"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra se puede y debe aventurar la vida. Y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.
Este 2015 será un año importante para el castellano y la literatura universal, ya que se cumple el cuarto centenario de la publicación de El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha (la segunda parte de la novela) y aunque se dice que “segundas partes nunca fueron mejores”, existe una única y magnífica excepción con el Quijote.
A finales de 1615 salía a la luz uno de los textos más importantes para el mundo de las letras y el máximo referente para la lengua española. La primera novela moderna que ha sido traducida prácticamente a todos los idiomas y sólo superada en ediciones por la Biblia.
Una obra que conjuga la comedia, la poesía, el drama y la caballería de una forma extraordinaria que han cristalizado al personaje principal Alfonso Quijano, Don Quijote, en un símbolo de la cultura hispanoamericana que lo mismo ha tocado el cine, las artes visuales, la música y, por supuesto, la literatura, convirtiéndose en ese eterno espíritu libre, sabio e inquebrantable.
Seguramente el idealismo del Quijote invadirá los eventos culturales del presente año, pues siempre es una delicia volver a los clásicos para redescubrir su actualidad y frescura, aun después de 400 años. La inventiva y “sabiduría popular” impregna cada frase, situación y diálogo a lo largo de los 74 capítulos que integran la obra con un sinfín de recursos literarios.
El Quijote se ha vuelto un ícono de libertad y justicia, el héroe humanizado, la utopía alcanzable, la locura más realista, la razón de la sinrazón.
Cervantes con el Quijote se convirtió en el mayor y más longevo inspirador de la creación artística. La lucidez y grandeza reflejada en su obra cumbre ha influenciado lo mismo a poetas, críticos, filósofos, literatos, intelectuales y dramaturgos, entre otros.
Por medio del verbo abre el camino de la evolución de la palabra escrita. Impensable un boom latinoamericano sin las influencias quijotescas.
El Quijote lo es todo: una parodia, una novela de aventuras, un tratado de la mente, un cuento picaresco, una historia de amor que no termina de sorprendernos en las rendijas del discurso.
Se nos presenta el pretexto perfecto para “enquijotar” cada una de las actividades artísticas para que siga siendo ésta la historia perfecta del camino para lograr esa misión sublime que tiene la humanidad de crear su propia aventura.
(Extraído del periódico"Zacatecas" de México)
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