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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

jueves, 20 de abril de 2017

PRÓXIMA APARICIÓN EN PARÍS, FRANCIA (JUNIO DE 2017) EN EDITORIAL L'HARMATTAN DE LA TRADUCCIÓN AL FRANCÉS (Y BILINGÜE) DE "ALTAZOR" DE VICENTE HUIDOBRO. TRADUCCIÓN DE PATRICIO GARCÍA Y ÉMILIE GROSSET Y PRÓLOGO, BIBLIOGRAFÍA Y NOTAS DE ANDRÉS MORALES





"ECLIPSE", RELATO POR ANÍBAL RICCI




Regalé los vinilos de música clásica y el tocadiscos quedó guardado en la bodega. El barrio Brasil también se quedó con el jazz. Los casetes de mi juventud ahora los escucho en discos compactos. Resistieron la primera mudanza, quizás asociada a la libertad de correr por las calles.Clix Modernos me recordaba a las fiestas del barrio, los queso-calientes y las piscolas, otras veces los viajes a Pirque con el volumen a full. Subíamos al Arrayán y en la noche acudíamos a Casamilá para disfrutar un whisky en las rocas. La bicicleta me llevó a Cartagena, a todo el litoral central, hasta que un Volkswagen fracturó mi espalda. Abdominales y diez kilómetros de zancadas permitían aliviar el dolor. Una mujer me dejó el departamento con cuatro gatos, su ropa en el clóset mantuvo el rastro de aromas. Miles Davis me ayudó a retornar por los parajes de Ñuñoa, a esa comuna donde mis padres nunca tuvieron sillones. El nuevo departamento albergaba una cama y lo primero que adquirí fueron dos sofás donde leer a gusto. Tardaría en colocar una nueva alfombra, la anterior desapareció con el sexo tras los muros de una iglesia. Una prostituta me ofrece su cuerpo, muchas describen su propio cuento de hadas. Las drogas acaban con palabras irreales, ese tipo de relato te va hundiendo en un pozo sin palabras. Música nueva no impide que alucine rostros inexistentes, me hablan desde la oscuridad, Charly García no es suficiente para volver a estar cuerdo. «Gozar es tan parecido al dolor», la ciudad de Santiago me persigue, huyo a Buenos Aires, la gente en las calles me vigila, conduzco entre tinieblas y me refugio en un pueblito al sur de Mar del Plata. Converso con las sombras, Fito Páez me habla cada vez que bajo al pueblo. «Podés comprarte una casa… podés comprarte un asilo… hay cosas que no se compran… vos sabes bien lo que digo». Cruzo el río de La Plata y vacío mis tarjetas. Las voces circulan por mi cabeza, al menos dejaré atrás el trabajo del Banco. El efectivo no tiene nombre e invento nombres falsos en cada hostal. Los susurros aumentan de intensidad y las drogas los borran de un plumazo. Conduzco a toda velocidad alejándome de Rio de Janeiro, abordo un avión para llegar a las ruinas aztecas. Los mexicanos hablan demasiado, me interno en hoteles de lujo con la ilusión de que el dinero me proteja. Dos años han pasado y los neurolépticos hicieron su trabajo. Suponía que antes era un motor de veinticuatro válvulas, ahora con seis pienso menos y el placer no es más que nostalgia. Una chica pone música en la radio, me invita a un motel y la máscara colgada en la pared me observa. Estoy asustado, sus ojos azules me conmueven, sus manos acarician mi cabeza, las válvulas se activan y evocan a esa antigua mujer que jamás me abrazó, sus manos agarraban mi sexo, pero esta mujer me atrae a su océano, despierta mi cuerpo que me duele de éxtasis. Antes el corazón me perforaba el pecho y el único testigo fue McLeod. El gato sufrió con cada cambio de piso. El orgasmo doloroso, «tan parecido al amor», nos mudamos con vista a un parque. La mesa de alerce despierta reminiscencias, la cubro con un líquido que la restaura. Compramos otra alfombra, la anterior no me dejaba estar de pie. Instalo el amplificador, aunque me deshago de los antiguos parlantes. Necesito oír a Charly García, evocar momentos impolutos filtrados por otras modulaciones. Voy de la mano con esta mujer, subimos al cajón del Maipo y nos refugiamos en una casita con chimenea, bebemos Jack Daniels y compartimos un Sahne Nuss. He vuelto a la montaña, sus ojos azules dejaron atrás los vacíos del barrio Brasil. Los hijos me abrazan, uno de ellos derrama el esperma de una vela ornamental. Observo la mancha cada vez que salimos a la terraza. Nuestra intimidad era deliciosa, siento nostalgia por las noches en el hotel Colón. Veraneamos en Punta del Este, llamado telefónico, su hermano ha sufrido un ataque cardiaco. Al día siguiente arrecia una tormenta, la mancha de la alfombra se ha ido expandiendo. Desconfío del amor de su hijo y dejo de nadar en la piscina. Nuestra habitación era idílica, pero mi mente comenzó a derrumbarse. Miro el escritorio de lejos, ya no tengo ganas de escribir. Huyo hacia el norte, los muebles cobraron vida mientras ese octavo piso me invitaba a estrellarme contra el suelo. La carretera me mantiene en movimiento, ingreso cada vez a hoteles diferentes. «Estoy hundiéndome en la oscuridad del mar… aquí no hay aire pero al fin podré llegar». La Ley me persigue y su melodía me hace flotar en medio del desierto. Vislumbro a mi mujer en el retrovisor mientras Travis me interrumpe e invita una cerveza. Me dice que no extravíe las líneas de la carretera y habla sin parar de Nastassja Kinsky. Me cuenta que la amó demasiado, me distrae, sus celos me parecen ridículos. Yo no quiero hacerle daño a mi mujer, acelero y Travis desciende cuando llegamos al cruce de trenes. Recuerdo a mi abuela y sus galletas de quáker, deseo llorar, pero mis padres no me llevaron al hospital ni al funeral. La muerte la asocio a personas sin rostro, un extraño quiebre en mi memoria. Detenidos en el tiempo y luego desaparecidos, sacados de la dictadura de una mente desquiciada. Remonto la quebrada de Lluta, esquivando curvas e ideas que cruzan las barreras del tiempo. Desciendo en Putre con diez grados bajo cero, mi cabeza va a estallar y me duelen los huesos. En el hotel Las Vicuñas tienen una habitación, las mantas no abrigan y permanezco en la cumbre del glaciar La Paloma, a miles de kilómetros. Esa mujer se quejaba de la altura, yo veo belleza en esos hielos pintados de verde, pero mi acompañante insiste en que no aguanta el dolor de cabeza. Llamo a Santiago con cobro revertido. Le confieso a mi mujer que ya no soporto los antiguos muebles, podríamos juntarnos en Iquique y planificar el retorno. Mis neuronas se calman en una casa con patio y dos perros. Uno de sus hijos no me perdona haber vuelto a casa de la abuela. Si no hubiera manchado la alfombra quizás seguiríamos viviendo en el departamento. Mis ideas son confusas y mi mujer desea contraer matrimonio. Para mí basta con que salgamos al cajón del Maipo a comer empanadas en horno de barro. Mientras conduzco estrecho su mano, la caja de cambios es automática, pero mi cariño es genuino. Desde que volví soy otra persona, presiento que una vez casados mi memoria se atascará en extraños pensamientos. Recordaré las palabras que no le dije, la torta que no me gustó o el discurso de mi padre. Yo la amo y no necesito un anillo que probablemente extraviaré en alguna curva. Mis recuerdos no son confiables, dan privilegios al dolor y al sufrimiento. El compromiso requiere palacios, música impoluta, alegría que escapará con el tiempo. No tolero los rumores de oficina. Casado me siento atractivo, una trampa mental, no algo bueno sino aparente, nos invitan a otro tipo de asados. Las reuniones trastornan, la publicidad me advirtió de todos estos lugares comunes, conversando en los clubes de la unión de cada pueblo, el alcalde me abraza y me regala un tarjetero de madera con el emblema del municipio. El alerce me dio mala espina, hice que desmontaran la mesa y la guardaran en la bodega. Permanecimos dos años en el departamento, supongo que fuimos felices, pero mi subconsciente no logró eternizar esos momentos. La pasión fue desapareciendo, quedó impregnada en canciones que ya no pude escuchar. McLeod me observaba desde los pies de la cama juzgándome con ojos fijos. Ya no vivo con mi mujer, escribo este puzle de piezas que no calzan. A veces salgo a beber cerveza y me acuerdo de Travis. Hubiese querido amarla demasiado, pero los recuerdos fueron silenciados por muros que ocultaron el sol.

CONVERSACIONES EN TORNO A LA EDUCACIÓN POÉTICA Y FESTIVALES, ESPACIO ARTE "YUNGAY", ESTE 22 DE ABRIL DE 2017 A LAS 20 HORAS



CONVOCATORIA DE LA CÁTEDRA PABLO NERUDA DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE A CONCURSO DE PROYECTOS DE TESIS DE POSTGRADO 2017



"CONVERSACIONES SOBRE LA MEMORIA Y EL PERDÓN" CON JOSÉ CARLOS AGÜERO (PERÚ), MIÉRCOLES 26 DE ABRIL DE 2017




El Departamento de Lengua y Literatura le invita a las "Conversaciones sobre la memoria y el perdón"

En la oportunidad, las académicas Lucero de Vivanco (UAH) y Lorena Amaro (UC) conversarán con José Carlos Agüero (Perú), poeta, historiador, investigador del «Grupo Memoria» del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), activista de Derechos Humanos y colaborador de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) y del Museo Lugar de la memoria, la tolerancia y la inclusión social (LUM) en el Perú. José Carlos Agüero es también hijo de combatientes de Sendero Luminoso, ejecutados extrajudicialmente durante la época del terrorismo en el Perú. Desde este lugar de enunciación, que combina elementos autobiográficos y académicos, Agüero ha escrito Los rendidos. Sobre el don de perdonar, un libro que no ha dejado indiferente a nadie, porque quiebra los discursos oficiales y gran parte del sentido común que circula en torno al período de violencia en el Perú y reflexiona profundamente sobre temas claves como «verdad», «memoria», «perdón», «justicia» y «reparación».
Esta actividad se realiza en el marco del Proyecto Fondecyt “Post-narrativas de la violencia: representaciones y desplazamientos de la memoria y la ficción en la literatura peruana (2000-2015)”.

Miércoles 26 de abril
12:00 hrs.
Sala de investigación - Casa Esperanza
Almirante Barroso 10,
Metro Los Héroes.

NUEVAS "LECTURAS MISTRALIANAS", ESTE VIERNES 21 DE ABRIL DE 2017 EN EL MUSEO DE ARTE COLONIAL DE SAN FRANCISCO



DOS CRÍTICAS DE CINE DEL ESCRITOR CHILENO ANÍBAL RICCI



UNA MUJER FANTÁSTICA (2017)
Dirigida por Sebastián Lelio

Al igual que en Gloria (2013) el director vuelve a incorporar la letra de canciones al discurso narrativo, de tal manera que Alan Parsons Project susurra «…quién sabe si nos volveremos a ver… pero el tiempo sigue fluyendo como un río...», palabras que interpretan a Orlando y presagian el punto de partida del conflicto: la muerte del propio Orlando. Las locaciones de inicio son un sauna, un restaurant, una discoteque, lugares a media luz que reflejan la intimidad que existe en la relación de Orlando y Marina. Él pertenece a una familia de buen pasar económico y quiere compartir el mundo con su pareja invitándola a un viaje idílico. La muerte trunca los planes y de pronto todo el amor de Orlando es violentado por sus familiares que nunca aceptaron que el padre de familia volcara sus afectos hacia Marina, una cantante transexual a la que Sebastián Lelio le otorga humanidad, tratándola con cariño, al igual que a personajes secundarios como Gabo (hermano del difunto) y la hermana de Marina. Otra vez el director se enfoca en un solo personaje y vuelve a una narración cronológica donde quizás sobren un par de escenas que alargan el metraje. Marina debe soportar los prejuicios de la sociedad santiaguina: de los médicos, un carabinero y una detective de investigaciones, sobre todo de la familia que juzga como «perversión» todo lo relacionado con Marina. Eltravelling de ella luchando contra el viento es la metáfora perfecta del abrupto paso desde la comodidad material a la precariedad, no sólo material sino afectiva donde los familiares de Orlando se comportan como salvajes, escenas que pudieron ser más violentas, pero que Lelio las simplifica debido a que ésta es la historia de Marina Vidal, que comprenderá que la vida continúa y debe refugiarse en otro tipo de amor: su pasión por el canto lírico, que no está suficientemente enfatizada y surge de improviso hacia el final. Los diálogos son marcadamente toscos y precarios reflejando la incomunicación entre Marina y aquellos supuestamente «normales», quizás faltó matizar con mejores parlamentos en los momentos más humanos y los más brutales. «Eres una quimera» es una extraña elección, encaja mejor «perversión». El director rompe la monotonía del periplo de la protagonista con la anécdota de la llave del casillero, que desemboca en una logradísima escena al interior del sauna donde la cámara sigue a Marina deambulando entre el espacio para mujeres y el de los hombres, sugiriendo misterio de lo que va a encontrar, pero a la vez instalando la reflexión del universo interno que transita el personaje. Las secuencias de los espejos resultan redundantes o contradictorias. El espejo en la calle para que ella descubra su identidad es un recurso tan utilizado como innecesario y el plano del espejo ocultando el sexo de Marina, aparte de ser una cursilería, entorpece el discurso limpio de un personaje que se define no por su sexualidad sino por su humanidad. «…Tú me haces sentir como una mujer (natural)…» frasea Carole King y la imagen nos transporta de la mano de la actriz Daniela Vega que interpreta un personaje lleno de coraje y amor propio, siendo el sustento principal de una historia no demasiado compleja. Hay que destacar, no sólo la elección de piezas populares y clásicas, sino un sonido realmente logrado para reforzar la estética de la cinta, una narración de contrastes que transitan desde la sensibilidad al salvajismo, de lo íntimo a los espacios abiertos de la ciudad, del amor a la intolerancia que deviene en violencia. La película insinúa que Marina pertenece a una clase social menos acomodada, contraste que distrae del tema sexual y que posiblemente haya sido una acertada decisión de guion para que el espectador concluya que Marina Vidal o Daniela Vega es una mujer fantástica.




ES SÓLO EL FIN DEL MUNDO (2016)
Dirigida por Xavier Dolan

Hay un diálogo sordo, no expresado en palabras, tras los personajes de esta cinta que transcurre en el lapso de un almuerzo familiar. Louis tiene 34 años y hace doce años abandonó la casa de su madre y de sus hermanos. Tuvo que huir del seno materno para alejarse de la violencia y perseguir algo con su vida. Se convirtió en escritor y ahora vuelve para comunicarle a estos verdaderos extraños que está enfermo y morirá dentro de poco. El tiempo es un personaje importante de este drama, transcurre más lento para aquellos que están descontentos con sus vidas, la madre y sus hermanos le reprochan que no ha tenido tiempo para ellos, mientras gritan y se descalifican mutuamente. Incluso la madre no lo toma en serio y se refiere a los asuntos de Louis como «cosas de escritor», sobre todo Antoine (el hermano mayor) está resentido con él, quizás debido a que logró sus sueños, en el auto le confidencia que no quiere escuchar su mierda sentimental y presupone que la vida de su hermano es demasiado importante al lado de la del resto de la familia, que no finja que le importan. Ese resentimiento se disfraza de cinismo, de recriminaciones, pero sobre todo de agresiones verbales. Ante una vida sin logros Antoine emprende su furia hiriendo a sus hermanos, incluso a su mujer la trata como a una esclava a la que le puede gritar cuando se le antoja. La tesis sería que las personas venimos al mundo a crear, una familia, el producto de un trabajo, una pasión, incluso a mostrar tristezas o alegrías a través del arte, de una carta, que para lograrlo hace falta originalidad, entender y escuchar a los demás para emprender proyectos para ellos o para sí mismos, la película es enfática en que la violencia, verbal o de la otra, es producto de la frustración, de no ser capaz de aportar nada a la sociedad o la familia, siendo el resentimiento una energía negativa que destruye desde el interior a todo tu entorno. Antoine no quiere saber nada de la vida de Louis, tampoco de Catherine, su mujer es simplemente una esponja que absorbe sus rabias, su derrota en último término, no cuenta como compañera de viaje, solamente es un ser que debe aguantar su mal humor. Xavier Dolan recurre a primeros planos y contraplanos para desnudar el sufrimiento e incomprensión ante esa dinámica familiar, Catherine intuye que algo le sucede a Louis y viceversa, los silencios parecen hablar a gritos sobre la impotencia de vivir al alero de seres monstruosos, el montaje es delicado y las escenas del protagonista incluyen recuerdos que le permitieron sobrellevar los malos momentos. Louis desearía eludir a la muerte por un tiempo más, quizás para escribir otro libro, pero su corazón está triste, hay algo inconcluso debido a que es incapaz de disfrutar del tiempo que le queda. Las horas parecen eternas junto a su familia, el tiempo deja de tener sentido.

miércoles, 12 de abril de 2017

CUARTO FRAGMENTO SOBRE "LA PANTERA" DE RAINER MARÍA RILKE DE ANDRÉS MORALES




IV


“Al igual que una danza de fuerzas en torno a un centro
en el que, alerta, reside una voluntad impotente”

Anoto en mi agenda, en mis papeles rotos
el paso de mis horas, de un tiempo que no existe.

Porque la muerte cava su tumba en soledad,
la tumba de amantes felices e insensatos
que creen en un cielo libre de fantasmas.

Anoto el movimiento, esa mirada clara
y envejezco un poco y el miedo me derrumba.

Porque mi ritmo es siempre una ciega voluntad

y la pantera observa mi carne con pasión.


APARECE EL LIBRO "CANADOGRAFÍA, ANTOLOGÍA NARRATIVA LATINOCANADIENSE" DEL POETA CHILENO JORGE ETCHEVERRY



INVITACIÓN A LA CEREMONIA DE INAUGURACIÓN DEL AÑO ACADÉMICO DEL DEPARTAMENTO DE LINGÜÍSTICA DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE CON LA CONFERENCIA "LOS LIBROS PROFÉTICOS ILUMINADOS DE WILLIAM BLAKE A CARGO DE LA PROFESORA DANIELA PICÓN, HOY MIÉRCOLES12 DE ABRIL, A LAS 14:30 HORAS



TERCER FRAGMENTO DEL POEMA "VARIACIONES SOBRE “LA PANTERA” DE RAINER MARÍA RILKE" DE ANDRÉS MORALES

III





“Con su caminar blando, pasos flexibles y fuertes,
gira en redondo en un círculo estrecho”

Como gira la luna quebrada de pena
y los cipreses torcidos la miran soñar.
Como si cada centímetro de su cuerpo negro
fuera una montaña donde el mundo rueda.

No haya compasión con estas rejas,
con las rejas que aprisionan el silencio
y con las rejas invisibles en el cuerpo,
en cada corazón.

Que atraviese la cárcel y beba el agua del río,
que coma in cesar, que salte encima
de todos los planetas.

No haya compasión con nuestra vida estéril

mientras gira la luna quebrada de pena.

martes, 11 de abril de 2017

DOS FRAGMENTOS DEL POEMA "VARIACIONES SOBRE “LA PANTERA” DE RAINER MARÍA RILKE" DE ANDRÉS MORALES




I



“Su mirada, cansada de ver pasar
las rejas ya no retiene nada más”.

Su mirada, decías, la cansada, aquella, la mirada
de los derrotados, sí, de ver pasar el hoy, el ayer,
el entonces, cansados de contarlos y lo digo una vez                                                                                            /más,
cansados, locos, preocupados del tal vez, de las treinta monedas,
pero ciertos en esos ojos fieros que nos quieren decir                                                                                           /nada
y nos hunde y atraviesa a cada uno
pero así nos aleja medio muertos,
terminales,
desatados en el cruel final.


II



“Cree que el mundo está hecho
de miles de rejas y, más allá nada”.

Y está lleno de rejas,
el ciego, el mudo, el banquero,
la esposa que aguarda la golpiza,
el niño sin juguetes,
el cielo que nos cae
y el mar que nos encierra.

Lleno de rejas, la cárcel del lenguaje,
lleno de rejas, el hombre sin mujer,
lleno de rejas, el enfermo ya sin cura.

La pantera cierta, desvaída, cierta,
la pantera llora acero y despedidas,
la pantera muere un poco más por su mirada.



sábado, 8 de abril de 2017

TRES COMENTARIOS DE CINE DEL ESCRITOR CHILENO ANÍBAL RICCI






EL MUELLE (1962)
Dirigida por Chris Marker


La Jetée (El Muelle) es un mediometraje francés de apenas 28 minutos, un prodigio de montaje a partir de fotografías fijas. La película plantea la necesidad de enviar a un hombre a través del tiempo con el fin de salvar a la humanidad de las consecuencias de una tercera guerra mundial. Primero lo envían al pasado alentados por el recuerdo que tiene este prisionero de una imagen de su infancia: una mujer que espera en el aeropuerto de Orly. Los científicos utilizarán esa fijación para experimentar la tolerancia de su mente con el objeto de que posteriormente logre contactar con habitantes del futuro. Terry Gilliam adaptaría esta historia para dar origen a 12 Monos (1995). «Al vivir en distintas dimensiones no se puede distinguir la realidad», señala James Cole (Bruce Willis) a los científicos, estableciendo una mayor complejidad al viaje en el tiempo. En la cinta francesa el sujeto experimental vive las travesías como un continuo lineal, no hay confusión mental aparente, salvo al final cuando se da cuenta de que el recuerdo de la infancia era el de su propio futuro. La idea de aferrarse a los sentimientos por la mujer del pasado es abordada en ambas películas, pero Gilliam construye al personaje desde la perspectiva de la alucinación paranoica, utilizando hábilmente la psicología de alguien que sufre el síndrome de Casandra (creer que puede ver el futuro). El Muelle será un referente obligado para las futuras películas de ciencia ficción. Rian Johnson plantea un guion diferente al sugerir la simultaneidad del tiempo en Looper (2012), esto es, el personaje del futuro se encuentra con su homólogo enviado al pasado (ambos conviven en un mismo plano), pero su versión futura (Bruce Willis otra vez) experimenta unas emociones mezcla de pasado y de futuro, por lo que la realidad (antes confusa de James Cole) ahora es realmente compleja: la mente de este nuevo personaje genera una memoria borrosa que hace imposible disfrutar de la instantaneidad temporal. La toma de decisiones es cada vez más complicada conforme va cambiando el enfoque de los personajes en las diferentes películas. En las dos primeras (El Muelle y 12 Monos) los personajes buscan refugio en el pasado, la memoria busca equilibrarse a partir del recuerdo. En Looper, en cambio, busca refugio en el futuro debido a que el pasado se presenta borroso. Otra variante de la instantaneidad temporal es la que plantea Denis Villeneuve en La Llegada (2016) donde la doctora Louise Banks accede a un lenguaje alienígena que permite a su mente interpretar el pasado, presente y futuro al mismo tiempo, que implica el acceso a una cuarta dimensión (el tiempo) muy diferente a la percepción común de los seres humanos. En este caso, la doctora toma decisiones mucho más complejas que en las cintas anteriores, pero a partir de una mente comprensiva que entiende la simultaneidad del tiempo de manera equilibrada. Su memoria no se establece en el pasado o el futuro sino en todo el espectro del tiempo. En este último caso las emociones fluyen de manera armónica y los sentimientos no se quedan atascados ni se distorsionan. En resumen, a partir del viaje en el tiempo visionado en El Muelle es posible generar otras interpretaciones de las implicancias mentales que dichos viajes imponen a la toma de decisiones. El escritor y antropólogo peruano Carlos Castaneda postulaba que «en un mundo donde la muerte es el cazador, no hay lugar para dudas ni lamentos, sólo hay tiempo para decisiones», visión profundizada en estas películas de ciencia ficción en relación a la importancia del tiempo, de cómo nuestras decisiones actuales cambian de una vez y para siempre nuestra existencia.



MOMMY (2014)
Dirigida por Xavier Dolan


Paolo Sorrentino emplea acertadamente la música, clásica en su caso, para dar fluidez a las imágenes, aunque su cine parece orientado a un público culto donde a veces elabora escenas ampulosas que alejan al espectador de la emoción en su estado puro. Xavier Dolan, por el contrario, nos lleva al paroxismo con sus elecciones musicales (popular y clásica) logrando que esos momentos eleven la interioridad de los personajes, no con una sucesión de bellas imágenes, sino con un montaje tan preciso que pareciera que este canadiense hubiera nacido filmando películas. Dolan hace encuadres sorprendentes, mezcla planos fijos con travellings, incorpora y enmudece diálogos, pasa de lo concreto a lo metafórico, en cinco minutos y en medio de Wonderwall (Oasis) cambia desde el punto de vista de un chico problemático al de su viuda madre, es tan lúdico en la ejecución que incluso se da el lujo de modificarnos el formato de la pantalla. Hay intuición, talento y originalidad, aparte de un gran sentido del ritmo narrativo. Los momentos de intensidad no son gratuitos, obedecen a un guion cuidadoso que disecciona seres humanos, desnudando miserias hasta profundidades que asustan. Dolan escoge tres personajes y los exprime al máximo, logrando el lucimiento de sus actores en papeles de mucha complejidad. Steve convive con un trastorno de déficit de atención con hiperactividad que, luego de la muerte del padre, lo hizo cometer actos de vandalismo que llevaron a su madre a internarlo en un hospital psiquiátrico. Diane tuvo que vender la casa y ahora vuelve a acoger a su hijo en una casa alquilada. Tendrá el apoyo de Kyla, maestra alejada de las aulas, con un enorme problema de autoestima. Ella se acerca a sus vecinos y se compromete a darle lecciones a Steve. El muchacho ama a su madre, comprende perfectamente el calvario al que la somete, aunque quisiera protegerla. Diane es una mujer de carácter, pero tras enviudar no pudo recomponer su vida. Histriónica y frontal, esconde sus frustraciones en su personalidad extrovertida. Oculta el dolor que significó recluir a su hijo y, luego de una cena hogareña, se confiesa con Kyla que a su vez ha vivido confinada en su propio hogar. La excluyen producto de su deterioro nervioso, por lo que el hecho de que Diane y Steve le permitan ser útil la saca de su ostracismo. Los tres personajes están atrapados, no confían en el futuro hasta que entre ellos obra un inestable equilibrio que los hace funcionar como familia. Son seres dañados, tarde o temprano Steve se pasará de revoluciones y una demanda judicial desencadenará el derrumbe de la madre. Estuvo dispuesta a sacrificarse por su hijo, pero Steve no permitió que lo hiciera a costa de su dignidad. Deviene la fase depresiva y simplemente Diane no podrá lidiar con la realidad. Ama a su hijo, pero ya no tiene fuerzas. El precario equilibrio simbiótico se derrumba, triunfa el egoísmo y una frialdad impenetrable se apodera de Diane, dejando traslucir perturbadores claroscuros. La estructura de familia tradicional no soluciona el puzle, hay incluso amor entre ellos, pero ya no hay esperanzas, tienen dañado el motor de partida. Los sueños de Diane se desvanecen tras unas tristísimas notas de violín.



GHOST IN THE SHELL (2017)
Dirigida por Rupert Sanders


Scarlett Johansson da con el tono de Major, híbrido entre cyborg y ser humano, aunque dotando a la protagonista de una sexualidad ausente en la versión animada de 1995. El guionista William Wheeler adaptó la historia para que el personaje de Johansson tenga presencia física en la futura entrega de la saga, posibilitando un final diferente en que Major se niega a pertenecer al universo electrónico. Es evidente que Hollywood quiere explotar una franquicia para reemplazar las desgastadas cintas de superhéroes. En la puesta en escena desaparece el retro-futuro y en su reemplazo homenajea el futuro mostrado en Blade Runner (Ridley Scott, 1982). Hay abuso en el empleo del CGI para las imágenes de la ciudad, lo que a veces entorpece la fluidez con las imágenes donde intervienen personas de carne y hueso, aunque por otro lado las locaciones interiores son visualmente atractivas. El discurso de la versión japonesa, da paso a diálogos e imágenes que sobreexplican las escenas, orientadas a encajar piezas de un producto comercial donde predomina la acción. Las frases finales del metraje hacen énfasis de la importancia del alma humana por sobre la inteligencia artificial, evidenciando nula comprensión del material original, ése cuyo mensaje seguirá vigente para futuras generaciones, trocándolo en un mensaje orientado a menores de catorce años que se maravillan con secuencias duplicadas y referencias a clásicos de la ciencia ficción. Hay una perniciosa dicotomía entre la tecnología visual (muy actual) y la profundidad del mensaje (muy anticuado) que la hace comparable con películas de los ochentas como Terminator (James Cameron) o Robocop (Paul Verhoeven).

jueves, 6 de abril de 2017

INVITACIÓN A "TEC ABIERTO, NOTAS AL MARGEN. PERSPECTIVAS DE LA EDICIÓN CRÍTICA", 7 DE ABRIL DE 2017



INVITACIÓN PARA EL 11 DE ABRIL DE 2017: "PABLO NERUDA: A 80 AÑOS DE ESPAÑA EN EL CORAZÓN" POR EL ESCRITOR Y PERIODISTA ESPAÑOL MARIO AMORÓS



"ESCRITO EN LA PIEDRA" LEÍDO EN FRANCÉS




"NOCTURNO", TEXTO DEL ESCRITOR CHILENO ANÍBAL RICCI



 Presiona el timbre mientras recupera el aliento. Un señor de barba le abre la puerta y le echa una mirada recriminadora. Fernanda lo saluda antes de recostarse en el diván.

–Vi una película japonesa de un anciano que recibe la visita de su nieto.
–Usted llegó siete minutos tarde.
–Le cuenta que presenció cuando el hongo atómico irrumpió en el horizonte.
–Usted no se toma en serio esta terapia.
–No parecía un hongo, tenía forma de continente.
–El subconsciente le recuerda lo desastroso que es para usted el pasado.
–Le estoy hablando de las imágenes.
–Una verdadera explosión arrancó de raíz los momentos felices.
–Era una historia triste.
–Ese hongo podría ser una representación de Brasil.
–Pasé buenos momentos por esas tierras.
–El subconsciente dice otra cosa.
–Mi marido me llevaba a clubes increíbles.
           –Insiste en revivir el pasado.
           –Me gustaba como me acariciaba.
           –Pareciera que la traicionaran los sentidos.
           –Soy flaca, apenas tengo senos, pero él me hacía sentir mujer.
           –El mundo de las apariencias le hizo perder confianza en sí misma.
           –Nunca quise tener hijos.
           –Estamos aquí para que aprenda a proyectarse.
           –No soy una película –rio Fernanda.
           –Se burla de usted misma, piense esta terapia como un lugar sagrado donde viene a recomponer su vida.
           –El abuelo no comprendía la impaciencia del nieto.
           –El anciano es su pasado y el nieto el futuro.
           –Con Bruno disfrutábamos de las mismas cosas, fueron cuatro años maravillosos.
           –Un amor tan destructivo como una bomba nuclear.

         Camino a casa Fernanda estalla en llanto. El clima de Santiago es demasiado frío y el barrio de El Golf, con sus calles impecables rodeadas de edificios, perpetúa el sentimiento de soledad. Trabaja en una empresa de publicidad y acostumbra vestir a la moda. La reciente campaña para una compañía tabacalera resultó todo un éxito. Vender placer pareciera ser una perfecta forma de subsistir. A veces utiliza el tren subterráneo y se pierde entre la multitud. Un rapero le pidió dos palabras. «Hongo atómico», le demandó una tercera y propuso «Película». El chico encendió el amplificador y comenzó a improvisar:

» Hongo alucinógeno, selva amazónica… usted es mi hembra supersónica...
» Soy lo que recetó el doctor… y mi favela es full amor…
» Princesa alta y espigada… supongo que este man le agrada…
           » Siento mi sexo atómico… explotar en su película porno…

        Fernanda se ruborizó ante los espectadores del vagón, aunque parecía gustarle el intercambio entre el poblador y la princesa.

           » Mejor una película muda… para que no se sienta…

El muchacho solicitó aporte voluntario y dejó a Fernanda a cargo de las miradas ajenas. Se había pasado de estación, el ingenio del desconocido la había rescatado de oscuras lucubraciones.

Otro día llegó puntual a la consulta. No requirió ningún distractor para hacer frente al psiquiatra.

          –Revisando mis notas, creo que el hongo con forma de continente en realidad era su hígado. Representa el presente, recién ha empezado a tomar consciencia –qué más nocivo que la radiación– del daño que le provocaron los excesos.
           –Ya ni siquiera bebo alcohol.
          –Las drogas fueron una forma de autodestrucción. El subconsciente requirió de castigo para encontrar un lugar de confort. Probablemente un sentimiento atávico, algo que proviene de su infancia.
        –Mi madre era gerente de una empresa con muchas sucursales. Viajaba mucho y sólo hablaba de negocios.
           –¿Usted confiaba en ella?
           –Nunca fue a las reuniones del colegio.
           –Lo dice con resentimiento.
           –Nunca me creyó, tampoco le interesaban mis notas.
           –¿Hace cuánto que no conversa con ella?
           –Cuando regresé a Chile nunca más volví a la casa de ellos.
           –¿Bruno la abandonó y después no volvió donde sus padres?
           –Mi padre me compraba ropa interior.
           –¿Por qué no quería tener hijos?
           –Me violó por años y me compraba vestidos.
           –Usted no es culpable.
           –No podía ver a mi madre a los ojos.
–¿Sentía que la engañaba?
–Nunca me hubiera creído.
           –¿Tuvo algún novio en el colegio?
           –Tampoco en la universidad.
           –¿Por qué cree que Bruno rompió sus corazas?
          –Me encantaba, aunque cuando me tocaba lo rechazaba. Podría haberse acostado con cualquiera, pero tuvo paciencia y me enseñó a disfrutar de mi cuerpo.
           –¿Se fueron a vivir juntos?
           –En Brasil las drogas no son tema, Bruno jamás pensó que me convertiría en una adicta.
           –¿Le contó alguna vez de su padre?
           –No se lo he contado a nadie, tampoco tengo amigas.
           –Su padre violentó su inocencia y la hizo sentir culpable.
           –Mi madre sigue viviendo con ese viejo de mierda.

          En la fiesta de fin de año se quedó observando a sus compañeros. Hace tiempo que no bebía, pero sin el alcohol habría sido imposible entablar conversación. Fernanda poseía una belleza glaciar. Sus ojos azules irradiaban una tristeza profunda. Nadie en la oficina se habría atrevido a decirle que se veía hermosa.

           –Prefiero ir al cine. Las imágenes me hacen entender lo que no siento.
           –El pasado dejó cicatrices, llenó vacíos con emociones fuertes.
           –Reconozco a las personas destructivas, la fragilidad es un imán.
           –Usted quiere certezas, le gustaría que la comprendieran.
           –Prefiero conocer a la gente a partir de sus debilidades.
           –¿Le gusta la oscuridad?
           –Observo imágenes desde la butaca de una sala vacía.

          Fernanda acude todos los viernes al restorán de Isidora Goyenechea. Desde la ventana observa a la gente que pasea por la avenida. Asistió a laavant première de «Animales nocturnos» y durante la ficción intentó evadir la mirada de la actriz. Quizás el director conozca sus pensamientos más ocultos. Espera a miles de kilómetros que surja algo parecido a una emoción. Pide el mismo plato, sabiendo que Bruno no acudirá a la cita.