibrio a las células. La homeostasis va templando la función de cada órgano. Hay tiempo para todos los procesos vitales. Una letra, una sílaba y una sentencia renovadora. Observo la puerta que se cerró detrás. Una membrana de acceso a este edificio, a este piso existencial que otorgará más tiempo. En la caja de escala estaba completamente drogado y observaba la luz de la rendija. Ese instante aniquila el ego. Una ameba ocupando un lugar placentero. La tentación del placer orgásmico, ese tiempo sin tiempo cuando todo es posible y la trascendencia importa un comino. Tiempo donde botar cargas, anhelar afectos, despilfarrar dinero para olvidarse de todo lo realizado porque necesitas una lección. Dejar atrás ese ego inútil, debido a que lo anterior no debiera importar para hilvanar nuevas historias. El pasillo es largo y angosto. En realidad, son tres pasillos que dan al único ascensor. El 404 no es un vehículo, es un lugar de sanación. Carece de ojo de buey; todavía estoy poseído por ese placer instantáneo. Hago el ridículo, pero la gente teme a este hombre alto. Voy aligerando la mochila que le da demasiado peso a los años por venir. Ese orgasmo irá cediendo y la muerte va saltando de número. Antes era el 405, se aleja afortunadamente, 410 será la última puerta. Cuántos años transcurrirán entre esos números, cuántas palabras saldrán de mi boca, alcanzaré a escribir la historia del ministro extraviado en el segundo piso.

 

Lo extorsionan porque su amante es transexual y le dicen que persevere con sus reformas que llevan a ninguna parte. El 201 ha alcanzado consenso, el royalty minero ya no es el primer disparo de 9 milímetros. Se ha convertido en una inocente arma calibre 22. La economía se irá a la mierda, mientras los mafiosos seguirán presionando al ministro. Dale con la reforma tributaria, ya estamos amoblando el 202 y la 203 pensionará sobre la línea de la pobreza. Este último cuarto es significativo para los mafiosos, pero buena parte de los economistas también está de acuerdo. Pero los mafiosos quieren seguir informales e impulsarán al ministro a acercar la pensión al sueldo mínimo. El bien común no importa, siguen obcecados por romper los límites. El ministro ama al sujeto del 911. Hermafrodita que cumple todos sus deseos, los del frente ampliado de su corteza cerebral. Creerá que todo es posible al anunciar que la economía se está ajustando.

 

El segundo pasillo no es para sanarse, sino para darse cuenta de que sin propósito es mejor morir mañana. La rutina de los desayunos, almuerzos y cenas son importantes como andenes de descanso. Pero el ser humano debe trascender. Comiendo y cagando no se llegará a lado alguno. Seré vegano porque me importan los animales o por salud, pero vivir cien años conduce a ninguna parte. No se es más sabio por ser más viejo. Para algunos será suficiente el transcurrir de los días, pero la verdad es que uno entiende por qué Amy Winehouse se hizo mierda. Alguien que la quisiera, no por ser una cantante extraordinaria, sino una mujer divertida.

 

El amor es un refugio para la mente, un descanso. La típica rutina adquiere significado cuando estás acompañado. Servir un desayuno a la mujer que amas y tener una de esas conversaciones tridimensionales. La puesta de sol adquiere valor, un lugar para compartir. Pero ese amor no te salvará. La vida invitará a escribir una biografía donde amar no es suficiente. Debes agregarle algo a esta existencia de redes sociales donde cada vez estás más solo.

 

La mente se atasca en un piso cuarto y debes incursionar en otros pasillos. 421 de Trinidad es la dirección de un amigo. Su edificio mental se está desmoronando. Quizás quisiera aniquilarme mañana, pero mi amigo ya no tiene esa opción. Los pisos de su edificio se están difuminando, cada vez va perdiendo altura. Simplemente ya no puede vagar por el 423 porque ese cuarto ya no existe. Quisiera ayudarlo, pero primero debo escribir un futuro. Una historia para que el 425 tenga una salida que me comunique con otras creaciones.

 

Lo perverso de este 425 es que he vuelto a aplazar la muerte que ahora espera en el 430. En el otro pasillo hice añicos al ego, volví al tiempo presente, pero ahora tengo que volver a reconstruirlo. Es una ola incesante que cambia de tamaño, pero requiero afirmar mi personalidad para volver a levantarme y pensar que puedo entablar relaciones con otro ser humano. Sin ego sería despreciable y nadie querría conversar conmigo.

 

El ministro pensaba que amaba a ese otro ser humano, cuando en realidad amaba la forma de sentir su cuerpo. Este ministro ha perdido su propósito, ya no ama las reglas de la ciencia. Se miente a sí mismo echándole la culpa a los jóvenes mafiosos que anidan en su corteza cerebral.

 

El ciclo recesivo está a la vuelta de la esquina. Ante la tempestad el ministro esconde la cabeza. Necesita transitar otros pasillos una vez que el infierno lo deje retomar el control. Requiere recobrar su propósito y hacer volar la imaginación. En su corteza cerebral anidan otras teorías menos dogmáticas.

 

Lo importante es navegar. Debe haber peligro para que el andar adquiera valor. Riesgo a que acabe el tiempo y peligro de perder la vida.

 

Todos los habitantes del edificio se juegan la vida en este juego de dados. La muerte hará que todo esto tenga sentido.

 

sábado, 8 de abril de 2023

"CANTS MEDITERRANIS", LECTURA POÉTICA DE JOSEP PIERA Y JAIME SILES (VALENCIA,13 DE ABRIL DE 2023)



 

"LA CRUDA REALIDAD" POR ANÍBAL RICCI

 



Observo a la gente en la antesala de urgencias. Obvio que atenderán primero al resto. De improviso estoy en una camilla rodando por los pasillos. No puedo controlar el movimiento de mi lengua. ¿Tan grave estoy?

 

Presión elevada, escucho al paramédico. Electrocardiograma con arritmia aguda. Síndrome coronario, sentencia el médico. Benzodiacepina por vía intravenosa. La presión sigue alta y creo escuchar Fentolamina. Estoy en mis cabales sintiendo vergüenza. Cuántas veces acompañé a Cristian Cottet a emergencias y esperamos horas antes de que lo atendieran.

 

Un vecino me llevó en auto. Llamó por teléfono a mis contactos y les explicó que convulsionaba en la acera. Eso opinaba, porque yo estaba en otro lugar sin poder enfocar un ojo. Pura sensorialidad, aunque al parecer esta vez fue grave.

 

Cuando ya estaba estabilizado entraron paramédicos y enfermeras. Querían verme como a un bicho raro y pensaba en Kafka y sus procesos judiciales, pero al revés. Esta gente se preocupaba en serio, no era un proceso de rutina para dilatar el tiempo, era una especie de carrera contra el tiempo. Todo esto lo pensé en la sala de recuperación durante más de dos horas.

 

No creo que haya sido algo tan grave. La sensación de Gregorio Samsa y que los paramédicos dijeran cosas como si yo no estuviera presente. Una especie de cuerpo al que le inyectaban distintas sustancias, nada personal, tampoco creo supieran mi nombre.

 

La verdad no sentí nada. Del placer extremo a salir de la intoxicación más rápido que otras veces. Un tiempo irreal, sin emociones, sin sobresaltos, sólo vergüenza. Desde la sala de recuperación escucho la voz de mi hermana, aunque no le permiten entrar todavía.

 

La estadía en el centro asistencial es el precio que hay que pagar. La sociedad espera que te sientas miserable, pero sigo sin articular ninguna emoción, incluso la vergüenza ha cedido.

 

¿Por qué no puedo evitar drogarme? Las aletas de mi nariz se cierran y necesito dilatarlas para respirar. En realidad busco un respiro de mí mismo. Quisiera volver al pasado e invitar a una chica a un bar, sin luego pedirme otro trago y otro. La adicción es tan poderosa que dejo de ser buena compañía. Planeo dónde comprar la droga y volver a casa en busca de porno.

 

Si no bebo algo pido un café e igual acelero las opciones. Me encantaría que a la primera cita pudiera confesarle que soy adicto, luego extrae un cigarrillo y el olor del humo lo transporta a otro lugar.

 

Soy un tipo entreverado que cada cuatro años pierde la poca humanidad que logra reunir. Puedo no haber bebido en esos mismos años y un día cualquiera desconfío de los que me rodean. Delirio de persecución que me aísla de lugares públicos y eso desencadena una depresión. Luego impulsos eléctricos en mi oreja izquierda hasta que ese día cualquiera vuelve a llegar y unas voces disonantes apuntan como a un ser despreciable, quieren matarme, escucho una voz coral, no vas a escapar esta vez.

 

He intentado de todo. Acupuntura, meditación que en medio de una crisis es imposible, sin los fármacos ni siquiera podría dormir y el insomnio hace escribir hasta altas horas de la madrugada.

 

Hay que escapar de esas voces y las personas que desconfío, la droga completa el círculo vicioso. Cada episodio es peor y esta vez reconozco que no podré salir por mis propios medios. Estoy atrapado y requiero que alguien me brinde una cuota de esperanza.

 

Cada vez soy una peor persona, capaz de llegar a profundidades abisales, a lo más atávico del ser humano, un lugar sin emociones donde sólo importa el día siguiente. Puedo planificar cualquier cosa y con toda probabilidad seré incapaz de alcanzar el objetivo. Mi cerebro se rebela y sólo entiende de salidas temporales, nada definitivo que haga remontar siquiera una ola.

 

El ciclo vuelve sobre sí mismo. Debo consultar el Tarot y El colgado es la única carta que hace sentido. Esperar pacientemente para que esta marea alta pase de una vez, sabiendo que al otro lado de la tormenta la calma siempre será de peor calidad y que la desconfianza en los seres humanos, ya no confío en mi persona, siempre irá cuesta arriba porque encontrar a otro ser humano afín es una verdadera misión imposible.

 

Quiero sentir emociones simples, pero lo más importante, perdurables. De nada sirve pasear al perro si lo amarro a la mesa de la fuente de soda y pido un gin tonic. Para que sea perdurable debo esperar que mi cabeza me deje vivir tranquilo. Por favor, este ciclo será el último, aunque hace tiempo aprendí que la espiral será siempre descendente.


miércoles, 5 de abril de 2023

HOY, 5 DE ABRIL DE 2023, PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE INMACULADA PELEGRÍN "LA TEORÍA DE LAS COSAS" (VALENCIA, LIBRERÍA EL IMPERIO)



 

LA RELIGIÓN EN LA MÚSICA FOLCLÓRICA Y DOCTA CHILENA POR YVAÍN ELTIT



 

MAGO EDITORES CELEBRA 20 AÑOS DE EXISTENCIA (22 DE ABRIL DE 2023)



 

"TODO LO ANTERIOR" POR EL ESCRITOR CHILENO ANÍBAL RICCI

 


 

Apoyado en el paradero aguarda el hombre en la ciudad desolada. Lo único que altera el paisaje son los semáforos. Amarilla, roja, verde. Supone que el movimiento empezará en cualquier momento, pero sobreviene otra vez la amarilla y con la roja observa sus manos. Rojas, no de luz, de sangre. Sigue apoyado en el paradero y la avenida se extiende hasta el infinito. Veinte o treinta ciclos después, una luz verde que parece igual a las previas desaparece del horizonte. En su lugar un bus trasluce hileras de asientos vacíos. El chofer detiene la máquina frente al hombre que acaba de levantarse. Lo observa de reojo y le abre la puerta. El único pasajero sube a duras penas e intenta sacar una tarjeta Bip mientras el chofer le hace un ademán. Avanza por el pasillo balanceándose entre los barrotes. La luz lo encandila y se dobla en un asiento de atrás. Por la ventana el reflejo le revela que tiene el ojo completamente cerrado.

 

Carol preguntó la hora mientras se duchaba. Casi las tres y ni rastros de la encocada. Un par de viagras habían sido suficientes para revivir al muerto y de paso fue imposible llegar a los estertores. Andrés se colocó los calcetines y el pantalón en forma automática. Carol lucía radiante como al principio. Llamó al citófono y la mucama los pasó a recoger. En recepción le devolvieron su identidad. Salieron a la calle y a las dos cuadras la despidió en su esquina. Volvió tras sus pasos y extrajo ochenta mil del cajero automático. Dobló en la calle donde antes estuvo el hotel Valdivia. Caminó por Bustamante y al cruzar el bandejón central alguien lo empujó con fuerza, no una, sino varias veces hasta aterrizar de cara contra el pavimento.

 

El ojo abierto estaba rojo. En su interior se desplegaron subrutinas de ceros y unos. Luego comandos de algo que parecía un programa. Por fin un listado en cuya primera línea se leía «operativo». Tomó consciencia del pasillo del bus y al final adivinó al chofer. ¿Se encuentra bien?, escuchó desde el primer asiento y la pantalla desplegó lenguaje, seguido de español. Una sola palabra como respuesta. Las calles seguían desiertas y el bus avanzaba a velocidad crucero. Presiona el botón y una palabra se ilumina. Desciende y las calles son angostas. «Destino a cuatro cuadras».

 

Despertó en la acera y apenas sentía el cuerpo. Logro sentarse con dificultad y vio sus cordones desabrochados. Miró el reloj Samsung extrañado de llevarlo puesto. Me dejaron el reloj, pensó. Marcaba las cinco y estaba oscuro. Carol a las tres, recordaba. El codo ensangrentado le hizo llevar su mano al rostro. No lo sentía y supuso que la droga de Santa Julia había atenuado el dolor. La mejilla se sentía áspera, muy hinchada y con tierra adherida. Recordó el vientre de Carol, la paz después del porno. Yacía en la vereda, el último sorbo de whisky, la lengua extraviada y los sentidos que impedían ver. Un sujeto lo observaba, pero no tenía importancia. Se retorcía de placer con imágenes que procesaba su cerebro. La mente atrapada en un cuerpo que convulsionaba. Sin luz en los ojos mientras el miedo al sujeto lo hizo levantarse, doblar la esquina y pedir el último Uber.

 

La mitad del rostro destruido y está cubierto de un líquido rojo. Ahora percibe la cubierta exterior y observa los desgarros sobre las costillas. La primera cuadra deja atrás la última luz roja. Dobla en la esquina, todo permanece inmóvil. La rodilla funciona a medias, pero continúa su andar. Chequea el bolsillo y la imagen desde el suelo antes de levantarse en Bustamante. Enciende la pantalla del celular y la aplicación le avisa que hay un viaje pendiente de pago.

 

Va sentado en el asiento trasero, ni siquiera escucha el reggaetón habitual. Han pasado horas y no recuerda nada. Sólo que se levantó de la vereda y huyó de la silueta de un hombre. Extraño que haya sido el único habitante al volver a tomar consciencia. Abre los ojos y distingue pocos autos en la avenida. Desciende en la calle de los travestis y éstos desvían la mirada. No entiende y se interna por la calle angosta. Da vuelta a la manzana y en la esquina de Vicuña Mackenna divisa a Carol. ¿Qué te pasó?, le oye. Tienes el ojo hinchado. Andrés no lo había advertido y le ofrece el doble con tal de que desconecte el taxímetro. Carol le palpa el ojo con cuidado y van al cajero por el dinero.

 

Toca el timbre del edificio y se abre la entrada. Empuja una segunda puerta y se enfrenta al conserje. Le dice algo, pero el idioma no lo traduce. Nombre del conserje, «desconocido». Avanza al ascensor y frente al espejo escanea. Mitad del rostro destrozado, polera desgarrada, herida toráxica. Los sensores le avisan de daños en brazo y rodilla izquierda. Pasillo, cerradura. «Desconexión».


 

Mierda, surge desde el fondo de su alma. Fue cuando sintió el dolor por primera vez. No percibía a nadie alrededor y extrajo el celular con la pantalla hecha trizas. La billetera sin las ochenta lucas, aunque con todas las tarjetas. Más dolor. Me sacaron la cresta, la voz inaudible. Se le vienen a la memoria las luces de un auto y dos hombres pateándolo mientras una voz grita que no viene nadie. No recuerda mucho, salvo golpes en el estómago y en el pecho, sobre todo uno de ellos pateándole la cara. Dejó de sentir y sin verlos, oyó a los hombres subirse al furgón.

 

Hombre de población Santa Julia descarga puñetazo. Posibles otros agresores. Mujer sorprendida. Instante sin tiempo en medio de la noche. Sujetos de Santa Julia ahora enojados. Nuevos sujetos peligrosos. Vehículo apaga sus faros. Pantalla negra desplegando posibilidades. Rojo advertía peligro en todas las esquinas. En medio de la oscuridad enfoca el cielo de la habitación.

 

Todo lo anterior.


II JORNADA LITERARIA "CASTILLO DE BUÑOL" 2023 (VALENCIA, 22 DE ABRIL DE 2023)


 

COLOQUIO SOBRE EL GRAN COMPOSITOR CHILENO JUAN AMENÁBAR (11 DE ABRIL DE 2023)



 

LECTURA DE CARLOS MARZAL DE SU POEMARIO "EUFORIA" (VALENCIA, 5 DE ABRIL DE 2023)