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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

sábado, 30 de septiembre de 2023

"UNA NOCHE EN LA TIERRA" POR EL NARRADOR CHILENO ANÍBAL RICCI

 

 

Se acerca el día X. Sube la bilirrubina por los whiskys endulzados con zumo de naranja. Luce relajada mientras bailan unos merengues. Siempre concentrada con esa voz única casi pedagógica. Liberándose de un día de mierda. Giran y la besa por causa de su amor cristiano. Sólo tus besos, vida mía. Vuela por la habitación y la piel es su único atuendo. Acaricia su vientre, los hijos ya son grandes. Sexo sin complicaciones, aunque existen de otro tipo. Miedos furtivos de una noche difícil de explicar. Nueve meses de pulsaciones a mil, devorando el tiempo para esquivar delirios. El hombre se calma cuando aplaca los cien latidos. Ya no requiere excitar el sistema nervioso con estupefacientes. Antes invocaba el instinto de dar el paso siguiente y las consecuencias eran para otra vida. Pero ahora rescata el pasado porque esta mujer lo ha embrujado. Actos previos podrían ser el origen del caos. Miedo a estar muriendo, ahora desea eternizar esta noche. Disfrutar más allá de ese beso apasionado. Debe cuidarla, pero la quiere suya. Para conquistar su tiempo. Bailan suspendidos en melodías de Juan Luis Guerra. Inyéctame tu amor como insulina. Esa hora se transforma en una noche, por qué no una vida. Han conversado de tantas cosas, hasta de la corrupción de las autoridades. Votaron por el mal menor, pero este remedio está siendo peor que la enfermedad. Una pésima película de cine negro con villanos que posan para las cámaras. Pero estos bailarines recuerdan a otros actores y actrices. Hablan de sus filmes preferidos, breves momentos donde compartieron fotogramas que detienen el tiempo. Porque en ese instante la vida se ilumina en medio de la noche. Dos adolescentes navegando sobre un puente. Comparten una mirada lujuriosa de otras experiencias. Las ciencias sociales se mezclan con las matemáticas, pero ninguno desea elegir la ruta. Entienden un lenguaje que se torna musical. El triphop de Bristol, la sensual voz de Beth Gibbons. Portishead habla su idioma a un costado del camino, lidiando con la resaca beben para enamorarse cuando se hace preciso. Las pulsaciones descendieron de los ciento cincuenta, ya no es necesario el polvo en su nariz. El hombre le regala tiempo, pero también quiere robárselo a esta mujer. Hacer converger sus túneles es la parte más pesada. En esas intersecciones el tiempo se confunde con la distancia. Kilómetros para recorrer tomados de la mano. Envuelve su cintura y ese beso desaparece los problemas. El día de mierda ya no importa, mejor un par de ginebras con rodajas de limón. Le cuenta de Isla de Pascua y cuando aterriza en el continente lo invita a su casa ecléctica, pero una vez en el dormitorio lo seduce con su perfección, esa intimidad tras las cortinas que perpetúan la noche. El hombre con insomnio crónico la observa mientras duerme. Posa su mano en su trasero. Tiene miedo, pero le gusta navegar en tierra firme. Tatuajes que dibujan una brújula para recorrer mientras se acerca el día X y disfrutan el recital de Fito Páez. La luz de la pantalla ilumina los cuerpos, pero esta mujer es el mismo monte Sinaí. Nunca quiso ocultar la verdad, pero entiende que era para atenuar los latidos. El tiempo es distancia, velocidad, el beso eterno de Borges.

NUEVA VERSIÓN DE LOS POEMAS DE ANDRÉS MORALES TRADUCIDOS AL GRIEGO POR EL POETA STELIOS KARAYANIS

 


Los elegidos

 

Fuimos una estirpe generosa

el don que nos fue dado en privilegio

lo hicimos madurar perfectamente.

Sólo que algo nos faltó, no fue el silencio

ni el ansia de morir en la batalla.

Sólo que algo estaba allí detrás del sol

y las noches donde el mar se estremecía.

Vimos los caballos y los peces,

el rápido aletear del tiempo ajeno;

vimos el diluvio, la ruina, el esperpento

y el húmedo contacto de la tierra.

Nada es como ayer ni puede darse

el fruto en el invierno despiadado;

la historia no quisiera recortada

al tiempo reescribirlo en la derrota.

Cada cosa en su lugar,

también la muerte.

Fuimos una estirpe generosa.

  

 

Οι εκλεκτοί

 

Ήμασταν μια γενναιόδωρη  φάρα

το δώρο που μας δόθηκε προνομιακά

φροντίσαμε να ωριμάσει για τα καλά.

Απλώς κάτι μας έλειπε, δεν ήταν η σιωπή

ούτε η επιθυμία να πεθάνουμε στη μάχη.

Μόνο που κάτι υπήρχε πίσω από τον ήλιο

και τις νύχτες που η θάλασσα έτρεμε.

Είδαμε τα άλογα και τα ψάρια,

το γρήγορο φτερούγισμα του χρόνου των άλλων.

Είδαμε τον κατακλυσμό, το ερείπιο, το γκροτέσκο

και την υγρή επαφή της γης.

Τίποτα δεν είναι σαν χθες ούτε μπορεί να δοθεί

ο καρπός στον ανελέητο χειμώνα·

η ιστορία δεν θα ήθελε να ανακοπεί

ενώ στο χρόνο ξαναγράφονταν με ήττα.

Κάθε πράγμα στη θέση του,

επίσης  ο θάνατος.

Ήμασταν μια γενναιόδωρηφάρα.

 

 

 

 

Danza Macabra

 

Dios nunca juega a los dados,

pero los carga de muerte.

Dios nunca juega a las cartas,

aunque a su hijo lo cuelguen.

Dios ya no lee las manos

ni traduce cenizas.

Dios tan sólo bosteza

mientras la danza macabra

nunca se acaba en la sangre.

 

 

Μακάβριος χορός

 

Ο Θεός δεν παίζει ποτέ ζάρια

αλλά τα φορτώνει με θάνατο.

Ο Θεός δεν παίζει ποτέ χαρτιά

κι ας απαγχονίσανε το Γιο του.

Ο Θεός δεν διαβάζει πια τα χέρια

ούτε  μεταφράζει στάχτες.

Ο Θεός απλά χασμουριέται

ενώ ο μακάβριος χορός

δεν τελειώνει ποτέ στο αίμα.

 

Libera me

 

Del tiempo que nos cruza como un trueno congelado,

del plazo y de las deudas con los vivos y los muertos,

de la blasfemia dicha por la injusticia siempre,

de todas las mentiras que nos envenenaron

y todas las mentiras aún no pronunciadas.

Del agua y la esperanza de sanación en vida,

de los profetas ciegos, de la verdad a medias,

del grito, de la sangre, de los terrores diarios

y del vacío pleno en soledad de cárcel.

Jamás de la hecatombe, del juicio indispensable

que habrá de ensombrecer el ceño de las madres;

jamás de los castigos por las cenizas mudas:

el precipicio amargo del despeñado en culpa.

Libérame del hierro que destrozó la risa,

libérame del pan de la falsía indigna,

libérame del miedo al trueno que somete.

Libérame, mi Dios, del propio corazón.

 

 

 

 

Ελευθέρωσέ με

 

Από το χρόνου που μας διασχίζει σαν μια  παγωμένη βροντή,

από τη της θητεία  και από τα χρέη με ζωντανούς και νεκρούς,

από της βλαστήμια που ειπώθηκε πάντα από την αδικία,

από όλα τα ψέματα που μας δηλητηρίασαν

κι απ’ όλα τα ψέματα τα ακόμα ανείπωτα.

Από το νερό και την ελπίδα της θεραπείας στη ζωή,

από τους των τυφλούς προφήτες της μισής αλήθειας,

από την κραυγή, το αίματ, από τους  καθημερινούς τρόμους

κι από  το πλήρες κενό στη μοναξιά της φυλακής.

Ποτέ από την εκατόμβη, της απαραίτητης δίκης

που θα σκοτεινιάσει το συνοφρύωμα των μητέρων.

ποτέ από τις τιμωρίες για τη βουβή στάχτη:

από τον πικρό γκρεμό του βυθισμένου στις ενοχές.

Ελευθερώσε με από το σίδερο που κατέστρεψε το γέλιο,

ελευθέρωσε με από το ψωμί του ανάξιου ψεύδους,

Ελευθέρωσέ με από τον φόβο της βροντής που υποτάσσει.

Ελευθέρωσέ με, Θεέ μου, από την ίδια μου την καρδιά.

 

 

El canto de la Sibila

 

La lengua en que respiro

y en la que nunca hablo.

La dulce lengua madre,

anémona olvidada,

en donde yo adivino

y sueño a medianoche.

Aquella en la que escribo

(enmascarada siempre),

aquella que no entiendo

trepando sus acentos.

Aquella siempreviva

como una golondrina

o cien gaviotas blancas,

como este prodigioso

decir marino, ahora,

donde es mejor callar

soñando con sus piedras

de un mar y de una isla,

que no adivinarán

la dicha de estas letras

que habitan en el aire

aún quieto o caprichoso

 

Το τραγούδι της Σίβυλλας

 

Η γλώσσα στην οποία αναπνέω

και στην οποία δεν μιλάω ποτέ.

Η γλυκιά μητρική γλώσσα,

ξεχασμένη ανεμώνη,

όπου εγώ  μαντεύω

και ονειρεύομαι τα μεσάνυχτα.

Αυτή στην οποία γράφω

(πάντα μασκοφορεμένη),

αυτή  που δεν καταλαβαίνω

σκαρφαλώνοντας στους τόνους της.

Εκείνο το αειθαλές

σαν χελιδόνι

ή εκατό λευκούς γλάρους,

σαν αυτό το θαυμαστό

πες ναυτικό, τώρα,

όπου είναι καλύτερα να σιωπάς

ονειρευόμενος με  τις πέτρες

μιας θάλασσας και ενός νησιού,

που δεν θα μαντέψουν

την ευτυχία αυτών των γραμμάτων

που ζουν στον αέρα

ακόμα ακίνητος ή ιδιότροπος

σε μακρινή εξορία.

 

 

 

Visión del padre muerto

 

De nada aquel amor de sordas lilas,

de nada esa república difunta.

Estás sentado entonces, austeramente solo

y en otras vida piensas, fotografiado ayer.

El mar es traidor: es otro el mar que rompe.

Mejor abandonarse, abandonarse entero.

 

 

Όραμα του νεκρού πατέρα

 

Αυτή η αγάπη για τις κωφές πασχαλιές είναι ευπρόσδεκτη,

Καλώς ήρθες, αυτή η εκλιπούσα δημοκρατία.

Τότε κάθεσαι εντελώς μόνος

και σε άλλες ζωές νομίζεις, φωτογραφημένος χθες.

Η θάλασσα είναι προδότρα: η θάλασσα που σκάει είναι άλλη.

Καλύτερα να εγκαταλείψεις τον εαυτό σου, να εγκαταλείψεις τον εαυτό σου εντελώς.

  

  

El hombre cruel

 

En sus uñas las señales,
las invasiones de los perros,
el crepúsculo glacial,
la cara oculta y nueva
de la muerte.

Le duelen los dedos,
los ojos se le caen
y un par de sus dientes
le muerden el sueño.

La tarde:
descubrió los parques,
unas calles,
la distancia.

La tarde:
terminó las hojas,
los besos,
la visiones.

 

 

Ο σκληρός άνθρωπος

 

Στα νύχια του τα σημάδια,

οι  εισβολές σκύλων,

το παγωμένο λυκόφως,

το κρυφό και νέο πρόσωπο

του θανάτου.

 

Πονάνε τα δάχτυλά σου

του πέφτουν τα μάτια

και ένα ζευγάρι δόντια του

σου δαγκώνουν τον ύπνο.

Το απόγευμα:

ανακάλυψε τα πάρκα,

κάποιους δρόμους,

απόσταση.

Το απόγευμα:

τέλειωσε με τα  φύλλα,

τα φιλιά,

τα οράματα.

 


Adriático en Dubrovnik

 

(A Jaime Siles)

 

 

Este mar .. este mar .. Este Mar

Único .. perfecto .. conjugado
navegándose perpetuo en su descanso
ceremonia rito de lenguaje

He aquí el rostro de las horas
el brazo que recorre y no respira

(Yo he visto como el sol en su cadencia
adivina el arrebato 
.. la partida)

Argonautas que regresan con manzanas
lirios 
.. islas en las manos
y el peso de mis ojos en su viaje

Aquí el mar completo en su desnudo
frágil 
.. terrible .. cuerpo entero

Aquí converge el sueño por su sangre
y rompe el sol su centro presentido


 

 

 

 Αδριατική στο Ντουμπρόβνικ

 

(Στον Jaime Siles)

 

 

Αυτή η θάλασσα .. αυτή η θάλασσα .. Αυτή η θάλασσα

Μοναδική.. τέλεια .. συζευγμένη

πλέοντας αέναα μέσα στην ανάπαυσή του

σαν μια γλωσσική τελετή

 

Ιδού το πρόσωπο των ωρών

το μπράτσο που τρέχει και δεν αναπνέει

(Έχω δει πώς ο ήλιος στον ρυθμό του

μαντεύει το ξέσπασμα .. την  αναχώρηση)

 

Αργοναύτες που επιστρέφουν με μήλα

κρίνα .. νησιά στα χέρια

και το βάρος των ματιών μου στο ταξίδι τους

 

Εδώ όλη η θάλασσα  μέσα στη  γύμνια της

εύθραυστη.. τρομερό .. ολόκληρο σώμα

Εδώ συγκλίνει το όνειρο για το αίμα του

και ο ήλιος σπάει το προκαθορισμένο  του κέντρο

 

LA COLUMNA DEL POETA CHILENO YVAÍN ELTIT: "CONSTELACIÓN LITORAL"



 

martes, 26 de septiembre de 2023

JORNADA POÉTICA DE OTOÑO DE OXEDA EDICIONES (MÉXICO, PALACIO DE LA AUTONOMÍA, FUNDACIÓN UNAM, 28 DE SEPTIEMBRE DE 2023, 17:00 PM, VIRTUAL)





 

PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE LA GRAN POETA ESPAÑOLA MARÍA ÁNGELES PÉREZ LÓPEZ "LIBRO MEDITERRÁNEO DE LOS MUERTOS" (SALAMANCA, 2 DE OCTUBRE DE 2023)



 

PRESENTACIÓN DE LA NOVELA DE MARÍA ÁNGELES CHAVARRÍA "NO ME QUIERAS TANTO" (VALENCIA, 29 DE SEPTIEMBRE DE 2023)



 

"ESTÁS MUY MAL" POR EL ESCRITOR CHILENO ANÍBAL RICCI



  

Cállate, me estás molestando. Ayer extravió la tarjeta de crédito cuando compró tres kilos de plátanos antes de abordar el Metro y viajar a la ciudad jardín. Dice que el nieto no sabe nada, aunque en realidad fue quien le bloqueó el plástico. El hombre tiene ochenta años y prácticamente no trae equipaje cuando viene con su mujer a la capital. Adquirió un computador que no le interesa usar, no lo incluye en el bolso por el peso excesivo, aunque bien podría haber comprado los plátanos en los puestos cerca del terminal de destino. Ingresa en la línea tres y en vez de ir en dirección a Universidad de Chile, prefiere la ruta opuesta por Plaza Egaña. Estás equivocado, ese no es el camino. No quiere que su hijo lleve el bolso con los tres kilos de más. Su andar es pausado debido a que se cayó la semana anterior cuando experimentó un día de furia contra sus hijos y nietos. Hubo que encerrarlo para que no saliera a la calle, pero también escondieron los cuchillos luego de amenazarlos con las esquirlas de un vaso que hizo trizas contra el lavaplatos.

 

Baja en el terminal de Pajaritos y compra los pasajes para el bus de las seis. Quedan diez minutos y quiere de todas formas tomarse un café. Su esposa termina a tiempo y el hijo le dice que el bus va a partir. Nunca llegan a la hora, dice y tarda a propósito en beberse el brebaje. La idea es llevar la contra, está convencido de que el bus no partirá si no lo decide. Llega tarde al andén y el hijo sugiere que el bus ya partió. Son las seis y diez minutos. No quiere soltar los pasajes, repite que el bus está retrasado como otras veces, pese a que el asistente de andén ya anuncia las salidas de las seis y veinte minutos. El hijo le quita los boletos de la mano y al ejecutivo de Tur-Bus poco le interesa que dos ancianos hayan perdido el viaje. Se remite a informar que deben establecer un reclamo formal en la oficina central ubicada en no sé dónde.

 

El asistente de andén es un dominicano que observó como el hijo tomaba del brazo a la madre mientras ella caminaba temerariamente por la loza. El anciano se desentiende de la esposa que hace lo imposible por ingresar al bus que tiene enfrente. Está convencido de que el bus de las seis está retrasado cuando son las seis con cuarenta minutos. El asistente de andén intercede y habla con el chofer de las seis cincuenta. El hijo tranquiliza a la madre que grita frente a la puerta del bus. El chofer asegura que si quedaran asientos disponibles los hará pasar, que lo esperen hasta la hora de partida. El hijo llama al padre que está a seis andenes de distancia esperando el bus de las seis. La madre quiere ingresar al baño del bus que está junto a la entrada. El hijo coge al padre del brazo y le dice que ya solucionó el problema. Éste se adelanta a su mujer y la aparta para entrar primero al baño. Madre e hijo suben al segundo piso esperando un mejor momento. El bus cierra las puertas y se ubican al final del pasillo. Un pasajero cede el asiento debido a que presenció el griterío de abajo. El viejo tarda diez minutos en el baño y se sienta en cualquier asiento, no en los asignados por el chofer, a ocho asientos de distancia de sus parientes. Habla por celular en voz alta que se escucha hasta el final del pasillo. La madre está asustada ante la insistencia del hijo por llevarla al baño.

 

          El hijo lleva más de treinta horas sin dormir debido a que acompañó al anciano a reparar la placa dental que hizo añicos la noche anterior. Por la mañana pretende por fin someterse a una resonancia magnética para descartar un accidente cardiovascular. Vislumbra que ha tratado pésimo a la familia durante los últimos días y dejará que el hijo lo lleve a Integramédica a primera hora. A la neuróloga le indicó que se hará un escáner como el que se hizo hace años, aunque la doctora insiste en que ese examen no determinará si hay algún daño cerebral. Extiende una orden médica para una resonancia magnética, exactamente la misma indicación de los tres centros de urgencia a los que acudieron la semana anterior. El diagnóstico probable es exactamente el mismo. Señorita, usted está equivocada, repite varias veces. No tengo ningún problema, anóteme un escáner para hacerlo de inmediato. Le indica que no sirve ese examen y que para hacerse las imágenes necesita pedir hora. El hombre sale de la consulta diciendo que la neuróloga no tiene idea de nada. Requiere de una muestra de sangre, insiste en que tiene que ser altiro y que medirá el nivel de creatinina. De ser alto resultaría peligroso el contraste yodado indicado para la resonancia que no quiere hacerse. La doctora lo explicó claramente, pero el sujeto quiso entender que de salir bien el examen de sangre no sería necesario el escáner, que en realidad debiera ser una resonancia magnética.

 

          En Viña del Mar el hijo ha logrado dormir seis horas y el hombre le retira las frazadas y las sábanas. Acto seguido le sirve pebre de desayuno, en el refrigerador sólo hay tomates. El hijo trajo un tarro de café desde Santiago y lo esconde porque el padre insistirá que es veneno. Pero cuando se entera que calienta agua se enfurece. Te vas a cagar los riñones, repite como cientos de otras veces. El hijo desayuna solo mientras el hombre acude al banco a retirar una nueva tarjeta que le solicitó el nieto. Tuve que ir a otra sucursal, mi nieto no tiene idea de nada. El hijo lo llama durante toda la mañana y sus padres regresan a las tres de la tarde ya almorzados. Acudieron al restorán favorito y se sirvieron dos platos cada uno, con jugo, postre y café. El hijo los esperaba para almorzar, pero el padre no se da por aludido. A las cinco de la tarde toma un bus al centro y devora una pizza en el patio de comidas. Regresa al departamento del hombre y éste le pide que le enseñe como borrar contactos del celular. Le explica que su amigo de Limache se refería a los cientos de wasap que tiene registrados, pero no insiste y le enseña a borrar contactos. Quiere borrarlos todos, el de su hija, hijo y nietos. Le explica que va a quedar incomunicado e intenta llamar a su hija. Ha borrado también el ícono del teléfono y no sabe como llamarla. El hijo rescata el ícono, pero el anciano dice que nunca ha llamado marcando wasap. Quiere aprender a usar el computador nuevo. Le enseña a activar el motor de búsqueda. Se lo muestra, el hombre accede al banco, pero ahora quiere que el hijo le hable, que no entiende la tecnología que usaba hasta hace dos semanas. Le conversa, pero él no quiere conversar de ese tema. Estás mal, no entiendes nada. El hijo le menciona que un antiguo conductor de televisión, Enrique Maluenda, está próximo a cumplir noventa años y el progenitor le responde airado que no es así, que Maluenda es de su época y que no tiene noventa años. El hijo molesto busca en Google y le responde que cumplirá ochenta y ocho años. Ves que no sabes nada, nunca le achuntas. Enséñame a apagar el computador, insiste. En el refrigerador solamente hay tomates y de su bolso saca unas láminas de queso. Busca el pan en la despensa y el viejo grita con furia que lo va a dejar sin pan. Para qué viniste, todo está mal, tu madre nunca se porta así conmigo. No me puedo concentrar. Enséñame a prender el computador, ayúdame, escribiendo cosas en tu computador no me sirves. Para qué viniste. El hijo lo abraza y le dice que está sobrepasado, que tiene que contratar a alguien para que cuide a la madre. Cállate, me estás molestando, ahora la furia es contra su esposa. Ella le pide un pedazo de queque y él la manda a acostarse. Son recién las ocho cuando se oye el tercer me estás hartando. El hijo le pide que se calme cuando ella ya se ha acostado. No está acostada, las cosas no son como tu piensas, ahora increpa al hijo que se refugia en el cuarto para hablar con su novia. No me sirve que hables con ella, enséñame a apagar el computador. Si bien el hijo entiende el estado mental de su progenitor, también sabe que su padre lo ha odiado toda la vida.

 

          Tenía siete años cuando le gritó a su madre que el médico no entendía nada. Tercer médico que insistía en que le extirparan las amígdalas. Estas amigdalitis recurrentes que se suceden varias veces al año pueden traer futuras consecuencias cardiacas, las mismas palabras de los anteriores doctores. El hombre repetía con voz airada que las amígdalas eran indispensables para el sistema inmune y que la fiebre alta era benéfica para la salud del hijo. La temperatura sobrepasó los cuarenta grados muchas veces y le bajaban la fiebre con compresas de barro y cebolla. Una vez llegó cerca de los cuarenta y uno, entonces el hombre se asustó y metió al hijo en una tina de baño con agua fría y le echó los hielos del refrigerador. Algo cedió, para el anciano bajarla con aspirinas era muy peligroso. Procedió a envolverlo en una sábana que sumergió en el agua, para luego cubrirlo con frazadas que impedían que se mojara el colchón.