Me han nombrado Cónsul en Lisboa lo que ha provocado
la sana envidia de mis queridos amigos,
traductor al chino mandarín de los libros
del poeta Rodrigo Lira,
asesor del Canciller para otorgar de una vez
salida al mar a Bolivia.
Me han nombrado fiscal para resolver definitivamente
la muerte de Armando Rubio,
testigo en la causa por la desaparición de mi vecina
embarazada de siete mes,
heredero universal para rescatar las obras
de mi generación perdida.
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