Publican crónica
sobre la agitada gira sudamericana del escritor francés
RECREAN
LOS DÍAS QUE ALBERT CAMUS PASÓ EN CHILE ENTRE APLAUSOS Y BALAZOS
En junio de 1949, Albert Camus tenía sólo 35 años, pero ya era una celebridad en Francia, con todos los bemoles que eso podía significar. El joven escritor estaba bien cabreado por diversas situaciones: lo afligía el horror de los totalitarismos, se sentía cansado, lo deprimía el periodismo francés y como si no le bastaran los dardos de la derecha, sufría también los ataques de comunistas por sus críticas a la Unión Soviética. Por añadidura, su salud andaba en la cornisa y lo hacía temer otra recaída por tuberculosis.
En
tales circunstancias, recibió una invitación a Sudamérica, con estaciones en
Brasil, Uruguay, Argentina y Chile. Parecía un salvavidas de plomo, pero un
salvavidas a fin de cuentas. ¡Camus aceptó! “En ese viaje estúpido, sólo me han
reconfortado las imágenes y la gente de Chile”, anotó el escritor un par de
años más tarde. ¿Qué cosas vio, escuchó, vivió el escritor francés para
recordar de esa manera su estadía en nuestro país?
Los
periodistas NIBALDO MOSCIATTI y JUAN EDUARDO RIVAS se
sumergieron en esa legendaria pero aún no muy conocida historia, hasta
desentrañar sus detalles. El resultado es el libro 1949 ALBERT CAMUS EN
CHILE, que acaba de publicar Nadar Ediciones.
El
volumen es una veloz pero nutrida crónica que recorre, en poco más de cien
páginas, los agitados días que el autor de el extranjero pasó en el
convulsionado Chile de entonces.
Así,
los autores llegan al punto en que, luego de casi un mes en Brasil y un breve
paso por Montevideo y Buenos Aires, Camus aterriza en Cerrillos el 14 de agosto
en la noche, acompañado de Carmen Yáñez (hija de Juan Emar), quien será su
intérprete en Chile.
Alojado
en el Hotel Crillón y recibido con expectación por la prensa, que consigna que
su visita ha generado “especial interés en círculos literarios e intelectuales
en los que las teorías existencialistas son un tema de palpitante actualidad”.
De inmediato da sus primeras conferencias: El asesinato y nosotros y La
novela y la rebeldía. En una de ellas, el escritor sorprende a los
asistentes al declarar con cierto sarcasmo: “Nunca he sido existencialista, […]
y tal vez no lo seré jamás”.
Mientras
expone sus ideas políticas o filosóficas o da luces sobre la actualidad
literaria francesa (“Rene Char es hoy día el más grande poeta francés después
de Rimbaud”) o asiste a un cóctel nocturno con la crème de la crème santiaguina
(“insoportable como el diluvio”), Camus no puede saber que la ciudad en que
encuentra es un polvorín a punto de estallar. Un alza en las tarifas de la
locomoción ha encendido la mecha. No es octubre de 2019, sino el comienzo de la
llamada Revolución de la chaucha. Camus se entera de los desórdenes,
pero continúa su agenda de conferencias, en la última de las cuales lee
fragmentos de un ensayo en preparación: El hombre rebelde.
Carabineros
y militares salen a las calles a balazo limpio. Camus anota en su diario: “Esto
parece un terremoto”. Años más tarde, el periodista Tito Mundt describió ese
pasaje como una “ducha de balas”, que había hecho decir a Camus: “Ni en los
días de la Resistencia, frente a los nazis, había estado más cerca de la
muerte”.
Las Últimas
Noticias Nº 39.991
Santiago - Chile
1949
ALBERT CAMUS EN
CHILE
A
mediados del año 1949, el escritor argelino-francés Albert Camus fue invitado a
Sudamérica, visitando Brasil, Uruguay, Argentina y Chile en un breve, pero
intenso, periplo. El deseo de alejarse de París lo llevó a aceptar la
invitación (aunque con cierto desgano), dejando un registro en un ajado
cuaderno escolar, en el que anotó sus vivencias y emociones de un viaje
caracterizado por lo que él mismo denominó su “derrumbe psicológico”.
Es
esta travesía la que reconstruyen NIBALDO MOSCIATTI y JUAN
EDUARDO RIVAS, centrando su atención en su paso por Chile. El viaje de
Camus fue posible gracias a las gestiones realizadas por el Instituto
Chileno-Francés de Cultura y los Servicios de Difusión Cultural de la
Universidad de Chile y concitó un gran interés, principalmente, en los círculos
literarios y artísticos, que se deleitaron con sus conferencias y divagaciones,
pero que pasó un tanto desapercibido por la crisis económica y política que se
vivía en ese entonces.
De
su viaje por Sudamérica, Camus relevó de Brasil la pasión por el fútbol de sus
habitantes y los rituales ancestrales como la Macumba. Es más, en la localidad
de Duque de Caixas vivió una experiencia ritualística que describió como
“alucinante”. De Uruguay, destacó las bondades de la ciudad de Montevideo y la
amabilidad de su gente. En Argentina, tuvo roces con el peronismo que dos meses
antes de su arribo había prohibido su obra El malentendido por
considerarla “existencialista y atea”. En Chile, su visita estuvo signada por
la revuelta social conocida como El chauchazo, motivada por
las impopulares medidas económicas impulsadas por el radical Gabriel González
Videla, que un año antes había proscrito a los comunistas con la “ley maldita”.
A
través de una prosa amena y con una gran revisión documental (con traducciones
propias), Mosciatti y Rivas reconstruyen con minucia el olvidado paso por Chile
de uno de los intelectuales más importantes y lúcidos del siglo XX, crítico de
los totalitarismos (de derechas e izquierdas, junto con Hannah Arendt), como
también de la democracia burguesa, convirtiéndose –de esta manera– en un digno
representante de la tradición libertaria.
Le Monde diplomatique Nº
234
Santiago - Chile
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