Ventanas quebradas, nuevo libro de Rodrigo Verdugo, en él nos invita a transitar por zonas de vorágine, mediante imágenes que van adentrándose en el ser poético, como una búsqueda de estas múltiples ventanas que se abren y se cierran, a través de diálogos que van explicando la existencia, desde los infinitos encuentros y desencuentros con el ser. “Yo nunca he estado allí, o tal vez he estado muy cerca/ pero sé que sus ventanas son ahogos de serpientes/ fatal es mirar por ellas al atardecer”.
Sin duda a través de la poesía se puede explicar el mundo, la palabra es la voz de los pueblos que se exterioriza a través de la historia de las comunidades y los sujetos sociales. El ser humano es intersubjetivo, sin embargo el arte también debe buscar su expresión máxima en lo objetivo e histórico. Y es allí donde el sentido de la observación pasa a ser un elemento preponderante para explicarnos la existencia e interpretarla a través del discurso poético que nos ofrecen ciertos autores. Ventanas quebradas, título sugerente para adentrarnos dentro de estos principios, ya que la ventana es vista como un elemento de análisis de la existencia, la exterioridad de la imagen inserta en la página escrita se sitúa bajo la mirada interrogante, no solo de quien escribe, sino también de quien lee y pasa a formar parte de este viaje hacia el interior y exterior de nosotros mismos. De ahí que también sea sugerente esta invitación que hace Verdugo a indagar sobre nuestra propia existencia a través de la construcción de nuevos libros, en la medida que vamos encontrándonos con que cada ejemplar tiene una nueva portada y por ende nuevos escenarios para esta construcción del ser social y poético.
“Han vuelto y sin ningún principio que disfrace a la sangre/ Sin el mineral exorcizado/ La lluvia los filma cuando entran a la casa sostenida por/ entrañas/La lluvia los va filmando cuando entran el zodiaco negro y/ las nutrias/.Tendrán su entierro en mi palabra…”
Bajo este tejido lingüístico se va construyendo un imaginario poético que da cuenta de esta realidad en donde subsisten mundos de encuentros y desencuentros, miradas donde convergen nuevos mundos y visiones artísticas que nos traen a la memoria autores como Vallejo, Díaz Varín, Arteche y otros para hacernos que la poesía se encargue de crear nuevos diálogos y formas expresivas de manera simultánea: Cito: “Alguna vez te dije:/Los días no son días/Son escamas de algo desconocido. En vano el ángel negro remece la madrugada/ Y caen hormigas sobre las venas…”
Es así como estas Ventanas quebradas nos sugieren rearticular la realidad, a través de construcciones simbólicas que nos permiten rearmar nuestro entorno social y cultural, mediante este juego simbólico representado por una ventana quebrada que quizá, no nos deje ver la luz, el espacio exterior, el sujeto que convive con nosotros pero que no vemos, porque en la sociedad actual el ser humano es un ser invisibilizado, carente de sentidos, fragmentado por esta realidad de mercado que lo absorbe e inhibe su emotividad, a través de situaciones de vida que lo superan, sin dejar espacio al diálogo, a la observación y la creación de áreas interiores para contemplarse asimismo y al otro.
La diversidad de recursos literarios presentes en este libro enriquece el discurso poético y nos adentra por zonas donde la indagación y el asombro parecieran estar a flor de piel, Verdugo nos dice: “como antes cuando las cosas no limitaban con los hombres/sino que el tiempo limitaba con la piedra, limitaba con la luz/ y piedra y sangre por igual buscaban legitimar el rayo/ mientras la belleza ahuecaba los mares/ y al final dios estaba esperándonos con un ramo de/ accidentes en las manos”. Aquí el cosmos pareciera ser el espacio que limita con nosotros desde las estructuras que van edificando estas ventanas quebradas, mediante imaginarios y paisajes que surgen desde la cotidianeidad del ser.
“Ojala el mediador del espacio caiga también/Sobre la casa sostenida por entrañas/Y a pesar de tanto rayo y cáscara/ Que nos cifran y cifran y cifran/ Reconozcamos en un mismo punto ávido/A quienes se van/ Y a quienes vuelven/Solo con la adherencia esperada/ Y el cielo necesario”.En estas páginas la noción de lo humano oscila entre lo real y lo sub-real, entre el pasado y el presente, entre la oscuridad y la luz, allí donde convive lo simbólico con el pensamiento humano, construyendo un discurso literario que se posesiona de la historia que subyace en nosotros mismos y que crea sus propios códigos de entendimiento. Aquí lo físico y lo metafísico son elementos que se conjugan entre sí, reestructurando estas ventanas quebradas a través de la observación aguda donde luchamos por rearmar nuestras propias realidades, “ahora que ningún abismo le falta a la luz”.
Tres poemas de Rodrigo Verdugo
DESPUÉS DE ESE DÍA
Cambiaron la ubicación de las cosas
sabían demasiado de una música de tierra para el viaje enemigo
el aura del mar levantándose, dejando atrás nuestros terribles ejes
nuestra forma de mirarnos a los ojos, de mirar a las piedras.
Sabían demasiado bien como unirse, por eso recibieron el revés de las cosas
y se empezó gota por gota, nombre por nombre
mientras el mito se deshojaba a nuestros pies.
Sabían demasiado bien y no esperaron retratar a sus muertos
les bastó que el revés del mundo se levantara contra los árboles y las aguas
contra las cosas y las vidas,
contra cualquier herida que no tuviese un arrojo de estrella.
Lo sabían demasiado bien apareando a las sílfides contaminadas,
saldando algo con ellas
poniendo plumas quemadas dentro de las almohadas, reanudando las capturas
para que así llegaran y se ubicaran gota por gota, nombre por nombre
como antes cuando las cosas no limitaban con los hombres
sino que el tiempo limitaba con la piedra, limitaba con la luz
y piedra y sangre por igual buscaban legitimar el rayo
mientras la belleza ahuecaba los mares
y al final dios estaba esperándonos con un ramo de accidentes en las manos.
sabían demasiado de una música de tierra para el viaje enemigo
el aura del mar levantándose, dejando atrás nuestros terribles ejes
nuestra forma de mirarnos a los ojos, de mirar a las piedras.
Sabían demasiado bien como unirse, por eso recibieron el revés de las cosas
y se empezó gota por gota, nombre por nombre
mientras el mito se deshojaba a nuestros pies.
Sabían demasiado bien y no esperaron retratar a sus muertos
les bastó que el revés del mundo se levantara contra los árboles y las aguas
contra las cosas y las vidas,
contra cualquier herida que no tuviese un arrojo de estrella.
Lo sabían demasiado bien apareando a las sílfides contaminadas,
saldando algo con ellas
poniendo plumas quemadas dentro de las almohadas, reanudando las capturas
para que así llegaran y se ubicaran gota por gota, nombre por nombre
como antes cuando las cosas no limitaban con los hombres
sino que el tiempo limitaba con la piedra, limitaba con la luz
y piedra y sangre por igual buscaban legitimar el rayo
mientras la belleza ahuecaba los mares
y al final dios estaba esperándonos con un ramo de accidentes en las manos.
ANOCHECE
En memoria de Stella Díaz Varin
Nos tapamos el rostro con un escombro viudo
pero igual vemos el mar y el cielo: los mismos delirios enraizados
tampoco sabemos que hacer durante el día
salvo tocar la flauta para que se abra la matriz blasfema
donde tú estarás desaprobando ciertas sombras, ciertas llamas
o perfumándote para que los salvajes
te conduzcan en medio de una tempestad de imanes
mira como en ninguna casa nos reciben, como nos cierran sus puertas
le temen a tu cabellera, porque tiene el designio de esos padres laberínticos
que no tuvieron piedad de la luz e hicieron un lecho sobre aberraciones de sal.
Vas engrandecida por cenizas lujosas, por armas de hielo que te rodean en círculos
hasta que ninguno de nosotros puede entrar, salvo que tú lo quieras
salvo que le hagas la señal a la copa y el cielo enrojezca
mientras aquí nos aferramos al polvo jactancioso,
nos quedamos fuera de todo linaje
mientras la piel atrapa al día y una amenaza de cascara se cierne sobre el mundo.
Esos padres laberínticos te están vaciando los ojos,
infringiendo lo conocido del agua
quedan escombros viudos al centro de la noche
donde tú estarás viendo a los pájaros alcanzar la angustia del fuego
mientras nosotros vemos que hombres y pájaros
se han quedado para siempre en ello.
Te tapas el rostro con una roca cubierta de pelos y te despides
la misma que te hace odiarnos, la misma que altera las restauraciones
le otorgas a las lámparas la locura de los cadáveres, pero se la quitas sin decir nada
y resta nada más ver como son las alas
ahora que ningún abismo le falta a la luz.
pero igual vemos el mar y el cielo: los mismos delirios enraizados
tampoco sabemos que hacer durante el día
salvo tocar la flauta para que se abra la matriz blasfema
donde tú estarás desaprobando ciertas sombras, ciertas llamas
o perfumándote para que los salvajes
te conduzcan en medio de una tempestad de imanes
mira como en ninguna casa nos reciben, como nos cierran sus puertas
le temen a tu cabellera, porque tiene el designio de esos padres laberínticos
que no tuvieron piedad de la luz e hicieron un lecho sobre aberraciones de sal.
Vas engrandecida por cenizas lujosas, por armas de hielo que te rodean en círculos
hasta que ninguno de nosotros puede entrar, salvo que tú lo quieras
salvo que le hagas la señal a la copa y el cielo enrojezca
mientras aquí nos aferramos al polvo jactancioso,
nos quedamos fuera de todo linaje
mientras la piel atrapa al día y una amenaza de cascara se cierne sobre el mundo.
Esos padres laberínticos te están vaciando los ojos,
infringiendo lo conocido del agua
quedan escombros viudos al centro de la noche
donde tú estarás viendo a los pájaros alcanzar la angustia del fuego
mientras nosotros vemos que hombres y pájaros
se han quedado para siempre en ello.
Te tapas el rostro con una roca cubierta de pelos y te despides
la misma que te hace odiarnos, la misma que altera las restauraciones
le otorgas a las lámparas la locura de los cadáveres, pero se la quitas sin decir nada
y resta nada más ver como son las alas
ahora que ningún abismo le falta a la luz.
CONTINUIDAD
Nació de un retrato de niebla
Olas inconfesables alumbraron esa voracidad.
Los fundamentos del día pasaron a la sangre
Las ciudades se quedaron blancas
Velaron las mitades de un mismo cuerpo en distintos ataúdes.
Olas inconfesables alumbraron esa voracidad.
Los fundamentos del día pasaron a la sangre
Las ciudades se quedaron blancas
Velaron las mitades de un mismo cuerpo en distintos ataúdes.
Rodrigo Verdugo: (Santiago de Chile, 1977). Poeta y Collagista. Coeditor y articulista de la Revista Derrame. Miembro del Grupo Surrealista Derrame. Sub director de la Revista Rayentru, Coeditor de la Revista Labios Menores y Coeditor de la Revista "Joan Brossa". Su obra ha sido publicada en revistas y antologías chilenas y extranjeras siendo traducida parcialmente al: Ingles, Francés, Italiano, Portugués, Polaco, Árabe, Uzbeko, Rumano y Búlgaro. En 2002 publica su primer libro: "Nudos Velados", (prologo de Roberto Yañez e ilustraciones de Aldo Alcota), Ed Derrame. En 2005 participa en la exposición colectiva "Derrame cono sur o el viaje de los argonautas" en la Fundación Eugenio Granell (Santiago de Compostela, España) y obtiene el primer lugar en el concurso "Alas de poesía" organizado por la Asociación "Amigos de la poesía" (Monterrey. México). También Participa en las VI Jornadas Internacionales "Imágenes del cine", Organizadas por el Instituto de Artes del Espectáculo de la Universidad de Buenos Aires, bajo la dirección de la catedrática Sylvia Valdès, en el Archivo general de la Naciòn, (Buenos Aires, Argentina). En 2007 realiza un postfacio para la contratapa del libro "Partículas Fugaces" del poeta Roberto Adames, Colección Luna Rota, Ed Paso Bajito, 2007 (Constanza, República Dominicana). En 2008 participa junto a los poetas Rodrigo Hernández Piceros y Marcela Albornoz Dachelet en la edición del libro “IDEM” del poeta Armando Uribe, Coedición Ediciones Derrame, Editorial Universidad de Talca, y en la exposición internacional de surrealismo "0 reverso do Olhar", en la Casa de la Cultura de Coimbra (Coimbra, Portugal) En 2009 participa en la exposición internacional de surrealismo "Iluminacoes Descontinuas" en el Convento de San José, (Lagoa, Portugal) y es invitado a la XIX versión del Festival Internacional de poesía de Medellín.(Colombia). En 2010 participa en la muestra “Bicente Chile BCN” Muestra Poética Chile- Barcelona, en el Centro Civico Convent de San Agusti, (Barcelona, España). En 2011 participa en la exposiciòn colectiva "El inverso del universo, homenaje a los cien años de Roberto Matta" organizada por la Fundacion Itau. En 2014 participa en la exposiciòn colectiva "Vune Koridy", en la Galeria Student de la Universidad de Ostrava, (República Checa).y publica su segundo libro: "Ventanas Quebradas", (prologo de Lorenzo Peirano), Olga Cartonera. Actualmente dirige el taller literario "Joan Brossa" del Centre Català. Mantiene inèditos los libros: "Anuncio", proximo a publicarse en Francia por Ediciones "La voix des autres, Collection Danger Poesie y en Chile por Libros del Pez Espiral, "Transmisión debajo de las piedras".
Isabel Goméz: (Curicó, 1959): Ha publicado: Un crudo paseo por la sonrisa (Ediciones MD, 1986); Pubisterio (Ediciones Literatura Alternativa, 1990); Versos de escalera (Ediciones MD, 1994); Perfil de muros (Ediciones Logos, 1998); Boca Pálida (Ediciones Logos, 2003). Dasein (Ed. Cuarto Propio, 2006), Enemiga de mi (Editorial Cuarto Propio, 2014). Su obra ha sido incluida en diversas antologías y divulgada en revistas de México, España, Argentina y Francia. En 1997 recibió el premio Pablo Neruda otorgado por la Fundación Neruda. Cursó estudios de Pedagogía y Licenciatura en Educación en la Universidad de los Lagos, donde hoy realiza un Magíster. Actualmente se desempeña en la biblioteca del Colegio York. Ha sido directora de la Sociedad de Escritores de Chile (Sech).
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