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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

viernes, 27 de enero de 2012

POEMAS DE FRANCISCO MARTINOVICH (CHILE)





Francisco Martinovich Salas (Santiago, 1987) es Licenciado en Letras Hispánicas por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente realiza su tesis sobre la obra poética de Juan Marín, para optar al grado de Magíster en Literatura en la Universidad de Chile. Sus poemas han sido publicados en diversos “pasquines” y revistas universitarias de limitada distribución, así como en el libro Chile mira a sus poetas. Estudios y creaciones. (Paula Miranda y Carmen Luz Fuentes, Editoras). Desde 2006 ha organizado y participado en múltiples ciclos y recitales de poesía. Ha realizado talleres con Rafael Rubio y Juan Antonio Massone. En 2011 fue seleccionado por la Fundación Pablo Neruda, junto con otros nueve poetas jóvenes, para formar parte del Taller de Poesía dirigido por los escritores Floridor Pérez y Jaime Quezada.
  


Sobre méritos y circunstancias*

Mis poemas están dando vueltas por todos lados,
y no hay más mérito en encontrarse con uno
sino el que hay en un bebé que abre los ojos.

El que busca nunca encuentra
y por lo demás,
buscar es cosa de arrogantes detectives,
tropezarse sí es un ejercicio de modestia
tropezarse con un poema que apareció en la calle
que se perdió en una feria o en un parque,
quebrarlo por accidente
y asumir el oficio de quien recompone los pedazos.

No será mi lugar sobre la torre del salvavidas
no creo en las palabras para escribir sobre la piedra
ni tampoco en camuflarme y perderme entre la gente
no seré predicador, ni charlatán, ni profeta:

dos ojos
dos piernas
dos manos.

El que traduce,
el testigo
es el peor vivo
pero el mejor testigo.

A cada uno su tiempo y el disconforme a la FIFA
a culpar al destino, a llorar a la iglesia
yo, necio, juro que no me quejo
que se vive y ante eso se responde
(he ahí una regla a sostener en los poemas)
pues siempre hay alguien que debe sacar la basura a la calle
y ahí estarán
supongo
los poetas:
             recogiendo los pedazos de algún accidente.

Quien no ha visto al poder jugando el juego,
sospecha de nada en esta tierra,
yo desconfío de las herramientas que me da el tiempo
y me refugio en el lenguaje porque puedo,
porque creo es la herramienta más honesta y la más vieja
y hoy de los más viejos, nadie sospecha.

Al lenguaje apuesto entonces mis tristes monedas
con la convicción cierta de que perderé la guerra
pero saldré con la frente en alto de alguna batalla, o no;
y aunque nadie se acostará jamás con mis poemas
con dignidad recogeré los pedazos
del accidente.

En esta sinfonía de mucho balar y poca certeza
el detalle y el instante son los reyes
el bemol la melodía que persiste
la anécdota hace la eternidad
y una palabra situada vale más que mil ojos

En esta realidad de tormenta, 
hay que saber reírse
hasta de los chistes más crueles
pues el serio es condenado a su vida
y estos chistes dan tanta pena
que las lágrimas se quedan cortas
y se comen los ojos

entonces, ciego,
el poeta se tropieza
y alguien tiene que meter las manos en la mierda
y unir nuevamente los pedazos del accidente.
  
*”Sobre méritos y circunstancias” es el resultado de un ejercicio del Taller de Poesía de la Fundación Pablo Neruda, que solicitaba a sus participantes un escrito a modo de poética.




Del libro Sospecha de nada (Inédito)


Geografía personal


yo no tengo casa
tengo tres casas rojas

La primera está ubicada en una calle que no existe
hoy la habitan las palomas
y unas plastas secas

La segunda es la casucha donde llegan las cuentas
nadie duerme allí
solo se toma agüita de hierba para matar
                                             los nervios
y hay un perro que ladra
pero no cuida 

En la tercera, yo no vivo
queda en Departamental, camuflada en una villa
en Avenida Matta, al costado en la vereda
en Independencia en un pedazo de pasto viejo
en la micro, corriendo, atrasado
por toda la circunvalación Américo Vespucio
en la Alameda, perdida en el alcantarillado
al pie de un graffiti en La Florida y Recoleta
y en esa calle que me olvide su nombre

en cada una duermo una vez al año.

  

Declaración de principios

Uso potes y utensilios de plástico
ollas de acero inoxidable y sillas de madera.
Me ducho
boto mis latas al basurero regular,
escribo sobre hojas de papel
y guardo mis cosas en cajas de cartón.
Uso desodorantes que no
certifican no hacer daño a la capa de ozono,
compro bencina de 95 octanos
y no le he revisado los gases al auto.
En mi casa hay una estufa a leña sin certificación.

Estoy destruyendo el mundo día a día,
sin embargo no tirito mientras duermo,
y supongo que no dejo tranquilo a nadie.





El hipócrita

He mantenido desde la hora cero
riguroso ayuno
nada de bocado de madrugada,
ni un jugo
desayuno ni pensar
ni almuerzo, ni postre
me resté de la siempre abundante once
y para la hora de la cena
simplemente me hice el tonto

pues en el nuevo día que acecha
esta noche es de festín.


 Los pájaros

Los pájaros son como los hombres
egoístas, mezquinos
rechazan a otros de su misma especie
pelean su pareja, comida y  territorio
hablan, cantan, saltan y vuelan
mueren de pena,
muchos son vegetarianos
o naturistas si comen semillas
protegen sobremanera a sus crías
sufren también del complejo de Edipo
mueren por desilusiones amorosas
mueren en la guerra
abusan de los menores
toman vacaciones
carretean
mueren atropellados
son fieles e infieles
algunos son rapaces
otros comediantes
mueren de hambre y de frío,
fácilmente, sin razón ni remordimiento,
te cagan, como si nada.
.
Son pájaros y son como los hombres
con la salvedad de que los hombres
no tenemos alas.
  

martes, 24 de enero de 2012

COMUNICADO DE PRENSA DEL II FESTIVAL "POESÍA A CIELO ABIERTO" DE VALPARAÍSO 2012





2° Festival Poesía a Cielo Abierto de Valparaíso

27, 28 y 29 de enero de 2012


En el marco del Festival de las Artes Valparaíso 2012, y bajo el lema “Valparaíso, territorio poético”, el 2° FESTIVAL POESÍA A CIELO ABIERTO, la Fundación Pablo Neruda y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, tienen el agrado de invitar a la comunidad a las actividades gratuitas que se realizarán los días 27, 28 y 29 de enero de 2012.

Dicho evento contará con la participación de algunos de los poetas más destacados del país y de la región, como Raúl Zurita, Teresa Calderón, Claudio Bertoni, Tomás Harris, Jaime Quezada, Malú Urriola, Juan Cameron y Ximena Rivera, entre otros.

Entre sus diversas actividades, destacan los recitales en troles, la colocación de placas conmemorativas, un coloquio acerca del paso de tres grandes figuras poéticas por Valparaíso y las lecturas en lugares emblemáticos de la ciudad, como el Museo a Cielo Abierto, la casa-museo La Sebastiana e incluso la bahía del puerto, a través de un recital en botes en movimiento.

En este sentido, la idea esencial del evento es pensar Valparaíso como un escenario natural para el despliegue poético, contribuir a la revisión reflexiva del acontecer poético nacional y generar espacios de comunión entre la poesía y la comunidad. 

¡Los esperamos!

*Pueden ver la programación completa en: www.poesiaacieloabierto.cl

domingo, 22 de enero de 2012

CONGRESO INTERNACIONAL EN CUZCO, PERÚ: "TEATRO Y FIESTA POPULAR Y RELIGIOSA"




Varios organismos científicos, entre ellos el Instituto de Estudios Auriseculares (IDEA), la Universidad del Pacífico de Lima y el Grupo de Investigación Siglo de Oro (GRISO) de la Universidad de Navarra, con la colaboración del Instituto Riva-Agüero (Pontificia Universidad Católica del Perú), la Fundación Visión Cultural de Bolivia, The Hispanic Baroque Project (University of Western Ontario, Canadá), el Grupo de Investigación Calderón (Universidad de Santiago de Compostela, España), el Instituto Almagro de Teatro Clásico (Universidad de Castilla-La Mancha, España), el grupo PROLOPE (Universidad Autónoma de Barcelona, España) y el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua (España), y el patrocinio del Proyecto TC/12, Programa Consolider-Ingenio 2010, del Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica del Gobierno de España, convocan el Congreso Internacional «Teatro y fiesta popular y religiosa» que se celebrará en Cuzco (Perú), del 4 al 9 de junio de 2012, coincidiendo con la fiesta del Corpus Christi, manifestación espléndida de la fiesta popular y religiosa, que es uno de los centros de interés del congreso.
Hallará todas las informaciones pertinentes en esta dirección: 

viernes, 20 de enero de 2012

BUENOS AIRES 2011




Y Piazzolla me rompe la cabeza,
y Piazzolla me rompe la cabeza.

Y un cello y un violín
me dicen no.

Que es mejor partir.

Y Piazzolla me rompe la certeza
sin saber por qué, un auto, un helicóptero
un avión.

¿Es mejor partir con nada
romper el aún, así, quizás?

Piazzolla me rompe la cabeza.

CONFESIÓN DE UN NEGRO DEL ESTADO DE RUANDA (ÁFRICA) DESPUES DE LA GUERRA CIVIL






                             (Campo de refugiados en la frontera con Ruawda)

Escribe Yamawé y no respira.
El largo desierto como avispa
clava su aguijón inesperado.
Esa cruel sorpresa del que llora
que ya no dice nada, pero grita
de hambre o de quietud,
qué mas importa:

El truécano del que todo lo ha perdido
y el terrible traficante del horror:

Un hábil alfil en la jugada
y nada que decir o más que nada,
sin ánimo patético de luna
o piélago de sol, ni mas bandera
que ojos levantando su mirada
y ojos húmeros e inmóviles
o arena hasta la piel de la locura.

Escribe Yamawé y recupera
su canto de terror, de despedida.

Escribe, escribe, escribe
y me lo dice:

El hambre habrá de hartar al más piadoso.

PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE SOLEDAD SEBASTIÁN "SOPA DE LETRAS, UNA HISTORIA DE AMOR" EL SÁBADO 21 DE ENERO DE 2012 EN "PLOP GALERÍA"





Sebastián Barros, Director de Pehuén Editores, 
y Plop! Galería tienen el agrado de invitarle a la
presentación del libro de Soledad Sebastián 


SOPA DE LETRAS
UNA HISTORIA DE AMOR


El día sábado 21 de enero a las 12 hrs. en Plop! Galería;
Merced 347, local 7, Barrio Lastarria.

Compartiremos unas frutitas de honor.

jueves, 19 de enero de 2012

HACE 145 AÑOS NACIÓ RUBÉN DARÍO POR HAROLD ALVARADO TENORIO (COLOMBIA)




Yo nunca aprendí a hacer versos —dice Rubén Darío (Metapa, 1867-1916) en su Autobiografía —. Ello fue en mí orgánico, natural, nacido. Niño precoz, versificó en una ciudad, León, donde se rimaba por cualquier acontecimiento: una boda, un deceso, un cumpleaños, una victoria o un fracaso político, la consagración de un obispo o la toma de empleo. Sus versos de entonces imitan a Zorrilla, Campoamor o a Nuñez de Arce, pero también a  Víctor Hugo, el primer poeta francés que se advierte como influencia en su poesía. Son poemas unas veces piadosos otras profanos, nacidos de las contradicciones ideológicas que vivía un niño en una comunidad de fanáticos religiosos y una minoría de liberales y positivistas, artesanos e intelectuales lectores de Rousseau, Montesquieu y Juan Montalvo. Sus temas, los del civilismo latinoamericano: la fe en el progreso, en la democracia, el odio al clero y la iglesia, y los eternos de la poesía: el amor, el paisaje, las explicaciones de los mundos desconocidos, los otros mundos del alma.
Durante su estancia en Chile Darío publicó Azul. . . Ni los cuentos ni los poemas escritos allí se parecen a los que había publicado en Nicaragua. La lectura de los parnasianos, con Leconte de Lisle a la cabeza,  deslumbraron a Darío revelándole la forma escultórica de la estrofa, el colorido de la adjetivación y el brillo de las imágenes precisas. Sus poemas son breves y aun cuando en ellos impere todavía el formalismo clásico, en sus versos y estrofas se siente ya un nuevo espíritu. Ese es el caso deAnagke, la tragedia de una paloma contada en silvas, o de Estival, cuyo asunto es la crueldad del poderoso. Poemas donde Darío se va distanciando del dato concreto para ofrecernos parábolas que interpreten una sociedad o un país, mediante el desvelamiento de sus contradicciones. Sus otros poemas de esta época, los llamados artísticos, magnifican y distorsionan los asuntos, a fin de que sus significados se resuelvan sólo en la conciencia del lector. 

En invernales horas, mirad a Carolina.
Medio apelotonada, descansa en el sillón,
envuelta con su abrigo de marta cibelina
y no lejos del fuego que brilla en el salón.

El fino angora blanco junto a ella se reclina,
rozando con su hocico la falda de Alençón,
no lejos de las jarras de porcelana china
que medio oculta un biombo de seda del Japón.

Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño:
entro, sin hacer ruido; dejo mi abrigo gris;
voy a besar su rostro, rosado y halagüeño

 como una rosa roja que fuera flor de lis.
Abre los ojos, mírame con su mirar risueño,
y en tanto cae la nieve del cielo de París.

(De invierno)

Juan Valera acertó en sus juicios sobre Azul. . ., al señalar que uno de los rasgos maravillosos de la personalidad del autor era no ser ni clásico ni romántico, ni simbolista, ni decadente sino que lo había revuelto todo sacando de ello la quintaesencia que definía su estilo. Pero lo más importante de sus juicios fue decir que la originalidad aparecía en los cuentos y no en los poemas. El cuento parisién, a lo Catulle Mendés, le había proporcionado un modelo ajustado a las visiones artísticas de su tiempo. El fardo, El rey burgués, o La muerte de la emperatriz de la China recuerdan ese estilo de conversación con la cual se trasmite un chisme; una escritura que reconoce la existencia de un mundo nuevo que requiere una nueva forma; un artificio que satisfaga la subjetividad de los nuevos lectores. En El fardo los personajes viven en hacinamientos humanos, entre paredes destartaladas, sobre callejuelas inmundas de mujeres perdidas que deambulan en noches sin luz. El rey burgués es símbolo de la inmensa riqueza, del gusto refinado; un mercader del arte que ignora al poeta y lo abandona a la muerte, en una noche de invierno, mientras él piensa en el Ideal y el día que viene. Un mundo pesimista y una necesidad de acercarse a los abismos de lo desconocido, para crear nuevas mitologías, son el retrato que hace de su tiempo quien creía que el dinero debe ser exclusivamente usado por los artistas.
Un cambio vertiginoso en el crecimiento de las ciudades se produjo en el último cuarto de siglo del XIX. Según Richard Morse[1], la población en Santiago pasó de los ciento treinta a los doscientos cincuenta mil habitantes, mientras la de Buenos Aires alcanzó los ochocientos cincuenta mil. En esta populosa ciudad  desembarcó Darío el 13 de agosto de 1893. Un nuevo tipo de hombre de la calle y de negocios, de hogar y de burdel, habitaba la primera Cosmópolis hispanoamericana. Aventureros que buscaban, como afirma José Luis Romero[2]el ascenso social y económico con apremio, casi con desesperación, generalmente de clase media y sin mucho dinero, pero con una singular capacidad para descubrir dónde estaba escondida, cada día, la gran oportunidad. «Buenos Aires modernísimo —escribiría Darío en 1896[3]— cosmopolita y enorme, en grandeza creciente, lleno de fuerzas, vicios y virtudes, culto y polígloto, mitad trabajador, mitad muelle y sibarita, más europeo que americano, por no decir todo europeo».
La Argentina de Darío, con su capital donde no habían cien personas que comprasen un libro, pero que editaba el periódico más importante del continente, era el resultado de una revolución en los medios de producción. Entre 1860 y 1913 se invirtieron allí 10.000  millones de dólares, el 33% de las inversiones extranjeras en el área. En ese mismo lapso ingresaron al país 3.300.000 personas que se enrolaron en la economía agropecuaria; en 1887 sus vías férreas alcanzaban los 6.200 kilómetros y en 1900 totalizaba los 16.600, mientras las exportaciones pasaron de los 260 millones de dólares en 1875 a los 460 millones en 1900[4].
1896 es el año de la apoteosis de Darío: se publican Los raros y Prosas profanas y otros poemas. Los artículos recopilados en el primer libro habían sido publicados en La Nación, que desde 1888 contaba a Darío como uno de sus corresponsales. Están dedicados a figuras literarias que llamaban la atención de los modernistas o eran sus predilectos. Camile Mauclair, Edgar Allan Poe, Leconte de Lisle, Paul Verlaine, el conde Matías Augusto de Villiers de L´Isle Adam, León Bloy, Jean Ripechin, Jean Moreas, Rachilde, George D´Esparbés, Augusto de Armas, Laurent Tailhade, Fray Domenico Cavalca, Eduardo Dubus, Théodore Hannon, el conde Lautréamont, Paul Adam, Max Nordeau, Ibsen, José Martí y Eugenio de Castro forman esta galería y vademécum de la nueva literatura. Cada reseña de la vida y las obras de los autores es un canto de admiración, con juicios ciertos y valoraciones exactas sobre tan variado conjunto. Es una obra que resume la lucha de Darío por ventilar, con los aires de la nueva generación, el enrarecido ambiente romanticoide de América. Las frases escritas sobre Verlaine parecen un retrato de si mismo:

Verlaine fue un hijo desdichado de Adán, en el que la herencia paterna apareció con mayor fuerza que en los demás. De los tres Enemigos, quien menos mal le hizo fue el Mundo. El Demonio le atacaba; se defendía de él, como podía, con el escudo de la plegaria. La Carne sí, fue invencible e implacable. Raras veces ha mordido cerebro humano con más furia y ponzoña la serpiente del Sexo. Su cuerpo era la lira del pecado. Era un eterno prisionero del deseo. Al andar, hubiera podido buscarse en su huella, lo hendido del pie. Se extraña uno no ver sobre su frente los dos cuernecillos, puesto que en sus ojos podían verse aún pasar las visiones de las blancas ninfas, y en sus labios, antiguos conocidos de la flauta, solía aparecer el rictus del egipán. Como el sátiro de Hugo, hubiera dicho a la desnuda Venus, en el resplandor del monte sagrado: Viens nous en!...  Y ese carnal pagano aumentaba su lujuria primitiva y natural a medida que acrecía su concepción católica de la culpa.

Prosas profanas, está precedido por un prólogo donde Darío proclama, entre otras preferencias, su amor por la novedad a condición de que sea inactual; exalta el yo desdeñando las mayorías; declara la supremacía del sueño sobre la vigilia y la del arte sobre la realidad, pregonando su horror por el progreso, la técnica, el presente y la democracia: ... vereís en mis versos princesas, reyes, cosas imperiales, visiones de paises lejanos o imposibles; ¡qué quereís!, yo detesto la vida y el tiempo en que me tocó nacer; y a un presidente de la República no podré saludarle en el idioma en que te cantara a ti, ¡oh Halagabal!, de cuya corte — oro, seda, mármol — me acuerdo en sueños.... (Si hay poesía en nuestra  América, ella está en las cosas viejas: en Palenke y Utlatán, en el indio legendario, y en el inca sensual y fino, y en el gran Moctezuma de la silla de oro. Lo demás es tuyo, demócrata Walt Whitman.)
Darío recoge en este volumen los motivos que más le dieron prestigio: la nostalgia de los parques del setecientos, los abates galantes, las marquesas crueles, las elegancias a lo Watteau, la princesa que aguarda al feliz caballero que la adora sin verla y viene a encenderle los labios con un beso de amor; los efebos criminales parecidos a los satanes verlenianos, los cisnes simbólicos y elegantes. La búsqueda de la expresión se hace en base a una musicalidad, que imprime a las palabras, más allá de su sentido lógico, grandes sugerencias. El helenismo, a lo parnasiano, está expresado en idilios de espléndido y artificioso virtuosismo donde lo pintoresco se funde con relieves escultóricos y las evocaciones, clasicistas, están unidas a imágenes españolas de gran colorido, precioso y refinado. Pero es también, sustancialmente, un prodigioso repertorio de ritmos, formas, colores y sensaciones. Sus innovaciones métricas y verbales son deslumbrantes. Pedro Henríquez Ureña[5] , en un comentario a la obra de Darío, en 1905, enumera, entre otras, las siguientes: resurrección del endecasílabo anapéstico y el provenzal; ruptura de la división rígida de los hemistiquios de alejandrino; auge del eneasílabo y el dodecasílabo; cambios de acentuación; invención de versos largos; mezcla de distintas medidas con una misma base silábica, ternaria o cuaternaria; versos amétricos y retorno a las formas tradicionales del verso hispánico.
El placer, sostiene Octavio Paz[6] , es el tema central de Prosas profanas:

La mujer lo fascina. Es colina, tigre, yedra, mar, paloma; está vestida de agua y de fuego y su desnudez misma es vestidura. Es un surtidor de imágenes: en el lecho se "vuelve gata que se encorva" y al desatar sus trenzas asoman, bajo la camisa, "dos cisnes de negros cuellos". Es la encarnación de la "otra" religión: "Sonámbula con alma de Eloísa, en ella hay la sagrada frecuencia del altar". Es la presencia sensible de esa totalidad única y plural en la que se funden la historia y la naturaleza:

...fatal, cosmopolita,
universal, inmensa, única, sola
y todas; misteriosa y erudita; ámame mar y nube, espuma y ola.

En abril de l900 y por encargo de La Nación Darío llegó a París para cubrir los eventos de la Exposición Universal. Allí viviría por algunos años. La Ciudad Luz  arde en esplendor. Sus crónicas sobre el acontecimiento  son juicios valorativos sobre los diferentes sectores y en especial del artístico, como los que emite sobre la muestra de Rodin, quien, para Darío, no es un solo creador sino dos: el inventor de la belleza, clásico y comprensible y el otro, surgido de las mismas fuentes de la naturaleza, el que ha esculpido el Pensador. Pero su entusiasmo por el mundo europeo va decayendo poco a poco, a medida que confirma la ruina de unas sociedades que realizarían las mas horrendas guerras del mundo moderno. El uno de enero de 1901, en Reflexiones sobre el Año Nuevo parisiense, aseguró:

No hay mayor contraste que el de esta riqueza y placer insolentes, y este frío en que tanto pobre muere y tanto crimen se comete, de manera que las bombas que de cuando en cuando suenan en el trágico y aislado  sport de algunos pobres locos, vienen a resultar ridículas e inexplicables. Esto no se acabará sino con un enorme movimiento, con aquel movimiento que presentía Enrique Heine, "ante el cual la Revolución Francesa será un dulce idilio.

Son estos los años cuando Darío toma conciencia clara de ser latinoamericano. Junto a los hermanos Cuervo, Vargas Vila, Blanco Fombona, Díaz Rodriguez, Tamayo, Nervo o Ugarte y Estrada había descubierto que el París y la vida parisina que tanto amaron les ignoraba. Salutación del optimista, escrito para un acto en el Ateneo madrileño, organizado por la Unión Iberoamericana, es una premonición del caos que estaba a las puertas de la historia:

Siéntense sordos ímpetus en las entrañas del mundo,
la inminencia de algo fatal hoy conmueve la tierra;
fuertes colosos caen, se desbandan bicéfalas águilas,
y algo se inicia como vasto social cataclismo
sobre la faz del orbe.

Cantos de vida y esperanza  es el más importante de sus libros. En el prólogo enfatiza en la continuidad de su tarea realizada e insiste en el carácter personal de sus hallazgos. Aparte de sus novedades formales, es un retorno a las preocupaciones  y actitudes anteriores a Azul...: la política, el amor por lo hispano y el recelo ante los Estados Unidos. Cyrano en España, Retratos, Trébol, Un soneto a Cervantes, A Goya, y Letanía a Nuestro Señor Don Quijote intentan una revalidación de la cultura española. Su visión del pasado y el presente abarca las civilizaciones abolidas, los conquistadores y los héroes de las gestas independentistas. Ve el peligro que representan los Estados Unidos como un conflicto  entre civilizaciones: la norteaméricana  es joven, agresiva, nórdica, pragmática, protestante; la nuestra, heredera  de dos antiguas civilizaciones en descenso. En A Roosevelt, al optimismo yanqui, opone el alma de la América Hispana que sueña, vibra y ama. Son poemas que buscan las razones de una esperanza en nuestro futuro. Su otra preocupación es la religiosa. El nuevo Ideal está asociado a la fe, como en Los tres reyes magos o Canto de esperanza. Ante el poderío norteaméricano y el apocalipsis inminente, fe y poesía son caminos para acercarse al misterio, a lo inefable del porvenir:

¡Torres de Dios! ¡Poetas!
¡Pararrayos celestes
que resistís las duras tempestades,
como crestas escuetas,
como picos agrestes,
rompeolas de las eternidades!
La mágica esperanza anuncia un día
en que sobre la roca de armonía
expirará la pérfida sirena.
¡Esperad, esperemos todavía!
(Cantos)

En la obra y la vida de Darío se resume todo el proceso del Modernismo, y es uno de los más vivos testimonios de las preocupaciones del alma hispánica en una época cuando nuevas generaciones de latinoamericanos no se encontraban a gusto bajo el tutelaje de las culturas dominantes en Europa y América. Desde el repudio a la realidad y su inicial refugio en mundos mitológicos y exóticos, hasta el reencuentro con las preocupaciones sociales y la formulación de las eternas preguntas sobre el arte, el placer, el amor, el tiempo, la vida, la muerte o la religión, hay en él un poeta que comprendió, a cabalidad y con la imaginación, la hora y el espacio que le tocó vivir,
[1]The Urban Development of Latin America 1750-1920, Stanford, 1971.
      [2]Latinoamérica: las ciudades y las ideas, México, 1976, p., 264
      [3]Introducción a Nosotros, de Roberto J. Payró, en Escritos inéditos de Rubén Darío,New York, 1938, p.,101
     [5]Rubén Darío, en Obra crítica, México, 1960, pP., 97-100.
     [6]El caracol y la sirena, en Cuadrivio, México, 1972, p., 41