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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

viernes, 3 de marzo de 2023

"DOLOR EMBRIAGANTE" POR EL ESCRITOR CHILENO ANÍBAL RICCI



 

¿Leíste Sueños infinitos?

Reí con el primer párrafo.

Sabía que eras tú.

No has respondido mi pregunta.

Saliendo del encierro virtual, sin celular ni redes sociales.

Pasaron dos cosas cuando te vi.

No quería coquetear contigo.

Y la segunda.

Me he acostado con seres extraños.

Pero llegaste por alguna razón.

¿Cómo te fue en tu cita de Tinder?

Lo sabías bien antes que llegara.

Soy esquizofrénico.

¿Escuchas voces de otras personas?

Es como si mi cabeza fuera un dial de radio.

¿Había pensado mucho si hablarte o no?

Nunca quise tener hijos.

Espero que no creas que estoy loca.

Adoptaste dos hijos.

¿Eso me da credibilidad?

Eres humana al menos.

Yo también he escuchado voces.

¿Algo espiritual que todavía no canalizas?

Diagnosticada por años con depresión.

Supongo que tu racionalidad te mantuvo cuerda.

Las voces me generaban un dolor embriagante.

¿No te insultan?

Conecto con algo profundo cuando escucho tu voz.

No iba a conversar con cualquiera.

Sentí tu dolor.

Pero no arrancaste.

¿Qué sentiste cuando me viste?

No tenía idea que escribías. Pero sabía que estabas ahí por algo.

Nunca te juzgué a pesar de las cervezas.

Entendí que veías las mismas cosas que yo.

Esperé que tu cita se fuera.

Cuando volví a casa te busqué en Internet.

¿Cómo me ubicaste?

Tenía tu nombre y eras escritor. ¿Qué tan difícil podía ser?

Intuí que eras tú por el inbox.

Leí tus escritos y entendí lo que nos había pasado.

Trato de ser honesto cuando escribo. La gente me ve muy normal y eso me perturba.

Nunca le había mencionado a alguien lo de las voces.

¿Estás casada?

Buscas algo que no sabes que es.

Siento que mi tiempo se acaba.

Buscas un lugar donde descansar, pero te confundes con tus pensamientos.

He escrito treinta cuentos en el último mes.

¿El amor de pareja es una de tus teorías?

La idea de una compañera de viaje.

Te sientes solo.

Enamorarse es una maldición.

Si una mujer no entiende lo que sientes jamás va a funcionar.

Cada vez que me desmorono salgo peor parado.

Tengo menos experiencia que la tuya.

Conversar es tan sanador y el ostracismo me lleva a pensamientos delirantes.

¿Cómo entiendes el bien y el mal?

Esconder el pasado a otra persona lo relaciono con el lado oscuro.

Me separé hace un año.

Cuando pierdes a un amigo es doloroso, no me refiero a la muerte.

Admiro la valentía de tus escritos, pero creo que asustas a las personas.

Valentía muchas veces se confunde con miedo.

¿Te gusta el vino?

Con quesos, uvas y manzana.

A ver si otro día me aceptas una copa.

¿En el mismo lugar?

Me complica ir al cine.

Cuando sientes voces, el cine es un barómetro.

¿Será tan difícil conocernos?

Naciste en Osorno y yo en Santiago.

La típica Carmela que caminaba quince cuadras para llegar al colegio.

En kínder yo llegaba en bicicleta a todas partes.

Tenía una pistera, pero no alcanzaba el asiento, así que andaba parada.

La primera vez destrocé la horquilla al estrellarme contra un árbol.

Me saqué la cresta mil veces, siempre andaba con las rodillas ensangrentadas.

Mi bicicleta tenía frenos de pedal.

Los niños se reían y a mí no me importaba.

Era fantástico sentir esa libertad, mientras el resto se quedaba en sus casas.

No era una niña muy dócil.

Me escapaba a Plaza Egaña y mis padres no tenían idea.

No teníamos auto e iba en micro a la casa de mis amigas.

Mis padres eran aburridos y nunca servían onces.

Me daban doscientos pesos por cada nota arriba de seis.

Terminé tomando onces en las casas de todos mis compañeros.

Todo cambió cuando entré a la universidad. Puros carretes en bares y chicherías de Valparaíso.

No te imaginaba tan aperrada.

Me asaltaron tres veces y una vez me patearon en el suelo.

Qué rico que nos juntemos en dos semanas más.

¿Por qué tu encierro actual?

Tengo que salir de las espirales mentales.

Diez días se pasan volando.

No sabes cuánto me gusta hablar contigo.


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