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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

miércoles, 6 de junio de 2012

"BALAS PERDIDAS" DE MANUEL JOFRÉ (TEXTO DE LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO EN "LA CHASCONA" EL 22 DE MAYO DE 2012)




Presentación del libro Balas perdidas:
Poemas de Manuel Jofré

Por
Andrés Morales
                      
                                      Balas perdidas que no son para nada “balas locas” es un libro de la madurez en la voz de Manuel Jofré. Tanto en el tono, el estilo, como en el “acabado”, es decir en la forma, el libro es prueba de una actitud poética y de un oficio que pueden considerarse como consagratorios.
                               El poeta, tal vez más reconocido y conocido por sus libros de crítica y teoría logra independizarse del académico y eso se consigue “ex profeso” a través de un discurso muy fresco, tremendamente actual, a veces atrevido, a veces comprometido. Aquí no vemos la intromisión del estudioso de Bajtín, del ensayista o del profesor interfiriendo en la fluidez del decir ni en la temática de su poesía. Asunto no menor, pues, muchas veces ocurre que la poesía puede “acartonarse” con un excesivo  aparato crítico (léase notas, citas o una exagerada intertextualidad). Hay que agradecer y rescatar esta aparente ligereza –que no superficialidad- en este breve, pero intenso libro de Jofré.
                               La voz, se ha dicho, es seria, reflexiva, honda, pero en ningún momento es ni grandilocuente ni “pesada”,  ni menos digresiva. Al contrario, en la sencillez de la misma, por profundo que sea el tema tratado, está la clave de un hablante “que se atreve” con todo, pero que no interfiere, no molesta, y es más, que, a lo largo de este texto muy homogéneo, se encuentra siempre presente, pero como testigo y en un valioso “segundo plano”.
                               Hay presencias que inundan todo el poemario, desde lo popular hasta lo culto, estos poemas, sin duda alguna, se inscriben en la “gran” tradición poética de la que Manuel Jofré se hace cargo. No hay miedo a pertenecer a una o diversas tradiciones, por el contrario, el autor se siente libre en el palimpsesto y hasta en ese hermoso juego con voces, discursos e historias ajenas.
                               Como he dicho antes, este no es un libro “altisonante”, pero tampoco,  y por ningún motivo, “anodino”. El poeta indaga en los grandes temas de la poesía: el amor, la muerte, el tiempo, pero este no es un libro grave, aunque sí muy “rotundo” que jamás ambiciona a dar respuestas. No. Se trata de un “libro de las preguntas” – al decir de Pablo Neruda-  donde el hablante se cuestiona y cuestiona al mundo sobre estos y otros asuntos.
                               Por lo mismo, no es este un poemario “concesivo”, es decir, que busque el aplauso, en la forma, ni menos en el mentado y fácil reconocimiento, en ese burdo tratamiento de los temas de la actualidad. Hay un amor, un abrazar el mundo, pero también está la percepción de la monotonía [en esto muy al estilo del gran Antonio Machado], en donde, por momentos, el poeta parece no sentirse “perteneciente”  a esta  realidad –solo en apariencia- pero, por eso insisto, en “apariencia” pues hay una intención constante en querer cambiar las circunstancias con el tiempo como instrumento y como un arma de doble filo (presencia y ausencia; historia y actualidad; ritmo cíclico de unas balas que dan cuenta de la realidad hispanoamericana que es, igualmente, universal) y que atraviesan el pecho del lector, no para matarlo, sino para que este medite en una candente cotidianidad.
                               Finalmente, quiero saludar a Manuel Jofré auténtico  poeta  en  clara propiedad de su discurso, como un autor que consigue crear atmósferas, que apela a la emoción y al pensamiento, que huye de las modas para hacer, lo crean o no, lo que es más difícil cuando uno escribe: componer, construir y lograr una buena obra, una verdadera poesía. Muchas Gracias.

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