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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

jueves, 25 de mayo de 2006

Dos fragmentos de RÉQUIEM


VI. REX TREMENDAE


El Dios que nos inunda en la desgracia.
El Dios de espinas, llagas y silicios.
El Dios de la venganza en este ojo.
El Dios que permitió la muerte injusta.

El Dios inmenso, todo, omnipotente.
El Único, la Voz, el Trueno, el Odio.

El Dios que abrió la puerta del infierno:

El Dios que hizo al hombre y a este mundo.




XVI. LIBERA ME


Del tiempo que nos cruza como un trueno congelado,
del plazo y de las deudas con los vivos y los muertos,
de la blasfemia dicha por la injusticia siempre,
de todas las mentiras que nos envenenaron
y todas las mentiras aún no pronunciadas.

Del agua y la esperanza de sanación en vida,
de los profetas ciegos, de la verdad a medias,
del grito, de la sangre, de los terrores diarios
y del vacío pleno en soledad de cárcel.

Jamás de la hecatombe, del juicio indispensable
que habrá de ensombrecer el ceño de las madres;
jamás de los castigos por las cenizas mudas:
el precipicio amargo del despeñado en culpa.

Libérame del hierro que destrozó la risa,
libérame del pan de la falsía indigna,
libérame del miedo al rayo que somete.

Libérame, mi Dios, del propio corazón.


1 comentario:

Anónimo dijo...

alucinante sus textos señor morales he seguido de cerca su trabajo poetico y es sin duda uno de los mas certeros latigazos que halla recibido sobre el rostro de marmol de mi asombro.por lo demas una influencia innegable dentro de mi propio trabajo

Christian Martinez