La Divina Comedia
supone un viaje
al Medioevo, el es- pacio
de tiempo donde
hace 700 años fallecía el padre de la lengua italiana. Es una
efeméride que nos de- vuelve la voz de aquel que supo cantar
a la Humanidad.
Resulta dificultoso sintetizar la magna obra de Dante Alighieri, elegir entre sus obras
políticas, lingüísticas o una especialmente vertebral para la Comedia
como lo es La Vita Nova. Por tal motivo,
la idea del viaje de su palabra,
resulta vincular con el compromiso interior y exterior del sumo poeta. Dante y la trascendencia de
su obra es parte de una reconstrucción histórico- cultural de la inmigración en América.
Entre los siglos XIX y XX, el flujo inmigratorio fue incesante hacia estas tierras. En cada
inmigrante viajaba, de un modo u otro, el nombre del poeta. La obra
concebida como un viaje de migración, haría
que los versos peregrinaran
implícita y explícitamente en la memoria
colectiva de los inmigrantes y ascendieron
junto a ellos a los barcos. En el devenir
del tiempo y los estudios, la obra adquirió la dimensión
de patrimonio cultural y lingüístico
en América.
Ese modo de conservar la identidad regional y nacional desde la fuerza de lo lingüístico–cultural, imprimió
en cada inmigrante el desafió escrito por el florentino: la retta via.¹
La Divina Comedia aparece como un pensamiento lingüístico
hegemónico en los inmigrantes, más allá de la instrucción que cada uno poseyese. Muchos
se reconocían como herederos de esa obra universal que contribuyó a fortalecer la propia identidad.
Dante Alighieri transita el itinerario ascético del hombre
de su tiempo al igual que los inmigrantes transitaron siglos después el propio.
Aquel escritor estaba formando a un ser humano que debatiría con sus pasiones,
su presente y sus tragedias como la decisión de dejar la tierra de nacimiento.
Boccaccio mencionó
alguna vez que siete de los pri- meros Cantos fueron dejados por el poeta en Firenze²
¿Sería esta una
forma de albergar la esperanza del regreso? Tendremos conjeturas, más nunca respues- tas. Jacqueline Rissert va más allá y focaliza su apre-
ciación en esa escritura endecasílaba donde los terce- tos
encadenados contengan otros indicios:
“Una de las ambiciones de
Dante cuando escribía la Commedia era, explícitamente estimular y lacerar la
memoria del lector"³
Quizá desde una apreciación ontológica; se podría pensar
que el objetivo fuese inquietar la memoria universal. Nos podemos preguntar
¿Por qué la intensidad de un texto del ´300 tiene actualidad? Rissert sostiene
que la difusión circuló en base a la conformación de una memoria auditiva:
“(…) En los tiempos de Dante la escasez
de manuscritos mantenía activa
la tradición oral de la poesía (la Divina
Commedia no finalizada aún comienza a circular en Italia recitada) exigiendo
práctica tales como “El Arte de la memoria”, basadas en reglas nemotécnicas
de carácter cultural”4
Los protagonistas de la Comedia van en peregrinaje, son arquetipos de la
Humanidad, imagen de un dinamismo no encontrado frecuentemente en otras obras.
Eso permite que los hombres de todos los tiempos, puedan deambular por la
atemporalidad del poema.
Los temas tratados en la obra, permiten ingresar a cierta construcción de una epopeya popular;
es por ello que el autor asumirá la voz de un labriego, de un soldado, de un
político y de tantos otros y tantos miles. Alighieri en su escritura construye una nobleza popular que se transforma en
cercana a todos los seres humanos; de este modo se procuró un lector infinito.
Italo Calvino sostenía que quizá aquello que denominara “ligereza”, imbricaría
la obra:
“(…) cuando Dante expresa “leggerezza” en la Divina Commedia, ninguno lo hace mejor que él, su genialidad
se manifiesta en sentido opuesto, se basa en
extraer de la palabra todas las posibilidades auditivas y emocionales y
de evocación de sensaciones, en el capturar
de la realidad el mundo
en todos sus niveles,
formas y atributos, en transmitir el sentido organizado del mundo en un sistema, en un orden,
en una jerarquía donde todo encuentra su lugar (…)”5
Es un logro admirable de Dante Alighieri dejar la gran fuerza oculta entre líneas. Esto ha permitido el pasaporte a las interpretaciones y consecuentemente a la renovación de la lectura. Este patrimonio intangible acompañó a los inmigrantes en sus valijas e hizo que se reconocieran orgullosos de sus orígenes. Alighieri creó en la figura del trovador Sordello, esa sensación de lo inefable cuando decide expresar el sentimiento de hermandad de sangre. Es de este modo que el poeta Sordello da Goito reconoce a Virgilio, en el Canto VI del Purgatorio:
(…) dicento: “O Mantovano, io son Sordello/della tu
aterra!; e l´un l´altro abbracciava.6
La Divina Comedia sigue su viaje poético, filosófico,
político y sobre todo humanístico. El ilustre florentino no cesó jamás en su tarea de justificar el uso del “latín
vulgar”, lo sostuvo en sus tratados:
el Convivio (con su variedad florentina) y en otro escrito De Vulgari
Eloquentia (el latín era la lengua apreciada para la escritura); y en el texto
clave La Vita Nova en su cap XXV, justifica el uso de esta “lengua materna” como se denominada al vulgar, para uso y
convención social. Un concepto
de avanzada indudable.
Dante Alighieri defendió
la palabra como instrumento
de aquello que une; y fue así que, sus versos acompañaron los sueños de las
mujeres y de los hombres que huyendo de la guerra y del hambre, memorizaron
fragmentos de la gran obra porque en ellos reconocían su italianidad. El poeta,
sin duda, había escrito para todos ellos y para cada uno de nosotros. Perdure
entonces para la Humanidad los versos finales de la Divina
entre las Comedias7:
l'amor che move il sole e l'altre stelle.
2Cocchi, R: L´invenzione della letteratura italiana e italo-americana.
3 Rissert, Jacqueline. Dante scrittore.Ed. Arnoldo Mondadori, Milano,
1984, p7
4 Op. Cit
5 Calvino, Italo. Lezioni americane.Sei proposte per il prossimo millennio.
6 Trad.(…) diciendo: “¡Oh mantovano, soy Sordello de tu tierra!;
y ambos se abrazan.
7 Trad.:
“El Amor que impulsa el sol y las estrellas”
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