En este ensayo el autor recrea el estudio de Dylan Thomas en un pueblecito junto al mar en Gales, su apasionado desorden, los papeles esparcidos por la mesa, los poemas clavados en las paredes, los libros vivientes y palpitantes. En ese espacio pequeño e inmenso, el poeta soltaba sus pasiones y sus visiones, daba vida a la Biblia y a las leyendas celtas, miraba por la ventanita iluminada el bosque misterioso de “Bajo el bosque lácteo”. Y el autor se pregunta qué diseñador actual infatuado con sus rombos fríos y pijos sería capaz de concebir un habitáculo tan vivo y apasionante como ése. El diseño moderno se parece a la plaga neoclásica, cuando los arquitectos del XVIII eliminaban los edificios góticos llenos de vida y los sustituían por frontones triangulares fríos y muertos.
Costa publicó 16 libros y miles de artículos. Su obra “Mateo, el maestro de Compostela” se publicó erróneamente como novela histórica, cuando es un texto muy literario sobre el entusiasmo y la creación. “La calma apasionada”, sobre los últimos días del emperador Adriano en Tívoli, es una obra visionaria y surrealista , nada que ver con la obra de Yourcenar. El autor dice:” Hay muchas novelas diferentes sobre Alejandro Magno, sobre Napoleón, o sobre cualquier tema, pero parece que Adriano es propiedad privada de Marguerite Yourcenar”. “Las fuentes del delirio” trata (sobre la creación artística. “Los camiones de Patagonia” reúne poemas escritos a lo largo de veinte años (poesía). En “El misterio del cine” (llegó a la final del Herralde) un hombre descubre cómo convertir las películas en vino y embotellarlas. “Las campanas” /entre los cinco finalistas del Nadal) todas las campanas de Compostela se ponen a sonar al mismo tiempo, en registros cambiantes, nadie sabe por qué. Costa se dedicó a diferentes trabajos, pero su vocación más profunda siempre fue la Literatura.
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