Se siente solo y odiado, sin nadie que le brinde cobija para las noches peligrosas. Pero no le importa, el poeta Harold Alvarado Tenorio (Buga, Valle del Cauca, 1945) sigue firme en el borde delantero del teclado de su ordenador, informado hasta de la temperatura de sus enemigos. Cuando no lanza una granada de mano, rellena de balas los cargadores o las vasijas de gases venenosos. El ilustrado y polémico autor colombiano parece que encuentra su paz en esa guerra.
Ahora, con la primavera en el umbral de todos los campos y el olor a pólvora de su 'Ajuste de cuentas', un repaso sin anestesia de la poesía colombiana del siglo XX, todavía en el aire, el escritor regresa al campo de batalla con 'La cultura en la república del narco', una selección de notas escritas a degüello en un español de oro puro, que tratan sobre el trabajo de los movimientos de la cultura colombiana.
La nueva obra de Alvarado Tenorio está publicada por la editorial Podenco, con sede en la ciudad panameña de David. El poeta ha dicho que en Colombia "nadie quiso publicar el libro, unos decían que por su tamaño, otros que por sus asuntos, lo cierto es que como coincidencia hace muchos años nadie quiere publicar un libro mío en Colombia, doy asco o miedo o ambas cosas. La universidad de Caldas publicó una selección de mis poemas hace un par de años, pero nunca lo promovieron y hasta me contaron que hicieron apenas doscientos ejemplares y no se sabe hoy donde están, en fin, cosas colombianas".
Para el periodista Ángel Castaño, el libro de Alvarado Tenorio es una bomba en el escenario cultural de esa nación y recuerda que el autor es "el más temido y odiado de todos los poetas colombianos". La colección de reseñas, dice Castaño, "reúne en cantidades industriales dos de los ingredientes de la prosa del poeta vallecaucano: veneno puro y erudición. Tenorio no se va por las ramas: ataca de frente y sin piedad".
He corrido el riesgo de pasearme por Cartagena o Bogotá con Alvarado Tenorio y tengo el derecho a recordarlo sin traje de campaña, desarmado en su soledad, desconcertado ante el postre o los rones, con el recuerdo de sus poemas, de sus amores, de sus viajes y de su tenacidad y fidelidad a la poesía por sus 10 años dedicado, también solo, a sostener, la revista 'Arquitrave' desde el mismo ordenador desde el que hace fuego.
Este poema de Alvarado Tenorio: "¿Dónde posar el pie,/ dónde el poema? ¿Por qué las llagas nos cubren/ y el escarnio te cerca a toda hora? Sueño del hombre y su sombra/ ninguna sabe que uno es sombra del otro/ nadie sabe si sueña o está muerto".
El Mundo, Madrid, 16 de abril de 2015.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario