Jean Paul Oyarzún
En esta novela la ciudad es depósito de sensaciones lúgubres, extralimitadas, sucias -a veces-, tiernas por compasión y pertenencia. El Yo omnisciente, el que nos cuenta, la primera voz, se sumerge en una ciudad donde todo sucede al margen; la frontera es el lugar limítrofe entre una ciudad que se expande por el éxito y el maquillaje y la otra ciudad sobreviviente, plena de antihéroes, atiborrada de sujetos deseosos de permanecer de modo, casi autodestructivo, en la plenitud de la lujuria y el desenfreno, porque total no hay que cuidarse ni brindar explicaciones a nadie.
Pavella Coppola
Una escritura única, marcada por los desbordes de personajes y contextos. Por vivir una historia de excesos y melancolías. Todo lector y lectora debe leer esta novela porque en el interior conviven muchas novelas más. Fascinante, rápido, un libro imprescindible.
Mariano de la Rodríguez
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