SICARIO (2015)
Dirigida por Denis Villeneuve
Este cineasta canadiense se las trae. Filma con un pulso firme y pasea por los géneros cinematográficos. Elige muy bien los elencos y dota a sus personajes de profundidad. Quizás lo único que debió haber potenciado es a Kate Macer (Emily Blunt), agente del FBI (quizás por falencias del guión no haya dado con el espesor adecuado) que tiene un papel fijado de antemano por los otros protagonistas: Matt Graver (Josh Brolin) representa a las Fuerzas Especiales, y un enigmático y logrado Alejandro (Benicio del Toro), asesor de dudoso origen y proceder. No es una cinta maniquea, el bien y el mal tienen fronteras muy, pero muy difusas. Los agentes del Gobierno le dicen a Macer: "Todo es legal... los límites se han desplazado". Macer parece ser una novata de pensamiento impoluto, pero al final tendrá que elegir. Los primeros cinco minutos de acción y sorpresa son irrespirables, y de la mano, hay una carga estética que nos va a deleitar: fuerzas especiales asechando a los narcos, a pleno día, una maniobra que podríamos catalogar dentro de la ley, contrastada por la imagen crepuscular de la operación más importante, siempre descendiendo, pero esta vez a una especie de infierno. Notable, así como el manejo de la luz por parte de Roger Deakins (fotógrafo de los hermanos Coen y Scorsese). La tercera pata de la mesa es la música, pocas notas de una eficiencia abismante que nos preparan para lo sub-humano. Es una cinta más de suspenso, no moralizante, que de cadáveres a diestra y siniestra, aunque cuando llega el momento de mostrarlos, su representación tiene que estar a la altura de la violencia que sugiere la trama. Las elipsis bien elaboradas y los planos fijos, en medio de la noche y al borde de una carretera, algo que hay que destacar. El título es parte del dilema que plantea este film y es frío y calculador como el entramado de las escenas.
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