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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

jueves, 23 de septiembre de 2010

A TREINTA AÑOS DE ESCRITURA. ANTOLOGÍA PERSONAL. DEL LIBRO "VICIO DE BELLEZA"



(Vicio de Belleza. Red Internacional del Libro. Santiago de Chile, 1992)



Paisaje de la voz


El viento que se agite ya tendido
o el río esté dispuesto al sacrificio.


Así cuando los pájaros esperan
algún amanecer que nunca vuelve
en medio de ese bosque empieza el canto.




Némesis


Las penas del infierno para mí,
los perros de la rabia tiritando;
las últimas noticias del desastre,
el ávido y perpetuo desencanto.


Única y perfecta la desdicha:


El mar definitivo que retumba.




Retrato bajo la lluvia


Escribo la palabra enamorado
en el aire, quizás en la cortina
y esa luz abriéndome el asombro
escribe ya perdida y yo perdido
escribo entre las diez y las catorce
en medio de estas nubes, repetido
para verte de una vez perfectamente
como agua recortada por mis ojos.




Retrato de la anciana ante el espejo


Mi pecho en donde huía el mar cegado.

 Mi pecho recorrido por tormentas.



Mi pecho sin más gloria, arrebatado.




Vallejo


Al menos algún muro estuvo claro,
el sol, aquel balcón, habría visto
el niño agonizante, las palabras
roncas al rincón, habría visto
el mar y no las calles, de seguro
por la inmensa catedral iconoclasta.
Ni un día solamente, como ciego,
olido, husmeado, habría roto
el arca del silencio en su camastro
ajeno, volando sobre Francia,
hundido en las islas guanaqueras.


(A Miguel Ángel Zapata)




Edgar Lee Masters reflexiona


Aquí yace el gusano de mi muerte
y yace el sol desnudo de las tardes,
yace en las mañanas frente al mar
y rompe el diminuto cerco hundido.
La historia me perdone, los adioses,
el falso rictus grave, cada gramo
de sal que recortaba mi sonrisa.
Las puertas ya cerradas, esas luces
roncas de anunciar la madrugada
no saben, no conocen, no recuerdan
paso a paso, gota a gota el desaliento.
Nada me detuvo y aquí calvo,
pútrido, perfectamente seco,
intruso de mi piel, obsesionado,
repito mi destino extrañamente.
Un trozo de papel, un ángel muerto,
las cruces de este lánguido jardín;
los trenes que conmueven nuestros huesos,
poco habrá de nuevo en el espejo.
No quise estar aquí, de piedra hueca,
de larga eternidad o cielo raso,
no puedo regresar, me lo imagino
y nunca habré entendido mi final.
Falsa aquella sórdida leyenda,
falsa en sus acentos terminales;
la prueba está a la luz: estoy cantando.
Ninguno esté seguro de mi entierro,
ninguno palpe el borde en la moneda,
no hay herencia, ni legado, ni epitafio,
escribo estas palabras convencido
que el pálpito me acosa en su rencor.




La rosa de Rilke


Voluptuosa en el jardín espera, rosa,
lenta, como entonces, hacia el agua.


Mojada por el sol y por sus ojos,
cerrada hasta tu centro, arrepentida.




Infancia


Del sabor a tierra y hojas, por la tarde,
del balcón abierto al sol en el verano,
del único paisaje al mar entretejido.


De allí Andrés recuerda los años verdaderos.


(A mi madre)




Arte Poética


Rechace la belleza de esa línea
del ángulo, la brisa y la nostalgia;
recuerde aquella danza sin descanso
ni precio –sin placer- ni geometría.


Alivie la razón y entone el canto.
Conjúguese el pretérito en presente.


Despierte al sueño vivo y a la muerte:


Que un niño deletree nuestro azar.




Los elegidos


Fuimos una estirpe generosa
el don que nos fue dado en privilegio
lo hicimos madurar perfectamente.
Sólo que algo nos faltó, no fue el silencio
ni el ansia de morir en la batalla.
Sólo que algo estaba allí detrás del sol
y las noches donde el mar se estremecía.


Vimos los caballos y los peces,
el rápido aletear del tiempo ajeno;
vimos el diluvio, la ruina, el esperpento
y el húmedo contacto de la tierra.


Nada es como ayer ni puede darse
el fruto en el invierno despiadado;
la historia no quisiera recortada
al tiempo reescribirlo en la derrota.


Cada cosa en su lugar,
también la muerte.


Fuimos una estirpe generosa.


(A Mauricio Barrientos)

1 comentario:

lichazul dijo...

quise dejar el comentario en el face , pero me fue imposible

gracias por aceptar el lazo, la creación poética es sin duda algo maravilloso

Felicitaciones por sus logros y por este contundente espacio dedicado a la Poesía

un abrazo de paz
le dejo mi url para cuando tenga un tiempo y ganas deje una huella
http://lichazul.blogspot.com
sea siempre Bienvenido:=)