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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

domingo, 27 de marzo de 2011

CUATRO POEMAS DE ARYANIL MUKHOPADHYAY (INDIA)




Aryanil Mukhopadhyay escribe en bengalí y en inglés. Nació en 1964 en Calcuta, India. Es la voz más importante de la poesía de la diáspora del idioma bengalí. Una voz diferente de la poesía de la década de los noventa. Dirige la revista literaria “Kaurab” con otros tres directores y es el encargado de la página web la misma revista en estos últimos diez años. Ha publicado cuatro libros de poesía y ha recibido el prestigioso Premio Kabita Pakshik Samman. Desde 1995 vive en Cincinnati, Estados Unidos, trabajando en su profesión que es la Ingeniería Matemática. Algunos de sus libros han sido elogiados por poetas americanos como John Ashbery o Pat Clifford.




El significado de la fiesta de la luz

[Versión de Subhro Bandopadhyay y Susana Agustín]

La noche en la autovía, el camión más pesado será
en el que duermen tres mil mariposas,
muchas de ellas son de colores, el ala
y la pluma en su vuelo prosódico,
pensé muchas veces que son globos

el cometa atrae el cielo mientras mueve la sábana
mañana al levantarme
será fiesta en el conservatorio

pasajes de mi vida han salido con distintos rostros nuevos,
unas veces me construyeron con palabras,
mi hijo me pregunta hoy ¿qué significa la niñez,
la fiesta de la luz?

Riberas por las que pasear
para crear la primera perla del amor
ahí estamos encendiendo cohetes
después de cortar la tarta nevada de la luna,
a las nueve, gritan los sentidos


El colibrí

[Versión de Subhro Bandopadhyay y Susana Agustín]

Tú te abres a ti mismo cuando abres un libro
te llega un aroma al arrancar las hierbas de la piedra
una armonía sorprendente reconstruye ahora
un callejón del norte de Calcuta del año 1978

No hay que poner el vino sobre la madera del piano
así mismo hay que alejar un poco los amores,
hay unas frondas de espanta-humanos
las heladerías
un camino en el bosque
la biblioteca

Qué ojos tan grandes tienes en ellos
se refleja el próximo intercambiador
la avioneta publicitaria en el cielo o
la tienda de marcos de cuadros
incluso La madre y la hija de Édouard Manet

el colibrí que agujerea la luna
es también nuestro representante



Hacer el vino

[Versión de Subhro Bandopadhyay y Violeta Medina]
Perdí las fronteras en la viña granate.
Ahora al regresar a casa
a las venas exitosas a donde llegan
los mejores pensamientos,
llegan los hogares.
Cada espacio tiene algo de mi propio tiempo,
allí está mi hogar,
solamente cruzo la frontera de las venas a la botella,
luego al vaso del vaso a otra vena

¿después de cruzar cuántas fronteras
se puede volver a casa?

Todas estas avenidas celestes de los callejones invernales
la calle nevada estos campos en el medio de las chabolas
la cuerda de tender en el balcón,
en la cuerda hay una hoja del poema memorizado la estrofa
da igual que sea de otros poetas.
sería mejor que fueran jóvenes
si no entienden acerca del vino no importa
también vale si es el beber medicinal.

Tu tarjeta de visita se quedó en el asiento,
el tranvía mudo se está moviendo hacia su última parada,
tal como rompemos los frutos secos al lado del vaso
tal como la palma del viento
cambia la moneda de las hojas de los Krishnachurha,
no se puede igualar estas dos imágenes
tu error de cálculo acecha al mío,
en el callejón esto provoca una llamada gestual
levantando la camisa
aparece la boca negra en medio del pezón

pasa el líquido granate de nuevo por las tuberías de la gente desconocida,
la cámara fotográfica de mucha gente anónima sólo hace fotos en blanco y negro.


Es decir: el libro

[Versión de Subhro Bandopadhyay y Violeta Medina]

Cada libro de esta estantería es nuevo.
Llegaron hoy. Miren.
Un pájaro pequeño está corriendo hace mucho tiempo
ojeando las páginas pero no está volando
la luz cae sobre los toneles intensos de las fábricas de vino
caen las horas caen las horas
pero todo no se puede entender
sin embargo, se puede leer

desde la ventana de la cafetería los árboles de fuera parecen bonsái
tu mente negra
que es un lunar en el canelillo de tus senos lee estos libros huyendo,
caen en recuerdos de las hojas de árboles caducas durante la lectura
las estrofas vienen desde el texto fresco
parece seco el deshojar

el azul de la muchacha deja caer su último pudor
se siente mejor pensando que hoy no ha cambiado mucho.
Dos teóricos no han hallado
mica cobre en el estrecho
pero aún seguimos cantando hacia ellos
libro,
no te mentí sobre mí.

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