Este compilado de diez relatos tiene una unidad temática que recorre cada una de las historias. En todas ellas está presente la muerte como pilar angular, de forma de dar profunda significación a las emociones que experimentan los personajes, cuyas voces son nítidas y en cierto modo muy accesibles al lector, desplegando diversos escenarios sociales y momentos históricos variados, siempre teniendo en cuenta que la muerte es la última estación de nuestras vidas y tema predilecto en la narrativa de Max Valdés.
En Manuscrito sobre la oscuridad el autor desplegaba la muerte como telón de fondo y retrataba la muerte de los sobrevivientes ante horrores perpetrados; en El ladrón de cerezas insiste en la idea de los muertos vivientes, que sobreviven gracias a sentimientos malsanos, dando a entender que la única forma de vencer a la muerte es el amor. La Noche de los Muertos Vivientes, película de George Romero, está presente en dos relatos de este volumen, no es casualidad. En La sombra que arrastra el cochero deja su pluma de novelista y toma la batuta de un contador de cuentos, amable, a veces didáctico, sobre todo entretenido, siempre estableciendo puentes temporales referenciales que unen el pasado con el presente. Max Valdés sondea la muerte desde el tiempo, no desde el amor o desamor, su paleta es variada aunque la tragedia ronda siempre la escena.
En La muerte de Juana Leufuhue mezcla voces de padre e hijo, donde tradiciones y mitología son arrastradas por aguas subterráneas que intentan explicar el tránsito al otro mundo. Imágenes dantescas de casas y cuerpos destruidos surgen en La última noche del apocalipsis, historias sepultadas por el mar que arrastra los muertos tras el sacudón de la tierra. La sombra que arrastra el cochero es una representación pictórica de la realidad, da cuenta de las desigualdades sociales de 1888, que traían consigo delincuencia, la misma que persiste después de un siglo; el cólera es solo el síntoma de una sociedad enferma. La muerte social es abordada en El maestro de gramática, pugna entre estudiantes y un profesor, demasiado entusiasta, acusado de actos impuros por un grupo de adolescentes que ocultan su virilidad tras unas ideas fascistas. En Taxi Driver un hombre jubilado, gordo, sin autoestima y sin hijos compra un Oldsmobile de tiempos pasados que se apodera de él, lo vuelca de nuevo en la bebida y, al igual que el Travis Bickle de Scorsese, mira como el pasado lo persigue y el retrovisor no lo deja en paz. No matarás es la evolución del dramático Rafita, cuento de Ni un rumor en la oscuridad(publicado en 2007); una visión del despiadado Chile desde una óptica inmigrante, apocada y "quitadita de bulla", de un peruano que solo se convierte en humano para defender al Huáscar en una discusión de bar. La "petite mort", faceta más lúdica de la muerte, se despliega en El carnaval de la Cuaresma, donde una dama del 1900 pierde su virginidad en medio de una procesión de Cuasimodo. La muerte de los sueños se refleja en El gato de Schrödinger; una niña conversa con fantasmas luego del divorcio de sus padres, una realidad alterna, oscura, peor que la anterior. En Oración por Marilyn una amiga de infancia, en silla de ruedas, la niña más linda de la población, aquejada de cáncer, un mundo de amor en medio de la enfermedad. Finaliza con una huida de la muerte en Volantines de septiembre, donde los militares arrancan al padre del seno familiar y la locura que envuelve a la madre espanta a los hijos que escapan con el circo.
Max Valdés nos invita, en estos diez cuentos, a la tragedia descarnada del ser humano, pero la asume y narra con sabiduría.
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