Dirigida por Dan Kwan y Daniel Scheinert
LA ETERNIDAD DEL INSTANTE
No puedo estar junto a esta
mujer, me hace daño. Ella quizás sea Neo, la elegida de Matrix, pero todavía no
se ha enterado. Migrante china en Estados Unidos administra una lavandería
mientras sueña con ser cantante. Su problema son los impuestos en un país donde
la muerte y los impuestos son las únicas certezas. Su marido de otra dimensión,
otro universo u otra secuencia de decisiones le advierte que tiene que salvar
el mundo, pero no cualquiera, sino todos los mundos que se entrelazan dentro de
una olla de tallarines. En uno de esos universos tenemos dedos de salchicha y
en otro somos piñatas o dibujos animados. Esta mujer es un ser durmiente con
todas las potencialidades. Se deja llevar por la vida y emprende la misma rutina
todos los días. Existe en todas las dimensiones y al mismo tiempo posee las
capacidades de todas las vidas que transcurren en el mismo instante. No tiene
superpoderes, simplemente en este universo ha hecho todo mal, de pésima manera
y sin ningún tipo de talento, en realidad tiene la facultad de criticarme todo
el tiempo. Por eso no puedo estar cerca de ella. Es como kryptonita, debilita
mis fuerzas cuando está ante mi presencia. Somos dos piedras incapaces de aproximarse.
Todo lo hace a medias como si su vida estuviera dividida en muchas partes. Hace
muchas cosas sin sentido, pero quien no las hace. La existencia parece no tener
ningún objetivo. Los seres humanos vivimos ocupándonos de lo que nos impone cada
día. Parece lógico, pero la rutina no deja ver el horizonte, aquel en que
cesarán nuestros latidos. La muerte es nuestro cazador y debemos tomar
decisiones antes de llegar a esa puesta de sol. En cualquier instante cierta
elección nos hará ingresar a otro universo alternativo. Evelyn se llama la
mujer que odio. Verme reflejada en ella simplemente me destruye. Me contó que
su marido de otro universo (esta mujer está loca) le dijo que justo en esta
dimensión, donde yo odio a esta mujer, ella no tenía límites y podía expandir
su consciencia. Pero Evelyn sólo administra esta lavandería y una inspectora de
impuestos amenaza con quitarle ese trabajo. Se quiere quedar con el local y
todas las máquinas. Despojarla de lo único que sabe hacer, aunque también suele
cantar en karaoke para sus empleados. Pero ese talento es inútil y no le
servirá para pagar los impuestos. Sin embargo, el marido que supuestamente proviene
del otro lado de la Matrix insiste en que este es el único lugar donde ha
tomado las peores decisiones y por ende cualquier decisión que tome en el
futuro la llevará a mejor puerto. Pensándolo bien, Evelyn tiene la
potencialidad de siempre mejorar, de evolucionar a cada instante. Adquiere los
poderes de todas sus versiones y la observo en todo, en todas partes y al mismo
tiempo. La única constante en mi vida es su presencia. Ahora estoy de novia con
Becky, un amor permitido en esta era ciberespacial. Evelyn la oculta de los empleados
de la lavandería, entre ellos un viejo que responde a nombre de Gong Gong.
Evelyn me critica todo el tiempo y estoy aprendiendo a no hacer nada bien. De
verdad, la odio tanto como yo me odio. Evelyn será mi madre, pero no tiene
derecho a permanecer a mi lado. Le digo una pesadez al desayuno, al almuerzo y
a la cena. Todos los días intento alejarla. Han pasado años y ella me sigue
observando. Supongo que en otros universos soy una mejor hija, pero me tocó
vivir en esta desgraciada dimensión. Supongo que ser madre significa estar en
todas partes. Nuestros cuerpos se repelen, pero ella insiste en abrazarme. Es
incómodo y debo luchar porque eso no suceda. A veces pienso que ella sabe
muchas técnicas de artes marciales para protegerme a su manera, luchando a brazo
partido mientras mi padre sólo quiere que hagamos las paces. Es agobiante que
una mujer ofrende su vida por un ser como yo. Siento el peso de su preocupación
hasta el infinito. Una eternidad que debo sobrellevar a cada instante. El gato
de Borges me observa. El sólo se deja acariciar y de pronto mi madre me abraza
y me siento liberada. Gasté tanta energía en alejarme y todo era tan fácil como
una caricia en el lomo. Este sentimiento nuevo es sumamente incómodo. Yo
también tengo la capacidad de dejarme abrazar y pareciera que en ese abrazo
todos los universos pueden convivir al mismo tiempo. Ahora siento el deseo de
ayudar a mamá con las cuentas y vencer a nuestro enemigo de Hacienda. Juntamos
cientos de papeles inútiles y los llevamos a su oficina del Tesoro. Esa rutina
aparentemente inútil nos ha unido tras un propósito. Toda la familia unida
enfrenta a esa recaudadora de impuestos y encontramos nuestro papel para nada
inútil. Este sentimiento nuevo es sumamente incómodo, necesito de otros para
sobrevivir en este mundo, acaso el peor de todos. Compartir la vida con las
personas que me tocó. Pasar alegrías y tristezas junto a estos seres que tienen
cada uno un universo propio. Sobrevivir a las complejidades de los multiversos
requiere llevarse bien con los que nos rodean. Es más fácil el camino cuando
estoy en armonía con mi mamá, mientras ella se encarga de protegerme en las
otras dimensiones. Le conté mi historia a Becky, que fue aceptada en la familia
por Gong Gong, que en realidad era mi abuelo. Becky se la relató oralmente a
Dan Kwan y Daniel Scheinert, que se hacen llamar Daniels y llevaron al papel todo
este dilema existencial y luego recrearon las escenas al filmar esta película
que mezcla los géneros de ciencia ficción y comedia de manera admirable. En
realidad, la historia inicia en un mundo caótico, pero los personajes se
divierten y hacen las delicias del espectador cuando cambian de marcha, colocan
segunda y luego un primer cambio más complejo y dramático.
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